Lorena va a casa, Dia 6, “Mucha Leche”.
Mi primita de 6 años se enteraría dónde debe de ir la leche..
¿Por qué no hay día 4 y 5?
Tristemente el día 4 mis familiares fueron a visitar a una tía, y se llevaron a Lorenita, yo aun no salía de vacaciones así que no los pude acompañar, me llenó de tristeza no saber cuántos días estarían allá (por suerte solo fueron 2), ella lloró por que dijo que se quería quedar conmigo, yo quería lo mismo pero mi mamá le explicó que yo estaría una parte del día en la escuela y podría pasarle algo mientras estaba sola, cosa que tenía lógica y se la llevaron.
Se fueron y el recuerdo de lo que le hacía a mi primita me provocó la necesidad de pajearme, estaba en eso cuando se me ocurrió algo, “No, no me voy a pajear, estos días que ella no esté voy a guardar mi leche para echárselos dentro de su vagina deliciosa, sea como sea.”. Varias veces estuve a punto de pajearme, pero me aguanté, ella regresó dos días después y la idea de llenarle la vagina de leche no se salía de mi cabeza.
El hecho de saber que, por su edad, aunque la llenara de leche no tendría que preocuparme por un embarazo me volvía loco, fantaseaba con que la podría llenar de leche en su panochita por algunos años mas sin preocuparme por nada, tenia la niña perfecta: le gustaba anal, mamaba, tragaba leche, siempre dispuesta y quizá llenable de leche por la vagina sin riesgo de embarazo.
El día que llegaron fue mi último día de escuela, ya tenía mis vacaciones. Llegaron a las 11 de la noche, solo para tomar café con pan e irse a dormir, también nos dijeron que el día siguiente a medio día nos iríamos al pueblo, esa iba a ser nuestra última noche en la casa, tenía que ser una noche especial. Dicha noche no hubo necesidad de llamarle para que se pasara a mi cama, solita vino y nos besamos como dos amantes de años sin verse, mi verga estaba al mil, esa noche víctima de la lujuria y de la estupidez, la desnudé completa, recuerdo que puse mis manos bajo sus brazos, alcé sus 35 kilos de amor y dejé su vagina justo en mi boca, se la mamé un par de minutos así, no pensé en lo que pasaría si alguien entrara al cuarto y la viera así en mi cama, muy mal, por suerte nadie entró, pero debí haber tomado precauciones igual.
La acosté en la cama, y le mamé con toda mi fuerza su panochita, tuvo dos orgasmos, lo supe por que volvió a jalar mi cabello con fuerza al tenerlos, le di la vuelta y le mamé el culito un rato y le dije:
Yo: Lori, hoy te la voy a meter por tu panochita.
Lori: ¿Por la boca?
Yo: No, tu panochita es tu “cosita”.
Lori: ¿Y me dolerá?
Yo: No, te va a gustar mas que cuando te la meto por atrás.
Tomé una jerga, (si, leyeron bien, una jerga) y la usé para tapar la parte inferior de la puerta de mi cuarto, pues quería prender una pequeña lámpara que, aunque su luz no era muy intensa no quería que se notara del otro lado de la puerta, quería luz por que tenía que ver como iba a entrar por esa panochita tan pequeña y jugosa.
Los detalles de la pequeña vagina de mi primita Lorena los he dado en relatos anteriores, rosita, chiquita, labios delgados y su increíble olor a rosas, bruscamente, les cuento que mi verga tiene un largo promedio para un niño de 14 años, pero estaba muy gruesa y cabezona, en su boca entraba casi justo y solo la cabeza y a lo mucho 2 centímetros más.
La senté en la esquina de la cama, yo estaba parado frente a ella, la puse a mamar verga un rato, la hice hacia atrás, le puse mi verga en la entrada de su vagina y la decepción se hizo presente, no había forma de que entrara por ahí, no le entraba nada, estaba muy estrecha, ¡¡¡estaba yo muy estúpido por la calentura y le empujé la verga con fuerza en su vagina y ella me dijo “me duele!! ¡¡No me gusta!!”, me sentí tan mal por el hecho de que la estaba lastimando, de que mi calentura rebasara el hecho de que ella era mi ángel y no podía lastimarla, me senté junto a ella y con miedo me dijo “No me gusta por ahí, mejor dame por mi colita, ahí si me gusta, o te la mamo y me trago la leche”, pero yo quería enserio llenarla de leche en su vagina, las fantasías de casi 3 días se me derrumbaban.
Yo: Perdóname, no quería lastimarte, te quiero mucho y jamás te haría daño, solo quería que sintieras rico.
Lori: Esta bien, ya no me duele, párate, te lo voy a mamar parado y me tragaré la leche.
La media luz de la lámpara me mostraba lo hermoso de sus mamadas, me masturbaba mientras me la mamaba y me vino otra idea, la iba a llenar de leche en la vagina sin penetrarla, la hice hacia atrás, le abrí las piernitas hermosas y delgadas, le dije que le iba a echar leche en su cosita pero por fuera (mentira), le dije “Lori, con tus manos ábrete tu cosita para que sientas más rico”, ella lo hizo y se veía majestuosa abriendo los labios de su vagina para mí, acomodé la lámpara para que se alumbrara el encuentro de nuestros genitales lo mejor posible, tenia mi verga rosando con su vagina mientras me masturbaba, el sonido de mi verga y su panochita al tallarse y su carita con la boquita abierta provocó que los 3 días de leche salieran disparados con fuerza, en ese momento puse la cabeza de mi verga en la entrada de su vagina y sin penetrarla y con precisión mi leche entró en su vagina, “esta bien caliente tu leche primo!!”, dijo mientras seguía bombeándole leche en su interior.
Describirlo no es tan hermoso como verlo y sentirlo, era mucha leche para su panochita, la mayoría se le desbordó y por mi descuido cayo en las sábanas, pero no me importó, la arrastré para que se acostara al lado mío, ella boca arriba y yo a su costado besándola, con mis dedos le tapaba la vagina, no quería que mi leche se le saliera, quería que mi leche se consumiera en su interior, cosa que no pasó, la mayoría se le salió mientras la besaba.
Yo: Lori, ¿Te gustó?
Lori: Se siente bien rico lo caliente de tu leche.
Yo: Apúrate a crecer pues para que te entre bien por tu cosita.
Lori: ¿No me la vas a meter en mi colita?
No me podía negar a tal petición, la puse de lado y noté que desde su vagina, nalgas, caderas, piernas y rodillas estaba mi leche embarrada, de verdad que ese día si traía mucha leche, le metí la verga en su culito y volví a llenarla de leche, ahora que recuerdo, solo la primera vez en el cafetal al venirme en su culito se le salió un poco de leche, en todas las demás y en las siguientes a este relato jamás su culito dejó salir una gota de leche, un amor.
Fui a la cocina sin hacer ruido y tomé muchas servitoallas y un vaso con agua, las humedecí y limpié la leche desbordada en ella y en las sábanas, nunca en lo que llevo de vida me salió mas leche al venirme que en esa ocasión, otra vez nos dormimos abrazados y así despertamos, fuimos a desayunar, estábamos todos en la mesa, pero dos de los que estaban ahí sentados se notaban mas contentos de lo normal.
Se llegó el medio día y era hora de partir al pueblo, pero algo pasó en el autobús.
Continuará….
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Woooooooooooooooooow! delicioso relato!