lecciones privadas
Las clases privadas de natación de la joven eran muy privadas….
cabeza de mi polla. «Chúpalo, muñeca. Chúpate esa gran polla», murmuró obscenamente.
No me sorprendió del todo, pero ver a una pequeña belleza de seis años chupándote la polla mientras su padre la observaba fue realmente extraordinario. Y tampoco me sorprendió verlo meneando su verga. No podía meterme gran parte de mi polla en su boquita, solo el glande, pero por la forma en que la movía entre sus labios y la azotaba con su lengua, me di cuenta de que sabía exactamente qué hacer.
A medida que mi clímax comenzaba a crecer, tuve que considerar si correrme en su boca o debería mojarle la cara con la manguera. También me pregunté qué quería su padre. Como siempre, reveló su deseo cuando estuvo listo para revelarlo. Bruscamente me apartó de sus amorosos labios y metió la cabeza de su pene en su boca. El órgano comenzó a latir mientras él gritaba de placer y Rachel comenzó a tragar tan rápido como pudo. Hizo un buen trabajo al devorar el chorro de semen de su padre también, apenas derramó una gota y eso fue solo porque John se apartó y le puso el trago justo entre los ojos.
Al ver este espectáculo incestuoso de pederastas no pude evitar ponerme a temblar. En cuanto la polla de su padre salió de sus labios, mi polla se interpuso entre ellos, bombeando mi sustancia pegajosa en su boca que la chupaba mientras gemía de placer depravado.
¡Maldita sea! ¡Qué ganga! Me pagaban bien por las clases de natación y además me daban propinas generosas, pero los beneficios adicionales del trabajo no tenían comparación.
Más tarde esa semana tuve una pequeña charla con John. Le pregunté si su esposa sabía lo que estaba pasando con su pequeña hija.
—Soy viudo —respondió—. Mi esposa murió hace siete años.
“Pero la mujer que estuvo aquí la semana pasada con ella… Tenía un anillo enorme y…”
—Esa es mi asistente ejecutiva. Tienes razón en que está casada, pero no conmigo. En lugar de acompañarme en mi último viaje y atenderme por la noche, le pedí que cuidara a Rachel, ya que su niñera habitual se había puesto enferma. ¡Qué buena cogida y qué discreta!
«Ah, claro.»
“¿Hay algo más que te preocupe, Ed? ¿Hay algo que quieras saber? Pregúntamelo, Ed. Tal vez te lo diga. O tal vez no”.
Tenía muchas preguntas, pero me mantuve fiel a nuestro acuerdo de “negocios” . Le dije que no me parecía buena idea retrasar a Rachel con sus clases de natación, ya que pasan cosas y ella necesita aprender a nadar. John se rió. “¿No quieres continuar con sus clases de natación? ¿Es eso?”
“No, las lecciones están bien”.
—Bueno, parece que los estás disfrutando —dijo el libertino con una sonrisa maliciosa—. Déjame mostrarte algo, Ed.
—¡Rachel! —gritó—. Nada hasta el otro extremo de la piscina y regresa tan rápido como puedas.
Observé con asombro cómo el pequeño pez salía disparado por el agua y volvía, demostrando una técnica y una habilidad propias de los suburbios. “¿Qué demonios?”, pregunté con asombro.
—Te han engañado, Ed —se rió John—. Me preguntaba cuánto tardarías en darte cuenta.
—No, no lo entiendo —murmuré genuinamente confundido.
John se dio la vuelta y llamó a Rachel, que seguía batiendo el agua. “¡Rachel! ¡ Hora de jugar con papá y el señor Ed! Sal del agua, desnúdate y ve al vestuario. Ed y yo nos reuniremos contigo en un minuto.
Se volvió hacia mí y me preguntó: “¿A qué crees que me dedico, Ed?”.
Con el rabillo del ojo vi a Rachel salir del agua y quitarse el bikini antes de ir al vestuario.
«Yo, uh, uh, realmente no lo sé.»
“Tengo participación mayoritaria en muchas empresas”. Luego me preguntó: “¿Tienes algún pasatiempo, Ed?”
—No, señor. No en este momento.
“Bueno, tengo un nuevo pasatiempo que disfruto mucho. ¿Sabes cuál es ese pasatiempo?”
—No, señor.
—Pornógrafo. Hago películas sucias. —Se rió y añadió—: Hasta ahora ha sido sólo para consumo personal. Rachel… tiene cualidades de estrella, ¿no crees?
“Ella es una niña muy bonita.”
«Y qué buena actriz, ¿no te parece?»
Sin duda me dejó atónito con sus habilidades para nadar. “Sí, lo es. Pero… me dijiste que tenía seis años y que su madre murió hace siete. ¿Cómo es posible?”
—No tiene seis años, Ed, pero está cerca de los nueve. Pero parece una niña de seis años, ¿no?
En ese momento me quedé realmente confundida. “¡Espera un minuto! ¿De qué se trata todo esto? Las lecciones de natación falsas, el sexo en el vestuario, el…”
John me interrumpió levantando la mano. “¿Qué te parece si vamos al vestuario y lo descubres?” Se dio la vuelta y se alejó, conmigo detrás de mí.
No me sorprendió encontrar a Rachel desnuda y esperándonos. John se quitó rápidamente el bañador y le puso su polla flácida en la cara. Rachel se la tragó de inmediato. Vi cómo su polla se ponía rígida en su boca. Me sorprendió verla recibir tanta polla, ya que era una cosita pequeña y solo había pulido nuestras perillas hasta ahora. Pero entonces su garganta comenzó a abultarse cuando su polla hinchada se alargó y engrosó. Se apartó y tomó una bocanada de aire. La saliva espumosa goteó de la erección de su padre y ella volvió a tomar todo el contenido de nuevo en su boca y garganta con facilidad.
Mientras su niñita le hacía una mamada profunda, él rebuscó tranquilamente en su taquilla hasta que sacó una botella de lubricante. Se apartó y le dijo que se sentara en el banco con el culo en alto. Me mostró la botella de Astroglide, vertió una generosa cantidad en su mano y luego se la frotó en el culo. Mientras se aplicaba un poco de lubricante en su erección, tuve una idea bastante clara de hacia dónde se dirigía todo esto.
-Ella es virgen, ¿no?
Para entonces, John ya le estaba metiendo los dedos en el culo. —Coño, sí… Culo, no —dijo mientras ponía la cabeza de su polla entre sus nalgas—. Abrígale las nalgas para mí, Ed. Lo hice y, de cerca, pude ver cómo su polla dura desaparecía en su ano. Hasta donde pude ver, no hubo resistencia, ella simplemente se abrió y tomó cada centímetro de él dentro de ella. —Pon tu mano sobre su vientre —me ordenó entonces. Lo hice y sentí el gran bulto en su barriga. Él empezó a moverse y el bulto se movió con él.
Rachel empezó a parlotear: “Eso se siente bien, papá. Qué bien. Hazlo más rápido. Hazlo más fuerte. ¡Sí! ¡Sí!”.
—Ahora juguetea con su clítoris —me ordenó el padre.
Ella empezó a gritar: “¡Oooohhh! ¡Oooohhh! ¡Oh, sí, papá, sí! ¡¡ ¡Síí …
No había nada de suavidad en la forma en que le follaba el culo. Y tampoco había nada de rapidez en ello. Todo su cuerpo se estremecía cada vez que él le metía la polla lo más profundo posible. Incluso ahora me sigue sorprendiendo que no le haga daño cuando la sodomiza, no es que sea enorme ni nada, de hecho mide un poco más de lo normal, unos dieciocho centímetros; aún con una cosita tan pequeña como Rachel…
John se sumó al alboroto en el vestuario cuando se le metió por el culo. Su polla ablandada se deslizó fuera de su culo con un audible «plop». Sonriéndome, le separó las nalgas para revelar el enorme abismo rosado que había quedado tras su follada anal. Una sustancia espesa y blanquecina goteaba de su ano abierto. Levanté la vista de la obscena visión y su padre me dijo: «Ahora te toca a ti, Ed».
Bueno, tengo una polla de estrella porno y por eso me había elegido. Resulta que me habían reclutado para protagonizar películas pornográficas caseras para niños, en las que aparecían no solo Rachel, sino también otras niñas de familias con dificultades económicas. Todas eran demasiado jóvenes para follar, pero yo me las follaba. John hizo que los padres nos vieran mientras las cogíamos y, como garantía de su silencio, también participaran; sólo entonces consiguieron su dinero.
En cuanto al himen intacto de Rachel, John simplemente estaba esperando hasta que ella pudiera recibir su pene y no le doliera. Yo fui el camarógrafo de ese evento. Y así fue como me abrí camino a través de la escuela de posgrado.
Hola
Como puedo editar mi última publicación?