Lecciones de Belén Capítulo 13: La boda
“ … ¿y sí encontraras un hombre correcto, que te idolatre y te adore, que haga lo que tú le digas y que sea tu devoto esclavo? ¿Qué harías entonces, te casarías con él?. Dijo Joel ….. Me daría lástima, replicó Merlina Addams.”.
Recordaba el día que se casó mi tía Elena mientras las nubes parecían apoderarse de las calles como si la niebla pudiera engullir el mundo volviéndolo todo blanquecino, entonces no lo sabía aquellos días serían la última vez que nos íbamos a reunir todos juntos con en los viejos tiempos, recuerdo lo felices que fuimos, Silvia se había echado novio, ya parecía toda una mujer y tal vez por una cosa o por la otra se mantuvo bastante alejada, como marcando distancias conmigo, ella y yo sabíamos perfectamente todo lo que habíamos compartido pero era una forma de decirme que ahora en ese instante había una nueva realidad para ella, Nerea que ya tendía 10 años sin embargo no se separó de mí, le había dado una época por vestir de negro, pero en cambio se pintaba las uñas de múltiples colores sin repetir ninguno, lo mismo con las diademas o coleteros, eran su nota de color mezclada con aquellas vestimentas oscuras, a sus diez años aun no tenía formas femeninas, pero su cuerpo se había comenzado a estirar, sus piernas eran más largas de lo que correspondía al resto, nada mas verme me abrazó y forzaba todo tipo de situaciones para llamar mi atención, después de la boda nos quedamos un par de días, Ernesto y nuestras madres se fueron al centro a comprar ropa para el viaje de novios, Silvia se había ido con su novio así que nos quedamos Nerea y yo solos en casa ya que no soportaba ir de compras con esas mujeres que se tienen que probar todo y de diferentes colores aún que no lo piensen comprar.
Estaba sentado en el sofá observando la camiseta de Nirvana que llevaba Nerea, mientras la televisión emitía su programación, cuando Nerea se giró hacia mí,
– ¿qué ya no te gusto? Me dijo Nerea mientras se hacía dos coletas
– ¿por qué dices eso? Le repliqué
– ni me has tocado estos días, también me vas a ignorar como mi hermana.. dijo Nerea con tono de enfadado
– No sé .. es que últimamente estoy algo apático con todo… le contesté
– Eso es porque no has dado con la chica adecuada, pero tu prima sabe como alegrate… dijo Nerea poniendo su pie encima de mi miembro
Por más que luchaba mi miembro reaccionaba con el movimiento de su pie, Nerea se giró y comenzó a tocar mi excitación con la mano
– conmigo tu cosita no está apática, quiero vértela a ver como la tienes ahora , dijo picaramente mientras sonreía comprobando mi deseo
Nerea comenzó a bajar la cremallera de mi pantalón e introdujo su mano comprobando el tamaño de mi miembro el cual ya casi había adquirido su tamaño adulto,
– Nerea… yo… esto …..le dije
– vaya, vaya ya no es cosita, dijo Nerea mientras lo sacaba y lo comenzaba a chupar
Los labios de Nerea recorrían mi pene erecto el cual parecía más duro de lo que podía recordar, el ver como mi prima lo deseaba con tanta pasión despertó de nuevo mis deseos más profundos, en cierto modo me traía recuerdos de años atrás, así que agarré delicadamente su cabeza mientras ella continuaba chupándolo, giró lentamente su rostro mientras una sonrisa malévola aparecía en su boca, comprobando con placer que me había abandonado a sus deseos. Su mamada era lenta y profunda dejando que mi polla disfrutase de cada rincón de su boca, gemía complacida mientras se esfrozaba en lubricar con saliva y masturbar aquel miembro en la que estaba tan concentrada, sus movimientos se aceleraron haciendo que mi miembro se endureciera todavía más, casi sentía que podía llegar en cualquier momento en esa pequeña boquita. Primera vez en tanto tiempo volvía a sentira, así que deseaba que aquello durase más tiempo no quería terminar tan pronto, e levanté la cabeza para besarla recogiendo el sabor de mi propia polla en sus labios, nos quitamos la ropa mientras nuestras lenguas jugaban, su pequeños pezones aparecieron ante mí tan duros y tan deseosos que no pude evitar lamerlos mientras Nerea se desprendía de su falda negra con botones plateados y su braguita de un blanco reluciente adornada con unas tiras rosas y una fresa en su centro marcaba perfectamente su rajita, agarré su duro culo y recorrí aquel cuerpo sin dejar de besar todos los rincones que encontraba comprobando como se iba excitando con cada beso, como su piel respondía, Nerea gemía complacida, hasta que llegué aquella rajita que esperaba mi llegada, deslicé su braguita por sus piernas sin dejarlas de besar, volví a subir, Nerea me agarró la cabeza presionándola contra su sexo para que mi lengua llegase a todos los rincones de su húmeda vagina, hundí mi dedo en su agujero comprobando la facilidad de penetrarla, así que comprobé con placer que aquel agujerito se abría sin problemas para recibir dos de ellos, aquella vagina aún infantil chorreaba fluidos por todos lados mientras mis dedos salían y entraban en ella, mi lengua se centraba en su clítoris, Nerea miraba complacida como mi cabeza se follaba su sexo,
– Follame ya que me tienen descuidada, me dijo deseosa
Puse mi polla erecta en la entrada de su agujero comprobando como se abría completamente como si quisiera abrazar mi miembro mientras este se hundía en su interior, Nerea gemía y miraba complacida como mi polla le cabía dentro, mordía sus labios y sus ojos centelleaban de placer,
– Ohh si Daniel, siempre me cuidas también…
Comencé a menear mis caderas comprobando el deseo de ese cuerpecito que pedía más, mientras empujaba comencé a besarla ella agarraba mi nuca dejando que nuestros sexos jugasen, sus fluidos se escurrían por sus piernas, me asombraba que a pesar de sentir que mi miembro estuviese apretado en aquella vagina este entraba y salía completamente de ese agujero, levanté sus piernas y continué penetrándola ya sin ningún miedo de herirla, ella jadean extasiada en mi odio mientras su primer orgasmo llevaba fuertemente, la giré cuando se calmó, su culo en pompa me parecía tan redondo y hermoso, así que la volví a penetrar lentamente dejando que el placer se fuese incrementando en su cuerpo, mi dedo jugaba con su ano haciendo que su excitación aumentase, notaba que su sexo ya no chorreaba como antes, así que me deslicé entre sus piernas mientras ella permanecía a cuatro patas para arreglarlo, y lo comencé a lamer de nuevo, ella se alzó agarrando mi cabeza mientras volvía a jadear más fuerte, notaba como sus fluidos volvían húmedos y calientes, Nerea se deslizó sobre mi hasta quedar sentada encima de mi miembro
– Ahora te vas a enterar, me dijo Nerea mientras se introducía mi miembro en su interior
Comenzó a cabalgarme mientras mis labios besaban sus pequeños pezones, aquel pequeño cuerpo que se me estaba follando era un templo al deseo y al placer, ella era un maestra que siempre terminaba gobernándome, otro orgasmo llegaba sus piernas temblaba anunciado que este era muy fuerte podía sentir su clitoris abultándose y rozando contra mi pubis, mi miembro se movía ferozmente dentro de ella, sus gemidos, su placer, sus fluidos me excitaban de tal manera que no podía controlarme, le agarré de sus caderas alzándola y bajándola como si la quisiera empalar, era tal la locura de nuestros movimientos, que comencé a eyacular ferozmente dentro ella mientras Nerea se retorcía de placer mientras me clavaba los dientes en el cuello intentando frenar inútilmente sus jadeos, nuestro sudores y fluidos se mezclaban mientras permanecíamos abrazados con nuestras piernas entre cruzadas uno enfrente del otro, dejando que nuestros orgasmos se fueran desvaneciendo al mismo ritmo que nuestros gemidos desaparecían
– Vaya me parece que te va a salir un moratón en el cuello dijo sonriendo maliciosamente Nerea mientras apoyaba su cabeza en mi hombro
– No te preocupes pequeña,… le repliqué
– Ves… aún no has encontrado la chica adecuada que te haga feliz, sé que es complicado, porque yo soy la mejor, pero……
nos echamos a reír mientras la noche comenzaba apoderarse la de la tarde haciendo desvanecerse la luz poco a poco como el ladrón que sutilmente introduce la mano en tus bolsillos buscando tus pertenencias
Continuará…..
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