Lo que no debía pasar, nos pasó – Parte 2.
Continuacion de como mi madre, se volvio mi amante, mi puta..
Como verán, pasaron mas casi 7 años desde aquello.
La semana y media que me quedaba de vacaciones de aquella vez, fueron salvajes.
Cogíamos al despertarnos, en el desayuno, en el almuerzo, cena.
Intentamos coger en la ducha pero no se pudo, muy chica y resbaladiza.
También, aprendimos a la mala que hay que saber cuidarse con el sexo anal.
No solo por las sorpresas desagradables que nadie te dice, cuando la metes y te sale la verga manchada, sino también por los desgarros y otros problemitas.
Así que un poco desalentados por eso, como que dejamos el sexo anal de lado.
Dormíamos abrazados, a veces yo me despertaba caliente en medio de la noche y comenzaba a cogerme a mi madre mientras ella seguía dormida, otras era ella la que se despertaba y me cabalgaba dormido.
En un momento tuvimos que aflojar por que nos llegamos a irritar.
Mi frenillo estaba un poco maltrecho, y pues la concha de mi mamá estaba también un poco irritada.
Y es que ambos hacia tiempo que no cogíamos y de pronto, de la nada, despertamos nuestros lados mas salvajes y animales y era mucho.
Además también había que hacer las compras, y salir un poco a tomar sol y esas cosas.
Claro que no podíamos con nuestra calentura, y ella me llevo a un lugar apartado en la playa, en el que hay que caminar mucho, pero una vez ahí, me miro, me lanzo un besito, me hizo el gesto de coger con su dedo mayor en medio de su índice y pulgar, y yo la seguí con mi verga parada.
— Nene, acá puedo gemir lo que quiera y no nos van a oír.
Uf… para que me dijo eso, enseguida me saque los pantalones cortos, y ahí, mientras ella se ponía en cuatro, le corrí la mala, le di una buna lamida en su concha para lubricarla, cosa que no hacia falta por que ya sus jugos estaban traspasando su malla.
Acomode mi verga, y lentamente comencé a metérsela mientras ella lanzaba un suave gemido.
—Aaaah.. que linda tu pija, hijo… a mami le encanta tener tu verga dentro…
Costo coger en la arena, por que con tanto bombeo y movimiento, cuesta mantener el equilibrio.
En eso, a lo lejos se escucharon voces que nos alertaron.
Estábamos detrás de una duna de arena, no estábamos a la vista, pero igual.
Y con esto digo que estábamos como animales, por que la idea de ser descubiertos, solo nos metió mas excitación, y arremetí contra sus caderas y su concha como si no hubiera mañana.
Además podía sentir como a pesar de su edad, tenia buenos músculos vaginales. Entre el tamaño ancho de mi verga, y su concha que era un poco cerrada, podía sentir sus contracciones apretándome.
No tardamos en eyacular ambos en forma abundante.
Por desgracia, a mi madre se le escapo un lindo gemido, hermoso… pero que por lo visto la gente que estaba cerca escucho, por que pudimos oír su reacción con algunas risas.
Esperamos un rato, y luego salimos sin moros en la costa, mientras el traje de baño de mi vieja, iba chorreando sus jugos y mi leche.
Volvimos nuestros de risa a su casa, en donde la experiencia, nos puso caliente y cogimos de nuevo.
Como dije, estábamos descontrolados.
Eventualmente vinieron las lágrimas porque yo debía volver a mi ciudad, y al trabajo.
Hablamos seriamente de arreglar la manera de que yo me mude a su ciudad, consiga un trabajo ahí, y así podríamos estar juntos todo el tiempo y coger y amarnos a gusto.
Solo una madre y su hijo, con una terrible relación incestuosa, cogiendo a toda hora.
Las cosas no resultaron como queríamos, lamentablemente.
Nos volvimos a distanciar.
Por mi lado, cuando yo pensaba en abandonar mi trabajo, este comenzó a mejorar cuando cambiaron a mi supervisor y ya no tenia al hijo de puta de siempre, sino una mina mas copada que si aceptaba mis ideas, y no me explotaba.
Esta mina además, ya me había echado el ojo. Pero de momento no había intentado nada por que era profesional.
Ambos lo éramos.
Claro que yo pensaba mas en mi vieja, y me daba mis buenas pajas pensando en como me la cogía.
Lamente el no haberla grabado, pero eso era un riesgo.
Y la idea de intercambiar fotos por el celu, tampoco era buena.
De alguna manera que no recuerdo bien, las cosas cambiaron en mi vida y la idea de mudarme a la costa, se pospusieron y quedaron relegadas.
Paso un año, y mis hermanos fueron a visitar a mi vieja con sus respectivas familias, en donde me invitaron, y aproveche el viaje.
Pero claro, viaje familiar… fue una mierda por que pese a las miradas cómplices de tanto en tanto entre mi mamá y yo, no podíamos hacer nada.
Las vacaciones pasaron, nos volvimos, y de nuevo a la rutina.
Parecía que aquel sexo salvaje incestuoso, tuvo su momento y murió.
Yo seguía pensando en ella, y por lo que me entere, ella en mí.
Incluso ella intento buscarme trabajo allá en la costa, uno estable.
Un año mas paso, dos tres… vino la pandemia.
Y bueno, ustedes saben como es eso, quedar encerrados.
Así que ya había descartado cualquier posibilidad de ir. Eso sin contar mi sequia sexual que volvía.
Por aquel entonces me entere de que mi supervisora me tenia muchas ganas, y estaba linda. Iba a aprovechar de tirarle onda, por medio del zoom, cuando uno de mis hermanos me llama por teléfono para avisarme de mi vieja.
Ella estaba sola allá, y que sería bueno que alguien la vaya a cuidar.
Y yo era el indicado por que estaba soltero y no era grupo de riesgo.
La otra opción era mi hermana, Daniela.
Si tengo una hermana, que no es muy atractiva y es solo hermana por parte de mi viejo, de una cana al aire que el viejo se tiro.
Es dos años mayor que yo, pero como que no había mucha onda.
Pero es familia al final y mi vieja a pesar de todo la acepto en la familia.
Claro que ella tampoco podía, por que estaba atascada en Buenos Aires, y no podía salir.
Así que ahí, sin que me lo pensara dos veces, y sin esperarlo, tenia esta segunda oportunidad.
Claro que tenia que hablarlo con mi vieja primero, para saber si ella quería que vaya allá, luego de lo ocurrido.
—Y a vos que te parece, nene? Quien me va a garchar si no sos vos?
Aquello fue un palo que no me esperaba, pero que de inmediato me puso la verga durísima.
El poder viajar, fue un horror de tramites.
Al final, pues me escape.
Encontré un conocido, que también iba a una ciudad cercana a ver a su novia, y esquivando controles acá y allá, que incluso en un momento nos mandamos con el auto campo traviesa, quedamos atascados pero salimos, me dejo mas o menos cerca.
El resto, lo tuve que caminar yo solo, mochilón al hombro.
Por suerte la ciudad costera no es muy grande, y caminando por la playa, me evite la caminera y el resto de controles.
Tuve lindos recuerdos en que se me paro la verga cuando pase por una de las ultimas vez que cogimos, en la playa, y continue camino.
Ya era tarde noche cuando me acerque mas. Estaba justamente, esperando que anochezca así no me veían.
Llegue por la parte trasera y salte el patio trasero, di unos golpecitos en la puerta, y espere.
Nada.
Di otros golpes y nada…
Tuve que acercarme a la ventana y dar otros golpes hasta que ahí, mi vieja se asomo, y se puso refeliz al verme, y corrio a abrirme la puerta.
—Entra, entra rápido que no te vean…—me dijo susurrando.—no te vio nadie, no?
—No, no…
Ya dentro, nos abrazamos y me beso en la boca.
—Te esperaba mas temprano, mi amor… como te extrañe, mi pimpollo. Me canse de esperarte y espiar por la ventana, que me dormí.
—Es que vine a paso lento esperando a propósito que se haga de noche, así me veían menos.
Nos dimos u8nos cuantos besos mas de amantes, besos de lengua, e incluso nos manoseamos un poco.
Ella fue directo a mi bulto, y yo a sus tetas y su culo.
Pero luego nos calmamos un poco, ya que estábamos un poco nerviosos, además de cansados.
Me preparo algo rápido de cenar, comí, y nos fuimos a la cama.
Ambos estábamos felices de estar juntos de nuevo.
Y me quede dormido.
Desperté sintiendo unos gemidos masculinos y femeninos no conocidos.
Me costo entrar en onda, y recordar donde estaba y como estaba.
Acaso mi vieja ya tenia con quien coger?
Eso no me gusto nada y sentí celos.
Pero para cuando logre abrir los ojos una luz azulada de un monitor bañaba la habitación.
Mi vieja, estaba viendo una película porno en la compu.
Específicamente, a una madre y su hijo.
Sin que se diera cuenta de que había despertado, me puse a verla, mientras mi pija también se iba despertando, y haciéndose a la idea de que iba a coger de nuevo la concha de mi mamita.
Ella gemía por lo bajo, mientras se pajeaba suavemente.
Una sonrisa perversa se dibujaba en mi cara mientras suavemente me iba sacando la ropa sin llamar su atención. Mi mamá aun se encontraba en ropa interior, aunque con las tetas fuera del corpiño.
Y ahí, mientras pensaba en como atacar sexualmente a mi madre, ella no aguanto más y se giró. Planeaba chuparme la pija mientras yo seguía dormido, pero en lugar de eso, se encontró con que yo la miraba sonriente, con la pija al aire ya parada.
No basto mediar palabra, cuando ambos nos abalanzamos uno sobre el otro a comernos las bocas, y manosearnos salvajemente.
En poco tiempo, los gemidos del video en la computadora, quedaron opacados por los nuestros propios.
Nos lanzábamos “te quiero, te amo, te extrañe, te amo, mami, hijito”, etc etc, entre beso y beso de lengua.
Me recosté boca arriba, en donde ella se monto sobre mi cara para que le chupara la concha, mientras ellas se lanzaba a chuparme la verga.
Me sorprendio que en todo este tiempo aprendio a chupar bien rico la verga.
—Mamá, donde aprendiste a chuparla tan bien? Acaso estuviste con alguien mas?
—Mmmmsi, con el verdulero, jaja…mmmmaah…
—…
—Muaah… es chiste hijo. Sin tu verga me las tuve que ingeniar con zanahorias y pepinos.
Me dio entre risa y mas calentura el imaginar a mi mamá cogiéndose a si misma con un pepino enorme.
No duramos mucho mas en las chupadas de nuestros respectivos genitales, que ella se levanto, se giro, y procedio a tratar de ensartarse mi verga toda enorme grande y venosa,en su conchita mojada, abierta y peluda.
Tan mojada y caliente estaba que a pesar de que me tome la mayoría de sus jugos vaginales, seguía chorreando mas sobre mi verga mientras se acomodaba.
Algunas gotas caían sobre mi pija y mi panza.
La carne de sus piernas, se movían con sus temblores producto de la excitación.
Eran mas de 5 años en que nuestros sexos no se juntaban.
Mi mamá se sentó sobre mi verga, y poco a poco su hermoso sapo canoso se la estaba devorando, y con cada centímetro, se le escapaba algún gemido.
Pero ya no éramos los salvajes calentones de antes que eyaculaban enseguida.
Ahora soportábamos las ganas y teníamos mas control de nuestras acabadas, así que tras algunos ay, ouchy y aaah, mi mamá estaba completamente ensartada en la pija de su hijo menor.
El calor de sus pliegues vaginales, asi como la fortaleza de sus musculos internos, era la delicia absoluta.
Mi glande estaba en su gloria.
Comenzo a moverse como toda una puta.
No de esas que les pagan, sino de esas putas que les encanta tener una verga ensartada.
Estire mi mano y prendi la luz. Era un espectáculo totalmente bizarro, ver a mi madre, mi mamita, mi vieja, darse sentones desnuda sobre mi pija.
—Aaah… ooohh…Te amoooh, mamáaah…
—Aaaahhh…Te amoooooh… hijo miooooh…bebé… soy yo…o la tenes mas enorme…?
—AAAhh sos vos…tu concha se siente…oooh… mas apretada…aaaaahhh…
Claro, había tenido tiempo de sobra para entrenar apretando esos pepinos.
Fuimos cambiando de postura, a lo largo de unas dos horas.
Nada nos apuraba, podíamos por fin disfrutar uno del otro.
Y así fue como pasamos la pandemia cogiendo a gusto, y de maneras bien salvajes.
Y cosa curiosa: éramos tan salvajes, que entre que yo me dormía con mi verga adentro de ella, pero chupándole las tetas como hacia de chico, y ella que se las masajeaba, ya casi al final, comenzó a producir leche materna.
Yo no sabia que eso era posible, ni ella tampoco, pero según consulto a su médico, le dijo que incluso pasaba la menopausia, esto era posible bajo ciertas circunstancias.
Obvio no dijo que el menor de sus hijos, se la cogía día y noche sin descanso.
Pero considerando todo, era una mezcla de todo.
No producía grandes cantidades como para amamantar a un bebé, obvio, pero si un poco de manera residual.
Y para mi era una delicia.
Y eso sumado a las caricias maternales que recibía justo luego de que yo acabara, era el cielo.
Mi mamá me estaba dando todo el amor maternal que no recibí mucho de chico, por culpa de mi viejo.
Les dije que nuestro sexo entre madre e hijo, era salvaje y animal.
Incluso con el tiempo volvimos a intentar el sexo anal, ya con todas las precauciones.
Le fui dilatando el ano poco apoco, con el tiempo.
Además ella se aseguraba de estar limpia, y como no, usábamos un lubricante en la medida de lo posible.
Sino, agarrábamos lo que teníamos a mano: aceite de cocina, manteca, saliva…
A veces ni eso por que ambos estábamos tan mojados, especialmente mi madre, que eso servía como lubricante para hacerle el orto.
Hacia el final de la pandemia, pues ocurrieron dos tragedias.
Mi hermana, pudo viajar y pues, le quedábamos en el camino.
No aviso, y cayó casi de imprevisto.
Y nos cacho en pleno acto sexual.
Fue un momento brutalmente incomodo, pero que resulto en otra cosa que tal vez les cuente en otra ocasión (medio que a mi hermana, el verme cogiéndome a mi mamá, pues le gusto el incesto, aunque en ese momento no lo sabía).
Nos costo rogarle y mi vieja le lloro a mi hermana que no cuente nada a nadie, cosa que por suerte (y por otros motivos), no hizo.
Lo otro ya mas trágico, fue que tras sobrevivir toda la pandemia, y al recibir la primera dosis de la vacuna, esto la mato.
Es mas, creo que ambos tuvimos los síntomas en algún punto, estuvimos enfermos, nos cuidamos mutuamente y estuvimos bien.
Pero ni bien se vacuno, eso si la afecto, y falleció.
Por esa razón me negué a vacunarme yo después, aunque eso es otra historia.
Ya paso mas de un año de su fallecimiento. Y aun la extraño.
Puedo tener consuelo en que hasta el ultimo minuto que estuvimos juntos, la hice feliz cogiéndomela, y ella me hizo feliz a mi.
Así que además, para no terminar con un trago amargo, la recordare contando uno de los últimos momentos en que cogimos salvajemente, y me la cogí por el orto además.
De hecho, fue como la quinta vez que teníamos sexo anal, contando las veces anteriores.
Pero seria apenas la segunda vez desde que aprendimos a hacerlo bien.
En aquellos días logre comprar una TV Smart, por que la que tenia mi vieja se había roto, y para celebrarlo, primero vimos una película normal, en Netflix, pero medio que ya hacia el final, con alguna escena caliente, nos entraron las ganas, y terminamos de ver la película ya poco interesados y metiéndonos manoseos.
Ahí, aproveche y conecte mi laptop a la TV, y puse una porno.
Una de muchas que nos encantaba, de algún muchacho joven, cogiéndose a una mujer adulta. El típico juego de madre e hijo incestuosos, como nosotros.
Esta vez, intentamos jugar un poco, y comenzamos a imitar todo lo que hacían en el video porno.
Comenzamos con románticos besos de lengua, madre e hijo, luego continuamos con mi madre dándome una buena chupada hasta casi hacerme acabar, para luego yo darle una buena chupada de concha a ella, hasta que la hice acabar.
Ahí continuamos con mas besos, para luego comenzar con la penetración vaginal.
Ahí quedo demostrado que no somos actores porno, porque mientras la pareja de la televisión va cambiando de postura y no acaba, nosotros si.
Tenia a mi madre en 4 patas, aferrado a sus nalgas, y dándole duro a su conchita, que sentí que no iba a poder controlarme y se lo dije.
—Veni hijooooo, llénameeeee de lecheeeeee…..
—Aaaaaaaaaaaaaaaaaaarrggggggghhhhhhhh….
—Aaaaaaaaaaaayyyyyyyyy…..
Y asi solte lo que parecían litros de leche.
Pero claro, seguíamos calientes, y la película porno seguía.
Aprovechando que un poco mas adelante la pareja de madre e hijo, cambiaba posturas, en un punto la madre comenzó a chupársela al hijo, y pues, mi mamá comenzó a tomarse la leche de mi pija dejándola limpita.
Y claro, con tanta chupada y el descanso de unos minutos en el medio, mi verga ya estaba lista para lo siguiente.
Y ahí nos sorprendió el video con sexo anal, que no esperábamos.
Asi que paramos, yo busque algún lubricante para zafar del momento, pero solo encontré aceite de oliva.
Mi mamá estaba alistándose, limpiándose y volvio enseguida.
Ahí, primero probamos con pura saliva, para no manchar el sillon o parte de la ropa.
Pero no entraba del todo.
Ademas, la madre del video claramente tenia el culo muy dilatado, y mi vieja no. Asiq ue para ellos era fácil sentarse u que la pija del hijo le entrara de una.
Nosotros tuvimos que improvisar, asi que mi madre se puso en cuatro con el culo apuntando al aire, mientras yo le aplicaba aceite en el ano, y me aplicaba aceite en la verga.
Luego, iba presionando poco a poco para que mi glande lograra penetrar el anillo anal de mi mamá.
Le dolia y gemia un poco, pero le gustaba.
Estaba como perra alzada frotándose la concha como nunca antes.
Y lo hacia tan rápido, que sus jugos me salpicaban. Si hasta algunas gotas alcanzaron mi boca las cuales saboree con gusto.
—Que puta de mierda que sos, mamá… te encanta mi la pija…
—Si bebé, dámela toda… me encanta la vergota de mi hijo….aaaaah…
Empuje un poco mas, en forma suave, y poco a poco su anillo anal de iba dilatando ante la presión de mi glande.
En un momento, la puta de mi madre no agunato mas y empujo su orto hacia mi, y paso, mi verga venosa y gorda, comenzó a ser tragada por el hermoso orto de mi madre, hasta el fondo.
—Oooooh….
—Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh….!!!!
Cuando mi panza choco contra sus nalgas, solo mis huevos llenos de leche quedaban afuera.
Todo mi tronco verguil había sido devorado por el roto de mi linda y puta mamá.
Nos quedamos ahí un momento, esperando por recomendación, a que su esfínter se acomode a mi tamaño.
Luego, poco a poco, comenzamos a movernos, y realizar el típico mete y saca.
Nuestros gemidos eran mas fuertes y mejores que los de la madre y su hijo en el video porno.
Luego recordando que íbamos a intentar imitar la porno, la volvimos atrás, y esta vez si, nos acomodamos como en la película.
Yo sentado en el sillón, y mi vieja frente a mi, a caballito, sentándose con su orto sobre mi verga.
El hermoso sapo canoso de mi madre, chorreaba sus jugos de tal manera, que la frene, hice que se acomodara un momento a un costado del sillón y ahí, abriendo sus piernas y dejando su concha a la vista, me zambullí a beber sus jugos.
Tan caliente estaba la puta de mi madre que acabo casi enseguida y encima casi me ahoga con su brutal eyaculación.
Ahí si, sin aguantar las ganas, y así como la tenia, abierta de patas, le emboque mi verga en el orto y fui empujando.
La mezcla de sonidos de escucharla gemir dulcemente cuando se la iba metiendo de nuevo, sumado al olor a sexo y aceite de oliva… hace que incluso hoy, cuando huelo aceite de oliva o saboreo aceitunas, siento que estoy saboreando la concha de mi vieja, y nada, se me para la verga, (lo cual aprovecha mi hermana).
Ahí comencé de nuevo el mete y saca, que nos llevo al placer.
Me incline hacia ella y comencé a chupar sus tetas y sacarle la poca leche que producía.
Luego subí a su boca en donde ella me buscaba con desesperación.
Nuestras lenguas volvieron a unirse, mientras con gemía con desesperación y mi verga era comida por su lindo roto.
Con ese frenesi, no paso mucho en que nuestros gemidos alcanzaron el climax, y mi mamá sintió como mi pija se ensanchaba ante el fluido inminente de mi semen, inundando su interior.
Era diferente a acabrle en su concha, por que ahí, medio que sus musculos presionaban y hacia un poco mas difícil que mi leche la llene.
De hecho, muchas veces pasaba que al sacarla, ahí comenzaba a gotear mi semen y ella se prendía a mi pija como puta loca, bebiendo todo el semen del degenerado de su hijo.
Acá, la única presión era de parte del anillo, del esfínter del orto de mi madre bien puta, y pudo sentir como mis jugos le fluían en el interior de su culo.
Luego de un momento, le quite mi verga por la incomodidad del sillon.
Ella se acomodo un poco tocando el culo, viendo como algo de mi semen le chorreaba y se unia a sus jugos vaginales.
A pesar de toas las precauciones, aun le dolia un poco el orto.
—Pendejo hijo de puta… te amo como me llenaste el culo.
Y ahí nos dimos un beso.
Descasamos un momento cada uno den su lugar, de la faena sexual incestuosa.
Ella, como toda una madre que es, se ocupo de arreglar un poco el living, con nuestra ropa desparramada por el suelo.
—Que desastre dejamos otra vez—comento en forma cómica.
Pero a mi no me hizo reír en lo absoluto, por que yo tenia una cara de degenerado sexual de nuevo, al ver a mi madre agachada, mostrando ese hermoso orto dilatado por mi verga minutos antes, y esa hermosa y jugosa concha bien peluda con pelos canosos.
No sé que me paso, algo se apodero de mi.
Otra vez ese lado salvaje que ella despertaba en mi, y la ataque sexualmente de nuevo.
La tome del brazo, y la arroje sobre el sillon.
—Para! Que te pasa pendejo…
Le abrí las piernas de nuevo, y con mi verga a pleno, la ensarte en ese hermoso sapo abierto que tenia.
—Aaaaaaah, paraaaaa… hijo de putaaaahahahahahaha….
Su queja variaba con cada embestida salvaje que le daba.
Su vagina se contraía cada vez mas que la penetraba con fuerzo y salvajismo.
La estaba violando, estaba violando a la puta de mi madre y a ella le encantaba.
—Toma, puta de mierda…te gusta mi verga? Cómetela, comete mi semen, te voy a dejar preñada…
—Ay no, por favor, no me acabes adentro o me vas a embarazar… que vergüenza… mi propio hijo violándome… voy a tener el hijo de mi hijo…
Obviamente, apenas podía articular esas palabras entre tanto gemido de puta alzada.
Yo estaba salvajemente caliente, pero lejos de acabar, así que la tortura sexual para la puta de mi madre estaba un poco lejos.
—Aahahahahahahahahahahayayayayaya…. Paraaaaa…. Meeee dueeeeleeee, hiijooooooooooooy….
Aprete sus tetas con mis manos y logre sacarle las ultimas gotas de su leche materna, las cuales chupe con desesperación.
Luego, procedí a levantar sus piernas en mis hombros, para tener una mayor penetración.
Eso volvió mas loca a la puta de mi mamá que gemía mas y mas.
Su concha madura apretaba con mas y mas fuerza mis embestidas verguiles.
Durante toda la penetrada, ella acabo abundantemente un par de veces, pero yo no aflojaba.
Y acá es donde sucedió: en una de sus acabadas que incluso lanzo un gran chorro de jugo vaginal que salpico mi cara, y aproveche de tomar todo lo que pude, quedamos patascados, solo que no lo sabíamos.
Yo seguía mi movimiento pero me costaba mas, mientras ella mezclaba gemidos con dolor.
Como sentía que me apretaba mucho me acerque y comencé a escupirle la boca.
Ella se tragaba mi saliva, pero al mismo tiempo, ella me insultaba y me escupía en la boca también.
—Tu madre es una reverenda puta para que la violes así, hijo de puta…animal…rómpeme la zorra peluda…cogeme todaaaaa que soy bien putaaaaa
Al final, ella volvió a tener otro orgasmo brutal, por que volvió a apretarme mas mi verga con los músculos de su concha.
Con un par de últimos enviones y al sentirme tan apretado, acabe dentro de ella. Acabe tan brutalmente que abría podido preñarla su fuera posible.
Me desplome sobre ella, agitadísimo, y dándole un romántico beso en la boca.
Ahí nos dimos cuenta de que fue tal nuestra salvajada, que quedamos pegados como los perros.
Claro, iba a pasar un buen rato entre que la sangre vaginal de mi madre, fluya a otra parte del cuerpo, y asi libere un poco mi verga, que sin la presión, podría también hacer fluir mi sangre verguil a otro lado del cuerpo, y por fin, zafarnos.
Pero no nos importaba.
Como pude, cargue a mi mamá en mis brazos, con mi pija aun metida dentro de ella, solo que ahora el peso de su cuerpo, se poso sobre nuestros genitales entrándole aun mas, y la lleve al cuarto, a la cama.
Y típico de una madre bien puta, le encantaba cuando le metía mi verga hasta el fondo.
Luego de esa noche, paramos un par de días de coger por quedar tan adoloridos.
Solo nos dedicamos a roces y chuparnos mutuamente, así como muchas veces, darnos largos besos de lengua.
Fin
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!