Las siete vidas del gato – Mi Padrastro Mato por fin al Gato
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por relatosdesexgay.
Mi padrastro es alto como de 1.
80, unos 90 kg, nalgón, viste siempre de vaquero: jeans ajustados que dejan apreciar demasiado bien sus nalgas, sus bien formadas piernas, y su verga que si le prestas atención te das cuenta de que siempre la tiende para el lado derecho y si lo miras con más atención podrás casi apreciar la forma del glande de su verga.
Camisa vaquera a cuadros, ajustada de los brazos y pecho dejando ver la gran cantidad de vellos en él.
Guapo.
A sus 35 años ya contaba con unas canas por el área de las sienes que lo hacía lucir aún más atractivo.
fue futbolista profesional y ahora enseña en una escuela de uno de los equipos insignia de la capital.
Al llegar a vivir a la capital, Yo contaba con 15 años cuando mi madre me lo presento como su novio; me impacto su forma de dirigirse, muy propio, muy educado y muy caballeroso con mi madre.
Después de 6 meses de noviazgo se fue a vivir a nuestra casa en el norte de la ciudad.
Después de un tiempo ya no me dirigí hacia él como señor, sino como papito.
Llego a ser un buen muy buen padre para mí y algo más.
Para los 16 empecé a frecuentar fiestas, bares, conocer gente.
Conocí a Mario, un amigo con el cual empecé a salir, nada serio, solo pasar un buen rato.
Lo conocían en casa.
Se los presente como mi amigo.
Días después mi papito hablo conmigo diciéndome que no le parecía bien la amistad con Mario, echándome un sermón: que Mario no era buena influencia para mí, que me alejara de él.
Algo no me pareció en su forma de darme sus consejos más allá de lo que me dijo lo sentí un poco celoso, no sé si como hijo o como hombre y a partir de ahí se me metió en la cabeza averiguarlo.
Un sábado llegué a las 2.
00 am a la casa después de haber tomado un par de cervezas, me lo encontré solo con un bóxer puesto, sin camisa, dejando ver su bien formado pecho lleno de vellos, brazos fuertes, manos grandes.
él estaba en la cocina sirviéndose un vaso de agua lo salude y le pedí por favor que me sirviera un vaso con agua también a mí; me lo sirvió, estiro la mano para que tomara el vaso con agua, me acerque un poco mareado y sentí que me acerque demasiado pues casi podía sentir su aliento sobre mis labios, me tomo de la cintura para no caer al suelo.
Nos vimos a los ojos por un par de segundo, pero lo suficiente para saber lo que yo quería, baje mi mirada a sus labios, y de nuevo a sus ojos en ese momento quería que besara mi boca, mordiera mi cuello y que me hiciera suyo en la barra de la cocina, pero no sucedió y solo se despidió dándome las buenas noches.
Paso todo el mes en el cual pensé que todo había sido obra de mi imaginación.
Un viernes en la mañana desayunando mi mamá nos comenta que ira a Medellín a visitar a mi abuela por el próximo fin de semana.
En ese momento dirigí mi mirada a los ojos de papito quien me vio por un segundo y agacho su mirada al plato.
Me fui al colegio planeando todo el día como seducirlo, no podía permitir que pasara ese fin de semana sin que nada pasara entre él y yo.
El viernes en la noche fuimos a dejar a mi madre al aeropuerto, de regreso a la casa él me pregunto por mis planes para este fin de semana:
—¿Saldrás con Mario?
—No, ya corté mi amistad con Mario, tenías razón, no era buena influencia para mí.
El solo asintió sonriendo victorioso.
Lo vi a los ojos y pregunte: —¿Que te gustaría que hiciéramos? — Al mismo momento que sonreí.
Me dijo que ya tenía planes con sus amigos de ver un juego de futbol que pasarían por TV.
Llegamos a la casa, me senté en la sala y prendí el televisor.
Él se fue a bañar para su compromiso con sus amigos.
Salió de su cuarto, solo envuelto en una pequeña toalla blanca, rumbo al baño atravesándose por la televisión, segundos después regreso y me comento que se le olvido el jabón y volvió a pasar hacia el baño.
Cada que pasaba no podía dejar de ver entre su entrepierna que se notaba su verga semierecta, podía ver que la tenía muy gruesa.
Minutos después salió limpio de la ducha y se dirigió a su habitación.
En ese momento fui al baño en busca de su ropa interior, en el suelo mojado encontré unos calzoncillos en color blanco, para mí fue como encontrar un tesoro.
Me desnude.
Me tumbé al suelo y me los restregué en mi cara con una fuerte inhalación absorbiendo el olor de mi papito, olor a hombre: sudor, orines y liquido pre seminal.
Empecé a acariciar todo mi cuerpo, mis piernas, pellizcaba mis tetillas, acariciaba mis 19 cm de verga, acariciaba mis bolas, escupía mis dedos, mismo que metía a mi culo, cerrando los ojos imaginándome que era el quien me poseía, quien me hacia el amor como siempre lo he querido.
Empecé a bajar y subir mi mano sobre mi falo en segundos salió mi leche disparada hacia mi pecho, yo solo exhale con un aire de gozo, me quede un par de minutos más en el suelo hasta que oí que toco la puerta para despedirse:
—Voy a salir, regreso en un rato.
—Ok.
—fue solo lo que pudo salir de mi boca al salir de mi excitación.
Me bañe, me puse un bóxer ajustado y regrese a la sala en espera de mi papito.
Oí que llegaba su carro; apague la televisión, me fui a mi cuarto dejando abierta mi puerta y yo tendido en mi cama me hice el dormido.
Lo oí tropezar con algunos muebles y lo sentí pararse en el umbral de mi puerta.
—¿Estas dormido?
No respondí y volvió a preguntar más alto: —¿estas dormido?
Lo sentí entran más allá del umbral, cerré los ojos y pude sentirlo frente a mí.
Se sentó sobre la cama sin hacer ningún movimiento o sonido, paso un lapso de unos 5 minutos cuando me gire haciéndome el dormido.
Sentí unas palmaditas en mi espalda desnuda.
se marchó a su cuarto.
El sábado despertó y yo había preparado el desayuno.
—¿Cómo te fue con tus amigos? —Pregunte
—¡Bien, gracias! — Se limitó a responder por la resaca que se cargaba.
Le brinde unas aspirinas.
—Gracias.
—Hijo, ¿Qué planes tienes para hoy? —Pregunto.
—Voy a salir con unos amigos, lo más probable es que me quede en casa de uno de ellos para no manejar con aliento alcohólico.
—Papito, ¿anoche entraste a mi cuarto?—Pregunte
—Mmm, No.
para nada toñito ¿Por qué?— Titubeo.
—Es solo que anoche sentí como si algo o alguien se sentó en mi cama.
En fin, deben ser solo alucinaciones mías.
—Me voy a echar una siesta e iré un rato a la sede del equipo— Comentó.
Se fue a su cuarto y me hice cargo de los platos sucios.
Regrese a mi recamara a dormir una siesta también.
Llego la noche y me prepare para salir con mis amigos a un bar.
Toque la puerta de su recamara:
—Voy a salir, ¿necesitas algo?
—No hijo, solo cuídate por favor.
—Dijo al momento que sacaba unos pesos de su cartera y me los entregaba.
Nos despedimos con un beso en la mejilla, era algo usual.
Apoyé mi mano sobre su pecho desnudo, al hacerlo sentí electricidad de deseo por mi cuerpo al sentir sus vellos sobre mis dedos.
Paso la noche en el bar y yo deseando que pasaran las horas rápido para regresar a mi casa.
Esa noche tome como seis cervezas.
Llegue a mi casa, toque el timbre un par de veces con la única intención de despertarlo.
Abrió la puerta un tanto irritado, al darse cuenta que era yo cambio su semblante.
—¿Y tus llaves toño? —Preguntó
—Perdóname papito, las perdí o deben de estar en el carro.
—Dije un poco mareado.
Puso mi brazo sobre su cuello y me ayudo a entrar a la casa.
Me senté en la sala y él me llevo un vaso con agua con unas aspirinas.
–Tomate esto, si no mañana amanecerás con dolor de cabeza.
—Me dijo al momento que su entrepierna quedo a la altura de mi vista.
Llevaba puesto únicamente unos bóxer en color blanco que a la luz de la lámpara podía ver la sombra de su verga flácida.
Yo trataba de ver por la abertura que tienen los bóxer si alcanzaba ver la piel de su verga.
Se sentó a un lado mío y me empezó a preguntar cómo me había ido, al momento que sobaba mi pierna con su mano.
—Bien, me la pase muy bien.
—Exclame al momento que me quitaba mi camisa.
—¿Te pasa algo hijo? —Preguntó al momento que ahora sobaba mi mejilla.
—Nada papito es solo que me siento un poco borracho, es todo.
—Bueno toño, me retiro a mi recamara.
—Papito, ven por favor! —Dije casi suplicando.
Se regresó y se volvió a sentar en la sala.
—¿Qué sucede hijo?
—Papito, nunca te he agradecido por todo lo bueno que has sido con mi mamá y conmigo y quiero.
—No tienes nada que agradecer hijo, los amo mucho —Dijo interrumpiéndome.
—¿En serio me amas papito?
—En serio hijo, los amo mucho y no hay nada que no haría por ustedes.
Me abrazo y sentí sus vellos en mi pecho, sentía su aliento en mi oído; me beso la mejilla, nos miramos a los ojos con esa mirada que casi podíamos mirar a través uno del otro.
—Yo también te amo papito —dije al momento que lo miraba a los ojos.
Y esta vez bese la comisura de sus labios.
Nos volvimos a ver a los ojos por un par de segundos diciéndonos sin hablar que ambos queríamos lo mismo; lo bese en los labios correspondiendo él a los míos.
Nos separamos, nos vimos y me arriesgue a volver a besarlo, pero esta vez metiendo mi lengua en su boca tratando de tocar la suya, sentimos la humedad de nuestras lenguas.
Tomo mi rostro con ambas manos y se separa de su boca.
—No hijo! ¡Esto no está bien! esto no puede suceder! —dijo apenado.
—Pero, ¿Por qué papito si yo te amo y tú me amas? —Dije al momento que metía mi mano por la abertura de su bóxer pudiendo tener ese pedazo de carne en mi mano derecha.
—No hijo, estas confundido.
Empecé a subir y a bajar mi mano por su verga, él solo gemía.
—Detente por favor hijo.
—Dijo sin hacer el mínimo intento por retirar mi mano de su tronco el cual ya sentía medio erecto.
Volvió a tomar con ambas manos mi rostro, me vio a los ojos y me beso.
Fue un beso brusco, largo, metiendo su lengua a mi garganta como si el mundo se fuera acabar en la próxima hora.
Me abrazo con tal fuerza que sentí que me iba a quebrar los huesos.
Bajo a mi cuello, lamiéndolo, subió a mi oreja, metiendo su lengua húmeda en mi oído, su respiración estaba sumamente agitada y la mía igual.
No daba cabida a mi mente que esto realmente estaba pasando, por un momento me detuve a mirar su rostro y era real papito me estaba poseyendo como siempre lo he querido.
o como siempre lo habíamos querido.
—Te amo toño, siempre te he amado.
—Dijo con un tono de desesperación.
Baje por su pecho, oliendo sus vellos, llegando a sus tetillas, mordisqueándolas, él solo gemía de placer.
Baje a su entrepierna, a esta altura su bóxer ya no contenía su verga.
Baje su bóxer y salto un pedazo de carne de unos 21 cm, gruesa, cabezona, con las venas muy marcadas, saltadas.
Metí a mi boca ese trozo que apenas me cabía, él desesperado de deseo tomaba mi cabeza empujando su vientre, por un momento me ahogué, tosí queriendo casi vomitar.
Su liquido pre seminal empezaba a salir, lo tomaba con mi boca.
Baje desde el glande hasta sus testículos pasando por su grueso tronco.
Baje a sus piernas velludas, a sus rodillas, a sus pies.
Pase mi lengua por cada uno de sus dedos, lamiendo como un perro lame a su amo.
Me levantó y mientras me besaba empezó a desbotonar mi pantalón, bajándolo por completo dejándome solo con mi calzón blanco
Me empino en el sofá y empezó a morder mi espalda bajando hasta mis nalgas las cuales mordió por encima del calzón.
Bajo mi calzón dejando mi culo rosita y lampiño a su completo servicio.
Separa mis nalgas y hundió su lengua en el fondo de mi culo.
Exhale de placer, sentía que tocaba el cielo.
—Así papito, así comete mi culo.
—decía de placer al mismo tiempo que tomaba con ambas manos su nuca apretando su cara a mi culo.
No quería que ese momento terminara.
Empezó a nalguearme.
—Que rico culo tienes toñito, ha sido tanto el tiempo luchando con este deseo hacia ti.
—Te amo papito, siempre te he amado.
— Cógeme, por favor cógeme, quiero sentirte dentro de mí.
—Le rogué como un niño que ruega por un dulce.
Me empino sobre el sofá, aun cuando mi culo ya estaba dilatado después de sus mamadas
Unto más saliva en su verga y en mi culo y me la empezó a meter, sentía como entraba su cabeza, en ese momento pensé que me iba a partir el culo, yo solo inhalaba y exhalaba
–Papá, sácamela, me duele.
–Dije.
Me abrazo:
—Relájate, pronto va a ceder el dolor.
—Dijo metiéndose más a mi culo.
Tocaba mi culo y lo sentí bien abierto además de que sentí que aún le faltaba un pedazo de verga más por meterme.
Me levanto abrazándome y mordiendo mi oreja, giro mi rostro y metió su lengua en mi boca, en ese momento hizo un movimiento, un tanto brusco, metiendo sus 21 centímetros de su verga en mi estrecho culo metiéndola por completo.
Yo quería gritar de dolor, pero con su lengua en mi garganta no podía se detuvo hasta que mi culo se acoplo a su verga.
—Relájate hijo, relájate para que no duela.
El dolor empezó a ceder.
Empezó a sacarla y a meterla muy despacio.
Yo estaba calientísimo, ardía de placer y empecé a moverme yo solito, me movía para enfrente y para atrás sintiendo su verga recorrer las paredes de mi esfínter.
Empecé a juguetear; cuando sentía su cabeza en la punta de mi culo de un golpe la regresaba adentro.
él solo gemía, gemía rico y con eso me decía que estaba disfrutando al igual que yo.
— Que rico culito tienes, estas bien rico.
Tenía tiempo que quería cogerte, verte así.
Ya eres mío toñito, eres mío.
—Dijo.
Esas palabras eran música para mis oídos.
Empezó a moverse, a sacarla y a meterla un poco más fuerte.
Estábamos súper calientes.
Sudando como puercos.
Me excitaba cada gota de su sudor que caía en mi espalda y como la gota de sudor recorría mi espalda hasta mi coxis
—Cógeme papito!! cógeme!! cógeme más fuerte!!!
—Quiero subirme encima de ti.
Dije sacando su verga de mi culo.
Se acostó al sofá con la verga bien dura, bien parada, húmeda de haber estado dentro de mi culo con la mezcla de nuestras salivas.
Me toque el culo y lo tenía súper abierto.
Subí y acomode su verga en la entrada de mi culo y me deje caer, esta vez entro con facilidad.
Empecé a subir y a bajar a mi ritmo.
papito me tomaba de la cara y me besaba con tal desesperación.
—Así mi amor, que rico te mueves.
—Dijo al momento que con ambas manos tomaba mis nalgas y la subía y bajaba por su verga llena de venas.
Yo solo sentía como sus bolas chocaban con mis nalgas.
— Cambiemos de posición, pon tus piernas en mis hombros.
— Dijo él.
Me puso 2 cojines en la cintura quedando mi culo elevado, a su disposición.
Empezó a meter su verga.
— En esta posición sentí un poco de dolor—
Entraba y salía de mi culo con facilidad.
Se agachaba a besarme el pecho, los pezones, la boca.
— Mi amor, en esta posición es en la que más te imaginaba cogiéndote.
Tomo mi verga y me la empezó a jalar de arriba abajo.
—Detente por favor papito sino me voy a aventar mi leche.
—Dije al momento que retiraba sus manos.
Entraba y salía de mi culo hasta que dijo:
—Ya me voy a venir.
—Vente dentro de mí, quiero tu leche dentro de mí.
Empezó el ritmo más fuerte para venirse.
Me tomaba de la cintura y sus embestidas eran cada vez más fuerte
—Me voy a venir me voy a venir!! —Dijo.
—Vente, dame tu leche papito.
— Dije al momento que jalaba mi verga para arrojar mi leche a la par.
Sentí el chorro en mi culo al mismo tiempo que yo avente mi leche tan fuerte que salto a mi barbilla y pecho.
Se quedó dentro de mí por un rato, se recargo encima mío, embarrando mi leche en su pecho.
Nos besamos más despacio, con delicadeza hasta que su verga salió de mi culo por si sola.
Me levanté y sentí su leche saliendo de mi culo, escurriendo por mi pierna.
Nos acostamos en el sofá, nos abrazamos nos dimos un beso prolongado.
Fuimos a mi recámara y nos quedamos dormidos en mi cama despertando hasta pasado el mediodía.
—Gracias, la pase de maravilla anoche contigo.
—Dije.
—Yo también la pase de lo mejor.
—Respondió.
—Quiero repetirlo, ¿Cuándo podríamos? —Pregunte.
—Espero que muy pronto, ahora vamos por tu madre que ya está por llegar su avión.
—Dijo al momento que sellaba mis labios con un beso.
Después de ese día ninguno volvió a tocar el tema, pero cada que se cruzaban nuestras miradas ambos sabíamos lo que nos decíamos: "volver a repetirlo pronto"
Tuvo que viajar de nuevo mama para que volviera a pasar algo entre nosotros, y esa segunda vez creció nuestra relación y el deseo por el otro.
Al punto de descararnos y no solo esperar los viajes de mama, si no que aprovechábamos cada vez que estábamos solos en casa, así fuera solo por unas horas.
Termino mi papito por matar al gato, era la última vida que le quedaba, aunque nuestra relación ya termino desde hace mucho que me vine del pueblo a vivir a la capital
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