Las sorpresas de la pequeña Camila.
La madre de Camila me tenía obsesionado y muy frustrado, pero la niña se encargó de darme las sorpresas más ardientes de mi vida sexual. Esta es la primera parte de su historia..
Conocí a María Pía un viernes en la noche, cuñada de un compañero del colegio, con el que me juntaba a tomar unos tragos de cuando en vez. Una adolescente de tan solo 16 años, entre tragos y risas, amanecimos en la sala de mi amigo, los dos solos, conversando de muchos temas. Ya en la madrugada, la conversación abordo el tema sexual. Y sin mayores complicaciones me enteré que era sexualmente activa desde los 13. Eso me calentó muchísimo e intente tener sexo con ella. Nos besamos y le saque el polo, ya se había quitado el sostén, sus tetas no eran tan pequeñas, piel blanca pezones rosados, erectos excitados. Los amase y chupe cuanto pude, quise bajarle el pantalón del buzo para penetrarla, ella no quiso. Ya había amanecido y me tuve que detener, mi amigo y su esposa podían despertar, así que me fui. Desde entonces se convirtió en mi obsesión. Pero a pesar de mis intentos nunca llegué a coronar un encuentro sexual con todas las de la ley. Hubo “agarres” muy audaces. Años más tarde, recuerdo haberla penetrado con mis dedos y provocarle un orgasmo, fue en mi auto, de regreso de una fiesta de año nuevo a la que invite de pareja. Nuca llegué a más, nos hicimos buenos amigos y conversamos casi siempre de todo, por lo general la conversación derivaba en el sexo, éramos confidentes sexuales. Al poco tiempo nació Camila, el padre, era un comerciante adinerado. Imagino que María Pía pretendió “asegurar su futuro”, pero ella quería conservar su libertad y eso como que no funcionó. Nuestra amistad continuó y cuando se separó del señor, seguimos frecuentándonos, siempre con Camila, parecíamos una familia feliz. Tanto así en una salida, la pequeña Camila, me dice que le gustaría que fuera su papá. A mí no me parecía mala idea, pero su madre tenía otros planes. Le saco la vuelta al marido cada vez que le venía en gana, siempre fue sexi, atractiva, y supo aprovechar el dinero del padre de Camila para hacerse algunos “arreglos”, la nariz, una liposucción para modelar la cintura y un levantamiento de la cola. La perfección de sus formas llamaba la atención por donde pasaba. Como le sobraba tiempo, la pasaba en el gimnasio, donde se enamoró de Renzo, su entrenador personal y se mudó con él. Al parecer había sentado cabeza, lo que parecía imposible. En ese entonces Camila tendría unos 8 a 9 años.
Una tarde llego al departamento donde se mudaron y Camila sale abrir la puerta. Me sorprende con un beso en los labios, con la boca abierta. No supe cómo reaccionar y mucho más cuando sentí su pequeña lengua extendiéndose dentro de mis labios. Es una niña, pensé, debe haber visto a su madre. Me hice el loco, no debía darle importancia. Esto se repitió en varias oportunidades. Al principio parecían casuales, pero me di cuenta que solo lo pasaba si nadie la veía. Igual no me resistí, y la esperaba preparado con los labios entreabiertos, pero sin corresponderle en el juego. Fácil que pasaron un par de años en ese plan, casi una costumbre o “accidentes recurrentes”. En una ocasión, como el departamento quedaba en un octavo piso, ella bajo y la abrió para que pasará. Coincidimos con una señora y sus dos hijos, casi de la edad de ella. Todos subimos al ascensor y ellos se bajaron en el tercero, ni bien bajaron, me extendió los brazos para abrazar mi cuello y dio un salto para que la cargará y me planto un beso de esos, esta vez no era casualidad ni accidente, había una clara intención. Eso me calentó y esta vez correspondí, jugamos con nuestras lenguas, la tenía abrazada por la espalda y me anime a bajar las manos y sujetarla de la colita, eso me pareció demasiado, me sentí culpable, aún con los labios pegados la puse de pie en el ascensor ella se despega de mi y se acerca ofreciéndome sus labios, no aguanté y tomé la iniciativa. Pero llegamos al octavo y el ascensor se detuvo. La puerta se abrió, el ascensor era directo al departamento, antes que salir me acerco a su oreja y le susurro
- ¿Este es nuestro secreto no?
Gira hacia mí, me mira con una cara de picardía que no le conocía
- Yep
Eso fue todo lo que me dijo. Nuestra relación cambió por completo. Siempre fuimos cercanos y congeniábamos a la perfección. Yo era su protector y paño de lágrimas, la relación con su madre no era la mejor. Ella no era muy paciente y algunas veces tuve que intervenir para calmar las aguas. También le resultaba más cómodo que yo lidiara con la niña y de alguna manera hacía las veces de tutor. Bueno, a eso me dedicaba, soy maestro de educación artística y en algunas escuelas he cumplido la función de orientador y tutor. El caso de Camila se explicaba en parte, por una falta de imagen paterna, también porque estaba desarrollando hormonalmente y se había desatado una guerra de hembras en el hogar. Llegué a observar que ella se sentía muy cómoda con el novio de su madre, pero que era algo demandante con él y trataba de monopolizarlo, evidente competencia con la madre. Me preguntaba si algo estaba pasando con Renzo.
Empecé a darle algunas clases de recuperación y era la oportunidad perfecta, ella le decía a su madre que conmigo entendía todo mejor y que eso era lo que necesitaba una persona que la comprendiera. Ya que los besos eran abiertos y e intencionales, nos cuidamos de hacerlo cuando estábamos solos. Termino el año escolar y con eso las clases.
Ese verano, Camila se fue a la casa de playa de la familia paterna como todos los veranos y las cosas no iban tan bien para María Pía, el novio se había embarcado en un crucero como entrenador personal. Ella se había preparado para hacer de entrenadora y por mientras se quedaba atendiendo a los alumnos de su pareja. Pero las redes sociales son traicioneras y a pesar que el novio se conectaba casi a diario con ella contándole su día, diciéndole cuanto la extrañaba y jurándole amor eterno, descubrió que en el crucero también estaba una expareja de él. Ese fue el principio del fin, aunque no era lo peor.
Camila no veía mucho a su padre, él la compensaba dándole lo necesario y cumpliendo algunos de sus caprichos. Esa navidad además de toda la ropa que pudo comprar recibió, un celular y una laptop de última generación. Así que comenzó a llamarme por teléfono y en ocasiones conectarse por Skype conmigo, conversaciones cortas amenas y de cuando en vez alguna confidencia de su relación con su madre o su padre. Me decía que me extrañaba y cuando acabará el verano estaríamos juntos de nuevo. Nunca hubo referencias a los besuqueos ni conversaciones subidas de tono. Pero no era la única persona con la que se comunicaba.
- Te dejo, que me está entrando otra llamada.
- Ok, seguiremos hablando en otra ocasión.
Apague la Pc y me dedique a lo mío. Tal vez la locura hormonal de esta niña se estaba normalizando. Asumí que en la playa conocería algún muchacho de su edad y nuestro asunto pasaría. Era lo natural, aunque algo de celos me daba.
- ¿Hola, como estas?
- Bien ¿Que tal tu día?
- Normal ¿Por dónde estás?
- En Barcelona, mañana partimos hacia las islas griegas.
- Qué bonito me gustaría estar ahí. Mándame fotos.
- Te voy a mandar un video. Ya habrá oportunidad.
- Siiii!!!
- ¿Hiciste la tarea que te dejé?
- No, me dio flojera.
Bueno, igual si no quieres, no pasa nada. Dale tiempo ya iras creciendo. Aún eres una niña.
- ¿Te has molestado?
- No como se te ocurre, yo no quiero obligarte a nada.
- No, no es eso, solo que me parece raro hacerlo sola.
- Pero es mejor hacerlo sola, esa es la manera cómo vas descubriendo tu cuerpo.
- No sé… es que no sé cómo hacerlo.
- Como te explique el otro día… ¿Quieres que te ayude?
- Yap
- Estas sola en tu cuarto ¿Qué hora es por allá?
- Son casi las 6 y mi papá con mis tíos fueron de compras, mis primos están en el malecón, estoy sola…
- ¿Y por qué no fuiste con ellos?
- Porque quedamos en conectar y estaba esperando tarado…
- ¿Qué les dijiste?
- Que me iba a conectar con mi mamá.
- ¿Has hablado con ella?
- No para nada…
- Bueno ¿quieres que te ayude o no?
- Ya dime que hago
- Aleja tu compu para que pueda verte de cuerpo entero. Mejor ponte audífonos y cierra la puerta. ¿Tienes un equipo para poner música bajita?
- Ok, así piensan que te quedaste dormida…
Camila, separa su laptop y la lleva al borde de la cama, esta vestida con un Short cortito blanco. delgado de algodón, con bolsillos tipo jean, sujeto con cinta tejita atada con un lazo, pegadito a sus muslos y la entrepierna, arriba un top, de hombros descubiertos, amarillo con estampado de florecitas, pegadito con elásticos en los bordes, con el ombligo Ella se echa de costado en la cama mirando la cámara. Resaltan sus muslos rellenitos y bronceados. El pelo suelto, negro y lacio. No lleva maquillaje, cumplirá 12 años dentro de poco. Se coloca unos audífonos de cascos color blanco.
- Ok …ya estoy
- Wow… se te ve muy bien tus piernas han desarrollado desde que recuerdo…estas haciendo ejercicio…
- Ja ja… nada, tú sabes que no me gusta…
- Pero se te ven riquísimas, igual no tienes barriguita, eso si has bajado.
- Si… la semana pasada, fuimos a una fiesta en el club, y estábamos bailando entre mis primas y un grupo de chicas empezaba a imitarnos con gestos…
- ¿Por qué, no eran tus amigas?
- Si las conocemos, el año pasado parábamos juntas, pero ahora nos saludan de lejos.
- Que extraño, si eran amigas.
- Bueno no tan amigas, conocidas. Lo que pasa es que ellas aún se ponen ropa de niñas y quieren jugar cosas de niñas o quieren juntarse para ver Bob Esponja, cosas así.
- Si claro, tú ya eres más grande.
- Además, creo que nos miraban porque nosotras somos flacas… ellas son gorditas
- Entiendo… es que tú ya eres una adolescente atractiva y estoy seguro que serás una mujer muy sexy…
- Si ¿no? Ok…
- Bueno, empecemos… te dije que tenías que buscar tu clítoris y estimularlo
- Si, pero me da cosa…
- ¿Recuerdas la última vez que estuvimos viendo tv en el cuarto? ¿Qué sentías mientras te besaba y te tocaba abajo? ¿Te gustó?
- Si claro, pero no duro mucho porque llego mi mamá.
- Tócate igual como yo te hacia… ¿con tus amigas nunca hablas de eso?
Camila coloca su mano derecha en su entrepierna y estruja su vulva sobre el shorcito,
- ¿Como lo sientes?
- Igual, no es lo mismo.
- Hagamos una cosa… sácate el shortcito y colócate con las piernas abiertas frente a la cámara…
Ella junta y se sienta sobre sus rodillas, suelta la cinta que ata el pantaloncillo, lo desabotona, abre el cierre y se reincorpora un tanto, lo baja hasta el medio de sus muslos, se echa sobre la espalda y levanta las piernas juntas para terminar de sacarse la prenda. Ahora su entrepierna, cubierta por una trusa de encaje transparente color piel calzones, esta frente a la computadora a los ojos del paciente instructor, no es la ropa adecuada para una niña, pero cuando va con su padre, ella escoge la ropa que compara y no se la deja ver. Continúa estrujando su entrepierna con toda su mano.
- Con calma niña, no estas exprimiendo un naranja…. Usa el dedo del medio y pásalo por encima, entre tus labios…
- ¿Qué labios?
- Así se llaman… ahí se notan muy bien… lindo tu calzoncito… por el centro, suavecito mientras más suave mejor…
- ¿Te gusta? ….así… ¿Está bien?
Camila empieza a percibir cierta sensibilidad, es agradable, continúa..
- ¿Así?
- Si muy bien, solito se va ir activando….
- Mmmjuuu… siii… se siente bien..
- Ahora, con tu índice y el anular sujeta tus labios por fuera….
- No entiendo…
- Usa los tres dedos del centro para sujetar tu vulva, el del medio déjalo en el centro y los otros dos a los costados…
- Ya…
- Sigue pasándolos suavecito…
- Aja…
Su respiración empieza agitarse, parece haber encontrado el ritmo, exhala un gemido
- Vas muy bien…
- Creo, que tengo que ir al baño…
- No tranquila…eso es normal, estas empezando a lubricar… te sale como un líquido, pero no es pichi…
- Ok, ok…
Empieza a gemir con mayor intensidad y levanta la pelvis
- Déjame ver como esta tu vagina, sácate el calzón… para que puede ver
- No …ahí no más
- Vamos, si no, no puedo enseñarte más
- No mejor no…
- Quieres sentir más rico, ya casi esta todo… lo vas disfrutar…
Camila se detiene un rato y cambia de posición se pone panza abajo con su rostro frente a la cámara, sus cachetes estas sonrosados y su respiración se está normalizando.
- Nunca había hecho algo así, creo que es demasiado
- ¿Qué te estas arrepintiendo…?
- No sé, que pasaría si mi mama se entera.
- Lo mismo que si se entera, que nos besamos en su cama…
- Pero eso es un secreto…
- Como que te besas con el amigo de tu mamá… te conozco chiquita eres una calentona…
- ¿Cómo sabes eso?
- Hay chiquita ¿No sabias que el ascensor tiene una cámara de seguridad?
Camila, se siente atrapada, su mayor secreto estaba al descubierto. La invade el pánico.
- Pero eso es otra cosa
- Si claro, él es un viejo mañoso
- No, no es así, yo lo amo…
- Ja ja… Ay Camila, de donde sacas eso, lo que pasa es que eres una chiquita muy arrecha. O me quieres decir que a mí también me amas, jaja…
- No a ti no…
- Si lo sé, lo haces porque eres una pendeja que quiere joder a su mamá levantándole el novio
La actitud de Camila cambia, esta entre colera y angustia, sus ojos se enrojecen y se llenan de lágrimas…
- Tranquila niña, estamos para pasarla bien. Solo yo tengo esa grabación, le pague al conserje para que me diera la copia y borrara todo… no se lo voy a enseñar a nadie. Lo hice para protegerte… tu madre te mataría y a tu amiguito lo meten preso…
- Me lo prometes
- Juro solemnemente… seguimos…
- No lo sé, no tengo muchas ganas de hacerlo
- Eso no te lo creo… a tu edad siempre tienen ganas…yo lo hacía con una prima de tu edad
- ¿En serio? ¿De mi edad?
- Si y no por internet, en vivo y en directo, le encantaba que se la metiera, gozaba como una loca, tú aún no sabes lo que es eso, eres una niña
- Qué … ¿se la metías?
- Se la comía toditita y eso que la tengo algo grande…
- Nunca he visto una. ¿La puedo ver?
- Pensé que ya lo habías hecho con el amigo de tu mamá, que tonto…
- No, no lo he hecho, con nadie, si ni siquiera sé cómo masturbarme
- Por tratarse de ti, vamos hacer una cosa, nos vamos a masturbar juntos. Será tu primera vez y con el novio de tu mamá… ¿eso te gustaría?
- … Ya… vamos hacerlo…
- Pero eso si yo te enseño mi pene, yo también quiero ver todo…
Camila, se saca el calzón y lo avienta fuera de la cama.
- Ok… quiero verlo
- No aún no… totalmente desnuda
Camila no lo duda y se saca el polo, se queda con un strapless de encaje del conjunto de su calzoncito ..
- Hmmmm bonita ropa
Se desabrocha el strapless y lo bota, sus pequeños senos quedan al descubierto, pezones pequeños y rosados, se cubre con una mano y el antebrazo, mira a la cámara… algo asustada, cae en la cuenta que está totalmente desnuda frente a un hombre, lo piensa y se sonríe picara y decidida, se sienta frente a la laptop. Camila no lo sabe, pero Renzo la ha empezado a grabar en su computadora
- Pucha, tú eres más rica y arrecha que mi primita, lo sospechaba cuando te conocí y lo del video me lo confirmo. ¡Carajo que lo chapabas con unas ganas!
- Es que con él es diferente, no lo entenderías…
- Lo que entiendo es que estas loca por una verga, aléjate de la cámara y ponte como perrito..
- ¿Asi? …ya, quiero ver… enseñame
- Si así… estas buenísima… mete y saca tu barriga… así como estas…mucho mejor de lo que me imagine
Renzo se saca la verga y se la muestra. Camila quiere verla más de cerca, le pide que la acerque. Renzo la pone en primer plano y le pide que así, en cuatro, le muestre la cola de cerca. Su vulva y su ano, están en primer plano. Se las ingenia para ver la verga de Renzo de reojo. La tiene erecta y se la está meneando.
- ¿Que estás haciendo?
- Me estoy haciendo una gran paja, sigue metiendo y sacando tu barriga… Que rico carajo, se te ve que estas mojadita…
Camila pasa un dedo por sus labios vaginales y si, esta mojada, esta excitada…
- Vamos, metete un dedo…hazlo
- Me da miedo
- Te va gustar…
La niña desliza un dedo por su estómago y llega la puerta de su vagina… y mete un pedacito de su dedo medio, lanza un gemido con fuerza, lo vuelve hacer y entra un poquito más , vuelve a gemir, intenta nuevamente y lo vuelve hacer, lento, toma respiración y va de nuevo, obediente sin dejar de sacar y meter la barriga
- Ya ves… ¿te gusta?
- Si… me encanta
- Ok, vamos por más… ponte de frente a la cámara con las piernas abiertas… pon una almohada debajo de ti…
- Ok… ya esta
Esta ensimismada con su vagina y no deja de tocársela. Renzo le pide que busque un cepillo de pelo, un tubo de plástico o un plumón, algo que sirva como si fuera un pene… ella regresa con el control del play station y un cepillo de pelo de mango largo, se coloca en la misma posición…
- ¿algo de esto sirve?
- Claro que sí, ahora vamos a trabajar con tus pechos… chupa las punta de tus dedos para mojarlos, disfrútalos, mueve tu lengua como si estuvieras chapando con tu viejo…
Ahora empieza a chupar el cachito del control remoto…. Y tócate un pezón con un dedo. Suavecito, casi sin tocarlo.
La excitación de Camila subió, sus pezones estaban sensibles y se daba placer con la lengua con el control remoto. Desde su punto de vista, Renzo observa como su vagina se humedece, el fluido comienza a brotar y cae lentamente hacia su ano… Entonces le pide que tome el cepillo de pelo y que lo chupe igual que el control remoto y que con la otra mano, sienta como se ha mojado su vagina.
- Ahora te voy a enseñar el secreto de una buena mamada…
- Ah…
- Cuando mamas un pene…
- ¿Mamar un pene?
- Yo sé que te va encantar, ya vi como lo chupas, te voy hacer una campeona.
- ¿Qué tengo que hacer?
- Cuando mamas un pene, tu boca hace las veces de una vagina, tienes que chupar tus cachetes hacia dentro para que sea lo más parecido y tienes que meterlo y sacarlo… prueba con el cepillo…
Camila aprende rápido, y juega con el cepillo metiendo y sacando, mientras su vagina esta plena de fluido y sus dedos se mueven con facilidad.
- Ahora la mejor parte, tus labios están húmedos. Ábrelos con las dos manos, y mueve un dedo hacia arriba, donde se juntan los labios, vas a encontrar un bultito.
Así descubre su clítoris y al tocarlo lanza un alarido en seco, Renzo le dice como moverlo, y ella lo está disfrutando, los espasmos se vienen uno tras otro…
- Ahora sí, llego el momento, chupa bien el mango del cepillo y trata de metértelo.
- No lo sé
- Vamos estas demasiado excitada, eso te calmará
- Ah… ah… ah… ya entró, pero un poquito…
- Eso esta bien… hasta donde entre, si haces fuerza, puedes romper tu himen y perderías la virginidad… ¿eso quieres?
- No…no… mejor no…
- Entonces está bien… mételo y sácalo como lo hiciste en tu boca con un mano y usa la otra para tocar tu clítoris como te enseñe
- Ah…ah… hay que rico…
- Eso niña goza, ahora te voy alcanzar…
Renzo empieza a masturbarse y a marcarle el ritmo a Camila, finalmente la niña consigue su primer orgasmo, una explosión de placer que inunda la cama con un potente chorro de fluido… Renzo sigue con la mirada fija en la vagina de Camila y eyacula con fuerza, manchando la pantalla de su computadora.
- Esta ud. servida señorita, ha tenido su primer orgasmo y se ha convertido en una artista de la masturbación.
- Estoy extasiada, no me imaginaba como seria.
- Ahora lo puedes hacer cuando quieras… Espero que podamos repetirlo otro día.
- Sí, claro que sí.
- Pero sabes que me gustaría más
- ¿No, que cosa?
- Ser tu primer hombre… metértela en esa conchita tan rica que tienes..
- ¿En serio?… ¿Cómo hacemos con mi mamá?
- Bueno, no tenemos que casarnos… jaja… vivimos en la misma casa y lo haremos cada vez que queramos y podamos, hasta que tú quieras. Total, si tenemos cuidado
- Podría ser ¿no?
- ¿Te gusto no?
- Si… buenazo…
- ¿A menos que quieras ser la Sugar Baby de tu viejito…
- Con él no te metas…
- Oh… la niña está enamorada…. Pero igual es una putita infiel.
- Cállate…
Al terminar el verano, como les comentaba, María Pía se enteró de la infidelidades de Renzo en el crucero. El no volvió a la casa, la dejo enganchada con varias deudas y necesitaba recuperarse, llego a un acuerdo con el padre de la niña para que la tuviera un tiempo con él mientras se recuperaba. Yo las seguí acompañando en las salidas domingueras, ella no tenía como afrontarlas. Así que yo engreía y cumplía los caprichos de Camila, nuestros besuqueos fueron esporádicos, no había oportunidad, sucedieron tan solo dos o tres veces en ese año, cuando iba a recoger o llevar a Camila a la casa de su padre. Yo la sentía mucho más ardiente, solo lo hacíamos. Ella o yo acercábamos nuestros rostros o nos abrazábamos para despedirnos y empezaba el besuquea, sin palabras, nunca hablábamos del tema. Ella lograba ponerme erecto, pero yo no pasaba a más. Para mí era una niña traviesa, ignoraba la experiencia que había ganado.
Hasta que un día María Pía, se aparece en mi departamento y me dice que tenemos que hablar seriamente sobre Camila. yo me sentí perdido.
CONTINUARÁ.
eSTA INTERESANTE Y APUNTA BIEN; POR FAVOR, SIGUE CON LA SEGUNDA PARTE, Y MAS SI PUEDES…ME ENCANTAN LAS SAGAS LARGAS Y LLENAS DE MORBO
Estoy toda mojada, y con el corazón acelerado, creo que tendré que ir a masturbarme al baño de mi oficina.