Laurita y Su Primo Expresidiario (parte 2)
La continuación de la aventura de Laurita y su primo.
Laurita y su primo ex presidiario, parte 2
– Ramón no te quieres acostar? para que estés mas agusto. Ramón no lo pensó dos veces y se acomodó a lado de su pequeña prima
– quieres que apague la luz linda?
– si, porfis… pero a mi ya me dió frío y me voy a cobijar, si tu quieres también te puedes cobijar, no hay problema. Ramón creyó no haber escuchado bien las ultimas palabras de su prima y sólo se quedo viendo fijo a la plantalla sin poner atención a la tonta película, eso era lo menos importante
á.,- Ramón, no te vas a cobijar?
– ahh, emmm, si, si, claro, jejeje. Al meterse entre las cobijas sin querer tocó las piernas de Laurita, poniéndose muy nervioso,
Laurita al sentir la mano helada de Ramón se extremesió y comenzó a sentir que algo le escurría de su entrepierna, ya cobijados los dos Laurita fingía que se asustaba por la película y brincaba, subiéndole las piernitas a su primo en el acto.
Ramón solo se limitaba a abrasarla.
– tranquila mamita, no pasa nada, es solo una película
– ahs!!!, ya lo se primo pero si me da miedo X(»
Ramón la abrazaba y sobaba su espalda, tratando de contener su gran excitación. Ramón solo jugaba con su pierna, asi disimulada mente iba subiendo su vestidito muy, muy sutilmente…
Volvieron a su posición original pero ahora mas juntos y pegados el uno al otro. Ramón puso su mano junto a su pierna, para asi discretamente tocar la piernita desnuda de su prima.
Laurita al sentir la mano de Ramón se pegó mas a el, para que el contacto fuera mas fuerte. Ramón al no ver rechazo alguno por parte de Laurita se llenó de confianza y comenzó a mover su mano muy disimuladamente, para ahora subir su vestido pero con su mano…
Ramón estaba a punto de tocarla con mas descaro, cuando sonó el celular de Laurita:
– bueno? Contestó Laurita
– hija, tu papá tubo un accidente, vamos rumbo al hospital, no te asustes no es nada grabe, pero sí se fracturó una pierna, ya le avisé a tu hermano y se va a venir a acompañarnos
– ay mami, que feo, en verdad está bien? No quiero que le pase nada a mi papito. – Laurita enseguida comenzó a sentirse culpable y comenzó a dudar de lo que estaba queriendo hacer, atribuyendo todo a que era un pago por sus malos actos
– tranquila princesa, todo está bien solamente no nos esperes, tu papi no tiene nada grave, no se va a morir ni nada, tu solamente cierra bien las puertas, no le abras a nadie y cena linda, te quiero, buenas noches
– ay que bueno que está bien, entonces no van a llegar verdad? Me tocará quedarme solita
– No mi amor, estaremos toda la noche en el hospital, descansa linda y cuidate mucho.
Era ya entrada la noche y la noche era muy fría, la película estaba por terminar, Ramón fingía preocupación por lo antes escuchado, aunque le importaba poco lo que pasara.
– Está bien mi tío?
– si Ramón, gracias pero si estarán toda la noche en el hospital y me me quedaré aquí yo solita
– uy que mal linda, si necesitas cualquier cosa solo dilo
– gracias Ramón, pero no creo, mejor hay poner otra película, esta ya se va a terminar y ya no le entendí, claro si me quieres hacer compañía un rato más
– claro que si linda, yo aquí estaré un rato más
– te quedarías a dormir está noche aquí? Es que ya me dió miedo estar sola y más viendo esa película
– y si tus papás llegan por la madrugada y me hallan?
– nos vamos a mi cuarto, pero lo malo es que allí no tengo televisión
– bueno, ya si llegan por la noche, yo me salgo antes de que se den cuenta y por lo de la televisión, no hay problema, vamos a dormir no?
– jejeje, si, tienes razón deja voy a ponerme mi pijama y ya que termine te llamo, va?
– Va princesa, aquí te espero – Laurita no perdió tiempo y fue a buscar su bata de dormir mas pequeña, que era de un color rosado, cinco centímetros por encima de la rodilla y con encajes en las orillas, la tela era de nailon, sumamente sedosa, se dejó la misma ropa interior, pero está vez no usó sujetador.
– Ramón, ya estoy lista, pasa – Ramón al ver a su prima no daba crédito a lo que estaba viendo, pues era una verdadera belleza pre adolescente, con un vestuario muy provocador, a demás lo estaba invitando a que durmiera con ella. Para el todo era perfecto, pues en la cárcel no se tiene una vida sexual nada bonita
– pasa Ramón, mi cama es pequeña, ojalá y no duermas incómodo
– jajaja, como crees? En el bote dormía en una cama de cemento y con fríos espantosos, esto no es nada, a demás voy a dormir a lado de un angelito
– ay Ramón que cosas dices, haces que me dé pena, jijiji
– pena porque princesa? Es la verdad
– bueno, te creo, pero ya vamos a dormir, que ya me dió sueño – acto seguido Laurita entró a su cama individual y a lado de ella Ramón, quedando muy juntos debido al espacio
– Ramón, si duermes cómodo con ropa?
– pues no pero….
No estoy en mi casa para andar en bóxer
– pues por mi no hay problema, a demás yo te invite a que te quedaras, lo mínimo que puedo hacer, es que te sientas cómodo
– siendo así, esta bien, dormiremos cómodos – Ramón se quitó el pantalón y se metió entre las cobijas velozmente, ya que no quería evidenciar su erección
– puedes apagar la luz Ramón? Por favor
– claro linda, pero yo tardo en dormir, apenas son las nueve, estaré despierto un buen rato
– es mejor, así me cuidas cuando ya esté bien dormida
Después de quedarse a oscuras, Laurita se volteó dandole la espalda a Ramón, quien hizo lo mismo quedando en cucharita con su prima, Laurita se hizo mas para atrás
– Ramón, tengo frío abrazame
– claro que si linda – Ramón un poco mas confiado comenzó a puntear a su prima, haciéndola sentir su erecto pene. Laurita comenzó a hacer pequeños movimientos de cadera, lo que indicó a Ramón una luz verde para todo. Ramón comenzó a bajar su mano del vientre de Laurita, hacia sus caderas, bajando por sus piernas y sobando lentamente.
Laurita aceleró sus movimientos, mientras Ramón deslizaba la tela de batita por sus piernas. Ramón aprovechó un momento para hábilmente sacar su aprisionado pene de su bóxer y sentir mas directo el contacto. Laurita al sentir la acción de su primo, puso su mano encima de la rasposa mano de su primo y la guió por toda su piernita, hasta su entrepierna y mientras Ramón estimulaba a Laurita, ella comenzó a gemir y a acelerar sus movimientos
– ayhh! Papi, que rico, metemela
– ay si, mamacita, si te la voy a meter toda, no puedo creer que me valla a comer un taquito como tú – Ramón prosiguió a bajar los calzones de Laurita y jugar entre su vagina. Justamente cuando estaba por metérsela, escucharon el timbre de la casa, era el hermano de Laurita, que olvidó las llaves y había ido por unos documentos para llevar al hospital.
Continuará…
Esta muy exitante el relato, como para que los hagas muy cortos y tardes en subir la continuación, la verdad muy exitante