Lecciones de Belén Capítulo 5: La Luna
“En una pared mugrienta tapizada con viejos anuncios y encumbrada por hierbajos, me quedé mirando como la gente pasaba ignorando una casi desteñida frase que decía…El sol puede ver tu cuerpo pero sólo la luna conoce tu alma”.
Debemos retrocede un par de días para vivirlos a través de los ojos y la mente Silvia, ella misma me confesó años mas tarde los hechos tal cual se describen a continuación, comenzado justo en el momento en el que mi prima llega a nuestro apartamento….
Mi Madre me arrastraba con furia escaleras arribas, mientras podía observar como sus ojos no dejaban de gotear, mi padre nos había abandonado otra vez, mi mente estaba divida entre el amor que sentía y el odio. Él en general era bueno conmigo y me hacía sentir segura, tal vez sólo me daba miedo cuando se ponía serio y alzaba la voz, pero lo peor era cuando se trasformaba en un payaso en un monstruo cuando bebía, llegaba a casa con sus pantalones mojados con su propia orina, y yo al verlo apretaba mis puños, deseaba pegarle en la cara de pura rabia y decepción, solía encerrarme en mi cuarto dando un portazo a llorar, mi madre empezaba a echarle la bronca e igual se pegaban una semana o mas sin hablarse, luego poco a poco todo volvía a la normalidad hasta la siguiente borrachera, pero nunca había visto a mi madre llorar tanto, creo que esta vez se había ido con una mujer así que puede que ya no me quiera ni a mi ni a mi madre, ¿porque ya no me quiere?….
Mi tia Mariajose abrió la puerta y acto seguido abrazó a mi madre, en el salón pude ver la mesa de mi abuela Nora, la cual murió cuando yo apenas tenía 5 años, sólo tengo vagos recuerdo de ella, recuerdo que tenía un acento muy gracioso cuando me hablaba pues era Irlandesa, me encantaba que mi tia y mi madre me contasen historias de mi abuela y de como sus padres se trajeron la mesa desde su amada Irlanda cuando mi abuela era apenas una niña, recuerdo a mi abuelita sentada acariciando la mesa con la mirada perdida mientras bebía su té favorito,té negro el autentico solía decir…. me agarraba y me sentaba en sus maltrechas rodillas, mientras me cepillaba el pelo con dulzura, ponía una voz grave como si fuese un profeta y me decía de nuevo aquello de …
– Esta mesa lleva generaciones en la familia hija mía y así debe de seguir siendo, siempre ha de pertenecer a una Farell, así ha sido siempre y así será pues las mujeres somos las que realmente alimentamos y movemos este mundo, nunca lo olvides nietecita mia.
Mi primo Daniel aún no había llegado, así que decidí apoderarme de su rincón del sofá como el que usurpa el trono a un rey, cogí el mando de la tele, realmente nada me interesaba y mi mente estaba entretenida en otras cosas mientras mis dedos apretaba el botón de cambiar los canales, al poco tiempo Daniel llegó a casa con la mirada ensimismada, se sentó a mi lado, no me dijo nada lo cual me agradó era como si supiera que simplemente con estar ahí, fuese todo lo que necesitaba, siempre me ha parecido que Daniel tenía encerrado un niño más mayor en su pequeño cuerpo, aunque a veces puede ser tonto de remate.
Las horas pasaron y mi madre me dijo que nos quedábamos a dormir, yo ya tenía ropa en la casa de mi tia pues no era la primera vez que acudíamos a este apartamento como si fuese un santuario de curación, me dijo que tenía que estar tranquila, y me explicó que papa se había ido con otra mujer pero … no es porque no me quisiese, papa siempre me querría porque soy su hija, se fue porque mi mama no le dejaba beber y la otra mujer sí, me dijo que probablemente ella tendría que irse a trabajar fuera unos meses y que iba a preparar una casa para nosotras dos solas, que íbamos a ser felices, que ya vería, que me tenía que quedar en casa de mi tia hasta inicio del verano o al menos hasta que terminaría las clases, que enseguida volveríamos a estar juntas…. me pareció una explicación estúpida ¿se piensa mi madre que soy una niña pequeña? Se ha ido con la otra mujer porque ya no nos quiere mama!!, gritaba en mi interior mientras fingía seguirle la corriente, no me importaba quedarme en casa de mi tia una temporada hasta terminar el cole, Daniel aunque sólo tenía 4 años tenía una imaginación que me fascinaba a veces jugamos a inventarnos diferentes aventuras y yo me permitía sacar un pedazo de niña más pequeña que aún conservaba en mi interior, me encantaba estar con el simplemente por que nos podíamos pegar, podíamos jugar o simplemente podíamos estar ahí sin hacer nada y el siempre estaba atento de mi.
Saqué mi viejo pijama azul de la cómoda de la habitación de mi tia y me dirigí a la habitación de Daniel ya que siempre dormía en una cama que sacaban de debajo de la de mi primo, comencé a cambiarme cuando Daniel entró de nuevo con la mirada perdida, yo me quedé mirando su cara de bobo, vete tu a saber lo que pasaba por esa mente, podría darle un mordisco en la oreja ahora mismo y ni se enteraba pensaba mientras me quitaba la camiseta para ponerme la parte superior del pijama que tanto me gustaba pues su tacto me parecía muy suave, se apagó la luz, estuve un buen rato mirando por el hueco que podía de la ventana las estrellas imaginado que pasaba por allá arriba y sin darme cuenta me quedé dormida.
Unos ruidos extraños me despertaron como si me arrancasen de un sueño que no lograba recordar, intenté averiguar donde estaba pues no era mi habitación, cuando una parte de mi mente se centró vi que estaba en la casa de mi tia Mariajose, era ya de día, tenía ganas de tomar un tazón de leche como todas las mañanas, salí al salón y no vi a nadie, por un instante pensé que estaba sola por alguna razón me dio bastante miedo y comencé a mirar de una lado a otro con sudor frío y entonces vi a Daniel y una mujer en la habitación de mi tia por la rendija de la puerta que estaba casi cerrada
Daniel tenía los ojos cerrados, pero los rasgos de su rostro parecía diferente de alguna manera como si tuviese una luz angelical especial o al menos eso me parecía, la mujer estaba de rodillas de espaldas a mi y … creo que… creo que se la estaba chupando a mi primo, ¿es su novia?, yo sabia lo que era una mamada pues celebrando el cumpleaños de mi amiga Ana nos contó que una vez vio a su hermano con revistas de esas para adultos, y terminamos jugando a encontrar esas revistas, era emocionante no por el hecho de las revistas en sí, sino porque nos podían pillar, las encontramos escondidas debajo de vieja ropa de invierno en el fondo de un baúl, al principio no las íbamos a abrir, pero la curiosidad nos pudo y comenzamos a inventar todo tipo de excusas para ver esas cosas de mayores, así volvimos para encerramos en la habitación de Ana con un par de ellas en la mano, vimos chicos musculosos con pollas muy grandes que les llegan casi a la rodilla que ponían caras de tontos, lo que nos parecía gracioso y nos reíamos, hasta les poníamos nombres en plan “Hola soy Alex y esto es todo lo que sé”, pero también vimos como las chicas mayores chupaban los penes de los chicos, y hacía el amor, luego vimos como una chica sacaba la lengua en la que parecía haber el semen de otro chico, cerramos las revistas y las dejamos donde las encontramos cuidadosamente pues nos dejó de interesar o tal vez nos daba algo de asco o lo simulábamos o puede que todas las opciones al mismo tiempo, además queríamos jugar a un videojuego que le había dicho a Ana que era una pasada en el que había de descubrir cosas, y la verdad tampoco había pensado mas en ello hasta hoy.
Intenté acercarme un poco más para ver mejor la mujer que le estaba chupando la polla a mi primo pues me gustaba como llevaba recogido el pelo en dos coletas, cuando dí un traspiés con una de las sillas la cual sujeté con fuerza para que no cayera, Belén al poco salió del cuarto y comenzó hablar conmigo disimulando, yo miraba su cuerpo femenino comparándolo con el mio, como le quedaba la falda y la forma de sus pechos, yo quería unos pechos así cuando fuese mayor, me parecía que eran bonitos, al menos si no tuviese este culo feo que tengo pensaba mientras me lo rascaba, entonces salio mi primo del cuarto de su madre, así que decidí hacerme la loca…. Pasó el día como si fuese un festivo hasta que Belén nos obligó a hacer las tareas para el cole, yo tenía que poner las partes del cuerpo en inglés en unos estúpidos e infantiles dibujos que estaba enfrente mía, si al menos fuesen aquellos chicos musculosos pensaba riéndome en mis adentros,una parte de mi mente busca la información perdida por alguna neurona, con otra estaba atenta a los movimiento del brazo de Belén pues me había parecido que mi primo volvía a tener esa cara que tenía algo que me llamaba la antención, como ya no podía concentrarme más llamé a Belén para que la corrigiese, mi primo se acercó hasta nosotras y se puso como un maniquí, me acerqué a el concentrada, mientras se colocaba delante de Belén vi que entre sus piernas su pene estaba excitado, comencé a recordar la escena que había visto esta mañana mientras chupaba el lápiz, ….no por Díos ….. ¿me estoy imaginando como se la chupo yo a mi primo como si fuese una chica de aquellas revistas?….¿será su pito del tamaño del lápiz? ….¿así se siente cuando chupas una polla?…. Los pensamientos se mezclaban mientras iba diciendo las partes del cuerpo que me sabía en inglés pues Belén me estaba retando a ello, comencé a tocar con la punta de mi lapicero a mi primo como si mis dedos se concentrase en la sensación de esa punta negra y frágil resbalando por la piel de Daniel, comencé a sentir una oleada de calor entre mis piernas y cuando me dí cuenta por pura curiosidad estaba poniendo el lapicero encima de su bulto comprobando si era blandito o duro…
Las horas pasaron y yo miraba a mi primo como si algo hubiese cambiado en el, había decidido no decirle nada a mama de todo lo que había pasado en el día ya que yo me sentía de alguna manera culpable tan bien, tal vez Belén era la novia de mi primo y quería guardalo en secreto, se lo tenía que preguntar de alguna forma así que mientras me metía en la cama decidí inventarme una historia sobre que un chico me gustaba y tal y cual a ver si el se soltaba y me lo confesaba. Daniel parecía cansado y se acostó encima de la cama sin meterse tan si quiera dentro de las sábanas, estaba tan zombi que ya estaba mas dormido que despierto, mientras cerraba los ojos me quedé mirando de nuevo a su entrepierna ,volvía a sentir curiosidad pues de nuevo parecía emerger un bulto, ¿se está excitando?, ¿cómo será el pito de primo cuando esta así?, ¿y si….lo toco, se despertará?, el apagó la luz y yo dejé que otra parte de mi mente hablase sola podía hablar casi sin pensar, la luz de luna llena entraba por la ventana así que mis ojos no tardaron en acostumbrarse a la oscuridad.
Me pareció que Daniel balbuceaba algo que no llegué a entender, bajé de mi cama y puse mi oído cerca de su cara para intentar saber que decía, tenía la palma de la mano hacia arriba la cual comencé acariciar con mis dedos delicadamente, mis ojos miraban la cara de mi primo asegurándose de que continuaba dormido a pesar de mi intrusión, un impulso emergió como una pulsión que no puedes controlar al tocar suavemente su piel con la yemas de mis dedos, quería recorrer sus brazos y sus piernas como había hecho con la punta de mi lapicero, así que deslice mis dedos temblorosos por aquella piel suave que dormía plácidamente, podía ver como su bulto crecía y crecía con mis caricias, y yo comencé a notar como mi vagina se mojaba, sabía que aquello significaba que me estaba excitando pues alguna vez había sentido algo parecido pero no con esta intensidad, decí comprobarlo con mi otra mano con la que me toqué por encima del pantalón justo donde notaba el calor y la humedad, y con tan sólo el roce de mi mano y el pantalón comenzaron a emerger oleadas de placer procedentes de aquel lugar, tenía que tocar mejor aquello que palpitaba entre mis piernas, con curiosidad metí mi mano por dentro del pantalón del pijama, no llevaba bragas pues las de ayer estaban algo sucias y sólo tenía una para el día siguiente así que había decidido no ponérmela para dormir, mi melocotón como yo lo llamaba se sentía diferente como sensible, tocaba con la punta de mi dedo en cualquier parte y me generaban oleas de placer que atravesaban todo mi cuerpo, mi otra mano había cobrado vida propia y estaba sujetando la polla de mi primo, si haberlo pensado tan si quiera yo lo estaba haciendo, le estaba masturbando, alguna vez había odio cosas, pero en realidad nunca me había imaginado que yo hiciese eso a un chico, intentaba concentrarme en el tacto de su pene, en cada rincón que encontraba, era una mezcla de placer y sensación de descubrimiento, quería explorar ese falo duro que mi mano movía rítmicamente, exploraba con delicadeza cada bulto, vena y surco que encontraba, parecía despedir un calor como el de mi rajita, comencé a mover mis dedos sobre mi clítoris imaginado que era la polla que estaba tocando, la cual imaginé rozándose entre los labios de esta abriendomela, un nuevo impulso nacía desde mis entrañas, cuanto más calor y duro sentía que se ponía, mayor era el impulso, una sensación procedente de algún rincón oculto y olvidado de mi subconsciente me empujaba, me mordía los labios intentando resistirme, pero finalmente me abandone a mis propios deseos, podía ver como mi mano masajeaba frenéticamente aquel pene erecto que parecía querer salir despedido de ese cuerpo, la cabeza del mismo se había hinchado, sobresaliendo orgullosa, así que abrí la boca, y comencé a chuparlo, su primer sabor saturo mis pupilas gustativas, no era raro, era diferente, no es que supiese mal ni bien, de hecho el sólo acto de sentir que estaba chupando algo duro y caliente conectaba rincones de mi mente a la cual no tenía acceso por más que intentaba descubrirlos, ¿porque tenía esa sensación?, definitivamente me gustaba, abrí la boca de nuevo tomando aire, sentía como si tuviese más saliva que nunca y la dejé caer sobre aquel obelisco egipcio que se alzaba orgulloso ante mis ojos, observe como ese espuma aquosa y blanca que había salido de mi boca resbala por aquel falo erecto hasta encontrase con los testículos que parecía estar adornando aquel monumento como dos bolas de navidad en la base del arbol, cerré un ojo, pude ver como aquello apuntaba a la luna llena.
Daniel parecía agitado y jadeaba en sueños, parecía profundamente dormido por lo que continué por donde lo había dejado pues sentía que algo con la forma de su polla faltaba en mi boca, como si me hubiese vuelto adicta a su tenerla en mi boca, a su sabor, a su sexo, a este acto en sí, a la emoción de que me descubriesen haciendo aquello, a este secreto, lamí con mi lengua los laterales succionado la piel mientras movía mi cabeza hacia arriba y hacia abajo, sintiendo con mis labios cada rincón de este pene que había explorado con mis dedos, mis dedos se introdujeron explorando el interior de mi vagina por primera vez, pues algo dentro de mi reclamaba que los metiese, comence a meterme la polla de mi primo profundamente en la boca como si una amiga me retase a ver hasta que profundo podía chupar aquella jugosa parte del cuerpo de Daniel que había descubierto, comencé a imaginarme que lo que chupaba y succionaba era lo mismo que se introducía dentro de mi cuerpo, metí mis dedos mas profundamente en mi interior explorando el agujero por el cual notaba brotar chorros de placer que resbalaban por mis muslos, algo explotaba dentro de mi, podía sentir que nacía violento y con gran intensidad, salia de todos los rincones de mi piel y mi cuerpo, notaba la dureza de mis pezones como nunca, aunque mi parte de mi piel estaba fría, sentía arder mi cuerpo, mi nuca se erizó, y mis piernas temblaban, mis labios continuaban chupando y succionando mientras mi boca secretaba saliva como si fuese un mar que genera espuma contra las rocas, su polla parecía sentir mi excitación y comenzó a vibrar, la notaba aún mas dura con un calor que parecía que podía derretirme la lengua pero no quería dejar de jugar con ella dentro de mi boca, mi primer orgasmo emergió hasta estallar de tal manera que succione tan fuerte aquel pene para no gritar que creí que lo iba a extraer del cuerpo que lo portaba, su polla comenzó a palpitar dentro de mi boca mientras sentía un mar salir de mi bollito, Daniel arqueó la espalda y tomé conciencia de que se podía despertar o tal vez lo había despertado ya, así que me fui corriendo al baño como si fuese el lugar de mi salvación, como si allí pudiese borrar todo lo sucedido, noté como un rio de fluidos se escurrían por mis piernas, al llegar al pequeño aseo me dí cuenta que había sangrado, sabía que me había roto el himen no era tonta pero no había pensado que yo me lo pudiese romper, sin embargo no me había dolido, me limpié como pude, volví a la habitación con el corazón en la boca y desde el dintel de la puerta miré fijamente a Daniel, continuaba plácidamente dormido abrazado a la almohada como si fuera un osito de peluche, en la oscuridad a la luz de la luna llena podía ver ese brillo de nuevo en su rostro, ahora sabía porque era, a Daniel le cambia la cara cuando sentía placer, su rostro era tremendamente bonito mientras oleadas de placer lo trasformaban, había grabado ese instante en mi mente, ese rostro casi angelical gimiendo, tenía que volver a ver de nuevo esa carita que se le ponía ….
Cuando desperté Belén estaba en casa, Daniel continuaba durmiendo como un corderillo, podía ver como su pene continua duro bajo su pijama, me acerqué y con un gesto totalmente involuntario pero natural y casi maternal le acaricié el pelo con cariño, una picara sonrisa se dibujo en mis labios mientras mi ojos brillan orgullosos al ver aquel bulto que se negaba a bajarse, sentí la necesidad de que otra mujer me escuchase, no sé describir esa sensación era casi como si quisiese confesión o de aprobación, o tal vez todo lo que sentía era tan inmenso que no lo podía retener dentro sin explotar, y aún así, a pesar de todo, me sentía mal conmigo misma, comencé a contarle a Belén dando rodeos cosas de mi vida pero al final como aquel que no quiere le conté lo que me pasaba, ella me miraba y escuchaba con dulzura, había algo en su voz, en como me susurraba para que nadie mas nos oyera, en sus palabras, en la tranquilidad que me daba, me hacía sentir cómoda y comprendida, como si fuese una mi amiga íntima, ahora entendía esa necesidad que sentíamos ambas, ese deseo incontrolable con Daniel…
continuará……
Primero, dejame felicitarte por la narrativa que le inculcas a tus historias lo cual las hace mas atractivas a los ojos del lector, como se van desarrollando los hechos y como los actores se van ajustando al relatos, no se nota nada forzada la historia
Y lo medular e importante, los relatos son muy entretenidos y excitantes, espero con ansias la continuacion de la historia de Daniel u otra que este en el baul de tu imaginación