Libertad Condicional
Las visitas conyugales y sus consecuencias. .
El lunes fui a clase, obviamente mi » amiga » no apareció. Estaba preocupada y en una hija del cuaderno comencé a anotar las fechas de mis dos últimos periodos.
Nunca le había prestado mucha atención, pero tomando en cuenta lo del dia anterior, era súper importante…uno, dos, tres, si claro, entonces desde aquí…uno, dos tres, cuatro….diez, serían 14 ahora más cinco…
– Que cuentas sacas amiga? – me interrumpió una compañera.
– Nada importante – dije cerrando el cuaderno.
– La próxima semana es la prueba de ciencias? – le pregunté.
– Esta semana, el jueves, la próxima semana es la de matemáticas – dijo ella
Entonces serían 14 más 5 es decir 19 .seguía pensando en lo mismo. Ya y en qué momento estoy ahora, a ver …
– Estas en otra, después hablamos – dijo ella y se marchó. A lo que estuve muy agradecida.
Ah, sí – dije abriendo el cuaderno , entonces serían 19 y yo estoy … dos, no, tres, con hoy, pero hoy no se cuenta, entonces serían 21. Estoy en el filo. 21 más 7 serían 28 estaría justo en la quemada. Ah no, tengo que comprar las pastillas hoy día.
– Mamá, tengo que comprar unos útiles para el colegio, voy a ir al bazar, me prestas dinero? Cuando llegue mi papá te lo devuelvo –
Mi papá me daba una mesada, no era mucha y por más que la cuidaba no llegaba a fin de mes.
Un día me compré unas tangas que estaban en oferta y me quedé sin dinero.
En la noche le pedí más dinero, me preguntó en qué me había gastado, me dio rabia, siempre tengo que explicarle en qué gasto la plata.
Me levanté la falda y le mostré las mini tangas blancas que me había comprado. Casi se le cayó el pelo, me cubría lo justo y además como eran muy finas casi se traslucia todo. Su niña ya no era tan niña.
– Yo me compro mis cosas, no te pido que me las compres tú – le dije.
Acababa de cumplir los 15 y tenía lindas piernas, lindo trasero y bonito pussy, sólo que ahora tenía que depilarme.
– Necesito comprar cera depilatoria – le dije.
– Tengo que sacarme los pelos –
Y sin decir nada me dio lo suficiente para cera y para algo más.
Bueno eso es otra historia. Mi mamá me pasó el dinero y en lugar del bazar fui a la farmacia
Pregunté por píldoras anticonceptivas, habían varias marcas, compré las que se ajustaban a mi presupuesto.
Desde esa noche comencé a tomar una todas las noches siguiendo las indicaciones del envase.
Ojalá que no haya estado en el punto y si era así que las pastillas hicieran su trabajo.
El domingo me duché, preparé la mochila con las sábanas que había lavado, la almohada, bien perfumada, tomé desayuno y me fui.
Voy a coger con mi hermano, pensaba en el trayecto. Miraba alrededor para ver si alguien había leído mi pensamientos.
Pero es por una noble causa. Me justificaba a mí misma. Ya en la fila me puse nerviosa. Miraba a las mujeres y pensaba si era la única que venía a ver al hermano o habrán más mujeres en mi condición? Después del chequeo me llevaron a ma sala, estaba mojada antes de entrar. Lo vamos ha hacer y ya, es para satisfacer una necesidad.
Ahí estaba mi hermano, sentado en la cama. Se paró y nos abrazamos, nos besamos y nos besamos.
– Ayúdame con la cama – dije sacando las sábanas.
Después nos desnudamos rápidamente y nos acostamos. Realmente lo iba a disfrutar y así fue, un mar tranquilo que fue aumentando el oleaje hasta llenarme como un tsunami y quedar tendida, agotada y desnuda sobre la arena. El peso de mi hermano me hizo abrir los ojos.
– Hermanita, no sabes cuánto te amo –
– No me digas hermana, alguien puede escuchar – le susurré al oído.
Me gustaba que me dijera hermana mientras me cogia y yo decirle hermano cógeme rico, le daba un plus a la relación, pero ahí no se podía. Yo escuchaba todo lo que decían y hacían las otras parejas.
Después conversamos de todo pero sin saque, sólo había que esperar 5 minutos y ya estaba a 100 nuevamente y atacándome con todas sus ganas y volvía el tsunami a dejarme agotada, una y otra vez.
Después en cuatro y terminaba cabalgando sobre mis nalgas y vieniendose en lo más profundo de mis intestinos. Aveces pensaba que llegaba a mi estómago empujando mis vísceras. La verdad es que no me dolía nada aunque al otro día tuviera delicado mi ano. Pero el orgasmo anal valía la pena, aunque me hubiera dolido.
Llegué a ducharme, me puse una remera, que la uso solamente en la casa porque cuando me inclino hacia adelante, quedan mis pechos descubiertos y si se me baja un tirante, deja una teta al aire. Pero eso no es problema para mí, que me vea mi hermano siempre me ha visto, que me vea mi padre, la misma cosa.
Tenia hambre, estaba agotada y tenía sueño. Después del almuerzo le di las gracias a mi mamá y me fui a acostar. Me di vuelta hacia la pared y me quedé dormida, no sin antes sentir las manos de mi papá acariciar mis nalgas antes de taparme con un cubrecama.
Pasados los tres meses, ahora venía la audiencia de presentación de cargos. Pero no fue inmediatamente, se fijo para una semana más y éso significaba una visita conyugal más.
A la audiencia fui con mi mamá. Ella quiso ir. Las acusaciones del fiscal caían como cascada, una tras otra y cada una más terrible que la otra. Lo van a secar en la cárcel, pensaba. Eran 6 los acusados incluido mi hermano. Cada uno tenía su abogado y vinieron los descargos. Todo muy lento el proceso, se suspendió para la otra semana. Y así fueron pasando las semanas y los meses y mi hermano seguía en prisión Preventiva y yo seguía con las visitas conyugales. Las que eran una necesidad para mí hermano, lo eran también para mí ahora. Todos los domingos era sagrada la visita y si se hubiera podido a mitad de semana, también hubiese ido.
Mi papá se dio cuenta de las visitas conyugales porque iba el sábado con mi mamá y el domingo sola.
Por fin salió la sentencia, las penas fueron diferentes para cada uno.
A mí hermano le dieron tres años y un día. Fue la pena menor de los 6 imputados, los otros partían en los cinco años para arriba.
El abogado apeló a la sentencia, dos visitas conyugales más y quedó a firme. De los tres años le rebajaron 18 meses que estuvo en prisión. El otro año y medio en libertad condicional, arresto domiciliario nocturno y firma mensual.
Pero no lo liberaron inmediatamente, había que hacer el papeleo, notificar al abogado y el abogado notificar a mi hermano.
Al otro día, a las 10 de la mañana estábamos esperándolo. Cuando salió lo abrazamos, después nos subimos al auto y nos fuimos. Mi papá y mi mamá adelante, nosotros atrás abrazados.
Almorzamos y mi hermano se fue a su pieza y yo a la mía. Estaba feliz de que mi hermano estaba en la casa. Ya no iba a tener pasar por humillaciones para coger con mi hermano. O ahora no vamos a poder coger…
Qué rico relato, pero por demás angustiante por el encarcelamiento del chico.