Libros y café.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por icest007.
Faltaban unos días para mi cumpleaños 21. Era un Martes lluvioso, sin aires de felicidad al mirar por la ventana.
Estaba leyendo a Murakami, aún no entendía el concepto del pájaro-que-da-cuerda. Leia y me hundía-
-Hola cariño – me acaricia el cabello-
-Hola papá – levanto la vista del libro y le sonrío con amor-
-"El pájaro que da cuerda al mundo" -leía en voz alta el título mientras se sentaba a mi lado- Suena interesante, quizá demaciado -me sonríe amablemente-
-Si, bastante. Algo confuso si estás pegado en el occidentalismo literario -le saco la lengua en señal de burla-
Jajajaja -ambos reímos-
En ese momento vestía un chaleco de lana, largo, que me cubría hasta la rodilla, y mis azules pantuflas, características de Sullivan,un personaje de monster inc.
Con sutil cariño, siento su mano en mi rodilla, que sube mi muslo y baja a donde inició. Con su antepalma me acaricia, para dar paso a un tierno beso en mi cien. Apoyo mi cabeza en su boca, cierro mis ojos y la ternura inundó el momento.
-Ya – alza la voz, se coloca de pie y me mira- Me iré a cambiar de ropa, tu mamá llegará en un par de horas y hay que ir al supermercado.
-Yap -le sonrío y vuelvo a mi libro.
Pasaron unos minutos, lo veo caminar hacia la cocina. Lleva un pantalón de buzo de tela y una polera blanca. Mi padre, a sus 53 años, era un hombre maduro, hecho y derecho. Era tierno cuando quería y severo cuando debía. Siempre me encantaban sus charlas de "castigo", tan calmado, tan sutil.
-¿QUIERES UN CAFÉ? -me grita desde la cocina-
-BUENO!!! -le respondo el grito-
Coloca dos tazas sobre la mesa, agua caliente, el fiel juan valdéz para tardes de invierno. -Listo – me llama con la mano-
Acercandome a la mesa, el aire a cafenia, el amargo aroma de un café me inunda la nariz. Siento a mi padre colocarse tras de mi, apoyar su cabeza en mi hombro y pasar las manos por mi cadera y cojer su taza, su cuhara y dos porciones del oscuro café.
-Que rico, hace frio, café y un abrazo. ¿qué más puedo pedir? -le doy un beso fugaz en la mejilla y me apreto hacia el.
-Si mi niña, está para regalonear la tarde -mientras mezclaba el agua con café , posó su otra mano en mi estómago y más presionó.
Sentía las mariposas en mi estómago, setntía nuevamente las ricas y tiernas emociones en mi pecho, esas mismas que sentía cada vez que estaba junto a el, en la cama, en el sofa, solos. EL y yo.
Con mi mano el empiezo a acariciar la cabeza, giro la mia y le beso fuerte su cabello. Termino con el sonido -MUUUUUUUUAK!! te quiero papa .
-y yo a ti mi amor. Y yo a ti -me respondió meloso-
Giro en 180°. Nuestras miradas se cruzaron en un segundo que pareció un año. Sus ojos brillaban, su labio me llamaba, su cuello me excitaba, sus manos me tentaban.
Le sonrío cual hija caprichosa le sonríe a un padre dichoso. Coloco ambas manos en su rostro para luego juntarlo con el mio. Nuestros labios se mezclaron en una intensa lluvia de emociones. El beso era eterno, enroscabamos nuestros labios, compartíamos las lenguas, mordíamos las comisuras, sonreíamos entre beso y beso.
El me tomó por los muslos. Enrelazé mis brazos a su cuello. Me levantó. Me posó en la mesa.
Sentí en mis muslos sus heladas manos. El frío de la mesa hizo que la piel de mi trasero se erectara.
Eramos el y yo, un beso lleno de amor, pasión, complicidad.
Con gentil y determinada caballerosidad, me empieza a desabotonar el chaleco. Uno por uno. Me besa. Me mira. Me desabotona.
Con ambas manos, desliza ese chaleco innecesario para la ocación desde mis hombros, dejándolo caer en la mesa. Con su zurda, coge mi pecho, acerca su boca, lo besa, lo lame. Mama de el, muerde mi pezón. Lo masajea con su lengua y acaricia con la mano.
Suelto un sutil gemido. Mis manos juegan con su cabello. Mis piernas se abren de par en par.
Muerdo mi labio. Bajo mi mano para tratar de alcanzar su pene. No llego.
Se incorpora. Me coge con sus brazos y me baja de la mesa. Con su fuerza no soy nada, soy de papel, soy una pluma con la que podría hacer y deshacer. Soy de el, somos nosotros. Soy para el.
Decidida, me coloco de rodillas frente a mi papá. Empiezo a masajear su pene sobre el pantalon. Es rico, no está totalmente erecto. Me gusta sentir su pene flácido al principio.
Bajo los pantalones, allí lo veo. Su falo, su sexo, su pene. Ese pene que me desvirgó, que me dio placer por años, que me enseñó a ser mujer, a sentir, a amar. Lo masajeo suavemente. Está semi erecto.
Lo introduzco a a mi boca. Me gusta un poco flácido. Me da mejor jugar.
Lo escucho soltar un suspiro. Miro hacia arriba. Mira hacia abajo y me sonríe. Me acaricia el cabello.
Lo mamo, lo saboreo. Decido empezar a masturbarlo. Nace, sale, su glande. A la luz lo veo, lo masturbo. Se agranda, endurece. Se prepara para mi.
Allí estabamos. Yo, semi desnuda, de rodillas mamando el pene de papá. Como me había enseñado. Como había aprendido tiempo atrás. En ocaciones, entornaba la cabeza y la mano, masajeaba con mi lengua. El solo me acariciaba el cabello, gemia en ocaciones.
Me pongo de pie, sin soltar su pene. Nos miramos a los ojos. Sabíamos que vendría. Sabíamos que en el mundo no había nadie en ese momento,podíamos unirnos, amarnos.
Lo cogí de su mano, lo llevé hasta su habitación. Abro la puerta. La cama nos espera. Sus sábanas seguirán siendo nuestros testigos del eterno amor que creamos.
Papá se acuesta en la cama. Desnudo. Lo miro de pies a cabezas. Las canas me provocan ternura, su cuerpo, lo deseo. Está allí, el…el.
Con tranquilidad, me quito los mini shorts que estaban bajo mi chaleco. Desnuda frente a el. Siempre me gustó, siempre sentí el ronroneo apasionado en mi pecho, el alba emocional que nacía al estar los dos desnudos. La complicidad emocional que creamos al acariciarnos, cuando nos duchabamos a mi corta edad de 11. Cuando dormíamos juntos. Cuando en las noches me visitaba, nos besabamos, nos acariciabamos, cuando acababa en mi.
Me coloco de rodillas sobre la cama, despacio me subo en sus piernas. Me inclino hacia delante. Su pene me apuntala el estómago. Duro, caliente.
Nuevamente lo beso apasionadamente. Las respiraciones se agitan.
-Papá, te quiero, te amo mucho -le digo suavemente mientras le miro-
-Y yo a ti mi amor, te amo mucho -Me responde. Me llega al alma, siento sus palabras en cada parte de mi.
Húmeda, sobre el, tomo con mi mano su pene. Lo coloco a la entrada de mi sexo. Me poso sobre el. Lo miro.
Lentamente voy sintiendo como el mundo se detiene, con cada centímetro que penetra, siento que nada nos separará. El mundo no gira. Los sentimientos nos inundan. Las democráticas reglas sentimentales nos abordan para decirnos " amense, quieranse, sean unos".
Me penetra completamente. Me estremesco. Lanzo suspiros de placer.
Sus manos las coloca en mis caderas. Empiezo el armonioso baile del amor: subo y bajo, subo y bajo. Me contoneo hacia delante, hacia atrás. Muerdo mi labio, empiezo a gemir. Mi respiración se agita. El calor me domina.
Me muevo, sobre el.
Me muevo, para el.
Mis caderas bailan sobre las suyas, su falo se menea dentro de mi, copando cada lugar de mi interior.
-Papá…papá…papá….si….si…papá…- repito agitadamente , entre gemido y palabra..repito
-Si mi amor, si… eso, muévete. Te amo – me dice mientras levanta su cuello y mira como su falo me atraviesa. Desaparece en mi.
El sudor nace, nos baña lentamente. Sus manos precionan con fuerza mis caderas, mis senos.
Levanta sus rodillas. Me impulsa hacia delante y por ende hace que la parte superior de mi cuerpo quede paralela a la suya. Con una mano me coge el pelo por la nuca, y con la otra mis manos detrás de mi espalda.
Soy de el, su prisionera. Lo que me gusta.
Empieza a embestirme fuertemente, aunque esté sobre el, me domina. El sonar de las pieles al chocar es fuerte. cuales aplausos de un público eufórico por una escena majestuosa, una obra sin igual.
Mis muslos chocan con sus caderas. Mis nalgas con sus piernas.
-AAAAH AAAH PAPÁ – En ese momento el placer era demaciado. Me embestía con brutal fuerza. Mis caderas lo sentían.
Ese sonido, ese eco que se producía en la habitación. La piel, los cuerpos, mi voz.
En un instante, con una fuerza descomunal y rapidez milimétrica, me coloca boca arriba. Acostada en la cama, bajo el.
Me toma las piernas, la pone en sus hombros. Mis muslos recorren su dorso, el resto de mis piernas, descansa en sus hombros, tocando su cuello.
Con sus manos coge mis muñecas, las lleva sobre mi cabeza. Las aprisiona.
Sin haberme sacado el pene, empieza a moverse. Embestidas un poco más lentas, pero …dios mio…profundas total. Sentía todo su peso, todo el poder de su cuerpo chocar con el mio, embestirme,moverme sin piedad. Su pene, llegaba hasta lo más profundo de mi.
Mis gemidos no dejaban de salir, el sudor de nuestros cuerpos se mezclaba. Su pene no daba tregua a mi vagina. La llenaba, era su reino, sus dominios. Mi sexo, mi vitrtud, mi alma, eran de el.
Me seguía embistiendo, haciamos el amor salvajemente, de forma brutal. Suelta mis piernas, se apega a mi. Queda sobre mi, el misionero.
Lo abrazo, mis piernas se enredan en sus caderas. Mis dedos de los pies se enroscan , los musculos se endurecen.
Me besa, me lame el cuello, me muerde la oreja. Me embiste , me embiste , me embiste.
Lo sentí. Empezó como un hormigueo en mi abdomen, se propagó a mis piernas, mi pecho. Mis musculos se tenzaron, mis piernas se endurecieron, mi vagina se apretó. El calor maravilloso: me provocó un orgasmo divino.
-AAAAAAAAAAAAAH….PAPÁAA….- grité de placer-
– Si mi niña, anahí, mi amor, si…si – el no paraba de penetrarme-
El también lo sintió. Su pene se agrandó demaciado. Sus embestidas se hicieron más rapidas. Su abrazo se hizo más fuerte.
Eyaculó.
Ese tibio líquido me inundo completamente. Sentir su pene bombear dentro de mi. Como mi cagina, apretada, no daba abasto para ese falto y su tibio amor.
-ooooooooo…..sssss…..aaa – lo escuché gemir en mi oído- aah…eyaculaba. Se movía…cada ve más lento.
Ambos sudabamos, gemiamos…respirabamos agitados.
Mi papá se incorpora. Nos miramos un buen rato el uno al otro. Me acarició la mejilla. Yo su pecho.
Se endereza, mira su falo y mi sexo, aún unidos. Lentamente retira su pene…oh dios, era una sensación tan rica, pero a la vez de tristesa por que acabó.
Miré la escena, su vello negro , enroscado con el mio. El suYo negro, el mio castaño, casi rojizo claro.
su pene rojo, cubierto de semen y liquidos mios. Mi vagina, delicada, rosada, pequeña, con su semen.
Nuestros sexos , frente a frente. Cansados, tocados por el divino ángel del orgásmo. Enamorados.
-Vamos a la ducha -me dice..un poco cansado en su voz- tu mamá llegará y tengo que salir.
Tragando saliva y entre una sonrisa coqueta le respondo – Si, duchemonos juntos. Quiero que me masajees la espalda.
Levantandose de la cama, se coloca a un costado mio. Yo, acostada, con una mano sobre el pecho y la otra sobre mi cabeza. Mis piernas, una extendida y la otra con la rodilla doblada. El me miraba, se sentó y me beso los labios.
-Vamos mi amor, haré lo que quiera para hacerla feliz.
Incorporandome un poco, me apoyo sobre mis codos. Mi pelo no hace más que caer desde mis hombros. Mis blancos pechos ya normales dejan ver las huellas de sus dedos que hicieron presión , con marcas rojas.
El sudo me rodeaba.
-Además – le digo ya mejor- Creo que el café se enfrió.
Otro relatito para mis chic@ que siempre me apoyan!!!!!!!!!!!! los queiro un abrazo y creo que seguiré escribiendo mis historias.
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