Lolito y Ernestina en manos de su primo, toda una historia real – Parte II
Ya el día anterior Lolito había probado las mieles del sexo en la boca de su hermana, Ernestina había tenido su primer orgasmo y a mí me habían prodigado una muy rica mamada de verga ambos niños..
No bien terminaron de almorzar tanto Lolito como Ernestina me fueron a ver a mi habitación para pedirme que fuéramos otra vez a ver los caballos al corral. Yo tenía claro que lo que querían no era solo mirar. Lo vivido el día anterior los había impactado y querían más. Obvio que yo estaba dispuesto a darles lo que ambos querían. Pasé por el baño y tomé un pote de vaselina que había en el botiquín, me lo eché al bolsillo y con Ernestina de un lado y Lolo del otro salimos para la caballeriza. Cuando llegamos Yuno tenía penetrada a otra del as yeguas que relinchaba ante el ataque de tremendo trozo de carne. Ambos niños no se perdían detalle de la penetración. Yo para esto me coloqué detrás de ambos niños, y les acariciaba la cola a ambos, luego le tocaba por sobre la ropa el pene a Lolito, que se retorcía de ganas, y también tocaba la vaginita de Ernestina que solo suspiraba fuerte pero abría un poco las piernas para que mi mano tuviera más espacio. Luego de un rato les pregunto si quieren ir a jugar como ayer. Ambos niños prácticamente salieron corriendo hacia el granero, otra vez nos escondimos entre las bolsas y fardos, rápidamente nos desnudamos los tres, yo otra vez tenía la verga ya erecta a más no poder, esta vez la primera en acercarse y adueñarse de la pija fue la niña, golosa se metía toda la verga que podía a la boca, estuvo así por unos minutos luego invitó a su hermano a hacer lo mismo. Ambos niños ya con la experiencia del día anterior mamaban muy bien. Mientras mamaban yo les tocaba a ambos su agujerito trasero, estimulándolos, ambos se dejaban hacer. Pasado unos minutos le digo a Ernestina que le mame la verga a su hermano, yo tomé vaselina del pote, unté mucha en mis dedos y acometí el culito del Lolo, primero con un dedo, luego dos y finalmente tres dedos entraban al culito del niño, y el no se quejaba, claro la hermana le estaba dando una mamada de verga tremenda, desaforada. Le pedí a la niña que parase, apoyé a Lolito de panza sobre una de las bolsas de avena, le hice que se abriera las nalgas con ambas manos, el obediente separa sus cachetes presentándome su rosado y dilatado agujerito trasero, apoyé la punta de mi pija y comencé a empujar, lentamente me comencé a incrustar en ese hasta ahora virginal culito, Lolito suspira fuerte y aprieta con sus manitos la tela de la bolsa, pero no llora ni grita, seguí presionando y finalmente toda mi verga está dentro se su aterciopelado túnel que aprieta mucho, suavemente comienzo a cogerlo y el chico de a poco se presta a colaborar, le indico a la hermana que se estaba pajeando la vagina que se acerque y se ponga boca arriba al dalo de su hermano y le toque la verguita, que lo pajee mientras le cojo el culo. Ernestina toma la verga de su hermanito y lo pajea con ganas mientras yo sigo dándole matraca a su culito, pronto siento que el niño gime, tiembla y acaba con unos poquitos chorros de semen casi transparente sobre la mano de la hermana que asombrada mira la leche de su hermano. Suavemente le saco la verga del culo y Lolito queda desmembrado sobre la bolsa. Tomo a Ernestina, pongo sus piernitas sobre mis hombros y comienzo a chuparle la concha con ganas, ella gime y suspira, pero está desesperada por acabar y pronto está al borde, mientras sigo chupando su conchita unto vaselina en mis dedos y acometo su culito, al igual que su hermano, no solo no se queja, disfruta cuando los dedos le van entrando y pronto tiene tres dedos hasta el fondo de su ano. Eso me estimula much y vuelve a ponerme la verga dura, y como no había acabado más dura y excitado estaba. En esa misma posición le comunico a la nena que se la voy a meter en el ano, ella acepta, entonces ya con su permiso apoyo la verga en su esfínter y se la voy enterrando, al ser un poco mayor que su hermano y más grande físicamente, la verga la entra más rápido y más hasta el fondo. Ernestina no se quejó en ningún momento, aceptó la entrada de la verga con gusto, pronto se la sacaba toda y se la enterraba hasta que mis testículos tocaban sus nalgas, y la verdad es que con la excitación que tenía, pronto le llené el culo de semen con potentes chorros, la niña al sentir el calor de mi semen dentro suyo tuvo un nuevo orgasmo, yo estaba como loco de excitación, saqué mi tripa de su culo y sin más permiso, le apoyé la verga en su brillosa vagina, abrí sus labios con la punta de mi pija y se la comencé a meter por la concha, la niña comenzó a llorar, un poquito por que dijo le dolía, yo le pedí que aguante, llegué a su virgo y se lo perforé de un solo envión, finalmente tenía toda la pija dentro de esa caliente conchita muy apretada, ella lloraba, yo comencé a cogerla fuerte, se la sacaba toda y se la metía con fuerza, pronto noté que había dejado de llorar y no solo eso, salía al encuentro de la verga cuando se la sacaba. Y en el mismo momento en que yo acababa nuevamente pero esta vez en su concha, Ernestina tuvo su primer orgasmo producto de una verga en su conchita. Y prácticamente casi se desmaya. Al sacar mi tripa de su vagina salieron sus fluidos, sangre y mi semen por entre sus piernas. La limpie con mi remera, limpié mi verga, nos pusimos la ropa y nos dirigimos al tanque australiano a nadar y de paso a lavarnos. Ambos niños caminaban algo raros, pero pronto se les pasó. Luego de nadar un rato se me aproxima la niña y me dice, primo, me gustó mucho como jugamos hoy. Mañana jugamos de vuelta? A lo que le confirmé que mientras ellos quisieran jugar y no contaran nada, siempre jugaríamos los tres.
que buen relato, me hace arrepentir el dejar ir la oportunidad algo parecida. espero la siguiente actualizacion =)