Lo que hace la dulce Inocencia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Leonanky.
Soy Eduardo. Tengo 39 años. El siguiente relato aconteció hace más de 11 años, cuando estaba recien casado con Syntia mi esposa.
Todo inició un verano, el cual siempre desde de trabajar arduamente en la compañía, siempre nos dan 2 semana de vacaciones.
Yo tenía planeado aprovechar ese tiempo de reposo para salir con mi nueva esposa y mi nueva hijastra.
Un día como cualquier otro, yo estaba viendo el partido de tennis. Mi esposa Syntia me dice que va a la peluquería, para arreglase y cortarse el cabello. Ella me dejó a cargo a Oriana, me dijo que cualquier cosa le avisara. Yo le dije que está bien, que yo estaré le pendiente de ella por si le duele algo o sí necesita cualquier cosa.
Al salir, ella se despide de mi y de Oriana. Cuando se va yo me instalo a ver el partido. A los 15 minutos, voy a ver cómo está Oriana. Entro en su habitación y ella está en su computadora jugando.
—¿Todo bien?
—Si papi.
—Vale. Estaré en la sala por si me necesitas.
—Está bien.
Estando en el sofá viendo tranquilo el juego, viene Oriana.
—Papi. —Me dice así desde que tiene 5 años.
—¿Qué pasó mi niña? ¿Necesitaa algo?
—¿Puedo hablar contigo?
—Claro. Dime.
—¿Qué es el sexo?
Yo me congelo ante la pregunta.
—¿Pero qué cosas dices?
—Es que quiero saber.
—Pero eres muy pequeña, para saber.
—Anda. Dime.
—Bueno… —Digo con un nudo en la garganta.
—Eso es cuando dos personas que se quieren, tienen intimidad. Donde los dos conocen su intimidad y se quieren mucho más. —Le explico de la manera más decente posible.
—Ah… ¿Y qué es un pene?
—Bueno… Eso es lo que tiene el hombre. La mujer tiene una vulva así como tú.
—¿Y cómo el pene entra en la vulva?
—Ya va. ¿De donde has sacado esas cosas?
—Es que lo vi por Internet.
—Me suponía.
—Papi, también quiero que veas esto.
Ella se quita la falda que tiene y me muestra. Tiene la cosita húmeda. ¡Dios Mío! Cómo es que una niña de 9 años tiene eso.
—Vi unos vídeos en Internet y al rato me sentía que me había orinado encima.
—No mi amor, eso no es orina.
—¿Qué es?
—Es cuando una mujer está excitada.
—Comprendo.
Luego ella se va de nuevo a su habitación. A mi me deja con esa imagen de su pequeña vagina húmeda. En verdad nunca he pensado morosidades con la pequeña puesto que es como mi hija. Además eso no está bien. Así que para drenar el pensamiento, decido masturbarme. Chequeo para ver que ella no ande por ahí.
Empiezo a masturbarme, cuando escucho por detrás "Papi", rápidamente guardo mi pene en el short.
—¿Qué quieres?
—¿Qué estabas haciendo?
—Nada. ¿Qué quieres?
—¿Puedo ver esa cosa que tenías en la mano?
—No creo.
—Anda papi. Quiero ver.
—Bueno.
Saco mi paquete y está totalmente empalmado. Oriana se queda boca abierta.
—Hija esto es un pene.
—¿Y es así tan grande?
—Bueno… No. Hay de varios tamaños, eso depende de la genética de las personas.
—Pero tu lo tienes grande.
—Si… Bueno. Mi pene mide 18 centímetros. Es un poco grande. Hay personas que lo tienen más pequeños y otros más grande que el mío.
—¿Puedo tocarlo?
—No creo que sea buena idea.
—Quiero tocarlo. —Vaya niña. Salió igual de terca que su madre.
Ella lo toca, lo agarra.
—¿Porqué está dura?
—Porque se despertó.
—¿Cómo así?
—Bueno… Estaba durmiendo y se despertó.
—Explícame mejor.
—Bueno… Cuando te levantaste la falda me pene se despertó.
—¿Porqué?
¡Dios! ésta niña si hace preguntas.
—Bueno mi amor… Porqué cuando un hombre ve a una mujer desnuda el pene se le levanta.
—Comprendo.
—Bueno será mejor que vayas a estudiar ¡vaya!
—Vale. Está bien.
En eso me cercioro de que no esté la niña merodeando. Me voy a la habitación, para poder desahogarme con tranquilidad.
Me masturbo felíz de la vida cuando al rato me vengo, Mi hijastra Oriana entra y me ve. Ella se queda sorprendida, pero es evidente que no sabe lo que pasa.
—Papi, te has orinado.
Ese comentario hizo que me riera, por la inocencia de la niña.
—No, no. No me he orinado.
—Pero mírate, sí te has bañado hasta la barriga. Ven déjame limpiarte.
Ella agarra mi camisa y empieza a limpiarme. Luego limpia mis bolas. Cuando agarra el pene, lo limpia de manera que me hace la paja (sin saber que lo está haciendo).
—Creo que está bien así.
—Oye papi, me he orinado. Me da miedo revisar. ¿Puedes hacerlo por mí?
Eso me excitó mucho por más que sea. Pero debía resistir.
—Ok. Déjame ver.
La niña se quita la falda y se baja la bluma. Al ver aquello sentía que mi pene quería explotar.
Ella me indicaba el lugar, y el lugar era su pequeño clítoris. El cuál estaba húmedo.
—Ves papi que me orine encima. Quizás esté enferma.
—No cielo. No es eso.
Agarro mi camisa y limpio su pequeña vagina, cuando lo hago escucho que Oriana suelta un leve Gemido. Me apuro en limpiarla.
—Listo. Amor.
—Papi.
—¿Si?
—¿Cómo los adultos tienen los hijos?, ¿como nací yo?
Vaya pregunta.
—Bueno los adultos tienen relaciones sexuales y de allí a 9 meses es que nace un niño o niña.
—¿Y cómo es ese proceso?
—¿Porqué preguntas tanto?
—Sólo quiero saber.
—Bueno. El hombre introduce el pene en la vagina de la mujer. Pero eso los hacen cuando se aman.
—¿Me puedes explicar?
—Es lo que te he estado diciendo ahorita.
—Si pero quiero saber como es eso. Además eres mi papi, confío en ti. No le preguntaría un aún extraño. ¿O es lo que quisieras?
—Prefiero explicartelo, a dejar que un extraño lo haga. Ni tu ni yo sabríamos sus intenciones.
—Además de que yo te quiero y tu me quieres, no veo el porqué no me expliques.
—Si pero ese cariño es distinto.
—Bueno… Pero nos queremos. Explicame.
Yo me lleno de remordimiento. Pero en realidad aunque no, lo hago de forma educativa.
Le indico que se acerqué a mí. Yo le digo que acueste y abra las piernas. Ella obedece, y luego acaricio su cosita. De por si ya está húmeda así que no la voy a aporrear.
Busco en la mesa de noche el aceite. Echo en mi pene y echo en su vagina. Puedo ver como Oriana tiene los ojos abiertos.
—Bueno aquí voy. Sólo respira.
—Está bien papi.
Lentamente introduzco mi pene en su vaginita. Sólo introduzco 5 centrimetros y ella está gritando.
—Has silencio. Nos van a escuchar los vecinos.
Introduzco un poco más y ella hadea y grita. Me detengo un momento para que ella se adapte al tamaño de mi pene. Luego introduzco un poco más cuando en unas de esa mi pene pasa de una sola de manera que todo mi pedazo de carne está dentro de mi hijastra. Ella grita.
—¡Me duele Papi!
—Si quieres paramos.
—No no.
Me detengo otra vez. Luego lo saco lentamente y lo introduzco lentamente.
Incremento mi ritmo, y empleo el típico movimiento mete y saca.
Oriana gime y hadea, una y otra vez. Parece que le gusta.
—Papi. Esto duele. Pero ahora siento una extraña sensación.
—Eso es placer hija.
La abrazo de manera que queda colgando encima de mí. Yo me muevo y Oriana hadea. Paso así un rato con ella, luego nos acostamos de manera que yo quedo abajo y ella arriba.
—Papi quiero más. Dame más.
—Con mucho gusto mi amor.
Le doy eminentemente refagas de folladas.
—Aaah!!! ¡Papi me vengo! ¡Creo que me voy a desmayar!
—Déjate llevar mi amor. Difruta del momento.
—¡¡¡Papii!!!
Oriana no soporta la presión, de manera que tiene orgasmo sucesivos.
—Ahora vengo yo pequeña.
Aumento mi ritmo, y le doy embestidas frutales de manera que Oriana Grita de dolor y placer. Más placer que otra cosa. Oriana emana gemidos y ahogados jadeos.
—Papi no pares se siente rico. ¡No pares, no pares!
—¡Aaah! ¡Mi niña me vengo!
—Sigue! sigue! Uff! Que rico!
—Aaaaah!!! ¡¡¡Orianaaaaaa!!!
Me vengo violentamente dentro de la vulvita de mi hija. Un pequeños chorro de semen líquido vaginal y sangre salen por los costados de la cosita de mi hija. La acuesto junto conmigo en la casa sin despegarme de ella.
Ambos estamos cansados. Nos miramos a los ojos.
—Te amo hija.
—Yo te amo más papi. Mucho más.
Nos ella me besa yo le sigo el ritmo, luego de eso.
En eso yo la levanto para acomodarme.
—Es hora de bañarse.
Ella sale con una sonrisa, antes de entrar al baño me giñe el ojo.
Al llegar mi esposa. Mi hija la recibe, luego yo. Ella pregunta que cómo estuvo todo y mi hija me mira y dice que todo está bien. Luego mi esposa se retira y yo le digo al oído "Bien hecho cariño"
Desde entonces, cada vez que mi esposa se va; mi hija y yo tenemos sexo duro y caliente en secreto.
Espero que hayan disfrutado de ésta ficticia historia y les haya gustado. Cualquier cosa sí desean estar en contacto conmigo o desean que escriba otra historia, pueden escribírme al correo: Kazzieryng@gmail.com
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