LORENA (Mis inicios)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Nandincesto45.
LORENA (Mi inicio)
En aquel entonces contaba yo con 7 años y 2 hermanos más pequeños, vivíamos con mi madre de 24 años en una casita de campo situada a 30 minutos caminando del pueblo más cercano.
Dicha casa era propiedad de un señor llamado Francisco pero todo el mundo le decía don Paco, tendría unos 40 años, era viudo hacia 3 años y no tubo hijos en el matrimonio.
Recuerdo que cuando nos visitaba nos alegrábamos por los regalos que nos hacia, especialmente a mí que me quería más que a todos, mi mamá toda contenta nos mandaba a jugar un rato fuera de la casa, muchas veces se quedaba a dormir y por la mañana se marchaba a vigilar las propiedades que poseía.
En una ocasión llegó don Paco y yo me estaba duchando con la puerta del baño abierta, mi mamá había ido al pueblo a hacer unas compras y mis hermanitos estaban por ahí jugando, él entró sin que yo me diera cuenta, cuando me percate de su presencia estaba mirándome desde hacia rato, a mi me dio risa porque me miraba de una forma muy rara pero me dijo:
– ¡Huy Lorena que modelo tan hermosa eres! Modela otro poquito yo te veo, entonces me di vueltas como las modelos de la tele de frente, de lado, de espalda, y él que dóblate para atrás con las piernitas abiertas, que agáchate y me miras por entre los pies, que siéntate en el suelo y abre las piernas lo mas que puedas y así diferentes posiciones mientras que con una mano se apretaba duro entre las piernas, luego cogí la toalla y me fui para mi habitación a vestirme, al pasar junto a él me agarro y me beso en la boca mientras me apretaba las nalguitas, luego me sentó frente a él horqueteada en sus piernas y por debajo de la toalla sentí que se bajo la cremallera del pantalón.
– Te voy a hacer cosquillas en la chochita y con la mano guiaba eso todo tieso que se saco por entre mi rajita, al principio me dio risa pero después como un desaliento y la cara se me puso colorada, pero me asuste porque lo puso en el huequito por donde orino y con la otra mano me atrajo hacia él como con ganas de meterme eso, claro que de todas maneras me entro un poquito.
– Ay don Paco no, no me toque ahí que mi mamá me dijo que no me la dejara tocar de nadie.
– Tranquila Lorenita déjese de mí que no le va mal, ya con las dos manos me atraía hacia él y empezó a dolerme.
– Nooooooo don Paco, no maaaaas, que tal que llegue mi mamá o mis hermanos y nos encuentren haciendo groserías.
– Por eso princesa, terminemos rápido las cositas que cuando acabe le regalo un reloj.
El interés del regalo y lo que estaba sintiendo tan bueno hizo que le aceptara las caricias.
Me hizo otras metidas y sacadas por entre mis piernas y soltó un chorro de lechita blanca en mi rajita, que me toco bañarme otra vez.
– Gracias muñequita me dijo, no le cuente a su mamá ni a nadie lo que hicimos que mañana le traigo el regalo.
Al rato mi mamá llegó y se pusieron a conversar, yo escuche cuando el le decía unas cosas sobre mí y ella que le parece bien y que además acuérdese que usted es el papa de mis hijos, entonces don Paco dijo:
– Vea Imelda yo le voy a escriturar esta casa a usted con un buen pedazo de tierra y 2 locales en la galería a los niños para que vivan de eso y a Lorena una casa en el pueblo y usted les sirve como albacea, hasta que alcancen la mayoría de edad, piénselo.
Bueno para no alargar mas la historia, ellos conversaron mucho y al fin mi mamá le dijo que entonces pasara por la tarde que primero iba a hablar conmigo.
Mi mamá me llamó y me dijo:
– Lorena, usted se va a ir a vivir a la casa de don Paco para entrar a la escuela, eso si se va a portar bien con él que yo voy a visitarla todos los días.
Así fue como me fui a vivir al pueblo a la casa de don Paco, me dio una habitación muy bonita enseguida de la de él, una señora hacia los oficios de la casa durante el día pero por la noche se marchaba.
Esa primera noche yo estaba muy triste por la falta de mi mamá y de mis hermanitos y me puse a llorar, don Paco vino a consolarme y me entrego el reloj y me dijo:
– No llore Lorenita que mañana le compro regalos y ropa y la llevo para matricularla en la escuela con un uniforme bien bonito.
Así me fui calmando y me dijo:
– Lorena vamos a dormir a mi alcoba para que no le de miedo y me llevo cargada para su cama, y nos acostamos bajo las cobijas, con una mano me abrazo y con la otra me sobaba por entre mis piernitas, la subió y me agarro la vagina
– No me haga más que tengo ganas de orinar.
– Venga la llevo al baño.
Al sentarme en la taza me abrió la rajita y me dice:
– Orine yo la veo.
Cuando se me vino el chorro el me apretaba el huequito con dos dedos interrumpiéndolo, y me dio risa, al terminar de orinar me limpio con la lengua.
– Lorenita vamos para la cama a seguir haciendo cositas.
– No don Paco me da miedo.
– ¿Porque?
– Porque un día vi cuando usted se la toco a mi mamá y ella se quejaba mucho.
– Ja, ja, ja pero eso no era de dolor sino porque le gusta.
Déjese un poquito y le doy una bicicleta.
– Bueno hágame pues le dije interesadamente.
– Quédese quietecita y cierre los ojitos y vera que va a sentir cosas que le van a gustar como cuando jugamos a las cosquillas.
– Tan linda que estabas de modelo esta mañana me dijo acercándose a mí y sentí algo duro que golpeaba mi cadera causándome curiosidad, mande la mano y cogí como un dedo tieso y caliente y recordé el pipi de mis hermanitos cuando tenían ganas de orinar, lo solté avergonzada porque comprendí que eso era lo que me quería meter.
Me empezó a sobar suavecito por encima de mis bragas, después subió la mano a mi barriguita y la metió por dentro de mis bragas acariciándome mucho rato así peladita, yo empecé a sentir un calorcito y como desaliento en mi estomago y me fui adormeciendo, cuando desperté por la mañana no tenia bragas y sentí mi barriguita untada de lo mismo que me había echado por la mañana, mire a don Paco y estaba dormido, con curiosidad levante la cobija y le vi el pipi todo arrugadito.
Ese viernes me matriculo en la escuela y fuimos a comprar el uniforme y la bicicleta, toda la tarde pase aprendiendo a montar.
Después de cenar a la hora de acostarnos me dijo:
– Lorena, mídase el uniforme a ver si le quedo bien.
Fui a mi alcoba y me lo puse, cuando me vio lanzó un silbido.
Me acerque y él me abrazo metiendo la mano bajo mi falda para acariciarme las nalgas y aprovechó para bajarme las bragas, después me hizo por delante, y yo me deje pero le dije que me acariciara pasito porque estaba adolorida por el sillín de la bici, luego empecé a sentir lo de la noche anterior pero con ganas de orinar
– Tesorito ¿quiere dormir conmigo hoy también?
– Bueno si, le conteste, imaginándome lo que me iba a hacer.
– Entonces me ayudo a quitarme el uniforme y me dejó desnuda, al acostarnos él también se desnudo y como la noche anterior empezó a sobarme, cogió mi mano y la llevó para que le apretara el pipi y se le fue parando, un dedo lo pasaba por entre mi rajita, busco mi hueco y me lo fue metiendo
– Hay don Paco no me haga más que me duele.
Tranquila Lorenita que eso es al principio pero después no.
Me quitó la cobija y bajo su cabeza para chuparme la vagina
– Abra las piernitas y me metió la lengua y chupó mi botoncito, ahí si me temblaron las rodillas y el estomago se me quedo sin fuerzas para evitar las ganas de orinar y me moje toda entre palpitaciones de mi coñito, estaba como adormecida cuando él se me montó y me sobaba la rajita con el pipi de arriba abajo hasta que encontró mi huequito y me lo metió un poquito.
– Lorenita abra más las piernas pero yo no podía porque estaba como sin fuerzas dejándome hacer cosas que nunca me habían hecho, mientras metía y sacaba el pipi en mi rajita, chupó los pezoncitos de mi pecho, me beso en la boca y su pipi me fue penetrando mas hondo cuando me rompió algo por dentro grite:
– Don paco no mas saquemeloooo, pero no me hizo caso y siguió hasta que entro todo, yo solo pujaba cuando la cabeza de su pipi me llegaba hasta el fondo, después entre gemidos vació un chorro de leche caliente en lo más profundo que pudo llegar.
Ya relajados me llevo al baño para asearnos y me dijo que no le podía contar a mi mamá ni a nadie lo que habíamos hecho.
Nos quedamos dormidos abrazados y desnudos, pero en la madrugada desperté y don Paco estaba sobre mi pues me lo había metido estando dormida y me quede quieta dejándome hacer sin decir nada hasta que termino y sin sacármelo se volteo dejándome acostada sobre su estomago.
Ese fue mi inicio y no fue tan doloroso porque don Paco tenía el pipi pequeño además me follo muy suavemente para no lastimarme.
Al sábado vino mi mamá con mis hermanitos y fuimos a comprar ropa para todos y comimos en un restaurante, luego mi mamá se despidió y regresaron a la finca.
En la noche don Paco antes de cogerme me contó que el era mi papá y que cuando estuviéramos follando le dijera papá, así lo hice y le dio tanta emoción que se corrió 2 veces dentro de mí, y me empezó a gustar lo que me hacia, tanto que el domingo no veía la hora de que llegara la noche para que me cogiera.
El lunes comenzaron las clases en la escuela.
Mi papá y yo seguimos follando casi todas las noches y así fue pasando el tiempo, al año siguiente mi mamá se pasó a vivir a una casa en el pueblo para matricular a mis hermanitos en la escuela pero yo me quede en la casa de mi papá.
En ocasiones sentía celos cuando mi papá visitaba a mi mamá y me daba cuenta que habían follado.
A mis 10 años según decían todos yo era muy bonita, empezaron a crecerme las tetinas, tenía el cabello largo bien cuidado y pegue el estirón hasta alcanzar los 1,55 de estatura, pero, como siempre hay un pero, un profesor llamado Jesús, negro y muy grande empezó a acosarme y yo no le hacia caso, un día me dejo castigada después de clase y me mando a limpiar el cuarto del botiquín, la escuela quedó sola cuando apareció él con un amigo, entraron y cerraron la puerta.
Yo comprendí sus intenciones pero no pude hacer nada, Jesús me dijo: Lorena quítese la ropa.
– No, no me hagan eso les dije temblando del miedo.
– Yo se que a usted le gusta porque la vi dejándose mamar una tetina de un compañero en el baño, me dijo.
Acto seguido me acostaron en la camilla de las curaciones y tocándome por toda parte prácticamente me arrancaron el uniforme y las bragas, me pusieron una cinta en la boca, Jesús saco su enorme pene como de 0,22 centímetros negro y cabezón mientras el amigo me sujetaba los brazos, yo cerré las piernas y me las abrieron a las malas, lo puso en mi vagina y empezó a penetrarme bruscamente como un animal y me lo metió todo yo casi no soportaba el dolor pero me quede quieta dejándome hacer y el amigo me chupaba las tetinas como con ganas de arrancármelas.
– Vean esta mosca muerta tanto que presume y ni siquiera era virgen, dijo Jesús.
Me follo más duro hasta soltarme un chorro de semen que al no caber dentro de mí chorreaba por mis piernas, después le toco el turno al amigo y lo mismo.
Jesús me quito la cinta de la boca para que se lo mamara y yo que no, que no, me agarro del cabello y me puso el pene en la boca, eso no me cabía pero me la metió a las malas, me dio tanto asco que me le vomite encima, le dio tanta rabia que me lo metió otra vez en mi vagina así untado con mis vómitos me dolió más, cuando se corrió sentí que perdía mis fuerzas, luego el otro me puso en cuatro pies y agarrado a mis tetinas me follo, dejaron para que me limpiara, entre amenazas para que no contara, me dijeron que la próxima vez tenía que colaborar más.
No hubo próxima vez.
Cuando llegue a la casa lo primero que hice fue contarle a mi papá entre lágrimas, primero hizo venir al medico para que me curara pidiéndole mucha discreción luego salió y contrato unos guardaespaldas para buscar a Jesús y al amigo, cuando los encontraron los llevaron a una finca y los torturaron antes de matarlos luego los tiraron en un camino con un letrero en el pecho:
”Por hijoputas” a Jesús le cortaron el pene y se lo pusieron en la boca.
Yo jure que nunca seria de ningún hombre a excepción de mi papá.
Después de aquello seguí de amante de mi papá, a mis 22 años le di un hijo varón cuando regrese de la universidad, fue la ocasión propicia para que mi mamá y yo nos contáramos el secreto común.
Don Paco ó sea mi papá murió a los 73 años dejándome heredera de todos sus bienes y sinceramente nunca sufrí traumas ó remordimientos por haber practicado el incesto con él durante 33 años.
Esta historia fue real tal como se las conté.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!