Lecciones de Belén Capítulo 4: La Antigua Roma
“Dice que el actor debe de ser capaz de crear un universo en su mano, como el que se repite tanto una mentira que acaba creyendo que es verdad”.
La luz rebotaba por las paredes blancas del salón iluminando la sala, Belén estaba sentada en una silla en mitad de la nada mientras mi prima Silvia estaba concentrada en hacerle dos coletas concienzudamente, era como si se hubiesen intercambiado los roles y mi prima fuese una madre que hace dos coletas para su hija para ir a la escuela, las miré con extrañeza pero me parecía que la escena tenía cierta familiaridad, Silvia cotorreaba frenéticamente mientras parecía zurzir perfectamente el pelo de Belén, como una viejecita con sus agujas y ovillos tejiendo, una oleada de dolor recorrió mis testículos, así que me introduje la mano en el pantalón de verano que me había puesto para palparlos sin reparar que las chicas estaban delante mía, las dos giraron sus cuellos hacia mí al unísono como si tuviesen un radar y hubiesen detectado una señal a la vez, lo cual me causó pavor, saqué mi mano lentamente como el ladrón que baja el arma después de atracar un banco y se vé rodeado de policías, sin hacer movimientos bruscos para que no le disparen, en ese instante volvieron a sincronizar los movimientos de sus cabezas volviendo a la posición inicial reanudando su charla distraída, me quedé observándolas sin entender nada, cuando se habían hecho tan amigas, ahora cobraba sentido aquella frase que les oía a los chicos mayores, “no hay quien entienda a las mujeres”,
– tienes la leche en el microondas, me dijo Belén mientras continuaba sentada pacientemente a que Silvia terminase de hacerle las coletas
Cogí mi tazón de leche y me senté en el sofá a solas mientras ellas continuaban ignorándome, enchufé enfado la tele para ver mis dibujos preferidos, sentía celos de que mi prima me hubiese quitado a Belén, o de que Belén me hubiese quitado a mi prima, creo que era esa sensación de que algo ha cambiado y no sabes muy bien cual va a ser tu sitio en esa nueva realidad, me concentré en la tele, tenía la gran habilidad cuando me concentraba en algo de abstraerme de todo como si sólo existiese aquello, pasó la mañana, ese día comimos en el sofá en una pequeña mesa supletoria mientras veíamos la tele distraídamente, Silvia comenzó a hablarme de dibujos animados que habíamos visto juntos días atrás que sabia que me gustaban, lo cual me animo , me hizo sentir que nada había cambiado, Belén tan bien volvía ser ella misma se ocupaba de nosotros como una madre, mi prima se acostó poniendo su cabeza en mis rodillas y cerró los ojos quedándose dormida mientras yo le acariciaba el pelo, podía sentir su peso en mis piernas, Belén nos miraba con semblante serio como si estuviese teniendo lugar una lucha interna que no le dejaba en paz,justo en el instante en que dejé de juguetear cariñosamente con el pelo de mi prima, ella se levantó de un salto como si hubiese pasado del letargo a la hiperactividad en un instante gritando…
-¿ a que jugamos? Dijo Silvia mientras braceaba
Belén se puso en pie con cara de haber tenido una buena idea, sus ojos brillaban de esa forma especial como cuando un cazador por fin tiene a su presa en el objetivo, en ese instante antes de que ocurra sabiendo lo que va pasar pero no así presa, regresó con su bolso del que sacó una libreta y un bolígrafo con múltiples colores, tan bien sacó un viejo dado con sus caras desgastadas, en ciertos lados podías saber el número sólo porque allí estaba el hueco como testigo, pues el color negro que alguna vez lo reprensentó había desaparecido por completo,
– Vamos a jugar a un juego de rol, es como si fuéramos unos actores de una obra de teatro y tendríamos que interpretar lo que el dado nos manda, primero tenemos que decidir sobre que tema va a ser nuestro juego, puede ser cualquier cosa, superheroes, caballeros y princesas… lo que queramos el que saque el número más alto elige
Silvia y yo gritamos emocionados a la vez, tiramos los dados por turnos, yo saqué un cuatro, pensé que no me iba a tocar elegir, Silvia un dos, y miramos a Belén con interés mientras agitaba el dado, cuando lo soltó este rebotó varias veces por la mesa hasta caerse al suelo mostrando un uno, las dos me miraron esperando mi veredicto
– Gladiadores, grité
-¿ gladiadores? Me respondió Belén asombrada de que conociese tan si quiera el termino
– Si a mi mama le gusta esa película, además me contó que mi padre cuando era joven se ganaba la vida disfrazado de gladiador, dije sonriente
Belén asintió con la cabeza complacida, así que se puso a escribir en las hojas de su libreta las cuales rompía y volteaba, para luego mezclarlas, hizo varios montones con ellas, así que nos dijo cuando todo esta perparado, hay dos montones con diversas cosas que pueden pasar durante la historia, si tiras el dado y sacas mas de 3 coges del montón de la derecha si sacas menos del de la izquierda, en ambos hay cosas buenas o malas,
– ¿y los otro papeles? Le pregunté impaciente por comenzar a interpretar la historia
ahí están los personajes que vamos a ser, cogeremos por turno primero el que saque el número mas alto
– Pero yo quiero ser un gladiador, repliqué enfadado
– pues así es el juego o no juegas con nosotras, me respondió Silvia poniéndose de parte de Belén
Resignado asentí con mi cabeza, me tocó sacar el el último y yo cruzaba los dedos para que me tocase un gladiador, Belén cogió la primera su personaje era un mago o una maga de la Galía, luego se acercó Silvia y miró su papel,
– un guerreo vikingo, dijo mi prima desilusionada
– una valiente guerrera vikinga, replicó Belén
Silvia esbozo una sonrisa ilusionada imaginándose ser esa guerrera vikinga, era mi turno pero yo aún no sabía leer bien, así que se la día a Silvia para que me la leyese
– un Centurión romano!! gritó
bajé la cabeza con desilusión….
– Centurión romano Capitán de las legiones como en Gladiator, dijo Belén
yo aplaudí emocionado si era justo lo que quería, así que Belén sin mas dilación comenzó a contarnos como comenzaba la historia para ponernos en situación, puso una voz como en las películas, con un tono grave pero pausado,
Era el Año 10 antes de cristo, cuando tu Daniel conocido como Máximo el conquistador capitán de las legiones romanas te encuentras sólo en territorio ostil disfrazado de vikingo, quieres introducirte entre ellos para espiar sus intenciones, Silvia es la famosa guerrera Elin la habladora, dijo mientras Silvia se reía, y yo soy Génesis una maga de la Galia que había ido ayudar a los vikingos, mi prima y yo aplaudimos emocionados, y nos levantamos interpretar nuestra historia, yo tiré el dado pues quería comenzar inmediatamente, este rodó y mostró un tres, belén cogió un papel y me dijo una tormenta de nieve se acerca, que hace Maximo el conquistador, yo las miré y les dije,
– Máximo corre por un gran bosque con su espada en la mamo, buscando una casa donde refugiarse de la nieve, dije mientras imitaba correr por contra un viento imaginario
Belén cogió el dado y tras mirar el número cogió otro papel, acertijo había escrito
– Entras en la casa donde Elin la famosa guerrera vikinga, la Habladora, ella y yo estamos sentadas junto a fuego, cuando nos miras, yo te digo un acertijo, tipoooo.. uhmmm.. el ojo del cuervo trae el mensaje de la montaña…
– mi turno dijo Silvía rmientras reía descontroladamente, un dragón, un dragón sale del fuego y tu con tu espada intentas matarlo, me dijo mientras me miraba
en ese instante me puse a interpretar que luchaba con mi espada imaginaria contra ese gran dragón, mientras ellas hacia que estaba asustadas
– entonces Elín echa un hechizo y el dragón desaparece continuó diciendo Silvia
yo cogí el dado de nuevo y lo tiré Silvia cogió otro papel, eres capturado me dijo, yo me quedé mudo sin saber como continuar la historia, imaginando una continuación, así que mi prima cogió una silla y me sentó en ella en mitad del salón mientras decía,
– eres mi prisionero maldito romano, ¿creías que no te habíamos descubierto?
Belén apareció con unos pañuelos de seda que usaba mi madre para el pelo
– Sujétalo que lo vamos a atar para que no se pueda escapar dijo sonriendo picaremente
En un instante me encontré con las manos atadas en la parte de atrás de la silla y ambas piernas a las patas, Silvia me miró fijamente a los ojos y me los vendó, aún podía ver difusamente a través de esa tela tan fina. Noté como comenzaron a murmurar, mientras mi corazón se agitaba,
– O nos dices la verdad o te vamos a Torturar dijo Silvia riéndose
– yo…yo .. pero ¿porqué?… balbuceé
Comencé a sentir la caricia de uno de los pañuelos sobre mi rostro, rozándome los labios, era Belén que lo estaba moviendo delicadamente, Silvia congio otro y se puso a imitarla en el otro lado de mi cara, notaba como mi sexo despertaba entre mis piernas, Silvia se reía y decía
– Máximo, Máximo tendremos que torturarte más
Comenzó a pasar sus manos delicadamente por mis hombros bajando hacia mis pezones describiendo círculos sobre ellos, me levantó la camiseta dejándolos al aire, Belén comenzó a besarme en el cuello, podía ver como sus dedos acariciaban el pelo de Silvia mientras chupaba mis pezones como si fuesen a sacar leche maternal de ellos, ambas bajaron sus manos al unisono por cada lado de mi cuerpo hacia mis piernas, noté esos dedos largos y habilidosos de mi maestras como me desabrochaban el pantalón buscando mis partes, hasta dejar mi pene liberado de su prisión, Silvia lo agarró como si supiera perfectamente lo que hacer con el, comenzó a agitarlo lentamente dejando que el placer fuera extendiéndose por mi cuerpo, Belén me quitó la venda para que pudiera ver como se desnudaba delante de mi mientras mi prima continuaba masajeando mi sexo, disfrutaba de ver como el cuerpo de Belén se iba liberando de toda la ropa, se levantó y comenzó a imitarla quitándose tan bien todo lo que llevaba, mientras Silvia terminaba Belén se arrodillo junto a mi y continuó por donde lo había dejado mi prima, acariciándo suavemente mipene dejándome ver el segundo pase de la función, Silvia se acerco una vez libre de toda ropa al otro lado mirando con los ojos grandes como con tan sólo tres dedos Belén agarraba suavemente mi pequeña polla para masturbarme, entonces bajó totalmente la piel de aquel falo dejando su cabeza al descubierto, se la introdujo en su boca mientras mi prima se metía los dedos en su vagina, observé con curiosidad como con su otra mano tocaba los pechos de Belén mientras estos se movían como campanas, los acariciaba con delicadeza como si estuviese venerando a una diosa
-¿seguro que es esto lo que deseaís? Dijo Belén fugazmente
Nos miramos y sin tener que asentir sabíamos todos la respuesta, Belén abrió su boca mientras su saliva se deslizaba por mi polla erecta, Silvia se acomodó al otro lado, e imitó los movimiento de la maestra, posó su labios sobre la cabeza palpitante de mi pequeño miembro erecto, comenzó a introducirselo muy lentamente en la boca como disfrutando de cada centímetro, hasta que lo tuvo completamente dentro, Belén comenzó a chuparme los pezones mientras liberaba mis manos, yo creía que iba a estallar mientras sentía las manos de mi prima como liberaban tan bien mis piernas sin dejar de lamer azarosamente mi pene, me levanté inmediatamente quitándome la ropa con nerviosismo, mientras miraba como Belén había comenzado a chupar los pequeños pezones marrones de mi prima parecía que le iban a estallar, su dedo pequeño estaba sobre esa vagina que era como más abultada pero más pequeña que la de mi maestra, como un dulce bollito de leche como los del desayuno que allí estaba incrustado, sus labios rosados eran pequeños pero preciosos y a diferencia de los de Belén nada sobre salía de entre ellos, era una linea perfecta, una rajita tan sólo abierta por ese dedo blanquecino de Belén que se movía delicadamente para no lastimarla, Silvia gemía, agarrándose a la silla mientras cerraba los ojos intermitentemente, me agaché y con mi lengua comencé a chupar los espacios libres que deja el dedo de Belén, tenía que probar el néctar de ese bollito, mi prima gemía mientras me agarraba la cabeza por el pelo, Belén retrocedió como un pintor que necesita alejarse para ver su obra mientras se metía los dedos masturbándose, yo seguía chupando y relamiendo mientras me sujetaba con ambas manos a la nalgas de Silvia, ella apretaba su sexo contra mi boca, sentí como arqueaba la espalda, en un arrebato se agachó obligándome a tumbarme en el suelo, se colocó encima mio, y comenzó a besarme frenéticamente tan torpemente sin saber como se hacerlo que me hizo daño, como con ese instinto de enseñar cuando tus alumnos están perdidos y no saben porque comenten un error, Belén se acercó a mi prima girándole la cabeza delicadamente, sacó su lengua, y comenzó a acariciar los labios de Silvia hasta que la introdujo en su boca, yo notaba como mi polla rozaba contra el sexo de Silvia, abriendo los labios de su fruta prohibida, como sus fluidos hacian que este resbalase por su raja rozando cada parte por el camino, comencé a mover mis caderas para aumentar la fricción, ellas seguían con su lección particular de aprender a besar, hasta que Belén quedó satisfecha con el resultado del examen y giró de nuevo la cabeza de Silvia para que me mostrase sus avances, Silvia acercó sus labios a los míos e introdujo su lengua en mi boca buscando mi lengua, intercambiando nuestras salivas, Belén acariciaba el culo de Silvia mientras se masturba con la otra mano, a veces bajaba su mano para notar como mi pene continuaba rozando aquel tímido clítoris que tenía encima, entonces como un policía que dirigen el tráfico, me agarró el pene y lo condujo hasta la misma puerta del templo de Silvia de donde nacía un río húmedo y caliente, ella se arqueó al notar como la cabeza comenzaba a entrar entre sus piernas, sin dejar de moverse provocó que mi pene entrase en aquel agujero que chorreaba de placer, sentía como el roce era mayor, hasta su interior parecía aún mas caliente que el de mi ama, Belén gemía sentada en la silla contemplando el resto de esta obra de teatro mientras continuaba con una mano chapoteando en su sexo, con la otra frotaba los pezones de sus pechos, Silvia abría la boca gimiendo, mientras continuaba moviéndose encima mía, me tocaba la cara,
– Por Dios!! tienes una cara tan bonita cuando disfrutas Daniel, me vuelves loca…
Sus piernas comenzaron a temblar mientras un orgasmo recorría su cuerpo
, el cual lo dejó caer desfallecido y tembloroso a un lado, podía notar aún su vulva palpitante en mi pierna, Belén se tumbó al otro lado, y comenzó a besarme, mientras acariciaba el cuerpo de Silvia suavemente sacando nuevas oleadas de placer del cuerpo de mi prima, cuando recuperó el alimento se giró hacia mi y me susurro al oído con una dulce voz
– No hemos terminado contigo pequeñajo, no te he sentido palpitar
Belén comenzó a chuparme el pene mientras, Silvia llevaba mi mano sobre aquel bollito chorreante y tembloroso para que notara lo que había hecho con ella, yo me reincorporé y belén me ofreció su trasero poniéndose a cuatro patas, me agarré el miembro y lo introduje en su vagina mientras separaba sus nalgas para descubrir el agujero de su culo, mi prima se puso de pie delante de Belén mientras se metía los dedos en su vagina nos gritaba
– sois como dos perritos, decía mientras sonreía maliciosamente
Belén pareció reaccionar y como si quisiese castigarla por aquello, mientras yo continuaba cabalgándola, la agarró y la atrajo contra si, metiéndole la lengua en su agujero sin piedad, veía como lo chupaba ferozmente sin ninguna delicadeza, le agarraba con fuerza el culo para tenerla dominada en aquella posición, Silvia gemía más fuerte que antes con sus respiración entre cortada, hasta a veces sacaba la lengua para tomar aliento como hace los gatos y los perros en verano, noté como el sexo de Belén comenzaba a arder oleadas como contracciones masajeaban desde el interior mi polla, yo quise devolverle la experiencia que me había dado el día anterior así que mientras continuaba sacando y metiendo mi falo en su cavidad, introduje mi dedo en su ano, para mi sorpresa no se resistió, dejó de lamer la vagina de Silvia para mirarme por un instante con asombro y orgullo, dibujando una malvada sonrisa en sus labios, comenzó a gemir, mientras metía un dedo dentro de la vagina de mi prima, podía notar como mi pene entraba y salia, y mi dedo hacía lo mismo tan sólo estaban separados ambos huecos por algún tipo de membrana la cual se ajustaba como agarrándose a ambos movimientos
– somos todos unos perritos ahora, ¿no?.. decía Belén gimiendo
Los temblores en el cuerpo de Belén se incrementaron mientras la espalda de Silvia se arqueaba, una oleada mas intensa que nunca recorrió mi cuerpo naciendo desde todas las partes, apreté los dientes y cerré los ojos intentado pararla, pero no pude comencé a temblar mientras mi dedo salía del ano de Belén, para notar como la piel de su espalda se erizaba y temblada con oleadas de placer, mi prima Silvia yacía en el suelo con la mano en la frente aún gimiendo, Belén también se dejó caer de espaldas llevándome con ella, me abandoné encima de ese trasero perfecto con mi pene aún dentro de la cavidad del placer, de la fuente de la vida, posé mi cabeza encima de su espalda y cerré los ojos para sólo concentrarme en lo que sentía a través de cada poro de mi piel la cual transmitía mensajes a mi mente como si tuviesen millones de señales que enviar, dejé caer mis manos sobre su cintura, mientras podía sentir su corazón palpitar tranquilizándose al unisono del mio….
Continuará……
Que buen capitulo, asi dan ganas de aprender historia