Las calientes vivencias de las nietas de doña Juanita 10
Aumentan las experiencias de esta niña nalgona.
Nuevamente una disculpa por la tardanza, pero aquí está la siguiente entrega, espero que sea de su agrado, comenten por favor, ya saben que todo es bien recibido
atte. adalberto1979
Capítulo 10
Era de noche, Karen estaba acostada en su humilde cama, nuevamente escribía en su diario, tuvo duda de escribir la experiencia con el viejo Anselmo, pero decidió hacerlo, total, era una experiencia que marcaba su vida y tenía que plasmarlo, sabía que eso era peligroso, haberle causado la muerte a un vejo y sobre todo eso el haberle robado todo el dinero que traía encima
“El viejo Anselmo me la metía por el culo, se movía rápido, de repente grito, puso cara de miedo y se cayó, cuando lo voltee a ver estaba aventando leche por el pene mientras moría, no sabía qué hacer, me dio lastima, no pudo acabar en mi culo, su leche fue para el aire; pero fue un desgraciado, me pago menos de lo que era, me di cuenta y me lo cobré, el muy maldito no me engaño”
Terminó escribiendo ese párrafo del evento más extraño de su vida, recordó lo que había vivido con su papa-abuelo, como le hiso caso y pidió agua en lugar de una cerveza y no fumó, se dedicó a cogérsela cuan fuerte pudo.
“Don Jorge, mi papá y abuelo, me cogió en la tarde, hiso que el miedo por la muerte de don Anselmo se fuera, él me hace olvidar cualquier problema que tengo, estaba sentada sobre él, su verga entraba y salía muy rico de mi rajita, no escuchamos la puerta, entro su esposa y nos vio, sabía lo que hacíamos y no nos dijo algo, solo le ofreció algo de tomar y se fue, nos dejó coger sin ser molestados, eso me dio valor para invitarlo a pasar la noche con mi abuela Juanita y conmigo, hoy será especial”
Karen cerró su libreta-diario mientras movía inquieta sus piernitas, estaba ansiosa por pasar la noche con su papá, su abuela era tan dócil que ya ni siquiera suponía oposición de ella, bajó mirando el cuerpo bien conservado de su abuela, traía una vieja y rota bata de dormir que transparentaba sus curvas, sus tetas sin sostén se mecían al movimiento, se antojaba chupar, su vieja pantaleta abarcaba desde casi la cintura hasta 4 cm por debajo de sus nalgas, era la típica pantaleta “mata pasiones”; no, eso no encajaba en ese cuerpo tan bien formado
- Hola abuelita, ¿cómo vas con la cena?
- Bien hijita, casi termino, ¿cómo te fue en la escuela?
- Muy bien, pase al mercado y te compré algo
- ¿algo? ¿tú a mí? ¿qué compraste?
- Espera
Salió como un rayo y regresó con las manos escondidas atrás a nivel de sus hermosas y grandes nalgas
- Abuelita cierra los ojos
- Ay mi niña, dámelo ya
- No, es sorpresa
- Está bien
- Cierra los ojos y no te muevas, sientas lo que sientas
Karen se acercó a su sonriente abuela que vibró al sentir las manitas de su nalgona nieta, deslizarse por debajo de su bata, las manitas frías de Karen la hicieron titiritar, pero no de frío, fue más excitación, gimió cuando sintió que su pantaleta fue deslizada hacia abajo, la bajo hasta sus talones, le levantó un pie y después el otro.
- Aaahhh
Gimió abriendo su boca, pero mantuvo sus ojos cerrados, tal como se lo habían ordenado, la lengua de Karen hurgó su peluda y húmeda raja, solo probo un poco y después acercó su nariz, la abuela sintió el aliento de ella impactarse directamente en sus labios mayores, su raja se contrajo una y otra vez
- Mi niña—dijo en un tono ronco por la excitación
- No abras los ojos abuelita, no hagas trampas
- No mi amor, yo te obedezco… aaahhh
Por alguna razón Karen sabía que ese “yo te obedezco” era real, ella a su corta edad ya había experimentado más cosas que su abuela y la dominaba por completo, se le había antojado cogérsela y se la cogió, después pensó e orinarla y la orinó, la abuela estaba a su completa disposición, Karen ya era la señora de la casa, ahora la hacía sufrir de placer al respirarle en sus zonas erógenas sin tocarla siquiera un poco.
Finalmente, Karen sacó su regalo y lo extendió, le levantó un pie, lo metió en el orificio y después hiso lo mismo con el otro, fue deslizando la prenda hacia arriba hasta llegar a las caderas, pasó la mano por las nalgas y acomodó todo, se levantó al mismo tiempo que levantaba completamente la bata de dormir, la abuela dócil levantó sus brazos para que la bata saliera por arriba, se sonreía emocionada tratando de adivinar qué era lo que su nieta le había puesto.
- Ya abuelita, ya puedes abrir los ojos
La abuela lo hiso y miró hacia su entrepierna, se sorprendió por el regalo, era una tanga en color negro, muy elegante, tenía filigranas en piedras brillantes y doradas, su cuerpo bien formado hacía una armonía perfecta, volteo hacia atrás y ella misma admiró sus nalgas lisas y redondas separadas por la tanga, no se veía vulgar, al contrario, lucía sumamente sensual
- ¡Karen! ¡es hermosa! ¿dónde la compraste? ¿cuánto te costó? Debió ser una fortuna, ¿de dónde sacaste el dinero para esto?
Lo último lo dijo con algo más de cordura, porque al principio de verdad se emocionó, cuando era joven adolecente siempre soñó con tener una de esas sexys pantaletas, las veía en algunas revistas y solo acariciaba la foto, nunca imaginó lucir una así, solo usaba prendas de segunda comprados en el mercado ambulante, pero esta era nueva y se veía de la mejor marca
- No te preocupes abuelita, ya te dije, el dinero dejará de ser problema
- Pero Karen ¿no nos meteremos en más líos?
- No abuela, déjame el dinero a mí, tu solo disfruta
- Te quiero Karen, es el mejor regalo que he recibido en mi vida
La abuela se acercó y la abrazó, Karen hiso lo mismo, solo que después la jaló hacia ella y la besó, la abuela se dejó hacer, estaba más que contenta, a sus 41 años nunca se había visto tan sensual, su raja estaba mojada solo con verse, Karen la seguía besando, pero ahora sus manitas acariciaban sus desnudas y firmes tetas, para después susurrarle al oído
- Abuela, no quiero cenar, quiero que vayas arriba y prepares todo, hoy quiero que seas mía
La abuela gimió, si este era un matrimonio, Karen era el macho dominante y la abuela la hembra sumisa, gimió excitada, de alguna forma le gustaba la iniciativa de Karen, sin protestar asintió mientras besaba a su nieta y le sonreía feliz, se separó de ella y tomó su bata, Karen se la quitó
- No, déjala aquí, quiero que estés así como estás ahorita
La abuela abrió su boca y sus pupilas se dilataron como hembra en celo, tenía perfil de sumisa y Karen se sentía el ser ms pervertido del mundo dominándola, esperó a que ella subiera, respiró hondo y salió a la calle, en la esquina vio una silueta masculina que fumaba tranquilo, sonriendo maliciosa se acercó a él
- Hola papá
- Hola mi nalgona—contestó don Jorge con mirada de lobo
- Dejaré la puerta sin seguro, espera unos 15 minutos y después entras, estaremos arriba, no preguntes solo actúa
- ¿Qué cuarto es?
- En el que haya ruido
Karen se alejó contoneando coquetamente su culo, su padre-abuelo la miró con la verga ya parada, estaba ansioso por entrar, ni el cigarro lo había aplacado, miró su reloj y espero, vio como las luces de la planta baja se apagaron y las de la planta alta se encendieron.
Dentro de la casa la nalgona Karen llevaba a su abuela de la mano, su abuela llevaba la raja inundada de excitación, era sumisa y se sentía dominada por su nieta, Karen tenía el control total de la situación, era el claro ejemplo del sumiso y del amo, la abuela se dejaba llevar por su nieta, haría lo que ella le pidiera, se dejaría orinar, nalguear, cualquier cosa que ella le quisiera hacer, el hecho de ser dominada la excitaba en demasía.
- Ven abue, quédate aquí parada
La dejo cerca de la cama, después se dedicó a lentamente dejarla desnuda, cada prenda que era separada de su cuerpo le provocaba una contracción vaginal, cuando Karen bruscamente le bajó la pantaleta, la abuela sintió una contracción tan fuerte que hasta un chorrito de orina soltó.
- Aaahhh
No pudo evitar gemir, Karen sonrió maliciosa a su espalda, desde ahí acarició las nalgas de la abuela, sintió la firmeza de una abuela joven, su mano pasó por su culo y después por su encharcada raja, los dedos de la pequeña nalgona masturbaron a la abuela, que por instinto puro movió las caderas al ritmo que su nieta la masturbó.
Le escena era demasiado obscena, la abuela con los ojos cerrados, la boca abierta moviendo las caderas de adelante a atrás de forma indecente, sus nalgas y caderas eran prominentes y ella las movía como si tuviera verga y se estuviera cogiendo a alguien, lo hacía rápido, tal y como Karen movía la mano dentro de ella; la abuela se dejaba llevar y no importaba la imagen que diera, ella quería satisfacer a su nalgona nieta y si eso era lo que ella quería, pues lo haría sin titubar, estaba a su total disposición, nuca se había sentido tan entregada a otro ser, su nieta era su ama y señora.
- Aaahhh
No pudo evitar gemir al sentir otro chorrito de orina salir, su nieta le estimulaba directamente en la vejiga desde atrás de ella, movía los dedos con ferocidad, Karen sabía que si la estimulaba lo suficiente la haría orinar y eso es lo que quería, que Don Jorge sintiera el olor de orina de mujer… mujer caliente y entregada
- ¿Karen que me haces? Aaahhh ¿quieres que me orine?
- Si hazlo
- Tomé mucha agua, no tenía sed, pero pensé que se te antojaría esta noche ¿le atiné verdad?
- Si abuela, pero hoy será especial
- Aaahhh
La abuela gimió al escuchar a su nalgona nieta decir “especial”, su piel se erizó, ya conocía ella los especiales de su nieta, su raja se mojó que soltó liquido como si orinara, pero era solo excitación pura.
La abuela se volteo sacando los dedos de Karen de su raja, que al salir hicieron un ruido extraño, tomó a su nieta con ambas manos y la besó en la boca, sus lenguas se enroscaron, Karen acarició con la lengua los dientes alineados de su abuela, que solo cerró los ojos y se dejó explorar por la lengua de su nieta
Karen se separó un poco de ella y de la mano la jaló hacía la cama, se desnudó y se acostó boca arriba, con dos dedos separó sus labios, miró a su abuela que se relamía los labios saboreando ya la tierna rajita de su nieta, gateando llegó hasta ella y lentamente se acercó a la vulva infantil, su lengua acarició el dilatado clítoris, Karen cerró los ojos y se dejó hacer
- Aaahhh
Ahora la que gimió fue ella, tomó con ambas manos la cabeza de su abuela y la guio como quería el cunnilingus, Karen abrió los ojos, pues recordó a su abuelo padre, justo cuando escucho pasos de botas que se aproximaban, la abuela seguía chupando la raja infantil de Karen y no escuchó cuando llego don Jorge, su mirada estaba posesionada en el culo en pompa de Doña Juanita, que se contoneaba de un lado a otro sin saber que era observado con lujuria.
Don Jorge miró a Karen que le sonrió cómplice, le hiso señas con la cara para que se desnudara, el viejo lo entendió perfectamente y en un santiamén ya estaba como dios lo trajo al mundo, su verga dura como roca apuntaba al techo, lentamente se fue acomodando atrás de la concentrada Doña Juanita, Karen se sentó para contener la reacción de la abuela
- ¿pero qué…? —la abuela quiso levantarse y voltear al sentirse penetrada, pero Karen rápidamente la detuvo
- Espera abuela, tranquila, hoy tenemos visitas, déjate llevar
- Pero mi niña, yo no… ¿Quién es?
- Déjate llevar abuela ya lo conocerás o… reconocerás
Don Jorge la tomó de las caderas con sus manos rasposas, acabó de meter su verga y llegó hasta el fondo, sacó la verga dejando solo el glande, pero la regresó casi al instante hasta el fondo, la abuela sintió una penetración coital, tenía años sin recordar lo que era eso, sentía como el intruso empujaba su cérvix con ferocidad, llegó el momento que, si se dejó llevar y regresó a la raja de su nieta, que nunca la soltó de la cabeza y no la dejo voltear para ver quién era su copulador
- Mmmm mmmmm
Don Jorge la sostenía con ambas manos de las caderas, las tenía aun firmes, pues no era tan vieja aun, apenas estaba pasando los 40 años y físicamente estaba en plenitud de formas curvilíneas, el viejo sentía como la raja se contraía una y otra vez bañándolo en líquido vaginal, miró a Karen que con las piernas abiertas mantenía a su abuela en su raja, la sostenía con una mano mientras la otra la tenía apoyada en la cama, las miradas se cruzaron, los dos tenían la boca abierta y jadeaban llenos de placer, por alguna razón sus miradas fueron cómplices, era como si estuvieran cerrando un trato de compartir hembra
Doña juanita ya empezaba a gemir, su vagina volvió a soltar jugos, ya se había secado del susto, pero con los embates que le daban, de repente ella recordó algo, apoyo como pudo los codos en la cama y levantó la cabeza para ver a Karen, que dejo de ver a su abuelo padre para verla a ella
- Karen… tengo… que ay aaahhh aaahhh … decirte al…. Aaahhh algo
- ¿Qué abuelita? —dijo Karen acariciándole la negra cabellera mientras miraba el rostro desencajado de placer de su abuela
- Puedo… aaahhh quedar … emba…. Aaahhh aahhh aaahhh embarazada
La mirada de Karen y don Jorge se volvieron a cruzar, Karen tenía una sonrisa maliciosa, Don Jorge lo notó y sintió escalofríos, pero no dejo de moverse penetrando a su antigua amante
- ¿y no te gustaría?
- No… cómo crees, aaahhh ya estoy… aaahhh vieja aaahhh
- Bueno está bien—dijo Karen al ver a Don Jorge que le miraba meneando levemente la cabeza— hay otras opciones — Don Jorge sonrió — eso lo dejaremos para después, ahora disfruta
Estuvieron 10 minutos más en esa posición después el viejo miró a Karen, sus miradas eran de cómplices, el embestía a la abuela desde atrás y Karen le controlaba la mamada de raja que le daba, cada uno se satisfacía de la misma mujer, los dos se sonreían, eran tal para cual, pero a el viejo le empezaban a doler las rodillas y solicito cambiar de posición
- Quiero cambiar
La abuela abrió sus ojos como platos, reconoció la voz del hombre que desde atrás la penetraba, se salió de la entrepierna de Karen la miró aterrorizada, Karen sin voltear a verla mantuvo la vista en los ojos del viejo y sonrió maliciosa
- Acuéstate papá
Don Jorge con mirada de lobo se acostó boca arriba, la abuela aún tenía la cara de confundida, pero se dejó llevar por Karen que la tomó de la mano y la sentó en el rostro de su ex y ahora nuevo amante, el viejo sacó la lengua y la hiso gemir de verdad
- Aaahhh
Karen sonreía satisfecha, se acercó a su abuela que a ojos cerrados recibía la lengua de Don Jorge
- Abuela, lo traje para ti, para que disfrutes con él como lo hiciste antes
- Aaahhh
La abuela en verdad vibró al escuchar las palabras de Karen, se sentía tan humillada, tan usada, pero sobre todo tan excitada; Don Jorge bajo ella se deleitaba haciendo uso de su lengua con maestría, hiso el “torbellino” que tanto le enloqueció a Doña Juanita cuando se la llevaba al monte a coger, ella andaría rondando por los 16 años cuando él se le llevaba y se la cogía saboreando a la joven y sumisa adolescente
- Aaahhh
La madura, pero suculenta mujer se estremecía como si tuviera frio, pero solo era la expresión de todo el placer que sentía, Karen vio que era oportuno participar y hacer una travesura, se acercó a la entrepierna de su abuela y le metió dos dedos en su raja mientras el viejo le chupaba el culo, ni la madura ni el viejo pudieron adivinar las intenciones de la niña nalgona y puta, que frotó los dedos en la vejiga de su abuela hasta que la pobre mujer abrió sus ojos asustada
- Ay
Puso cara de espanto y frunció su entrecejo de impotencia al sentí como su vejiga libera unos chorros de orina que cayeron directos en la boca de don Jorge, que no pudo hacer otra cosa que abrir sus ojos y tragar la orina
- Ay… Karen, no hagas eso… ay… no lo puedo detener… ay… perdón Don Jorge, pero no lo puedo detener aaahhh
El último ya no fue quejido, más fue un gemido de placer al desarrollar un morboso orgasmo provocado por la lluvia dorada que la daba al viejo, dentro de ella siempre lo quiso hacer cuando era adolescente, pero le faltó valor.
Don Jorge sintió como su pene se endureció al ser orinado en la cara, no le dio asco, al contrario, sintió mucho morbo, siguió chupando la raja con olor a orina, Doña Juanita cobró valor y movió sus caderas de adelante a atrás, frotando su raja e la boca del viejo que no dejaba de chupar y lamer.
- Aaahhh si
Alcanzó a decir el vejo cuando sintió la tibia boca de Karen meterse su verga a la boca, la abuela desconcertada y sin dejar de moverse vio cómo su nieta mamaba como un becerro la verga del viejo, ella nunca lo hiso así, el mas bien se la cogía por la boca; hora se deleitaba viendo como su nieta con maestría impropia de una niña de su edad le mamaba la verga arrancándole verdaderos suspiros.
- Karen, hija mía, que rico me mamas la verga
La abuela abrió la boca asustada al escuchar como el viejo se dirigía a su pequeña nieta, pero estaba muy excitada para reaccionar, además le encantaba como la sometían entre los dos, haciendo de ella un simple juguete sexual
Karen se cansó de mamar y volteo a ver a su abuela que a ojos entrecerrados y boca abierta la vigilaba, ahora fue la mirada de ellas dos las que se cruzaron, la madura vio cómo su nieta escupió saliva en su mano y la llevo a su tierna rajita, la embarró y metió dos deditos, se montó sobre el viejo y tomó su verga llevándola a su rajita, el glande se atoró y la pequeña bajo, entró la mitad, sacó y la volvió a meter, en el tercer sentón entró toda y los huevos rosaron su culo.
- Aaahhh si, esto es lo que quería, tener esta vega dentro
La abuela no lo podía creer, el lenguaje de su nieta cada vez era más osado, vio como la pequeña, pero nalgona niña cabalgó al abuelo como si fuera un jinete, nunca hubiera imaginado que una pequeña se podría comer una verga con tanta facilidad.
Fue una cogida de locos, el viejo se sació de la dos, las puso en las posiciones que le dieron la gana, sodomizó a la pequeña ante la mirada de espanto de su abuela y después con más miedo en su rostro ella fue empinada por él, sintió como el viejo manipulo en su culo y se lo ensalivó
- Aaahhh ay
Fue el quejido que dio Juanita cuando sintió el tieso miembro de su antiguo amante regresar al culo que tantas veces le dio, de hecho, eso fue lo que evitó que no la embarazara al primera, muchas veces eyaculó en su culo dejando libre de semen a su fértil vagina.
Cuando la fue sodomizando la vieja pujo y gimió soltó algunas lagrimitas, pero nunca pidió que se la sacaran, soportó los embates que el viejo le dio, sintió su vagina contraerse cuando él le soltó una fuerte nalgada, eso la hiso recordar su juventud, como le encantaba que él la nalgueara al mismo tiempo que penetrara ya fuera por su raja o por su prieto culo
- Aaahhh aaahhh
Gemía la abuela recibiendo verga Karen sentada sobre sus talones apreciaba como su abuela tenía un orgasmo tras otro, se acercó a ella y la besó en la boca metiéndole lengua, fue algo difícil pues el vejo Don Jorge aceleró excitado viendo a la nieta besar a la abuela, más pensando que era su nieta hija la que besaba a su abuela, ciertamente había heredado sus genes dominadores
- Es por ti abuela, esto solo fue por ti
Le susurró la pequeña nalgona a su abuela que tenía el ceño fruncido de placer, abrió su boca de éxtasis; don Jorge sabedor del estado que tenía la vieja, se la sacó y la volteó, quedo boca arriba, miró a Karen y con la pura mirada se comunicaron, ella entendió, se sentó en la cara de su abuela, la lengua invadió su raja, Don Jorge le levantó las piernas, Karen la sostuvo y las jaló, el culo de ella se elevó y la verga del don, regresó dentro.
Las embestidas fueron salvajes, doña Juanita las aguantó, nunca dejo de lengüetear a su nieta, las dos gemían, Karen y su abuelo padre se miraban a los ojos, la lujuria invadía el espacio, Doña Juanita se separó de su nieta para poder gemir cuando escuchó los bufidos del viejo eyaculando en su culo, sus muslos le temblaban lo mismo que a Don Jorge la bombeaba sin misericordia.
- Aaahhh me descargo en tu culo Juana, que rico se siente
- Aaahhh aaahhh
La abuela también tuvo su orgasmo, fue algo brutal, la pobre en el último empujón que Don Jorge le dio con la cadera quedó despatarrada en la cama, Karen seguía sentada sobre su abuela, se separó un poco y separo sus labios mayores, Don Jorge no perdía detalle, sus ojos se abrieron de asombro cuando ella orinó en la boca de su abuela, más cuando la abuela tragó todo lo que pudo, parte cayó en la cama mojándola, a nadie le importó eso.
Una vez terminada su micción oral, Karen fue a con su abuelo y le mamó la verga limpiándosela, lo jaló y lo hincó a un lado de su abuela, le susurró al oído
- Sigues tu papá
El entendió eso y relajó su esfínter, el chorro de orina salió y Karen que sostenía la verga, lo apuntó a la boca de su abuela, que a ojos cerrados tragó todo lo que pudo aunque no fue suficiente, más orina salió de sus comisuras
Cuando terminó de orinar él cayó a su lado y Karen inmediatamente se acostó al otro lado, los tres se quedaron dormidos, él en medio y ellas abrazándolo como su macho que era.
Don Jorge abrió sus ojos y sintió el cálido abrazo que las dos le daban, la abuela a su derecha y Karen a la izquierda, suavemente se despegó de las dos, se levantó y se colocó su ropa, no sabía qué horas eran, seguramente su mujer estaría más que enojada, pero volteo a ver a Karen y Juanita, las vio tan hermosas desnudas, la luz de la luna alumbraba sus esculturales cuerpos, Karen tan niña tan nalgona y tan puta y Juanita a sus casi 40 años lucía un cuerpo de infarto, no dejaba de pensar en por qué demonios no se la siguió cogiendo, una hembra como esa debía ser cabalgada como buena potranca que era.
No se arrepentía, si su mujer se enojaba sería bronca de ella, él se había cogido a dos súper hembras y eso valía la pena el boleto, salió de la casa sin hacer ruido, poniendo el seguro antes de salir.
******
El sol entró por la ventana, despertó a Karen que desnuda en la cama se estiró disfrutando el dolorcillo que le quedaba después de una buena cogida, vio a su abuela que dormía con una sonrisa de felicidad. La besó en la mejilla y eso la despertó.
- Hola abue, buen día, hay que levantarnos, hoy es un nuevo día
Karen se levantó y se fue a la regadera, necesitaba lavar sus hoyos que aún tenían leche del viejo, cuando terminó de bañarse se puso una bata sin ropa interior y bajo a la cocina donde olía a desayuno
- Hola abue
- Hola Karen — contestó la abuela seria
Karen lo notó y sospechó que la culpa la invadía, anoche disfrutó del orgasmo de su vida, pero hoy la culpa cobraba factura, Karen se levantó y la abrazó por detrás
- Abue, sabes que te quiero mucho ¿verdad?
- ¿desde cuándo te metes con Don Jorge?
La pregunta fue clara y directa, Karen sintió lo rasposo de las palabras
- Poco antes de cumplir los 8 años, pero ¿eso que tiene que ver?
- Te dije que te cuidaras, sabes que él es tu abuelo y también tu padre, te lo advertí que no confiaras en él y como quiera lo hiciste
- Ay abuela, mira cuando me metí con él no sabía que éramos parientes, y pues ya que, ya lo había hecho
- Pero mi niña, entiende que eres muy pequeña, no está bien
- Abuela ya pasó y fue rico, me gustó y no debes preocuparte ya por nada, tranquila
- O sea que seguirás teniendo relaciones con él
- Claro, ahora más que nunca, ¿y sabes qué? tu y yo lo compartiremos, lo cogeremos hasta dejarlo seco – Karen puso una sonrisa malévola.
- Pero niña que dices
- Abuela tranquila — Karen se acercó a ella y la sentó para acariciarle el cabello suave y sensualmente – tienes que ser más tranquila y relajada, entiende que no me violó, me gustó tanto como a ti, no me prives de este placer, no seas mala abuelita, anda di que si
Mientras le decía todo esto le daba tierno besitos en su rostro, la besaba en la nariz, en los ojos, en las mejillas y remató en la boca dónde además le metió la lengua.
- Tranquila abuela, tu no debes preocuparte de nada, recuerda de hoy en adelante yo veré por ti y saldremos de esta pocilga, ya lo veras
- Pero mi niña yo…
No alcanzó a terminar, un suculento beso de Karen le dobló todas las fuerzas, no pudo más que abrazar a su deliciosa nieta y acariciarle esas hermosas nalgas mientras ella la sostenía del cabello para besarla ladeando su cabeza.
Karen la levantó pero la acostó en el suelo, se sentó en su boca y relajó esfínteres, la orina salió nuevamente en la boca de la abuela, quien la ingirió como el mejor té de su vida, Karen puso los ojos en blanco y titiritero con la sensación de la micción, pero más con la sensación de los labios de su abuela sobre su raja
- Abuela hoy no solo es un nuevo día, es una nueva vida, ya lo verás
Sus bocas se volvieron a unir, el beso sabía a orina, a ninguna le importó, en la cocina solo se escuchaban los ruidos de un beso apacionado, una que se daban la abuela y su nieta, sintiendo ambas que la vida cambiaría radicalmente.
Continuará
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