Las mellisas (Una historia real, un poco novelada por mi)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esta larga hisotria comenzó una tarde de verano, estabamos solos en casa mi madre y yo a la fecha con 17 años. Me fui a la piscina, con una tohalla, protector solar y puesto mi bañador de waterpolo, que es bastante ceñido, lo que me permitía cubrir con aceite la mayor parte del cuerpo. Cuando me tendía en el cesped para asolearme, llegó Cinthia mi madre, también con un bañador de dos piezas y bién ceñido, se marcaban muy bién sus pezones y solo una linea más blanca mostraba en su vientre plano la cicatriz de la cesarea, por donde vine al mundo, preguntó de inmediato
– ¿Ya probaste el agua? – La observé de pies a cabeza, pensando en las frases de mi amigos y compañeros de natación, de que estaba muy buena, que si era mi hermana, que si me la follaba, etc. etc. Y me di cuenta que si, que era una mujer muy bién hecha y que mi padre había tenido mucha suerte, con ese pedazo de hembra, le dije
– Pues aún no me mojo, acabo de llegar – Preguntó
– ¿Te pusiste crema en la espalda? – Dije
– Pues no, no resulta fácil – Me sonrió diciendo
– Pues nada, ven acá que yo te aplico la crema – Me puse de panza y le dije
– Pues luego te aplico yo y así, ambos quedamos protejidos – Sin responder, se puso un poco de crema en las manos y comenzó a deslizar sus manos por mi espalda, sin querer tensé los músculos, ella me pidió
– Tranquilo ¿Lo hago muy brusco? – Le respondí de inmediato
– No para nada, es que tienes las manos muy suaves y es una delicia sentirlas en la espalda – No respondió, pero la cabo de unos minutos me dijo
– Vale ya estás listo, es tu turno – Me arrodillé mientras ella se ponía de panza, sentí un pinchazo en la polla, cuando vi su culo respingón, de gluteos redondos, un monumento vivo al culo, pensé. Le puse en la espalda demorándome mucho cuando llegaba al comienzo de sus gluteos, con pesar le dije
– Pues ya, tienes toda la espalda lista – Levantó la cabeza preguntando tiernamente
– ¿Y las piernas, el cuello, los brazos y todo lo demás – Me quedé de piedra, porque me gustó eso de lo demás. Pero sin decir palabras, comencé el cuello, los hombros y los brazos, luego bajé a sus piernas y comencé por los pies, los tobillos, las pantorrillas, los muslos y entonces me atrreví y le comencé a poner crema en el interior de sus muslos, en varias oportunidades, llegué hasta su entrepierna, eso hizo que separara un poco las piernas, en ese momento, sentí que mi polla abandonaba el bañador, al ver los labios gordítos de su vulva, marcados en la lycra. Con cuidado puse la polla dentro y lamenté no tener uno más grande que disimulara mi erección. Sin palabras ella se dio vuelta y comencé con mucho cuidado con su rostro, su cuello el pecho hasta el comienzo de los senos, bajé a la parte inferior del pecho, la estrecha cintura, el vientre, incluso deslicé un dedo por el interior del bikini y sentí la suavidad de los pelos de su pubis. Sus muslos que me tenían loco, los recorrí varias veces, nuevamente sus pantorrillas por delante y terminé en los pies. Me di cuenta que estaba totalmente empalmado, así que rapidamente, salté sobre ella y me lancé al agua. Estaba fria pero deliciosa. La historia se repitió varias veces, incluso incursioné un poco en sus senos, en su pubis, hasta que un dia ya loco de exitación, le tomé el coño y quise meterle un dedo en la vagina, dió un grito y entró a la casa corriendo, me quedé de piedra. Traté de ir a hablarle, pero se encerró en su pieza con llave y no salió hasta que llegó mi padre. Él no reaccionó tan mal, pero me dijo
– Arregla un par de maletas con todas tus cosas, porque mañana te vas al campo donde la abuela – No respondí nada, pero me fui al garage, cogí dos maletas y las llevé a mi cuarto, comencé a llenarlas, me quedó la duda si era por un tiempo o para siempre. La verdad no me importó, en eso escuché sus gritos
– Estás loco, es nuestro hijo ¿Como lo vas a echar? – Mi padre le contestaba en voz baja, por lo que no alcanzaba a escuchar, mi madre gritó muy fuerte – Esto me pasa por contarte una jugarreta de Paco, tu estás loco, tu te deberías ir de casa – Al poco rato llegó mi padre diciendo – Pues nada, olvídate no te vas a ninguna parte – No le respondí nada, pero segui arreglando mis maletas, insistió – ¿Escuchaste? No vas a ninguna parte – Lo miré desafiante y respondí
– Pues nada, me mandaste a casa de la abuela y me voy – Ignoro porqué, pero igual me voy y escuché como tu esposa te gritaba, supongo que algo te habrá dicho, que ahora se arrepiente – Me miró muy serio y dijo
– ¿Que le hiciste a tu madre? – Respondí
– ¿Antes o después de su rapto de histeria? – Lo vi inseguro
– Pues me dijo que habías intentado follarla ¿Es verdad? – Sin mirarlo y poniendo cosas en la maleta respondí
– Si me la hubiera querido follar, lo habría hecho y el que se iría de esta casa serías tu, yo me voy mañana y se acabó – Se me acercó con aire amenazante, pero me paré en guardia y se dio cuenta que ya no era un chaval, pese a mi edad y gracias a la natación ya tenía 1,82 y las espaldas muy anchas, para su 1,75 y bastante delgado era mucho, asi que desistió y se fue. Esa noche dormí muy tranquilo, la abuela era una mujer muy avispada y me quería mucho, puesto que fuera de sus dos hijas mellizas, solo me tenía a mi como nieto. Al dia siguente, tomé mis maletas y me fui a la puerta, mi madre estaba delante de la puerta para impedir mi partida – Tu no vas a ninguna parte – La miré fijamente
– Pues nada, piensa que si ayer te quise follar como dijiste, ahora podría hacerlo, mejor me voy – Respondió
– Y ¿Cuando piensas volver? – Lo pensé unos segundos
– Cuando quieras follar conmigo, no antes – Se hizo un lado y me entregó un sobre, era dinero, recién entonces pensé que debía comprar pasajes al pueblo. Tren y bus para recorrer medio España.
Como conté, la abuela había tenido a mi madre y Paula su hermana eran dos gotas de agua, solo se distinguian por un pequeño lunar que Paula tenía en la cien, al lado del ojo izquierdo. Yo las reconocía por el lunar y la ropa, ya que conocía muy bién la de Cinthia mi madre. Llegué al pueblo, donde me esperaba Fermín, el administrador de la abuela, en un Jeep. Puso las maletas en el vehiculo y partimos. Cuando la abuela me vio, hizo un gesto muy divertido diciendo
– Joder Paco, si eres todo un ejemplar de semental caro, que manera de crecer, yo que Cinthia no te había dejado salir de casa y menos donde esta vieja sinvergüenza – Solté la carcajada y la abracé, la sentí liviana como una pluma, pero también sentí sus senos pegados a mi pecho, se colgó de mi cuello, mientras me besaba en los labios con un piquito, se soltó y tomándome de una mano me llevó al interior de la casa, me mostró mi cuarto, que compartía baño con otra habitación, ahora vacía, pero que servía para huespedes. Dejamos mis cosas y luego nos fuimos a la sala, hizo traer refrescos y unos dobladitos, cuando ya estabamos solos me dijo – ¿Es verdad que le metiste mano a tu madre? – La miré en silencio y asentí con la cabeza, ella sonrió y dijo – Pues a esta vieja ya le puedes meter mano, porque te vas a llevar una sorpresa, que después no querrás dejarme, piensa que ya soy viuda tres veces, asi que los viejos ni me miran – Yo si la miré y pensé que no era tan vieja, mi madre tenía 35 años, me había tenido a los 18, así que le pregunté
– Oye abuela ¿Que edad tienes? – Se puso muy seria y dijo
– Primero que nada, no me digas abuela, dime Almudena que es mi nombre y tengo la edad que represento, ni un años más – Le dije
– Joder Almudena, no pasas de los 25 y como yo represento casi 20, pues cúidate tu que no soy viejo que vaya a morir muy fácil, en una de esas hasta te dejo embarazada – Soltó una carcajada diciendo
– Este es mi macho, pues nada chaval, tengo 56 años y tres maridos en el cementerio, hay unos tios que me dicen la culo de pistola, pero me ha servido para ser cada dia más rica, con esta hacienda y la otra que tengo habilitada para turismo rural y el último me dejó cinco propiedades en el pueblo – Me admiró que teniendo tanto capital, viviera todavía en el campo, se lo dije
– ¿Porqué no te vas a vivir a la ciudad? – Se rio diciendo
– Al ojo del amo engorda el ganado – y mirándome muy seria me dijo – Ahora en serio ¿Que vas hacer? Eres muy inteligente, acabas de terminar el bachillerato, eres un gran atleta, eres muy guapo, pero si pensasate follar con Cinthia, es porque eres nieto de tus abuelos, e hijo de tu madre – Me quedé con cara de interrogación y prosiguió – Mañana nos iremos temprano a cabalgar y te contaré un secreto de familia, entonces entenderás muchas cosas y además conocerás parte de tu herencia – La interrumpí
– Querrás decir de tu hacienda – Me negó
– No, dije bién, de tu herencia, porque eres mi único heredero, pero de eso hablaremos mañana, ahora vamos a ver las noticias – Esa noche dormí como jamás, un silencio absoluto, me di cuenta que amaba el campo. Al dia siguente la abuela me contó, que su primer marido y padre de sus hijas, no había sido cualquiera, que era su hermano de padre y madre y que ellos habían emigrado desde el sur, para poder vivir su amor tranquilos. Nadie sabía eso, salvo sus hijas, porque el incesto lo llevaban en los genes. Entonces entendí, el porqué me había exitado mi madre. Llevamos un termo con café y unos sandwichs, así que cabalgamos entre los árboles, hasta llegar al remanso de un estero, un lugar precioso, me bajé del caballo y cuando pensaba ayudar a Almudena, de un salto bajo por su cuenta, sacó las alforjas con un mantel que puso en el suelo y luego el termo dos tasas plasticas y varios sandwichs, le dije
– Me puedo bañar en el rio, tengo ganas de nadar – Me preguntó
– ¿Trajiste bañador? Porque si no, te bañas desnudo y luego te secas con este mantel – Sin pensarlo me acerqué a la orilla y me desnudé, me di cuenta que la abuela me miraba atentamente, me metí al agua que estaba muy fria, me di un par de vueltas nadando y en un momento vi que la abuela también se estaba desvistiendo, cuando se sacó los pantalones de montar y la blusa, me dejó helado, a su edad tenía una cintura fina, unas caderas redondas, buenas piernas, muslos potentes, unos senos que al quitarse el sujetador cayeron un poco y luego al sacarse las bragas vi un pubis con un triángulo pequeño, se depilaba y me encantó, se metió de inmediato al agua y nado un poco contra la corriente, lo hacía con mucha gracia, de pronto desapareció y sentí miedo, cuando me disponía a ir tras ella, apareció a mi lado, casi pegada a mi cuerpo, su cara era de una niña traviesa, le comenté
– Me diste un buén susto, pensé que una corriente te había tomado – Me miró coqueta
– ¿Que habrias hecho? ¿Dejarme ahogar para heredarme? – Me salió de lo más profundo de mi alma
– Eso jamás, ni lo pienses, para mi eres muy valiosa y mientras más viva, más valiosa – Se acercó hasta rosarme con sus pezones, con una voz muy sexy me dijo
– ¿Porqué te soy más valiosa viva? – Vi sus ojos verdes que clamaban algo y tomándola de la cintura la puse con su cara a la altura de la mia, la besé tiernamente en los labios, la tomé de los gluteos y la levanté hasta que sus senos quedaron a la altura de mi boca, se los succioné con cuidado, ella dijo – Más fuerte Paco, más fuerte – Se los chupé con fuerza ella arqueó su cuerpo y me pidió – Vamos fuera del agua, donde podamos estar sin el frio del agua – No me había dado cuenta pero salí con ella en brazos y terriblemente empalmado, la deposité sobre el mantel, e hice un lado las cosas, luego sus brazos se prendieron de mi cuello y comenzamos a besarnos, nuestros cuerpos mojados, pedian sexo, su vagina clamaba por ser penetrada y mi polla una vaina donde depositar su leche. Sus piernas se abrieron para recibirme, puse el glande en su vulva, pero calculé mal, ella tomó mi polla y exclamó – Dios santo, esto es muy grande, me vas a partir, ten cuidado – Y se lo puso en la entrada de su vagina, bajé las caderas y ella dio un bufido cuando sentí que la había penetrado, estaba humeda en su interior, así que pronto se sintió más suave, con mi cabalgada sobre ese cuerpo deseoso de sentir placer, comenzó un movimiento candencioso de caderas, con suaves embestidas de su pubis, en solo unos minutos, se apretó a mi con mucha fuerza y gritó de placer, no tenía la menor intención de eyacular todavía, así que seguí con un mete y saca suave, ella poco a poco volvió a moverse, pero en pocos segundos estaba corriéndose, fueron como seis o siete orgasmos seguidos, mientras yo sentí como mi cuerpo se sacudía de placer, al sentir esa vagina ya muy mojada contraerse de placer y comencé a vaciarme en su interior, mientras ella se sacudía en el más fuerte de sus orgasmos, le dije
– Te amo Almu… te amo de verdad, eres mia y voy a ser tuyo, toda la vida – en eso me di cuenta que la polla volvia a estar a mil, la sentí dura como un fierro, pero ella también la sintió y me dijo
– No, no va a ser para toda tu vida, pero es ahora, en este momento y eso es lo mejor – Sus caderas comenzaron un movimiento aún más frenético, mientras se perdía entre las exclamaciones de placer por el nuevo orgasmo que la sacudía de pies a cabeza, por mi parte seguí clavándola incansable, nuevos orgásmos de su parte y uno grandioso mio, pusieron fin a nuestra primera relación sexual, a nuestro primer encuentro de placer. Esa noche dormí en su cama, después de desarmar un poco la mía, para el personal que hacía el aseo por las mañanas. Pero su cama fue testigo, de cuando en cuatro patas, me entregó su ano y me hizo el hombre más feliz del mundo. Volvimos muchas veces a nadar y cada vez era más perfecta las relaciones, tanto que decidí levar una colchoneta y ponerla en una funda plástica por si llovía, nos amabamos como locos, decidimos que ese año no comenzaría la universidad, me tomaría un año sabático y aprendería las faenas del campo. A la entrada del otoño, Paula la hermana de mi madre, anunció visita. Ni almudena ni yo entendiamos porqué. Cuando llegó casi me morí porque pese a conocerla, el parecido era increible. Diría que si había una pequeña diferencia, Paula estaba un poco más delgada. Esa noche debí dormir en mi cuarto y mi tia en el contiguo al baño que compartiamos. Esa noche hablaron hasta muy tarde con Almudena, al dia siguente estuvieron entre conversando y discutiendo, esa noche me dijo la Abuela
– Pues ya es hora que te enteres, esta mujer se va a divorciar de su marido, porque está enamorada de un hombre más joven que ella, eso no está mal, lo malo es que ella no sabe como conquistarlo y quiere que tu la ayudes, me he opuesto no por celos, sinó porque eres tu quién debe decidir – No entendí bién
– ¿Decidir que Almu? – Respondió
– Si quieres enseñarle a seducir un joven – Solté la risa
– Pero si jamás he seducido a un joven, tengo las hormonas bién distribuidas, mejor le enseñas tu, que eres capaz de volver loco al más pintado – Sonrió alagada y dijo
– Tu trabajo sería decir si te seduce o no, sobre todo ¿porqué no te seduce? Ya le enseñé como hacerlo, pero quiere estar segura y entonces le dije que tratara de seducirte, que eres un chaval de mucha experiencia. Le gustó mucho la idea y entonces si aceptas, ella comenzara ahora mismo a conquistarte – Le consulté
– ¿Y si lo logra Almu? Si me conquista ¿Que pasará entre nosotros? – Me sonrió diciendo
– Pues que más vale que sea temprano que tarde y total como siempre, todo queda en familia, hala a examinar esa belleza – Nos fuimos a la sala donde ya estaba Paula sentada en un sillón pierna arriba y con la falda a medio muslo, sus piernas ya me eran familiares, como las de Cinthia, así que lo demás lo supuse y me exitó. Nos fuimos a acostar cada uno a su pieza, sentí ruido en el baño y pensé que Paula se estaba duchando, pasó un rato y cuando me disponía a dormir, se abrió la puerta del baño, con su luz, vi a Paula con un Body negro, con liguero y medias negras, se veía como una aparición, como un monumento a la sexualidad, me peguntó
– ¿Que te parece? ¿Me veo sexy? – Sentí que se me secaba la garganta y prendí la luz del velador, le dije
– Si no fueras mi tia, te tomaba ahora mismo y te violaba sin misericordia – Me sonrió diciendo
– Sería más lindo que lo hicieras con pasión, pero también con ternura, porque así recibirías amor de vuelta ¿No te parece? – Salí de la cama con una erección a mil. Ella lo notó y dijo
– Pues no me demoré mucho en conquistarte – No le respondí pero me prendí de sus labios, que se me abrieron para recibir mi beso y nuestras lenguas se confundieron en un intercambio de pasión, la abracé y sentí su cuerpo pegarse al mio, la tomé en brazos y la deposité en la cama, nos besabamos como locos, vi su lunar al lado del ojo, la señal de la diferencia. Tenía puesta una tanga, que le saqué de inmediato, le bajé la parte superior del body y sus senos quedaron a disposición de mis manos y mi boca, que los succionó uno a uno, le quise sacar el body y me pidió que después, así que bajé a besar sus muslos maravillosos, mi lengua comenzó a lavar su vulva, era un perro lamiendo su manjar, ella ya se convulcionaba de placer y me pedía – Penétrame, mételo, consuma nuestro amor – Yo estaba enloquecido, le sujetaba con fuerza sus muslos, que a golpes de pubis y caderas, parecían querer soltarse de mi permanente lamer y succionar su clítoris, sus gritos de placer llenaban la habitación, la enorme cantidad de sus fluidos, me extasiaba al paroxismo, la locura del sabor y del placer. Lentamente dejó de menearse y de gritar, un aumento del fluido de su vulva, me lleno la boca y su sabor era maravilloso, me deleité lamiendo hasta la última gota, buscando con la lengua hasta en el interior de su vagina, los últimos residuos de ese nectar de los dioses y ahora mio. Luego subí acariciando la seda del body, succioné sus senos, nos besamos con mucha pasión y puse el glande en la entrada de su vagina, levantó bruscamente el pubis y la penetré hasta la mitad, un empujón mio y esa estrecha vagina recibió completamente mi polla, era la vaina justa para mi sable, comenzamos a movernos, a darnos todo el placer del mundo, me decía – Mi macho… mi amor… así mi vida… me haces tan feliz… más amor… maaaassss… maaaaaasssssss, ahhhh… ahhhhhhh… yaaaaa… yaaa… Te amo, te amo Paco mio – Sentí que el cuerpo se me cargaba de una energía nueva y me lanzaba en el mayor orgasmo de mi vida, le dije sin querer
– Te amo Cinthia… te amooooo… amooooooorrr… – Acabé como loco, le vacié muchísima leche, y pese a eso la polla no cedió ni un segundo, así que volví al mete y saca, ella se confió a varios orgasmos, los mios fueron dos más, cuando pensé que era hora de asearnos un poco, ambos habiamos lubricado demasiado y la cama se sentía mojada, me levanté y vi su maravillosa vulva, llena de fluidos y de semen, que le salia de la vagina a las sabanas, me miró a los ojos con mucho amor y dijo
– Me llamaste Cinthia ¿Porqué? – Repliqué
– Perdona Paula, es que estoy enamorado de Cinthia y estar contigo fue como estar con ella – Peguntó – Si yo fuera Cinthia ¿Me amarías igual que ahora? – Dije
– Sin dudas, pero vamos al baño – Ella me pidió
– Ve tu primero, ahora voy yo – Me fui a la ducha y me lavé muy bién, ella pasó a su pieza y volvió envuelta en una bata delgada, que resaltaba aún más su figura, me pidió – Vete a mi cama porque la tuya está fatal, ya saqué las sábanas, pero mojamos hasta el colchón – Me sequé muy bién y me fui a la cama, antes de salir del baño la vi en la ducha, estaba de espaldas y su figura me hizo empalmar de nuevo, pero me fui a su pieza, prendí todas las luces, porque quería verla bién, cada milimetro de su cuerpo, lo acariciaría con mi boca y la lengua. Entró a la pieza, nuevamente enfundada en la bata, me preguntó – ¿Te gustaría que fuera Cinthia? ¿La follarías igual? – No dudé y le dije
– Por favor creeme, a ella la amo, la amo con locura, es verdad que estoy contigo y perdóname pero pienso en ella, follo con ella… – Me hizo una seña que me callara y se sacó la bata, completamente desnuda, adelantó el pubis y vi la cicatriz blanca de su vientre, Paula no tenía hijos y luego me mostró la cien derecha, el lunar había desaparecido. Me levanté de un salto y la abracé y besé como loco
– Cinthia mi amor, mi vida, eres tu, como te amo, como te amo reina de mi vida – Ella me calló con sus labios y un beso de amor increible nos llevó derecho a la cama. Esta vez abrió sus piernas y mi polla entró por la única vagina que me podía hacer completamente feliz, mientras la penetraba hasta lo huevos, la tomé de sus gluteos y le pedí – Me gustaría que me dieras la virginidad de tu ano ¿Estás virgen verdad? – Respondió
– Cuando tu quieras mi amor, soy completamente tuya – Dije
– Ahora Cinthia, en nuestra noche de amor total – Le levanté sus piernas, poniéndolas en mis hombros, ella entendio y me pidió
– Lubricame mucho para que no me duela tanto – Saqué mi polla de su vagina y estaba empapada, de sus y mis fluidos, miré el anillo de ano rosado y con la misma polla le fui mojando el ano, le metí un dedo empapado en el ano, lo sentí duro, así que le hice una masaje rotatorio, hasta que pude meterle don dedos, se quejó cerrando los ojos, entonces saqué los dedos y le puse el glande, empujé y me costó muchísimo, pero al fin sentí que rompía la resistencia y desgarraba su ano, penetrándola un buén trozo, comencé a bombearla, mientras ella con los ojos cerrados soportaba en silencio el dolor, le pedí tal como me había enseñado Almu
– Apreta Cinthia, apreta para que pase el dolor – Sentí como me apretaba y el gusto se multiplicó, al final no soporté el placer y descargé toda la leche en el interior de su recto, le saqué lentamente el pene, estaba lleno de semen y sangre, me dio miedo y le pedí – Pérdon, por favor perdóname por hacerte doler – Me miró tiernamente y me pidió
– Ven aquí – me abrazó y nos besamos en los labios, nuestras lenguas se buscaron para darse la una a la otra – Te amo Paco, te di mi virginidad anal con todo mi amor, pero ahora vamos a lavar tu pene y mi ano adolorido de amor.
Muy excitante uhmmm