Lo que hace la dulce Inocencia – Parte 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Leonanky.
Aquí les traigo la tercera parte del relato "Lo que hace la dulce Inocencia", espero que les guste. En verdad agradezco todo su apoyo.
Falta un día para que mi hija cumpla sus 15 años.
Me levanto para hacer mis cosas, pero antes decido ir a cepillarme, bañarme y aarreglar. Cuando salgo del baño aparece Oriana, saludandome con un beso en la boca.
—Hola amor.
Ya no me dice ni papá ni papi. Ahora me trata como sí fuera un hombre normal.
—Hola mi niña. ¿Como amaneces?
—Todo bien. Tenía ganas de verte y decirte que amo mucho.
En eso me acerco para plantarle un suave beso en esos labios tan divinamente carnosos y la atraigo hacia a mí.
—Yo también te amo.
—Oye, calma. ¿Mamá dónde está?
—Ella se quedó en la casa de tu tía para arreglar las cosas para tu fiesta.
—¿¡Si!?
—Si.
—O sea que tenemos la casa para los dos.
Yo sonrió y la miro fijamente, y la atraigo para que sienta mi paquete.
—¿Donde te parece que lo hagamos? —Le pregunto mirándola fijamente.
—No sé… Donde tu quieras. Por lo visto mi amigo se ha despertando.
Me lo agarra por encima del boxer y me lo empieza a sobar.
—Vamos a tu habitación cariño.
—Vale.
La beso y la cargo hasta su habitación. Estando allá le quito la pijama. Puedo notar que su cosita está húmeda. Por lo que introduzco mis dedos y empiezo a masturbar ese agujerito que tanto conozco.
Oriana hadea por la excitación, tanto así que agarra fuertemente las sábanas. Al rato ella tiene un precioso orgasmo. Ella me dice que le de para probar sus jugos y eso hago.
Ella me atrae con su boca y me lanza un beso francés, de manera pruebo también sus líquidos ligados con nuestras salivas.
Luego yo la agarro, le abro las piernitas y empiezo a devorarme su lindo clítoris. Al sentir mi áspera lengua, ella arquea su espalda hacia adelante tensando todos sus músculos. Yo la sostengo firmemente para que no se mueva, para poder seguir comiendo de esa manzana prohida.
Ella grita al sentir la calidez de mi lengua dentro de su vagina.
Yo chupo y lamo con fuerza su clítoris, sus labios vaginales y ellla no hace más que gemir por toda aquella carga de placer y lujuria que nos invade, sobre todo a ella. Estando apunto de llegar se aparta de mí.
—Quiero hacer un 69. —Me comenta hadeando.
—Está bien.
La volteo de manera que su frutita me queda justo en mi boca y mi verga en su boca.
Ambos empezamos con chupes y lamidas intensas, yo no podía evitar sentir esa presión en mis bolas, ya que ella era toda una profesional chupando y mamando mi verga, así que me corrí dentro de tu boca. Ella se trago toda mi esencia y limpió todo mi pene.
Para su sorpresa le metí mis dos dedos en su vagina y con mi boca mordia levemente y chupaba su clítoris. Ella no soportó todo ese placer y por ende, grito fuertemente de manera que tuvo brutalmente un orgasmo que me bañó la cara, mi boca y parte de la cama.
Mientras más volvía a meter mis dedos, más líquido salía de su preciosa vagina.
—¡Uuuf ¡uuuf!, Eres el mejor hombre de mí vida!
—Gracias, Cariño.
La volteo, y ella toma mi pene y empieza a mamarlo. Al rato, yo la atraigo y acomodo a orilla de la cama para facilitar un poco más la penetrada.
Suavemente introduzco mi tronco dentro de su vaginita. Ella gime al sentirlo dentro. Saco y vuelvo a meter, luego de unas cuantas veces empiezo a establecer mi ritmo habitual (que de por sí, es rápido).
Oriana empieza a hadear y a gemir intensamente, debido a que los orgasmos la dejaron sensible.
Mientras la penetro en posición "misionero", ella me atrae y besa. Yo juego al ritmo de sus labios, mientras la embisto como un animal. Luego de unos 15 minutos, la giro de manera que su boca quede hacía mi pene (un está en posición misionero), estando así, introduzco mi pene en su boca y empiezo follarme exquisitamente esa boquita.
En el ambiente se puede oír los sonidos cuando mi pene entra y sale de su boca.
Luego de eso, me acuesto y le ordeno a ella que se siente sobre mi pene.
Ella se sube, y lentamente se sienta sobre él, la cual puedo ver como mi pene va desapareciendo a medida que ella se lo introduce hasta el hasta el fondo.
La atraigo hacía mí para poder esos hermosos senos que tiene. Juego con ellos de manera que los chupo y pellizco levemente con mis dientes, haciendo que Oriana suelte gemidos tonificantes.
Empiezo cabalgarla y ella se sincroniza a mi ritmo, al cabo de unos minutos la volteo de manera que su espalda quede a mí. Al momento penetrarla la acomodó para que sus muslos queden a mi alcance, para poder agarrarla. Una vez hecho esto subo sus piernitas acomodo mi pene en su hendidura, y se la ensarto de una.
Ella grita por la repentina embestida. Luego de ello empiezo a follarmela como una bestia.
Embestidas vienen y embestidas van, y Oriana sólo gime por todo ese placer que inunda su cuerpo adolescente.
Paso así unos 5 minutos, cuando ella me dice para hacerlo sola. Ella empieza subir en mi estaca. Mientras descanso un poco puedo ver como su hermosa vagina devora ferozmente a mi pene. Parece gustarle, ya que dicha vagina está totalmente dilatada, pidiendo a gritos que todo el placer existente se desborde en ella.
Luego de eso la acuesto de lado y empiezo a penetrarla así de cucharita, levantó su pierna y le doy sendas de embestidas. Al poco tiempo ella mete sus dedos en su boca y luego los lleva a su clítoris estimulandolo en gran modo que empezó a estremecerse así que empecé a moverme más rápido para llegar junto a ella.
—Ni se te ocurra venirte sin mí.—Comento hadeando.
—¡Aaah! ¡Aaah! ¡Aaah! ¡Vale! ¡Está bien!
Cierro mis ojos y le mando esas embestidas como sí fuese un taladro.
Ella empieza estremecerse cada mes más y sus dedos van más rápido en su clítoris. Ella gime y hadea como toda una perrita, no soporta más y se viene y pega un gran grito que yo creo que los extraterrestres lo escucharon. Al poco tiempo me vengo también.
Ambos nos quedamos sin despegarnos, luego Oriana se queda dormida. Yo con cuidado me despego de ella y puedo ver como le sale semen y líquido vaginal de su cosita. Yo meto mis dedos en su cosita y saco más de ese líquido con lo cual ella a pesar de estar dormida, gime como una princesa. Saco parte de ese líquido y me lo trago. El líquido sabe medio raro pero me gusta, así que con cuidado me acomodo y luego le abro sus piernitas y empiezo s sacarle el líquido restante de su vagina. Empiezo hacerle el amor con mi lengua. Ella gime intensamente.
Luego de tratar de limpiarle, ella tiene otro orgasmo tan fuerte que la despierta de golpe bañandome toda la cara y parte de la cara. Con lo cual se queda un poco sorprendida pero luego se tranquiliza.
—¿Qué me hiciste? —Está jadeando.
—Yo trataba de limpiarte el orgasmo que tuviste, pero por lo visto no te contuviste.
—Comprendo. Bueno ahora termina lo que empezaste.
—No me hago responsable si te vuelves a correr.
—Soy tuya mi amor.
Ese comentario no hizo más que excitarme de manera que mi pene voy a revivir.
Sin más ni más la arrimé a la orilla de la cama y la penetré de una. Ella empezó a gemir y hadear, yo por mi parte se lo metía y sacaba, dándole embestidas letales.
Oriana agarraba las sábanas y las apretaba, allí podía ver el nivel de excitación que tenía y que compartía conmigo.
Mientras la penetraba la miraba fijamente. Con la mirada le decía cuanto la amaba y ella me miraba tiernamente respondiendome pero a la vez entrecerrando sus ojos por ese placer que la inundaba.
Al poco tiempo nos vinimos juntos. Luego de eso le di un beso tiernos en sus labios de clavel.
Salí de la habitación, fui a mía y me di un buen baño, y me acosté a dormír ya que tuve 12 rounds con mi hija (12 round, una comparación). Y con ansias deseo mañana poseer su virginidad anal.
Luego de eso, llegó el día. Oriana se fue junto a su madre a la peluquería y a elegir el vestido, y todas esas cosas. Yo por mi parte, me dediqué a buscar un buen traje para impresionar a Oriana.
He pasado el día y no he visto a Oriana, es difícil estar un día sin mi niña.
Así pasó el día hasta la noche. Yo por mi lado (sin que nadie incluso Dayana lo sepa) preparé una sorpresa a mi hija.
Llegada la noche, me fui a la fiesta con mi esposa. Mientras Dayana llega. Ella se fue con su tía para la peluquería.
Al llegar 10 de la noche por fín se aparece. Yo como su padre que soy, la veo bajar del carro (auto), debo decír que se ve más hermosa, lo que me hace tener una erección pero a la misma vez me llena de felicidad y orgullo.
Me acerco a ella y la abrazo.
—Oriana Está demasiado preciosa. —Le susurro al odio mientras la sigo abrazando.
—Y tú estás guapísimo mi amor.
La abrazo un poco más y ella siente mi paquete.
—Por lo visto él también está felíz de verme. —Lo dice en un tono de picardía.
—Si que lo está. Y no sabes cuantas ganas te tiene.
—Al salir de aquí quiero que me folles como nunca.
Aleja su cara y lanza esa mirada de lujuria que tanto me encanta. Yo por mi lado asiento brevemente.
Al pasar los minutos, llegan más invitados. Y al llegar las 12 de la noche. El DJ coloca el vals, y yo con honores y méritos soy el primero q baila con ella. Luego de eso bailan mi esposa, los familiares e invitados.
Y así pasa la fiesta. Nosotros llegamos a la casa a las 5 de la mañana.
Mi Esposa está cansada, pero aún no se duerme. Yo salgo para hablar con Oriana.
Entro en su habitación, y veo que está semi desnuda ya que se ha quitado el vestido.
—Oriana.
—¡Amor mío!
Me abraza, y me da un beso (al que le correspondo.
—Necesito hablar contigo.
—Dime.
—La cuestión es la Siguiente. Tu madre.
—¿Qué pasó con ella?
—Si ella no se duerme, no podemos hacer nada.
—¿Qué sugieres tú?
Me quedo pensado un poco.
—Se me ocurre darle dos pastillas para dormír pero molidas.
—¿Estás seguro?
—Si. Además, sabe que de por sí el sueño de ella es un poco pesado.
—Es verdad. Bueno, anda y después me vienes a buscar.
—Está bien.
Luego de que preparo todo. Aprovecho que ella me dice que le busque un vaso con agua, allí aprovecho a darle la pastilla molida en el agua.
Luego de unos minutos, mi esposa queda tendida totalmente (durmiendo como un oso jejeje), voy y busco a Oriana.
—Amor estoy lista. —Me dice sonriente.
—Yo también. Vamonos.
Ambos cada uno de lleva un pequeño bolso, donde llevamos una muda de ropa junto a otras cosas necesarias, y nos vamos en el carro.
Llegamos a un hotel local y entramos, y vamos directamente a la recepción.
—Buenas, vengo por la reserva que hice ayer.
—Buenas días, perfecto deme sus datos, y espere un momento.
Doy mis datos y los de mi hija.
La recepcionista, finaliza y me da la llave de la habitación.
Estando en la habitación, nos acomodamos y nos ponemos cómodos.
—Se te ve cansada. —Le digo al verla bostezando y estrujandose los ojos.
—Un poco. Pero quiero follar contigo.
—Ahorita no, Descansemos un poco. Si lo hacemos ahorita nos vamos a dormír en el acto.
—Está bien. Pero dame un beso,
Le doy un suave beso en los labios, se recuesta en mi regazo, y así nos dormimos.
Me despierto con una gran excitación y al estar totalmente despierto veo que Oriana me está haciendo sexo oral.
Yo agarro su cabeza y me la follo. Ella gime un poco y empieza a tocarse su cosita. Luego de unos breves minutos, le digo que continúe. Ella pícaramente me hace seña que "si" y hace su trabajo. Cabe decír que para tener 15 años hace el sexo oral como una profesional.
Al cabo de unos 10 minutos acabo dentro de su boca. Cada uno de los chorro de mi semen por lo visto la ahogó porque empieza a toser, pero se recupera y sigue mamando y chupando. Al finalizar deja limpio mi falo.
—Vaya vaya… Por lo visto ya él no necesita bañarse. —La miro y le sonrío.
Ella se ríe y se sonroja.
—Si… Para eso estoy yo.
—Vamos a bañarnos.
—Está bien.
Estando desnudos en el baño nos empezamos a besar y a tocar nuestros cuerpos. Ella toma mi verga y yo toco su cosita que por cierto está húmeda.
Ambos nos metemos en la tina, ella se me sienta encima y empieza a besarme descomunalmente. Yo agarro sus tetas y las manoseo a mi gusto.
—Vaya… Si que estás cachonda.
—Me tienes bien caliente. Quiero hacerlo aquí.
—Pero estamos un poco incómodos.
—No importa, follame.
No digo nada y rápidamente pongo mi glande en la entrada de su vagina y le doy una rápida y fuerte estocada.
—¡Aaaaaaahh!
—¿Entonces quieres que te folle? —Se lo digo mientras le doy estacadas bien fuerte.
—¡Me duele! ¡Uuuufff! ¡Aaaaaaahh! ¡Aaaah!
—¿Quieres?
Le doy otra.
—Coño si! ¡Uuuuy! Vamos cogeme.
Empiezo a follarla rápido, mientras escucho sus hadeos y gemidos. Entre tanto le doy nalgadas mientras la embisto. Yo como la tengo encima puedo chupar sus tetas.
Rápidamente ella tiene un orgasmo. Al sentír sus paredes vaginales más lubricadas, se me hace follarla con más rapidez, al sentír que estaba llegando decido para y cambiar de posición Ahora ella está de espalda a mí (encima de mí igualmente), y dejo que sea ella quien folle.
—Vamos. Hazlo tu ahora. Follate a tí misma.
—Amor ya que me sonrojas.
La agarro y le doy un beso intenso.
—Vamos, dale a papi lo que le gusta.
—Eso haré.
Ella misma empieza a hacer movimientos de coito arriba y abajo. Yo solamente me dedico a relajarme mientras mi hija hace con mi verga lo que quiera.
Pasa un rato haciendo eso, hasta que empieza a tocarse (va a tener otro orgasmo), yo ls tomo y le subo las piernas con mi brazo y con mi mano le toco el clítoris.
—¡Aaah! ¡aaah! ¡aah! ¡me gusta!
—¿Qué?
—¡Uuuufff! ¡Joder me gusta!
—¿Qué te gusta?
—¡Aaaah! ¡Aaaah! ¡Me gusta que me folles! ¡Me gusta que me la rompas con tu verga!
Oriana estremece bruscamente su cuerpo arqueando un poco su espalda regalandome 2 orgasmos.
Al mencionar las palabras anteriormente ella me excitó tanto que no aguanté y me vine dentro de la vagina de Oriana.
La follé hasta que me quedé sin fuerza. Ella se recuesta de mié, yo la abrazo y nos quedamos descansando. Yo aún no he sacado mi verga de su cosita, por lo que el mi semen y el resultado de los orgasmos de Oriana están entremezclados, encerrado allí, desbordandose por los lados. Yo agarro y paso mis dedos y se lo meto en la boca.
—¡Oh mi Dios!, sabe demasiado bien. Prueba.
La miro extrañada, y ella insististe, y pruebo un poco, y em verdad sabe raro. Pero bueno, al fin y al cabo ambos nos bañamos.
Y salimos un rato al distraernos.
Al Salir, noto que mucho hombres la miran.
—Veo que tienes muchos ojos.
—¿A qué te refieres?
Le hago seña.
—Ah ya, ya. Comprendo.
—Eres hermosa.
Ella me agarra una nalga.
—Hey, aquí no Oriana. Más tarde.
Oriana y yo salimos.
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