Le di mi virginidad a mi tío cuando yo tenía 9 años
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, soy una chica de 22 años, soy morena clara de ojos verdes y cabello castaño oscuro, me considero de buen cuerpo porque soy copa C y sé de voz de mis ex y folliamigos que tengo un buen trasero.
Soy la primera nieta debido a que mi madre me dio a luz cuando aún era muy joven, así que tengo un tío que solo me lleva por 8 años y eso nos ha hecho que nos veamos como hermanos.
Debido a que mis padres se separaron poco después de que yo nací, viví mucho tiempo en casa de mis abuelos maternos y a su vez cerca de 3 tías y 2 tíos, entre ellos del que hablo.
Todas mis tías tienen cerca de la edad de mi madre, al igual que uno de mis tíos, a excepción del más pequeño al que llamaré Saúl. Ya que mi madre es aún joven, mucho tiempo de mi niñez la pase al cuidado de mis tíos pero el hermano mayor de Saúl se casó muy pronto, así que cuando me quedaba sola era cerca de Saúl.
No recuerdo el momento de mi despertar sexual, pero tengo muy presente la primera vez que al bañarnos juntos, mi tío y yo, él me tocó más de lo necesario. Estoy segura que él no pasaba de los 10 años y yo por ende tendría cerca de los 5.
Lo recuerdo como en un sueño pero sé que acarició supuestamente enjuagando mis pezones y mi coño, que en aquel entonces era aún lampiño y estoy segura que algo regordete. Cuando niña yo era rellenita.
Pasaron los años y según fue haciendose mayor el poder adquisitivo de la familia, nos cambiamos a una casa más grande; en esta existían dos pisos y 6 habitaciones, su distribución era tal, que el piso superior era perfectamente un departamento incluso con entrada independiente. Antes de que mi tío el mayor se casara, ahí dormían los dos.
Recuerdo estar emocionada por vivir en una casa tan grande así que yo siempre quería dormir en donde parecía un departamento, como Saúl y yo eramos muy unidos, era común que después de ver la tele hasta tarde los fines de semana, durmiera con él.
Una noche, cuando yo tenía 9 años, me desperté con frío y al enderezarme me dí cuenta de que estaba completamente descobijada, era verano, pero como comenzaría a llover la temperatura bajo y me despertó. A mi lado estaba mi tío, él es de ojos verdes y tiene el cabello ligeramente rizado color castaño claro, es curioso pero tiene pestañas muy largas y rizadas, es delgado pero enjuto, mide cerca del metro ochenta. Él no traía puesto más que el boxér y abrió un ojo cuando me sintió sentada a su lado. Me dijo:
– Tienes frío? -Yo asentí con la cabeza a lo que contestó:- Ven abrazate a mí -Lo hice así y me cubrió con la sábana, yo temblé un par de veces y entonces volvió a murmurar: -Si te quitas el camisón te vas a calentar mas rapido porque yo tengo la piel más caliente.
Me pareció una idea extraña, pero él siempre me ayudaba y era muy bueno conmigo así que le hice caso, me levanté rápido y me quité el camisón quedandome en corpiño y bragas, me dijo que me quitara también eso y así lo hice antes de meterme otra vez, entonces me di cuenta de que él ya no traía el boxer. No di importancia y me dispuse a abrazarlo de frente a lo que el me dijo que era mejor por la espalda. Así que le di la espalda y pasando un brazo por debajo de mi cuello hicimos la cucharita. Yo sentí cosquillas al sentir su pene entre mis nalgas, estaba a media asta pero en ese tiempo no lo entendí, él ya estaba cerca de los 17 así que ya tenía vellos. Me abrazó por la cintura y puso sus dedos en mi coño, una simple caricia, como si me acunara. Fue extraño pero yo dejé de temblar y sentí cosquillitas muy ricas en mi vientre, creo que el se dio cuenta porque entonces comenzó a acariciarme muy lentamente sin abrir mis labios vaginales, solo de adelante hacía atrás como algo que haces con descuido. Yo me revolví un poco y su pene se calvó en mi coxis, sentía su respiración caliente y agitada entre mi oreja y mi cuello y yo no dejaba de revolverme porque me gustaba como se sentía, eran cosquillas, pero era agradable, se sentía muy rico.
Entonces él me murmuró con voz ronca:
-Abre poquito las piernas
Sentí su otra mano acariciar uno de mis pezones y le hice caso. Recuerdo muy bien la sensación de su dedo medio arrastrase por mi coño hasta abrir mis labios, recuerdo lo extraño que se sintió cuando pasó por mi perlita y que brinqué un poco y él se rió. Sentía su pene abriendo mis nalgas de arriba abajo mientras pasaba sus dedos por mi coño, yo sentía como si tuviera muchas ganas de hacer pipí, así que apretaba para que no saliera y entonces Saúl metio un dedo en mí, yo aguanté la respiración cuando puso su mano sobre mi boca y me dijo que no hiciera ruido. Sentí que tenía más ganas de hacer pipí, así que contraje más los músculos y el soltó un jadeo contra mi cuello, no entendía nada pero sabía que se sentía muy rico, era inexplicable en ese entonces porque no había sentido nada igual.
Con el resto de su mano palpaba mis perlita mientras que comenzaba a mover cada vez más el dedo dentro de mí, antes de meter otro y seguir, yo sentía que todo ahí abajo estaba húmedo y me dio mucha verguenza pensar que no me había podido aguantar y que eso era pipí, pero él no dejaba de mover su mano y yo sentía cada vez más cosquillas y algo extraño en mi vientre, mi respiración se hizo más agitada y la de él también que seguía frotándose contra mis nalgas. De vez en cuando su pene se hundía cerca de mis muslos hasta alcanzar la húmedas y extenderla entre mis nalgas, yo sentía cada vez más rico y me revolvía más. Me preocupaba que mi tío mayor que aún no se casaba y estaba en la habitación contigua nos escuchara, porque me iba a acusar de que me estaba haciendo pipí o eso era lo que me preocupaba entonces.
Entonces mi tío me giró y quedé de frente a él, me abrazó y me subió sobre su pecho mientras abría mis piernas, su mano seguía moviéndose cerca de mi coño con dos dedos dentro y agregó uno más, yo me quejé y lo sacó de inmediato, su pene se sentía demasiado cerca de la húmedad y mi respiración era muy agitada, me dijo:
-No vayas a gritar. -y yo dentro de mis jadeos y mi extrañeza asentí.
Me levantó un poco más, haciendo que quedaramos frente a frente y sentí que su pene se separaba de mis nalgas, arrastrandose hacía adelante a mis labios vaginales, se sentía más rico y por instinto o por calentura, me restregué contra él. Saúl me sostuvo por la cadera y acomodó su pene de tal forma que se sentía chocar contra mi coño sin entrar, yo sentía muy rico y sin querer me empalé un poco. Solté un gemido a lo que mi tío me tapó la boca rápidamente y me regaño. Me dijo:
-Te sientes muy rico y calientita. -Yo asentí contra su mano y él siguió diciendo- si quieres que se sienta más rico tienes que estar calladita, entiendes? -Yo le respondí que sí.
Sin quitarme la mano de la boca me hizo bajar más sobre su pene y yo sentía que me iba abriendo poco a poco, era una sensación tan rica y extraña, porque yo sentía que entraba muy fácil y él no paraba de decirme que estaba muy mojada. Abrí la boca conteniendo un grito cuando lo sentí chocar contra algo dentro de mí, me dolió y él no se detuvo, pero se quedo un tiempo quieto. Entonces empezó a moverse de adentro hacía afuera, y yo sentía cada vez menos dolor, era como un ardor pero era rico cuando chocaba contra mi centro, yo no podía sentir sus testiculos porque no podía metermelo todo pero con lo que entraba se sentía delicioso. Al poco tiempo ya no sentía nada de ardor y al contrario sentía cada vez mejor y más caliente y más rico y no quería que terminara.
Me sostuve de su estomago y me moví yo solita sobre él, cada vez me comía más de él porque me gustaba como se sentía cuando chocaba contra mí.
Saúl se rió de mí diciendome en una de esas que yo era muy golosa y yo no sabía a que se refería. Entonces antes de que pudiera entender como, sentí como si temblara de la cintura para abajo, me dieron espasmos en las piernas y sentí como mi cuerpo se relajaba muy rico, Saúl contenía sus gruñidos y yo solté sin querer un jadeo que tapé rápidamente con mi mano.
Entonces Saúl me dió la vuelta poniendose sobre mí sin salir de mi interior, yo todavía con espasmos y él poniéndo su mano sobre mi coño, me di cuenta de que ya sentía sus testiculos contra mis nalgas y me sentí orgullosa de saber que ya habái entrado todo. Él se movió mas rápido dentro de mí, poniendo sus manos a cada lado de mi cabeza y yo me tapaba la boca para no gritar porque dolía otra vez pero era muy rico. Entonces sentí frío porque él salió de mí y me levantó mientras me quitaba la mano de la boca y me abrió la mandibula para meterme su pene dentro.
Me miró y me dijo:
-No lo muerdas, lamelo.
Sabía a metal y a sal, y yo lo chupé como si fuera una de esas paletas grandes y picantes que se llaman Rocaleta, y el jadeó más. me dijo: -Metelo como le hice a tu colita.
Y yo lo metí hasta sentir nauseas y lo volví a sacar lentamente, se sentía caliente contra mi lengua y hasta un poco dulce, lo lamí con más ganas y él me sostuvo de la frente antes de que volviera a meterlo y lo sostuvo del tronco. Me dijo; -Saca la lengua
Así lo hice y Saúl parecía jugar con ella porque golpeaba la punta contra mi lengua y luego me lo metía entero en la boca hasta darme nauseas y luego repetía lo anterior con mi lengua. Estuvo así como dos o tres veces hasta que lo metió y ya no lo sacó, sentí como si temblara contra mi lengua y mi paladar y tiró algo contra mi garganta. Que sabía yo entonces de que me hizo tragar mi primer semen.
Me hizo que lo limpiara todo con la lengua y después que me pusiera el camisón, pero sin bragas ni corpiño, me dijo que esos los iba a guardar para en la mañana, me acostó de espaldas a él y dormimos de cucharita.
A la mañana siguiente siendo domingo me levantó temprano y me hizo que se la mamara otra vez. Me dijo que eso no se lo podía decir a nadie pero que quería que durmiera siempre que pudiera en su cama.
Después de eso lo hicimos otras veces pero se los contaré después.
Es mi primer relato, espero que les haya gustado.
Saludos y miles de orgasmos ;9
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