Lo que la peste trajo consigo
La cuarentena fue para muchos una de las situaciones más difíciles que ha podido pasar. Historias de soledad, duelo y tristeza hubieron por todos lados. Sin embargo, es cierto que para muchos, ayudó a estrechar lazos, algunos más de la cuenta, como Fabián y su madrastra….
Mis queridos lectores, hoy por fin, puedo subir mi segundo relato. Esta vez, hecho en compañía de Madi, una bella mujer chilena que ha accedido a fantasear conmigo y dar vida al papel de la madre de esta ocasión, una bella mujer de 52 años. Espero disfruten de la situación, hubo mucho trabajo en el texto. Como siempre hemos tratado de mantener lo más real posible la situación, para que se sienta coherente y consistente. Los invito a leer nuestra obra a continuación:
Es eso de las 18 horas, de un templado día de principios de otoño. En todos lados aparecen noticias sobre esto de la cuarentena y que en la ciudad se ha restringido el libre tránsito de las personas. Ajeno a toda esta situación de estrés y novedad, Fabián tocaba su guitarra – regalo ultra mega deseado dado por su padre en su cumpleaños número doce- en la terraza de su casa, ubicada en un barrio a la salida de la ciudad. La brisa, que recorre el sector es fría y transporta los murmullos de miedo e incertidumbre que abundan en las calles.
¡Wow! – exclama Fabián mientras el viento choca en su piel alzando la vista al cielo por unos segundos – ya no duran nada los días.
En el cielo, el ocaso ya se dibujaba y tenues resplandores naranjas surcaban en azul del cielo que se comenzaba a apagar.
Motivado por el frío de la brisa, Fabián se levantó con guitarra en mana y entró a casa por el ventanal que daba acceso al cuarto de estar, completamente oscuro y con un silencio reinante que se extendía a los demás rincones del inmueble.
¿Y Madi? – se pregunta Fabián en su mente extrañado, al evocar el rostro de su madrastra quien siempre andaba por ahí en la primera planta – ¿Habrá salido ya?
De memoria, Fabian esquiva los muebles y obstáculos en el oscuro living para llegar a la escalera y subir a su cuarto, donde deja apoyada la guitarra en el atril dispuesto junto a su escritorio.
¿Aló? ¿Hay alguien por ahí en casa? – alza la voz en alto Fabián al salir de su pieza.
¿Qué pasa hijo? – responde otra voz desde la puerta ubicada al fondo del pasillo – ¿Ya te entraste? Pensé que seguías en la terraza.
Sí, es que hace frío ya – responde Fabián sorprendido por la voz de Magdalena – ¿Dónde estás?
En mi pieza – responde esta alegre – ven, pasa.
Fabián se dirige al fondo del pasillo a paso firme, con una sensación de alegría al notar que “Madi” como le había llamado desde pequeño a su madrastra estaba ahí. Abre la puerta y puede verla con pequeños montoncitos de ropa en la cama y mirando su celular. Fabián se queda en el marco observando su pelo que contrasta en su blanca piel mientras sus delicadas y cuidadas manos sostenían su teléfono.
Estaba hablando con papá – le dice Madi a Fabián – está bastante preocupado.
¿Por qué? – responde Fabián frunciendo el seño.
No sabe que pasara con lo de las cuarentenas que están anunciando – replica Madi con un tono de preocupación también- no sabe cómo lo hará para volver a casa.
¡ohhh verdad! – contesta Fabián llevándose la mano al rostro y agitando la cabeza al recordar toda la situación que pasaba – casi lo había olvidado.
Jajaja que mal hijo eres jajaja – ríe Madi esbozando una sonrisa mientras mira a Fabián – ¿así te olvidas de tu padre jajaja?
Fabian se sonroja y sonríe también, ante lo mal que sonó su frase.
No, no – dice moviendo sus brazos – es sólo que había olvidado lo de la cuarentena. ¿No ha podido conseguir un vuelo de vuelta?
Mira no lo sé… – explica Madi dubitativa- no se si es problema de vuelo… pero, lo que es seguro es que no se sabe que pasara con eso de tener que pedir permisos.
Fabián mira atento a los ojos de su madrastra, mientras esta continúa explicando
Y si viaja a Santiago no sabe que pasara cuando tenga que volver a trabajar – termina Madi con una mueca en su boca. – De momento simplemente no podrá regresar.
Claro entiendo… – dice finalmente Fabián atreviéndose a entrar, quien cuidadosamente toma uno de los montones de ropa y los hace a un lado, para sentarse en la esquina de la cama.
¿Entonces tu no saldrás hoy? – agrega con voz tierna – el fin de semana que papá viaja sueles ir con tus amigas.
Jajaja pareciera que me arrancara cuando papa no está, pero no… – responde Madi dedicándole una sonrisa a Fabián – la verdad es que mis amigas también tienen miedo y yo con la incertidumbre no quiero salir tampoco.
No tengo pánico, pero prefiero tener respecto al virus y salir solo si es necesario – sentencia Madi.
¡Oh que bien, estarás aquí! – dice Fabián de pronto con una sonrisa amable mirando a Madi directo a sus ojos, para luego bajarla ligeramente avergonzado por su entusiasmo.
¿Y tú has sabido algo? – pregunta Madi, haciendo caso omiso de lo anterior- ¿que pasara con tus clases?
Dicen que mandarán todo online por mientras Madi – explica Fabian esperando disimular – están todos muy claros y algunos papás no quieren mandar a los niños.
Entiendo, el lunes llamare para saber bien que pasará, no quiero que pierdas clases tampoco -responde Madi terminando con el último de la ropa – no seré tu madre, pero sabes que te quiero y me preocupo.
Gracias Madi…- agradece sonriendo Fabian, disfrutando del placer de sentirse querido en silencio, preocupado por no sonrojarse. bueno… estaba pensando – comienza a decir – que, ya que estaremos aquí, podríamos hacer algo…juntos.
¿Qué ocurre Fabi? – mira algo extrañada pero sonriente Madi.
No sé – responde Fabián tímido – podríamos ver una película juntos o algo así.
Mmm bueno, con todo lo que está pasando… – reflexiona Madi en voz alta- supongo que no estaría mal salir de la rutina y hacer algo entretenido.
Fabián se levanta inconscientemente de la cama, absorbida por una súbita felicidad. ¿Lo hacemos de inmediato o lo vemos más rato? – pregunta.
A ver…. ¿y como qué tipo de película quieres ver? – pregunta Madi tomando uno de los polerones ordenados y doblados en la cama – sabes creo que está haciendo frio para solo andar con polera así que me pondré un polerón encima. ¿y, tienes algo en mente?
Los ojos de Fabián se desvían ligeramente a la polera de Madi, en donde destacan sus lindos senos, haciéndolo sentir una cosquilla en su propio pecho.
Ehh bueno …- responde Fabián algo distraído tras la imagen en sus ojos- la verdad no, pero había una de vampiros contra hombres lobos que quería ver hace un tiempo… “Underworld” se llama.
Mmm no la conozco… – agrega Madi pensando unos segundos- ya sabes que no soy de memorizar películas. Pero si te tinca veámosla… y si quieres mientras preparas todo, puedo preparar algunas cositas para comer y nos sentamos en el sofá con nuestra bandejita.
¡Oh sí, me encantaría Madi! – le dice Fabián mordiendo su labio ante la idea – ¡me parece perfecto!
bueno, voy a la cocina y mientras tu prepara nuestra sala de cine – ordena cariñosamente Madi, dando una caricia en el pelo a Fabián antes de salir de la pieza, mientras este disimuladamente da una última mirada a sus pechos.
Fabián se levanta y sale de la pieza bajando al living, mientras una creciente e inexplicable ansiedad le comienza a invadir. Sentado en el cómodo sofá mientras mueve una de sus piernas por los nervios, va revisando cada una de las plataformas de streaming que su padre ha contratado hasta dar con aquella en la cual había visto publicada la película.
Mientras en la cocina Madi va buscando diferentes snacks, armando una bonita tabla en una de las bandejas que sacó previamente. – Uf este chico como ha crecido… y pensar que era solo un niño cuando lo conocí y ya casi es todo un hombre – piensa mientras arregla las cosas – espero no estar pasándome rollos, pero parece que me mira raro a ratos.
Ya Fabi – grita desde la cocina Madi – mira, voy a preparar unas quesadillas y cortare unos cubitos de queso y unas aceitunas para que comamos ¿te parece?
¡Oh que rico madi! – responde Fabián desde el living – yo ya tengo la película… supuestamente es como de acción.
Sus ojos se dirigen a la TV dejándola lista para dar play. En la foto una sensual protagonista en un traje de cuero muy ajustado aparece con el título «Underworld». Sus ojos azules destacan, teniendo la piel muy pálida y los clásicos dientes de vampiros, armada con dos pistolas.
Fabian sentado la observa, gozando de pronto de una agradable alegría de poder pasar tiempo junto a Madi. Se conocían desde hace muchos años, y al no haber conocido a su madre, Madi había sido la única figura materna durante todo este tiempo. Si bien, Madi se caracterizaba por ser atenta y tierna para con él, al mismo tiempo era distante y recatada en los momentos en los cuales le expresaba cariño físico, por lo que Fabián se había acostumbrado a que situaciones como esta eran una forma de demostrar cariño.
¡Listo! aquí está todo – afirma sonriendo Madi mientras entra a la sala con una bandeja llena de comida y la deja en la mesita de centro, justo frente al sofá.
¡Ey! ¿Pero que vamos a beber? – pregunta Madi al no ver ningún bebestible – ¿Quieres jugo?
¡Sí! – dice Fabián levantándose para ayudar a Madi con las cosas – ¿traigo yo los vasos?
Porfavor – responde Madi mientras da una mirada a la carátula de la película proyectada en la pantalla.
Fabián se levanta y va a la cocina volviendo con dos vasos de inmediato. Muy bien – dice sirviendo jugo – ¿tú también quieres, verdad Madi?
Si, gracias – responde una sonriente Madi presionando play en el control remoto.
La película comienza de inmediato y ante sus ojos, tienen tal cual Fabián dijo, una guerra de fantasía entre hombres lobos y vampiros.
Entremedio de toda la trama, la protagonista, una mujer vampiro, debe salvar a un hombre humano que es la clave para el fin del conflicto, del cual poco a poco se va enamorando. La historia avanza, entre guerras y batallas, una típica película de acción de Hollywood, en donde van lentamente destacando más y más la sensualidad de la protagonista, la cual, cada vez que la enfocan en primer plano, hace a Fabián respirar más acelerado casi, no pudiendo quitarle los ojos y provocando que más de una vez, se le caiga uno que otro cubito de queso.
Parece que te gusta la protagonista… te escucho suspirar jajaja – comenta riendo Madi, quien poco a poco fue notando el efecto de la actriz en Fabián poniéndolo colorado.
No… no es cierto- responde nervioso el chico. Sin embargo, no pasan ni 2 minutos cuando de pronto, ocurre una escena en especial. En ella, la protagonista con el humano, deben esconderse de los hombres lobos que los cazan y, debido al problema del sol, deciden pasar el día en una especie de cabaña, que acomodan para que quede lo más oscura posible.
La atención de Fabián es tomada completamente cual vórtice hacia la pantalla, donde poco a poco se enfoca un primer plano de la actriz a quien el coprotagonista le baja lentamente el cierre frontal de su apretado traje de cuerpo.
¡Ups! que incomodo ver este tipo de cosas…- piensa Madi al ver la escena y mirar de reojo a Fabián que mira atentamente la pantalla.
Suavemente el coprotagonista continúa descendiendo, hasta, sin mostrar nada explícitamente, se revela el hermoso escote de la actriz, dando a pronunciar sus generosos senos. Ella lo mira a él, intensamente y los besos siguen, dando paso a una especie de efecto en que la cámara se va volviendo borrosa, hasta no verse nada, pero que, sin embargo, se dejan escuchar a la perfección los gemidos de la actriz, para luego comenzar una escena completamente distinta con otros de los personajes.
Al oír aquellos sonidos, por esos 3-4 segundos Fabián siente que todo su cuerpo se eriza y un intenso cosquilleo le invade; una sensación de ahogo en el pecho que aparece mientras que, en su mente, casi por arte de magia, se aparece un borroso recuerdo que se creía olvidado tomando más y más fuerza.
Jajaja ¿qué le paso a esa chica? – dice al aire una nerviosa Madi, intentando tomar control de la situación. – ¿habías visto algo así antes?
Fabián le mira a los ojos, sonrojado aún e inquieto por la ola de placer que le causo esos sonidos. ¿No…no sé – le dice nervioso – qué… qué eran esos como quejidos?
Los ojos de Fabián se pierden en los pechos de Madi, cubiertos por el polerón, pareciendo tan llamativos de la misma nada y evocándole lo recién visto hasta, que finalmente, en su cabeza aparece con más claridad ese recuerdo…que le hace sentir aún más agitado.
Bueno la verdad…-comienza a decir muy tímido
Los ojos de Madi se abren. La verdad ¿qué? – pregunta – ¿Qué ocurre?
¿Qué eran esos quejidos Madi? – responde Fabián mirándole directamente a los ojos- Es que bueno, creo que una vez…yo había escuchado algo así.
¿ah sí? – agrega Madi intentando mantener la calma – ¿y donde sí se puede saber?
¿me prometes que no te enojas? – responde Fabián nervioso.
Jajaja depende lo que me digas – replica Madi, ligeramente pícara – bueno ya dime, soy prácticamente tu madre así que puedes confiar.
Es que… ¿te acuerdas el año pasado – empieza a decir Fabián- cuando papá estaba de viaje también y tu invitaste a cenar a unos amigos?
¿Ya…? No recuerdo bien – dice Madi atenta – ¿qué paso?
Eran unos compañeros de tu trabajo – dice Fabián nervioso – un matrimonio, Raquel y Pedro y uno más, un tal Jorge… Recuerdo que cenamos con ellos- continúa Fabián mirando a Madi tímidamente – eran muy graciosos… luego Raquel y Pedro se tuvieron que ir porque tenían un bebé pequeño y, bueno como era tarde me dijiste que debía irme a dormir yo también.
Ok…- exclama Madi sintiendo su corazón latir más deprisa por los nervios.
Me acuerdo de que, me recalcaste mucho que no bajase …- dice Fabián cada vez más agitado a medida que le recuerdo se hace más fresco – que era momento de dormir, que tu ordenarías y que Jorge ya se iba también ¿Lo recuerdas ese día?
Claro que me acuerdo de ese encuentro… – responde Madi – pero quiero saber que recuerdas tú.
Es que…al rato de haberme acostado – sigue diciendo Fabián – recordé que no había dejado la consola portátil cargando para el día siguiente y bueno, estaba abajo, porque había estado jugando con Pedro. Así que bajé…
Ya …- responde Madi – continua.
Estaba todo oscuro – relata nervioso Fabián- Así que bueno…pensé que ya te habías acostado. La cosa es que fui al cuarto de estar, tomé la consola y me iba devolviendo a la escalera ya cuando al pasar junto a la puerta de la cocina, que estaba cerrada…escuché algo.
¿y que había en la cocina? – pregunta ligeramente exaltada Madi
Estaba cerrada la puerta -responde Fabián nervioso, algo asustado, pero al mismo tiempo sintiendo un placentero hormigueo en su pene al ir recordando -pe…pero oí la voz de Jorge, que decía algo de » ponerse en la pared».
Fabián mira a los ojos a Madi, quien parece nerviosa y confundida. Y bueno – continua Fabián. – yo me quedé ahí a ver qué pasaba y de pronto, empecé a escuchar una especie de quejidos, muy parecidos a los de la película…
Ok… – responde una monosílaba Madi, estupefacta ante lo que le digo- y ¿qué más escuchaste?
Fabián suspira debido a la tensión del momento antes de continuar.
Solo eso- dice nervioso y logra sostener su mirada en los ojos de Madi- Eras tú la que los hacía ¿verdad?
Luego baja su cabeza y mira hacia el suelo poniéndose muy colorado. Yo, bueno…- dice tartamudo de nervios- me dio como algo rico…cuando los escuche.
Mira Fabián…. no se realmente que habrá sido esa noche- responde Madi nerviosa y tiritando ligeramente- pero debes estar confundido…. y todo esto me pone incomoda así que creo que es mejor que apagues la tv.
Confundido y sin saber muy bien que hacer, Fabián apaga la TV y mira a Madi.
Gracias por la película, llevare las cosas a la cocina – dice Madi levantándose, esforzándose por disimular que tiembla de los nervios.
¿Te has enfadado? – pregunta Fabián asustado – yo sé que eras tu…no había nadie más en la casa.
Madi se para en seco, con la bandeja en la mano.
Solo dime una cosa… y quiero que seas sincero – exclama de espaldas a Fabián – ¿qué se supone que pasaba en la cocina?
Tú le mostraste tus partes a Jorge…-responde Fabián con su rostro colorado como tomate – como en la película, ¿verdad? Como lo hacían los protagonistas…de seguro se besaban y todo eso.
Mientras Fabián pronunciaba esas palabras podía sentir como poco a poco, con un delicioso ardor su pene se engrosaba bajo sus pantalones, netamente debido a la tensión del ambiente.
¿Le has contado algo de eso a tu papa? – pregunta Madi, dejando la bandeja junto a la mesa del comedor, para darse media vuelta y enfrentar a Fabián.
No…- responde Fabián – yo…yo solo me quedé ahí escuchando y bueno…sentía como una cosquilla rica.
Fabián mira el suelo y luego sube sus ojos al rostro de Madi. Pero nunca le he dicho nada ni preguntado nada – afirma.
Escucha no se bien que paso, pero estas equivocado… – repite incrédula Madi- confundido….
¿entonces qué era? – responde Fabián nervioso parándose enérgico, donde su pantalón de buzo le comienza a traicionar dejando un poco más marcado su bulto.
Madi mira a Fabián, a quien no quiere mentirle. Esa noche no seque paso…. – comienza a decir- supongo que las copas de vino, no sé, nos llevaron a hacer algo que no debió ocurrir. Y sí, – continúa suspirando, sintiendo su corazón latir más deprisa al hacer su confesión – con Jorge nos besamos…. pero ¡eso no debió ocurrir!, te juro que no ha vuelto a ocurrir.
La cara de Fabián se desdibuja en una expresión de placer, mientras su mente comienza a imaginar la situación, irresistible imagen. Sonrojado, exhala un suspiro, parado tiritando de placer frente a su madrastra.
Estoy arrepentida y gracias por no contarle a tu papá… – continua con voz quebrada de vergüenza Madi- de verdad tu papa es muy bueno y no merece pasar malos ratos por una tontera que hice. ¿Crees que puedas olvidar eso y no juzgarme?
Fabián siente como una ola confusión y placer lo envuelve ante lo que Madi le ha admitido. Sus ojos se cruzan con los de Madi.
¿Ese día, en ese momento… tu dejaste que Jorge…que Jorge te viera verdad? – pregunta Fabián tartamudeó de placer.
Con Jorge hicimos algo que no debió ocurrir y punto – responde Madi intentando acabar el tema.
Dime qué…- insiste enérgico Fabián, de pronto sintiendo una especie de placentero enojo, comenzando a retroceder movido por esa mezcla de placer y rabia, algo nunca experimentado.
Si, eso quieres que te diga, ¡sí!, nos besamos y una cosa llevo a otra – explota enérgica Madi ante la presión de Fabián – no necesitas que te dé más detalles.
Quieres… quieres más a Jorge que a mi- responde Fabián de pronto dándose media vuelta y, sintiendo su garganta quebrarse corre hacia su dormitorio, mientras en su mente la latente idea de Madi exhibiéndose a Jorge le acosa.
¡Espera! – grita Madi corriendo detrás de él – ¡Fabian! disculpa, todo esto está mal…. pero por qué dices que quiero más a Jorge que a ti?
Fabián entra abriendo bruscamente la puerta de su pieza y se lanza a su cama, volteándose hacia el muro para no ver a Madi quien viene tras él.
Jorge no tiene nada que ver – continua Madi mientras sube las escalera – de hecho, con Jorge no nos hemos vuelto a ver.
Madi entra a la pieza de Fabián y se sienta al borde de la cama. Fabi hijo…- dice con voz suave- lamento lo que ocurrió…. pero nunca quise hacerles daño ni a ti ni a tu papá. Lamento que esto te esté dañando.
Pues lo has… lo has dejado ver tus partes íntimas- responde Fabián nervioso, mientras un placer le envuelve todo el cuerpo y una rabia que le quema por completo- tu antes me decías que solo papá podía verte ahí…que era prohibido para todos, que solo papá podía verte ahí porque lo amabas mucho… que ni siquiera, yo podía verte esas partes…
Pero ¿por qué no me lo dijiste antes? – responde confundida Madi – Quizás pudimos conversarlo antes…. ¿por qué ahora?
En la mente de Fabian la imagen de su Madi…enseñando tus zonas intimas a Jorge le retumba en la cabeza, provocando una inmensa furia, pero al mismo tiempo una especie de deseo que le hace sentir su pene engrosarse y hormiguear.
Escucha Fabián, ya te dije que todo fue un error…. si pudiera retroceder el tiempo lo haría, pero no puedo – dice una impaciente Madi – y esas cosas y preguntas que me dices, acaso ¿te excita imaginarme así?
¡Ves! Tú lo quieres más el… – repite Fabián entre lágrimas de rabia y hormigueo de placer -a mí siempre me decías que no podía ver ahí…y a él vas y le dejas sin más.
Dime Fabian acaso además de rabia ¿te excita? – insiste una confundida y sorprendida Madi
Sí… -responde muy nervioso Fabián.
Todo esto está muy mal Fabian…. – responde en shock Madi alejándose un poquito – dime, ¿qué puedo hacer ahora para corregir todo esto?
Solo vete…- dice finalmente Fabián resignándose- es claro… Que lo escogiste a él.
Hijo… – dice Madi en medio de la culpa -no me trates así.
Solo dime que pasó esa noche en la cocina -le dice Fabián nuevamente, motivado por la flagelante y excitante imagen de su madrastra enseñándose a otro hombre.
Bueno si…. el me ayudo esa noche a llevar las cosas a la cocina – comienza Madi accediendo finalmente al deseo de su hijo – se ofreció a ayudarme a lavar la loza, y con el vino comenzamos a conversar reír y comentar la noche….
La mirada de Madi se desvía por la vergüenza, la culpa y la confusión de contar esto ante la atenta mirada de Fabián.
Llevaba días sola con tu papa fuera – continua – supongo que fui débil… Comenzó con un roce, terminamos besándonos.
Madi siente la respiración aguda de Fabián y como él se voltea completamente hacia ella y le observa.
Él comenzó a tocarme y yo no hice nada para detenerlo…. – dice Madi bajando la mirada – y terminamos teniendo sexo en la cocina.
Al oír esa palabra Fabián se sonroja, sintiendo un completo odio por Madi y por otro lado un inmenso deseo de tenerla cerca. Madi observa el rostro de Fabián placentero y rabioso al mismo tiempo.
¿Tocar…tocarte dónde? – pregunta Fabián no pudiendo aguantarse.
Por Dios Fabián, ¿por qué preguntas eso? ¿acaso con tus pololas (novias) nunca se han besado y sentido deseos de acariciarse? – pregunta Madi ligeramente incómoda y algo exasperada.
Sabes que nunca he tenido una polola – responde Fabián sintiéndose humillado y mirando para otro lado…
Pero has salido a fiestas con tus compañeritos – mira algo sorprendida Madi – ¿nunca ha pasado nada?
Fabián niega con su cabeza.
Dime Fabian, ¿cómo puedo compensarte y que me perdones? – pregunta apenada Madi – ¿cómo puedo demostrarte que amo a tu papa y que tú me importas mucho y te quiero?
Si yo te importara y me quisieses…- dice Fabián rabioso y deseos- me habrías escogido a mí y no a Jorge.
Los ojos de Fabián pasan de la mirada de Madi hacia abajo, hasta admirar sus pechos otra vez.
¿Escogerte? ¡eres mi hijo! ¿cómo podría escogerte? – responde Madi sorprendida, sintiendo que su corazón se acelera – y para que lo sepas…. no escogí a Jorge, solo pasó, al que escogí es a tu padre.
Yo siempre había querido verte…- responde Fabián rojo – mis…mis amigos me decían siempre que se habían bañado con sus mamás o cosas así, y yo… nada. Pero en cambio a Jorge – continúa Fabián duro – no te costó para nada, que pasara.
Fabián quita su mirada de Madi
¿Y que quieres? acaso quieres que haga contigo lo que hice con Jorge? – responde una cada vez más agitada Madi – ¿quieres verme desnuda a mí? ¿a tu mamá?
Fabián se queda en silencio mientras Madi siente como sus ojos le observan para volver a entre cruzarse las miradas.
Si, ma… mamá – responde Fabián sorpresivamente, llamándole de esa forma y no Madi, como le suelo decir.
Fabián se sonroja sintiendo acaba de desnudar su alma frente a Madi.
¿y tú crees que eso estaría bien? – responde en shock Madi –¿Cuántos años tienes Fabián?
Pero si…si no eres mi mamá real…- protesta Fabián – tengo 1x
Es verdad, no soy tu mama real, pero soy tu madrastra – responde con más decisión Madi- y la esposa de tu papa y aunque estas grande…. aun eres un cabro chico. Perdón que lo diga así, pero es la verdad.
¿por qué mejor no dices la verdad entonces…? -responde Fabián sintiéndose rechazado – di que prefieres a Jorge antes que a mí… después de todo, ahí de todas formas olvidaste a papá.
¿Sabes qué? creo que es mejor dejar la conversación hasta aquí por ahora. – responde Madi enfadada ante la astucia de Fabián – sigues muy molesto, y no avanzaremos así.
Mira titubeante a Fabián. Creo que debemos pensar – agrega- yo debo pensar en todo esto… Me iré a mi pieza.
Madi se levanta de la cama, caminando apurada con las lágrimas corriendo por sus mejillas, sintiéndose avergonzada, arrepentida. Con rabia se lanza a la cama a llorar, sintiéndose tonta, lamentándose todo lo sucedido aquella noche. En su mente las palabras de Fabián no dejan de dar vueltas torturándola y confundiéndola.
En su pieza entre llanto y enojo, Fabián sintiendo una especie de humillación comienza a acariciar su pene, excitado ante el hecho que finalmente me hayas admitido lo que había sucedido. Su imaginación lo lleva a ver a Madi de mil diferentes formas entregándose a los brazos de Jorge haciéndole odiarla y sentirse mal a la vez, muriendo de morbo y placer.
Mirando el techo de su dormitorio Madi, empieza a sentir curiosidad al notar que todo esto último vivido con Fabián le ha hecho sentir extraña, hasta finalmente proponerse arreglar las cosas.
Sé que mi hijo está sufriendo – piensa Madi levantándose -quiero recompensarlo, pero no sé cómo, en el fondo aún es un niño a ojos del mundo… y esta sensación de la cuarentena que parece que nos encerrara, no podemos estar enojados y encerrados a la vez.
Madi se levanta y se dirige al baño, donde toma una ducha para despejar su mente. Al salir, se seca frente al espejo y se mira, viendo a si misma como una mujer sucia que dejó que otro hombre le tocara, pero que al mismo tiempo se siente sola porque su hombre ha estado lejos hace días y quien sabe si podrá volver luego. Madi se pone una bata y vuelve a su pieza. Es tarde y todo el estrés de lo vivido hace un rato le hace pensar muchas cosas decidiéndose por poner su camisa de dormir y meterse en su cama, sin embargo, un hormigueo eléctrico por su cuerpo no le permite conciliar el sueño, hasta que finalmente, se pone en pie otra vez, decidida a aclarar las cosas.
Madi coje su bata nuevamente, mirando su camisa, que por naturaleza de ser el pijama de verano es muy sugerente y sigilosamente se dirige a la pieza de Fabián.
En su cuarto Fabián sigue pensando en Madi, cada vez más agitado mientras pasan y pasan tantos otros recuerdos. Su sonrisa, los momentos en que jugaba con él son manchados por las imágenes que su mente crea de Madi entregándose.
Siempre te sentí tan mía…- susurra Fabián – hasta, aquella noche que escuché esos mágicos sonidos.
Madi finalmente está frente a la puerta de Fabián, notándola cerrada.
¿Fabián? – dice – ¿estás dormido? ¿puedo pasar?
Silencio
Fabián, hijo… – dice Madi abriendo la puerta.
Ante sus ojos, en la cama Fabián se mantiene en silencio dándole la espalda con el corazón parado en seco, intentando disimular su excitación mientras una de sus manos aun manosea su erecto pene.
En silencio y suavemente Madi se acerca a la cama de Fabián y se sienta en el costado. Sintiendo que su corazón acelera y acelera busca la fuerza para hablarle al rígido cuerpo de Fabián.
Hijo escucha… -comienza a decir -yo, quería pedirte… que por favor me perdonaras por todo esto.
Fabián le escucha, pero no hace ningún movimiento
Sé que eso estuvo mal… -continua Madi acercando su mano para acariciar el costado de Fabián – yo, yo no sé que estaba pensando, y sólo quiero que sepas que te amo desde lo más profundo de mi corazón.
No… -dice Fabián sintiendo su verga tiritar, pidiéndole darse vuelta y ver Madi mientras no opone resistencia alguna a su caricia – tu, escogiste a Jorge, a él le dejaste ver…
Madi suspira, sintiendo de pronto su piel erizada al sentir el sublime deseo de Fabián verse entre sus palabras.
¿Me dejas dormir contigo hoy? – pregunta Madi, dejándose llevar un poco
Al oír esta pregunta Fabián voltea, siendo su orgullo vencido por su deseo. Los ojos de Madi se cruzan con los de él y acto seguido, con mirada tímida se levanta mientras Fabián le sigue con los ojos. Sintiendo su pecho y respiración acelerarse deja caer su bata, quedando ante la mirada cada vez más intensa de Fabián solo en aquel ligero camisón de dormir que tan bien destacan esos dos generosos pechos, 40C de los cuales tan orgullosa se sentía.
Fabián tirita ante la vista de aquella musa de 52 años, la cual como una serpiente en movimientos curvos se acerca a la cama y corre la sábana para entrar en ella. Ahí pegados, en silencio se quedan unos minutos, mientras la erección de Fabián acaricia los semidesnudos muslos de Madi, sintiendo en su glande la suave piel de aquellas dos bien formadas piernas que hablaban del tesoro que residía bajo su espalda.
Shh…- susurra Madi a Fabian, excitada al sentir la dureza chocar en sus piernas mientras Fabián tirita para ella de nervios – tranquilito, mira… tengo algo para ti.
Agitada toma un poco de distancia moviendo su torso, para suavemente abrir el abotonado de su camisón de dormir dejando ante los ojos de Fabian sus deliciosos y suaves senos desnudos, los que evidenciaban en sus erectos pezones color café su excitación adornados por una bella areola mediana del mismo color.
Los ojos de Fabián se abren y su boca instintivamente se abre, entre dejando ver su ya húmeda lengua. Madi mira su expresión de placer y motivada por el morbo acerca su rostro al de Fabián, dejándolo sentir por primera vez un húmedo beso mientras toma de sus sumisas manos par dejar una en cada pecho.
Fabián suspira mientras acaricia, aprieta y siente esos deliciosos pechos, colándose el erecto pezón mediano de Madi entre sus dedos. Mientras Fabián las masajea Madi se vuelve a inclinar para besarle. El instinto hace que lentamente las caderas de Fabián comiencen a moverse dando un ligero ritmo de cabalgata. Los labios de Fabián reciben los de Madi, sin dejar de manosear sus senos haciendo que el morbo en ella aumente más y más, hasta suspirar intensamente ante los dedos de Fabián que exploran sus pezones, regalándoles progresivos apretones.
¿quieres mirar más de mí? – le ofrece a Fabián una caliente Madi mordiéndose sutilmente uno de sus labios.
Sí…quiero, quiero mirar tú, tu vagi…-responde Fabián tartamudo de morbo, no sabiendo ni de qué forma referirme correctamente a aquella zona.
¿quieres mirarla por tu cuenta o quieres que yo sea la que te la presente? – responde suspirando Madi, quien siente una corriente recorrer todo su sexo ante aquella pervertida complacencia.
Quiero… que la presentes para mi -dice baboso Fabián, lamiendo una parte de los labios de Madi mientras continúa pellizcando sus pezones.
Madi sonríe – ok – le responde coqueta para acto seguido, tomar las manos de Fabian y llevarlas hacia atrás, apoyándolas en la almohada. Fabián, que entiende el deseo de su madrastra se acomoda mirando hacia el cielo mientras esta deja sus manos estiradas, pasando por los costados de su cabeza. Antes que él pueda notar bien que sucedería Madi se monta encima de él mientras comienza a deslizarse hacia arriba, avanzando por su abdomen lentamente.
Fabián mira como Madi el cuerpo de Madi lo envuelve con su sexo aun oculto por el camisón. Aún así, su mente rápidamente entiende lo que sucederá y su boca por si sola se abre, comenzando a salivar.
Finalmente, Madi llega a sentarse prácticamente a la altura del pecho de Fabián, a tan sólo centímetros de su cara. Ambos cruzan su mirada mientras Madi apoya sus rodillas en el colchón, levanta su pelvis y con una de sus manos levanta su camisón, exhibiéndole su sexo a su nene.
Mami…- balbucea morboso Fabián al ver la coqueta conchita de Madi, cubierta por oscuros vellitos asaltados por una que otra cana, llamándole a mirar más y más.
Madi, gozando de la mirada de Fabián, con sus dedos toca sutilmente su vagina y abre levemente sus gruesos labios vaginales para presumírsela a su nene, que ya babea por ella.
¿Qué opinas? – pregunta con su voz ya caliente – apuesto a que solo habías visto una en alguna película porno.
Los labios rosados, húmedos y gruesos de Madi eran una inyección completa de morbo ante la mirada embobada de Fabian. Los dedos de Madi, con facilidad abren la concha dejando expuesto un bello clítoris, durito.
Me gusta mucho tu vagina Madi -dice Fabián queriendo alcanzarla. – me da cosa rica que sea peludita…y gordita.
¿Sabes que esto de los costados de llaman labios verdad? – Madi mira excitada como Fabian intenta alcanzarla con la boca -Son mis labios vaginales.
¿Y se le puede dar besitos a esos labios mami? – pregunta morboso Fabián.
¿Dar besos? – responde coqueta Madi – averigüémoslo.
Despacio Madi se mueve hacia adelante, para dejar su conchita justo en la boca de su nene que ansioso la esperaba. De inmediato Fabián siente lo mojada que está mientras su boca se abre para comerla, dándole un tímido beso primero.
¡Oh! – exclama Madi, regalándole su primer gemido.
Fabian no aguantando más comienza a lamer rítmicamente la zorra de su mami.
¡Si, bésala bien! – le pide agitada Madi, entre gemidos – usa tu lengua si quieres.
¿así? – contesta Fabián pasando su lengua, imaginándose como un perrito que toma de la miel que la concha de madi comienza a botar.
Madi se comienza a mover, cada vez más rápido restregando su vagina en la boca de su nene, mientras la lengua de Fabian encuentra una especie de botón duro entre los pliegues.
Ese es mi clítoris – le indica Madi excitadísima a Fabián, sintiéndose cada vez más caliente mientras este comienza a succionar de él -y me encanta lo que haces, que lo succiones.
Fabián continúa succionando, cada vez más intenso mientras a su vez su pene erecto palpita de morbo ante la idea de tener a Madi enseñándole a complacerla.
¡Ah!¡Ah! – gime cada vez más intenso Madi, muy excitada sintiendo que el placer de toda esta situación la vuelve loca. Poco a poco siente todos sus muslos tensarse y su sexo le exige que lo frote en todo el rostro de Fabián, sabiendo que muy pronto tendrá un orgasmo.
Fabián oye los gemidos de su mami y se esfuerza por lamer más y más intenso, desesperado porque esa concha le babee todo el rostro. Madi, apunto de llegar al clímax toma la cabeza de Fabián del pelo, como si quisiera hundir su cabeza en la vagina, haciendo que la lengua de Fabián entre en ella.
¡Ahhhh! – gime profundamente Madi mientras se corre en la boca de su niño, dejando su miel chorreada por toda su cara – ¡Uf! Que rico. En su mente Madi goza de los espasmos mientras piensa en lo increíble que ha sido todo esto. Sabe que no fue un orgasmo más grande sólo porque aún sigue algo nerviosa.
Fabián relame la vagina de Madi por última vez mirándole a los ojos.
¿Estás bien Madi? – le pregunta inseguro – ¿lo hice bien mami?
Madi mira a Fabián y le sonríe tierno, sonrojándose. Acto seguido se acerca y le da un beso, como si agradeciera a esa boquita el orgasmo que le dio. Los labios se unen, dándole a probar a Madi su sabor mientras ella poco a poco vuelve a la realidad luego de estar en las nubes. Tras un momento, recuerda que junto a ella… hay algo erecto y que lleva así mucho rato.
Mmm – Madi se relame los labios pensando – ¿por qué no darle algo de placer?
Suavemente Madi comienza a deslizarse hacia abajo, pasando por el abdomen y luego la pelvis. Mientras Madi baja Fabian siente como su vagina también le va rozando, aún húmeda haciéndolo cerrar los ojos de placer, aun cuando el seguía en pijama. Finalmente el entrepiernas de Madi queda encima del endurecido paquete de Fabián, quien suspira al sentirlo ahí. Acto seguido Madi hace que Fabián abre un poco sus piernas y se acomoda entre ellas comenzando a acariciarle su bulto, acomodando para ella el boxer. Tras unos minutos, suavemente comienza a quitarle el boxer.
¡Uhh! – gime Fabian al recibir el tacto de Madi directo sobre su pene, que salta de inmediato, grande, gordo ya para su edad con ese glande tan formado y grueso, adornado con un poquito de líquido en la punta.
Dios, nada que envidiar a su padre – piensa Madi mientras observa el pene de Fabián. Nota lo listo que está para satisfacer a su primera hembra, rodeado por ese vello púbico que apenas nace y esos dos testículos hinchaditos
Fabián se incorpora preguntándose en su mente que le hará Madi.
Solo disfruta- le dice Madi mirándole pícaramente a los ojos, para acto seguido comenzar a dar besitos en tu pelvis alrededor del pene de Fabián. Suavemente se acerca a su miembro y comienza a subir por él, sin dejar de besar su tronco que está realmente duro.
Fabián mueve su pelvis ofreciéndole de mejor manera y una gotita cae por un costado de su verga.
¡Mmm esa gotita! ¿qué será? -dice Madi coqueta – apuesto a que hay más adentro.
Al oír hablar a su madrastra así, Fabián se excita muchísimo. Lentamente Madi abre su boca y con su lengua comienza a jugar con el glande de Fabián.
¡Ay! ¡Ay! – gime este último de placer – mientras que Madi con su mano se encarga de bajar su prepucio y dejarle todo su pene al descubierto.
Fabián se estremece de placer al sentir como Madi le chupa, haciendo que su piel se ponga de gallina. Madi al darse cuenta como le mira, mete todo su pene en su boca, buscando que entre lo más al fondo posible.
¡Oh! – exclama Fabian ante el éxtasis de sentir la suavidad y calor de la boca de Madi directo en su pene. Su cadera de inmediato se mueve y le deja sentir a Madi el glande rozándole las amígdalas. Las manos de Fabián buscan a Madi y le acarician su pelo mientras esta cierra sus labios y comienza a salir, deslizándolos junto con su lengua por todo el tronco.
Es un pene muy grande para tu edad… – dice una excitada Madi – no pensé que quedara parte del fuera de mi boca.
La mano de Fabián le acaricia su cabello despacio, mientras su glande le deja probar su néctar.
Madi mira a Fabián y le dedica una sonrisa
¿Te gustó sentir mi boca? – le pregunta
Muchísimo…-le responde Fabián -quien busca otra vez la boca de su mami moviendo mis caderas.
Ya te dije… solo disfruta – responde Madi abriendo obedientemente su boca para posicionar el glande de su nene en sus labios, y lentamente comenzar a moverse en un entra y sale, mientras que con su lengua lo va lubricando.
Fabián intenta resistir lo mejor que puede aquella deliciosa mamada, pero a medida que Madi roza y roza su lengua, siente que palpita más y que no deja de correr líquido. Madi, quien siente como palpita, decide no detenerse y continúa moviéndose, a ratos más rápido y otras veces hundiendo su boca como si buscara meterlo entero.
Me va a salir mami – dice Fabián mientras sus músculos se tensan y mantiene sus ojos cerrados, disfrutando de la suavidad de la boca de Madi, quien le escucha, pero lejos de detenerse sigue moviéndose.
¡Ah! – gime Fabián quien no resiste más. Un chorro cálido de semen se dispara de su pene. Salta uno y luego otro, intenso y espeso.
Lléname la boca – piensa Madi para sus adentros mientras recibe su merecida leche, sintiendo los disparos entrando al fondo de su boca y garganta.
Fabián se estremece de placer con los ojos entrecerrados. Luego le regala una mirada entre asustada y excitada a Madi, mientras parte de su leche aun corre por su pene bajando a la pelvis como también se escurre entre los labios de su madrastra. Suavemente le acaricia el rostro mientras Madi, tratando de respirar tragar parte del semen de Fabián, quien al ver esto siento una exquisita satisfacción.
Uf – gime de desahogo Madi con el pene de Fabián aun en su boca – supongo que ya derramaste todo.
Lentamente lo saca de la boca, dejando ver lo lubricado que quedó entre su saliva y la leche recién expulsada.
¿Te gustó? – pregunta Madi mirando a Fabián a los ojos.
Fue muy rico Madi – le responde Fabián de pronto queriéndola cerca de él. Con su mano acariciando su rostro hace un ademán, como llamándola junto a él.
Espera … – responde Madi entendiendo el deseo de su acompañante – aún falta limpiarte.
Fabián se muerde sus labios mientras Madi acerca sus labios a la base de su pene y con su lengua comienza a recorrer su piel, succionando las gotas que aún quedaban ahí.
jejeje ¿quieres saber? – Madi le pregunta con una divertida sonrisa a Fabián.
¿qué cosa mami? – le responde este acariciando su cabello.
las sábanas las lavo yo así que no quiero que se ensucien – dice riendo Madi – y ¿sabes qué más? soy la primera afortunada del mundo en saborearte.
sí…-dice Fabián tierno, consentido ya con el pene más calmado, pero aun grueso. Con sus manos vuelve a llamar a Madi, quien sube hasta acurrucarse junto a él.
¿Quieres saber algo más? – le dice en un susurro a su oído.
Dime mami – responde Fabián quien acaricia el abdomen de su madrastra, bajando suave su mano hasta su pubis, divirtiéndose con el vello que lo adorna.
Tu semen tan joven – dice Madi con sus ojos cerrados sintiendo las caricias que le regalan – es delicioso.
Las manos de Fabián suben a sus pechos y los aprieta suavemente.
¿te gusto mamita? – pregunta extasiado – ¿de verdad te gusto?
no sé si sentirme mal… o privilegiada – contesta Madi – de recibir algo tan rico.
La mano de Fabián de pronto para en el vello púbico de Madi, y en vez de subir de vuelta sus senos, baja invadiendo la vulva, acariciándola despacio mientras Fabián cierra sus ojos para sentir cada uno de sus pliegues.
a mí me gusta mucho tu vagina, Madi – dice tímidamente Fabián – me gustaría lamerla todos los días si pudiese.
¿Te gusta lo que tocas? – le responde Madi, quien se acomoda ligeramente para recibir mejor la caricia.
Yo siempre imaginaba…una vagina así, gordita – confiesa Fabián, sintiendo un enorme morbo al decir aquello.
¿Prometes que este será nuestro secreto? que nadie lo sabrá – le dice Madi mirando a los ojos a Fabián – mucho menos tu padre.
Te lo prometo mami -le responde Fabián obediente, sin quitar la mano de la vulva de Madi que frota suavecito.
Te propongo algo morboso -responde Madi, ya completamente entregada al placer – ¿quisieras ser mi hombre cuando papá no este?
Sí mami -responde Fabián de inmediato…- quiero ser tu hombre…y tú que seas mi mujer.
Fabián mira embobado a Madi, quien nota que el pene de su nene se comienza a levantar nuevamente, demostrándole lo mucho que le agrada la propuesta. De pronto, Fabián siente una magnética atracción por los labios y boca de Madi, que incluso le hace tiritar. Instintivamente se acerca al rostro de Madi, sin saber muy bien lo que hace y sintiendo algo de vergüenza por aquel acto.
Quiero que seas mi mujer Madi … -le dice nervioso acercándose cada vez más.
Y tu serás mi hombre cuando papi no esté – dice Madi quieta esperando a ver que hará Fabián.
En su mente, Fabián comienza a entender que siente un enrome deseo de besar a Madi, lo que lo lleva a sentirse torpe por la falta de experiencia, no sabiendo si acercarse aún más a sus labios o no.
¿Ocurre algo? – pregunta una atenta Madi – te noto incómodo.
Es que…- dice Fabián mirando hacia otro lado por pudor- me gustaría mucho poder besarte.
Fabián se pone colorado como tomate al confesar aquello, pero luego mira a Madi enérgicamente a los ojos.
Que tierno – dice Madi conmovida – ¿y luego de lo que hicimos te da vergüenza besarme?
Al oír aquella respuesta Fabián se acerca más, calmándose y permitiendo el roce entre sus labios con los de Madi, despacito. En su mente pasan los miles de veces que vio a Madi besar a su padre, y se pregunta si también lo habrá hecho con el hombre que fue a cenar con ella aquella noche. Despacio busca su boca, enganchando sus labios en los de Madi mientras su corazón se acelera y una de sus manos se posa en los formados muslos que la acompañan. Tímidamente se comienzan a besar para luego ser más intensos, rozando más y más las lenguas mientras Fabian aprieta y masajea la parte interna de los muslos de Madi. Finalmente la comienza a sentir como suya mientras que Madi disfruta a pesar de sus temores, desvaneciendo sus miedos y nervios siendo remplazados por el deseo, la pasión y el morbo.
Los dedos de Fabian ahora toman los pechos de Madi y le pellizcan sus pezones erectos de areola cafecita. Separando las bocas, aun con un hilo de saliva entremedio Fabian se acerca a esos deliciosos senos, y mirándole a los ojos le saborea uno de los ricos pezones a Madi, invitándola a recostarse en la cama, boca arriba. Tras un rato de comerle a gusto sus tetas, Fabián se acomoda a su lado y para sorpresa de Madi colca una mano en su cadera, buscando que su miembro choque con sus muslos. Tímidamente tira de su mano, como pidiendo que Madi se ladee dándole acceso a aquel rico atributo que roba miradas en las calles.
No seas tan tímido… – dice Madi coqueta sintiendo su piel erizarse- dime que es lo que deseas.
Quiero tu culo Madi – le dice Fabián nervioso -mis compañeros siempre hablan de él cuando me vas a buscar al colegio.
¿ah sí? – responde Madi agitándose al imaginarse deseada por aquellas miradas -¿Qué dicen tus compañeros?
Que te lo van a tocar – responde Fabián digo nervioso -que lo tienes rico, grande, que te van a puntear cuando puedan.
Fabián toma a Madi firme ya de las caderas y mueve las suyas rozando su pene, que se ha levantado de nuevo en los muslos a medio ladear de Madi.
Me gastan bromas…-contina Fabián – que yo nunca podré disfrutar de aquel culo.
Y tú, ¿que sientes cuando tus compañeros dicen eso? – pregunta Madi mordiéndose los labios.
Me da rabia -dice Fabián rojo -pero, a veces imagino que hago eso que ellos dicen… como si fueses mi mujer.
Sus manos aprietan las caderas de Madi como para recordarle su oferta anterior, para luego por primera vez ir ladeándola.
¿de verdad deseas mi culo? – pregunta provocativa Madi, dejándose ladear.
Si -dice Fabián – quiero…quiero que lo pongas para mí.
Bueno, pues…. lo que tus amigos y compañeros desean – responde Madi – es tuyo.
Acto seguido se termina de ladear, y deja en gloria y majestad aquel respingón y firme culo, que durante toda una vida ha enloquecido a muchos hombres. De inmediato las manos de Fabian lo toman y disfrutan de esas nalgas, apretándolas y abriéndolas, mientras su respiración se agita más y más.
¿Habías manoseado un trasero antes? – pregunta Madi empinándolo y haciéndolo hacia atrás para facilitar el disfrute de Fabián.
Nunca Madi – dice excitadísimo Fabián mientras manosea y aprieta – siempre, había querido hacerlo. A veces imaginaba que me dejabas hacerlo, en especial cuando mis amigos decían esas cosas.
Entonces manoséame como siempre lo has deseado – dice Madi – déjame sentir tus manos.
En círculos Fabian goza del culo de su mami, apretándolo, disfrutando de lo parado que es por naturaleza. Lentamente Madi comienza a sentir como las manos de Fabian abren su culo, cachetito a cachetito y aquella mano se mete entremedio, siendo explorada por uno de los dedos de Fabián que lentamente se acerca a aquel punto.
¿Así mami? – le pregunta Fabián excitadísimo al irse sintiendo dueño de su intimidad.
Sí sigue se siento rico como me tocas – responde Madi agitada mientras siente un dedito finalmente frotar su ano, suavemente. – extrañaba sentirme así de deseada.
Fabián estira un poco más sus dedos, pudiendo sentir la humedad de la vagina de su madrastra. Aquellos deliciosos pliegues acompañados por esos vellos íntimos que le dan un golpe de morbo, al recordarle que se trata del sexo de una auténtica y crecida mujer.
Es chiquito Madi -le susurra Fabián mientras masajea en círculos el ano de Madi – y adelante es mojadito.
Dime, ¿imaginaste algún amigo tuyo haciéndome esto? – pregunta con voz mas agitada entre suspiros Madi.
Sí – le responde Fabián mientras la punta de su dedo entra en tu culito, empezando a jugar con el al mete saca.
y supongo que te daba rabia… – complementa Madi extasiada por los pensamientos de su hijo y aquel dedo que comienza a masturbarle su culo.
Sí – dice nervioso Fabián sin dejar de masturbarle el culo a su mami- pero, al mismo tiempo, algo rico se sentía en mi pene y yo me lo tocaba.
Pues ya no debe sentir rabia porque lo que imaginabas – dice Madi entre pequeños gemidos – ahora tú me lo estás haciendo.
El dedo de Fabián explora a gusto el culo de su madre, que ya comienza a ceder y dilatarse.
¿De verdad te gusta Madi? -le pregunta Fabián pegándola a él, pasando ahora sus otros dedos por la vagina.
Lo estás haciendo muy rico – le responde complacida Madi, pensando en lo mucho que le excita sentir su trasero abierto y deseado. – ¿le has hecho esto a alguna otra mujer?
No, nunca- le responde Fabián – tu eres la primera. Fabián quita su mano y vuelve a abrir las nalgas de Madi dejando expuesta su vagina y su ano. Madi, de pronto siente algo gordo y duro acomodarse entre sus nalgas.
¡Mmm! bueno debes saber que es un área delicada – le dice con voz caliente Madi a Fabian, tras sentir como este ya acomoda su verga cercana a su sexo – y pues si no se hace bien o con el debido cuidado… puede doler.
¡Ah! -dice gimiendo Fabián al sentir la humedad del sexo en su verga – ¿tú me enseñarías como se hace bien Madi?
Claro que te enseñaría – responde Madi gimiendo suavecito – te enseñaré a hacer cosas muy ricas.
Sí mamita -le responde Fabian por inercia, obediente mientras su erecto pene se engancha en la concha de su mami.
¿te gusta sentir tu pene en mi vagina? – le susurra Madi sintiendo como Fabián le hace entrar poco a poco el glande.
Si Madi, quiero follarla…- repite Fabián en un susurro mientras lo introduce despacio, hasta el fondo, para sentir como las paredes de aquella rica conchita le aprietan con su presión.
Madi lo recibe gustosa mientras se deja follar por su nene, quien comienza a meter y sacar. Los gemidos invaden la habitación, mientras Fabián hace chocar su pelvis una y otra vez contra el culo de Madi.
¿Y te gustaría poner tu pene ahí donde tocaste con tu dedito? – dice Madi entre gemidos mientras Fabian no le deja de follar.
¿Aquí? -le dice Fabián volviendo a poner un dedito en el ano de Madi mientras su pene entra y sale de su mojada concha. Despacito introduce su dedo, excitado de poder sentir que puede meter donde se le plazca.
¡Si! – exclama Madi con una mezcla de risa y gemido – ¿te gustaría meter tu pene ahí?
¡Sí, quiero meterlo ahí! – balbucea excitado Fabián, sintiendo una especie de furia que le hace querer meter y sacar cada vez más rápido, desquitándose en la concha de Madi.
Me encantaría lo hicieras – le pide Madi a Fabián, gimiendo – tu dedo se siento exquisito, pero… mi trasero deseo algo más grande.
Fabián le quita su verga de la concha a Madi, sacándole un último gemido mientras empieza a buscar su ano con la punta del pene.
Pero como es tu primera vez y como quiero enseñarte – le dice Madi a Fabián corriéndolo- dame un segundo.
Madi se levanta y en menos de dos minutos está de vuelta en la cama con Fabián, trayendo un frasco en la mano.
¿Qué es eso? – le pregunta Fabián frotando la vagina de Madi, muy chorreada y húmeda.
Pues hace tiempo que mi trasero no disfruta – le responde coqueta Madi abriendo el frasco – Y pues para ayudarlo, ya que como te dije es un área delicada, esto nos ayudará.
¿Te lo tengo que poner ahí Madi? – le pregunta Fabián quedándose quieto morboso ante la idea- ¿así como alrededor?
Esta vez lo pondré yo – responde Madi mirando a Fabian mientras la vista de este se pierde en los dedos de ella, que lubrican con el aceite el apretado ano – Ya lo harás tu más adelante.
Ven aquí… -dice Madi a Fabián, sintiéndose caliente y deseosa. – Sabes, con más experiencia bastará lo lubricado que dejaré tu pene con mi boca, pero por ahora… estano s ayudará.
Madi estira su brazo y aplica un poco de lubricante en el pene de Fabián, dándole una rica paja para dejarlo completamente erecto nuevamente.
¿Nos ponemos de la misma forma en que estábamos mami? -le pregunta Fabián ya ansioso de poder coger a Madi nuevamente.
Sonriendo, Madi se pone al medio de la cama y pone unos cojines sobre los que apoya su pecho y hombros, ofreciendo su culo mientras que con sus manos abría sus nalgas.
Vamos – le dice Madi sintiéndose caliente, una puta – demuéstrame cuanto deseas mi trasero.
¡Oh mami! -dice Fabián babando al ver aquella hermosa concha y culo, ofrecidos para él. Desesperado se pega y finalmente mete su glande, poco a poco por el apretadito culo de Madi.
¡Ay Madi! -gime Fabián -es mucho más apretado. Caliente pone sus manos en las caderas de su hembra, haciéndose dueño de ella.
No te asustes, solo disfruta – le responde Madi con los ojos blancos de placer -hace tiempo mi trasero no disfruta… hazlo lento.
Suavecito Fabian folla el rico culito de Madi, gimiendo el uno para el otro. A Cada embestida el culo de Madi cedía un poco más, dejando a Fabián entrar más en ella.
¿Te gusta? dime que sientes – le pide Madi gimiendo como puta – ¿que sientes al ver tu pene dentro de mi culo?
Me encanta tu culo mamita – le dice follándola más rápido, apenas pudiendo hablar entre tanto placer- siento…siento que lo quiero tener siempre.
Madi siente como su nene le da feroces embestidas, mientras que el sonido de la pelvis chocando en sus nalgas comienza a marcarse.
Mientras más lo uses menos lubricante y apretadito lo sentirás – le responde Madi a Fabián – de ti depende cuanto quieras usarlo.
Fabián comienza a mover sus caderas como loco, desenfrenado por entrarla más y más.
¿Así te gusta mamita? – le pregunta apretando sus nalgas.
Me encanta – responde gimiendo Madi mientras siente el pene de Fabián abrirla por dentro- no pares.
Permanecen así por unos minutos más hasta que Madi, descontrolada en sus gritos se estremece completa teniendo su orgasmo apenas siente que el pene de Fabián comienza a bombear algo bien adentro en su culo.
¡Ay mami!, me sale -dice Fabián liberando mi semen para llenar profundamente el culo de Madi, sintiéndose por fin completamente su dueño. Madi se queda quieta un rato así, sintiendo el semen de su nene dentro de ella, deseando quedarse en esa posición toda la noche. Al rato, Fabián quita su verga y el semen sale lentamente del culito para chorrear la vagina.
Extasiados, los dos amantes se miran, y se funden en un tierno beso, para luego de una intensa tarde de cuarentena quedarse profundamente dormidos. La peste será larga y saben que tendrán un buen tiempo para estar el uno junto al otro…
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Si eres MUJER y tras leerlo estás interesada en el participar en la creación de algún relato de corte mami-nene, donde puedas tu interpretar el rol de mamá como el que acabas de leer, por favor escribirme por interno a mi mail [email protected]. Agradezco también comentarios y sugerencias de todos aquellos que hayan llegado hasta aquí (comentando aquí en el foro)
Gracias por leerme
No lo pude terminar sin antes hacerme una buena paja. Felicitaciones muy buen relato.