LOS 7 PECADOS SEXUALES 6
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Beto43286158.
Es la hora del recreo aquí en la secundaria, y mi amiga Gloria me platica cosas realmente impresionantes.
-Mira Estrella- me dice como estando muy segura de lo que habla- yo he dormido con papá y mamá desde que tengo uso de razón, y como soy hija única, no tenemos ningún problema con respecto a hermanos o demás gente que se entere.
-¿Pero los has visto tener sexo?- le pregunto exaltada – porque lo que yo vi, fue como Raúl se la estaba cojiendo a cuatro patas.
-Estrella, escucha,-volteó hacia todos los lados como asegurándose que nadie estuviera cerca para escuchar- te lo diré solo porque somos amigas-dijo, y dibujando una sonrisa en el rostro continuo- y porque me gustas.
Cuando te digo que he dormido con ellos desde que tengo uso de razón, también hemos hecho el amor desde ese entonces.
Siempre fue besos y caricias conmigo, y con mamá la penetraba y yo miraba, pero en mi cumpleaños diez, me regalaron mi penetración.
No te diré que fue tan placentero, la verdad me dolió mucho y sangre bastante, pero mis papás me cuidaron muy bien me lo hicieron con cuidado y me curaron después de hacerlo, desde entonces tenemos ya 3 años haciéndolo.
-¿Y lo han hecho con perros?
-No, la verdad es que papá y mamá son muy creativos, y siempre hacemos muchas cosas diferentes, creo que hasta el momento no hemos necesitado incluir a alguien mas.
-Si brenda me pidiera hacerlo con ella yo aceptaría, pero cuando la estaba viendo que se lo chupaba a Boby, me dio tanto coraje que sin darme cuenta, estaba rompiendo el peluche que traía en mis manos.
Pero cuando se comenzó a quitar el pantalón, no quise que se lo hiciera y fue a la puerta y toqué tan recio que la interrumpí.
Creo que por eso se fue de la casa.
-No te metas en sus gustos Estrella, o la alejaras de ti.
Tu solo ámala.
Y por lo pronto a lo tuyo, ¿Se lo pedirás a tu papi?
-Está bien- le digo sonriendo- Se lo pediré mañana que es mi cumpleaños.
-Genial, pues manos a la obra porque necesitamos dinero.
–Dijo por último y señaló a un grupo de 4 niños que a la distancia nos estaban observando.
La secundaria es un lugar fácil para aprovecharse de los niños varones.
Su deseo sexual va despertando y no le dicen que no a nada, y están dispuestos a pagar lo que sea por cualquier cosa relacionada con sexo.
Me acerqué al grupo de niños y uno de ellos dijo:
-¿Es verdad lo que dijo Gloria?, ¿Que traes las pantis de tu mamá usadas y sin lavar?
-Es aún mejor que eso- les dije, y todos rieron en complicidad, entonces les conté-son las pantis usadas justo antes de tener relaciones sexuales, y están mojadas con su flujo vaginal.
– les dije al momento que sacaba una bolsa sellada con unas pantis rojas y húmedas en su interior.
-¡Guauuuu!-dijeron al unísono.
Y uno de ellos pregunto-¿Y cuánto nos va a costar?
-Acordamos 50 dólares.
–
-Completamos 60- dijo el más bajito de todos- y queremos dártelos, pero queremos que nos vuelvas a enseñar.
– Sonrío y les digo:
-Con gusto- tomé los 60 dólares, sujeté mi falda por delante y la alcé para que vieran.
-Vamos estrella, son 10 dólares de más, y siempre nos cobras 5 solo por ver eso, danos algo más.
Con mi otra mano metí mi dedo gordo por atras de mis pantis casi junto a mi ombligo y las jalé hasta abajo, para que mi pequeña rayita semi tapada con un poco de vello púbico rubio se asomara y lo pudieran ver.
-¡GUAAAAUUUU!- Volvieron a exclamar todos, y después de un par de segundos, sonó el timbre de la campana.
-Se terminó el tiempo-les dije, me acomodé mi ropa y me fui corriendo donde me esperaba Gloria con una gran sonrisa y la mano extendida para recibir su parte del dinero por conseguirme compradores.
Cuando salí de la secundaria, papá llegó por mí, algo que se me hizo extraño, porque era la segunda vez en la semana y normalmente él nunca me recogía.
Nos quedamos Gloria y yo viéndonos, le guiñé un ojo y me subí al auto, me lancé hacia el como para abrazarlo en lugar de sentarme en mi lugar y lo apreté muy fuerte.
Estoy segura que papá se sorprendió pero mi intención oculta era juntar con él mis senos, que aun siendo pequeños, ya sobresalían bastante en mi blusa.
-Hola papi.
– le dije frente a su cara y le besé la mejilla muy cerca de sus labios, casi besándolos también un poco.
-Vaya recibimiento, creo que alguien extrañaba a papá.
– dijo mientras yo me sentaba a su lado en el otro asiento del carro.
-La verdad es que sí, he estado pensando en lo que me habías prometido cuando cumpliera 13 años, y creo que ya sé que es lo que quiero que me regales.
-¿De verdad? Y bien ¿Qué vas a querer?
-Mañana te lo diré.
-Lo ideal es que me lo digas hoy y ya tendré el tiempo para comprarlo y entregártelo mañana en tu fiesta.
-No te preocupes, mañana temprano te lo diré, y como mi mamá tendrá su reunión mensual, no estará toda la mañana, y como Brenda ya vive en otra casa y Raúl se va todos los fines de semana con sus amigotes, pues tendrás toda la mañana libre para dedicarte a mi regalo.
-No sé qué decirte, ya me está preocupando tanto misterio, y siento que va a ser algo muy complicado de conseguir- dijo mi papá con mucha inocencia.
Y al mismo tiempo me inclino hacia él, le coloco una mano en su pierna de forma muy natural pero cerca de su miembro, y le digo muy coqueta:
-No te preocupes, estoy segura que será muy fácil para ti conseguir mi regalo.
Toda la tarde la pasamos juntos mamá, papá y yo en casa, me cambié el uniforme y me puse un minishort y un top muy chiquito, argumentando que estaba haciendo mucho calor, cuando mamá no nos veía, yo brincaba y abrazaba a papá, lo llenaba de besos en todo su cuello y cara, y le decía:
– Papi te amo mucho – él me contestaba:
– Yo también te amo mi pequeña.
– y me regalaba un pequeño beso en la mequilla o en la frente.
Mientras estaba sentado en el sillón viendo la tele, yo me hacía como que me interesaba lo que estaba viendo y le preguntaba:
-¿Qué ves?- y al mismo tiempo me sentaba en su regazo, los más cerca que podía de su entrepierna.
El trataba de explicarme lo que veía pero la verdad no le estaba poniendo atención, a lo que me decía, y al parecer el tampoco, porque en una ves que me le senté y le pregunté me dijo que estaba viendo una película, y la televisión mostraba un partido de futbol.
Al principio mis juegos lo incomodaban y lo noté muy bien, pero después de un par de horas, se acomodaba para recibirme y acomodarme para que mis nalguitas quedaran exactamente sobre su miembro, o cuando me abrazaba me apretaba lo suficiente para sentir mis senos en su pecho.
Además nuestros besos ya eran tocándonos la mitad de los labios.
Quería asegurarme que lo estuviera provocando, así que me fui a un lado de la sala donde estaban unas puertas de cristal que guarda el equipo de sonido y me agaché formando un ángulo de 90 grados con mis piernas semiabiertas y mi torso hacia adelante como si estuviera buscando algo en la parte de abajo del mueble.
Duré así casi un minuto, y por las puertas de cristal pude ver el reflejo de mi papá mirando mi trasero y tallándose su miembro por encima del pantalón.
Me levanto de un brinco y mi papá también brinca sorprendido porque notó que lo vi tallándose, pero yo me hice la disimulada y le dije –no está- a lo que él me respondió.
-Ya lo encontrarás.
Permíteme debo ir al baño.
– dijo y se levantó, y por más que intentó acomodar su pantalón, no pudo tapar el bulto que se alzaba en dirección de su miembro.
-Te acompaño -le dije.
-No, quédate aquí- me dijo, y añadió- tu mamá te regañaría.
Me sonrió.
Y entonces entendí, que se había dado cuenta que lo estaba seduciendo, y que además no le desagradaba, y que además, quería mantenerlo en secreto de mamá.
Mi corazón se aceleró, ya tenía rato que estaba yo excitada y un poco mojadita, pero cuando papá sonrió de esa manera sentí como mi pequeña conchita comenzó a dar latidos de excitación.
Me di cuenta de que el regalo que le pediría mañana si se haría realidad.
Después de cenar, y justo cuando nos alistábamos para dormir, nos metimos los tres al baño a cepillarnos los dientes, y entre juegos y risas yo me estaba entreteniendo, y mamá dijo:
-Ya estuvo bueno, terminen rápido porque mañana hay muchas cosas que hacer- y se salió del baño.
Y desde afuera gritó – ¡A dormir!- entonces me le acerco a papá y le digo:
-Buenas noches- y le doy un beso en sus labios tocándoselos un poco con la lengua.
Me salgo corriendo del baño y me voy a mi cuarto a dormir.
A la mañana siguiente, mamá sale desde las 8 de la mañana, y yo me voy al cuarto de papá donde está el todavía acostado.
Llevo puesto mi short y mi blusa pijama, que son de una tela muy delgadita y algo transparente, brinco en la cama y comienzo a molestar a papá encimándomele y haciéndole cosquillas.
Jugamos a que lo atrapo y me atrapa entre las sabanas.
Su pijama es solo un short delgado de seda que llega hasta sus rodillas, y entre juegos y manoteos le rozo su pene erecto, que es normal todas las mañanas según me dijo.
Aun así yo ya estoy excitada, y me acuesto encima de él con la oreja pegada a su pecho escuchando su corazón.
Su pene erecto lo siento en mi pierna a través de su pijama, y le digo:
-El primer regalo que quiero que me des es un globo de helio.
-¿El primero?- dice sorprendido- ¿pues cuantos van a ser? Además tu mamá ya te compró uno en la semana y me dijo que lo dejaste ir.
-Papi- me levanto un poco para mirar su cara y al mismo tiempo hacer más presión con mi pierna en su pene.
Y le digo- El globo no lo solté, se me escapó.
Vi a alguien haciendo algo en el parque y cuando reaccioné ya tenía mi mano abierta y el globo ya estaba a 10 metros del suelo- Fue cuando vi a Raúl con Sofía teniendo sexo en el parque, pero no se lo dije.
-¿Qué viste?- preguntó como sospechando que era el espectáculo de Raúl.
Pero le contesté:
-Ya no importa, ahora quiero que me lo repongas.
-Está bien, tendrás tu globo.
¿Y el segundo regalo?- pregunta esperando que le dijera lo que quería escuchar.
-Tienes que venir a mi cuarto, aquí no quiero pedírtelo.
Me levanté de la cama y lo tomé de la mano, iba literalmente jalándolo para que caminara, iba detrás de mí y su short como carpa de circo levantada por su pene.
Nos metimos a mi cuarto y cerré la puerta, me paré en frente de él como a un metro de retirada y le digo:
-Quiero de regalo de cumpleaños que hagas todo lo que yo te pida en esta mañana.
-¿A qué te refieres?
-Quiero que seas tú quien me enseñe lo que es el sexo, quiero que seas tú quien quite mi virginidad, quiero que seas tú quien me convierta en mujer.
– cuando esas palabras salieron de mi boca, con esa voz de solo una niña, sentí que mi corazón latía tan fuerte que se me iba a detener, mis manos y mis pies temblaban, y mi garganta se cerró y aunque quería pedir más cosas ya no pude hablar.
-Estrellita, no podemos hacer eso- Dijo papá con una voz muy tierna, y mis lágrimas brotaron de mis ojos y comencé a llorar sin quererlo, por más que me aguanté.
– shhhh, shhhh, está todo bien, no llores.
Mira, yo también quiero hacerlo, pero esto no es muy correcto, y la verdad tengo miedo de hacerte algún daño.
-¡Pero, yo quierooo!- dije sollozando y continué llorando.
-¿Estas segura?- quise decir que sí pero mis sollozos no me dejaron hablar y solo afirmé con la cabeza.
Papá tomó mi cara entre sus manos y me besó tan rico, tan tierno, tan tibio.
Sentí como sus labios saboreaban los míos, ambos probamos el sabor de mis lágrimas que rodaron hasta mi boca, su lengua poco a poco recorría mis tiernos labios, después mis dientes, hasta que ya estaba dentro de mi boca, jugando, conociendo, acariciando mi propia lengua.
Sentí vibrando todo completo mi cuerpo, mi corazón latía como un tambor, mi vagina se contraía como loca, y mi piel erizada y sensible a cualquier cosa que la tocara, su pene empujando entre mi pecho y mi vientre por encima de nuestras pijamas.
Entonces el da un paso hacia atrás y me mira, en ese momento creí que el mundo se me vendría abajo, pero su boca dijo:
-Pídeme y lo haré.
– mis fuerzas volvieron, y mi alegría me envolvía como el viento en medio de un tornado.
-Desnúdate- le dije- quiero conocerlo.
Dejó caer su short al suelo y aquel duro tronco se asomó palpitando, era más grande y más hermoso que los pequeños pititos de mis compañeros de la secu.
Me arrodillé ante él, lo comencé a lamer como si fuera una nieve, todo su glande le limpié con mi lengua, recorría todo su tronco desde su base hasta su punta, y suavemente chupaba sus bolas (es lo que las películas porno del internet veía hacer a las mujeres).
Él lo disfrutaba, pero yo lo que quería era disfrutar yo.
-Cargame- le dije, y me tomó en sus brazos- a la cama- me recostó y con la mano le indiqué que se acostara a mi lado, se acostó boca arriba a un lado de mí y lo monté como a un caballo, con mi tierna panocha comencé a tallar todo su tronco, sentía mi concha hinchada, lubricada y abierta, punzando por dentro como pidiendo que la penetraran, pero no me animaba, así que solo lo hice por fuera masturbándolo a él y masturbándome yo.
Comencé a sentir las punzadas de mi panocha que me indican que estoy a punto de venirme así que me armé de valor, tomé firme su verga con mi pequeña mano, la puse en la entrada de mi puchita y comencé a sentarme en ella.
Fue la sensación más extraña de mi vida, me encantaba la sensación de la presión en la entrada de mi vagina, me encantaba lo tibio y lubricado que se sentía su glande y me encantaba sentir como se comenzó a abrir mi concha, pero, de repente fue demasiado, me gustaba y me dolía al mismo tiempo, e instintivamente mi cuerpo brincó y no dejó que esa enorme verga entrara a mi conchita.
Cuando me quité la volteé a ver y para mi sorpresa vi como la leche de papi estaba brotando a chorros, mojándome mi chochito, mi vientre y mis piernas.
Lo miré a los ojos sorprendida, jamás habría imaginado que tendría un orgasmo solo con la pequeña presión de la puntita de su verga en la entradita de mi vagina.
-Perdón, -dijo- nunca había sentido una vagina tan rica y prohibida.
Y me has hecho venirme.
-Está bien- le contesté- Se supone que es lo que debe suceder, pero jamás imaginé que sería así de rápido.
En las películas son muy rudos y duran bastante.
-No me imaginaba que vieras esas películas, no te las recomiendo, no son reales, y creo que ya te lo he demostrado- dijo riendo un poco.
Intenté tomar la sábana de la cama para limpiarme y su mano me detuvo, me tomó de los hombros y me recostó sobre la cama boca arriba, dobló mis piernitas como en posición de parto, o ranita como muchos la conocen, y comenzó a recoger todo el semen que tenía en mi cuerpo y aún no se caía.
Lo colocó suavemente en mi conchita, lubricándola y acariciándola, la sensación era maravillosa, unos piquitos de toques eléctricos que recorrían mi vientre por dentro y el dolor de mi entrada había desaparecido totalmente para convertirse en placer y punzadas nuevamente.
Comencé a mover mi cadera como pidiendo más, papi tallaba mi conchita sin detenerse, y yo comencé a sentir muchísima excitación, a mi conchita le comenzó a faltar lubricante por fuera y en ese momento papi se bajó a besármelo.
Por todos los cielos su boca era tan agradable, muy caliente y con tantos movimientos, mi puchita se contraía cada vez más fuerte y más fuerte, entonces cuando menos imaginé y sin pensarlo comencé a gemir, mi cadera se disparaba hacia adelante y estaba a punto de venirme y fue cuando sentí como su traviesa y caliente lengua entraba en mi hoyito de una manera espectacular, mi cuerpo vibró completo, mi espalda se arqueó hacia atrás, mi conchita era un palpitar incesante, y mi piel erizada completamente.
Fue el orgasmo más intenso que había sentido en toda mi vida y no quería que terminara.
El dejó de besármelo y solo le aplicó un poco de presión con los labios mientras yo me tranquilizaba, mi respiración agitada se calmaba un poco y todo mi cuerpo se comenzó a relajar, el comenzó a besar mis piernitas, mi abdomen mis pechos de una forma muy suave como para relajarme, subió hasta mi cuello y terminó besándome los labios, a lo que yo le respondí con mucho ímpetu.
Le mordisqué un poco, nos acariciamos todo el cuerpo, y así estuvimos algunos minutos, entonces me volvió a doblar mis piernitas en forma de ranita, si arrodilló frente a mí y colocó su miembro encima de mi conchita.
Lo comenzó a frotar muy suave, desde la base hasta la punta, y por lo mojado de mi conchita supongo que lo estaba lubricando, mi puchita palpitaba por dentro, y mi corazón se emocionó solo de imaginar lo que me esperaba.
Fue entonces cuando volvió a colocar la punta de su pene en la entrada de mi vaginita, no imaginaba como iría a entrar toda esa masa de carne en mi pequeño hoyito.
Empujó solo un poco, apenas perceptible, se detuvo, me tomó de ambas manos y las colocó en su vientre, y dijo:
-Yo empujaré, pero tu mandas, si sientes rico, me dejas continuar, si duele, me empujas para que me salga un poco, lo haré muy suave, te prometo que no te lastimaré, te dolerá, no te voy a mentir, pero cuando el dolor sea insoportable entonces paramos me salgo un poco y nos esperamos a que tu puchita se acostumbre a mi verga.
Yo solo le afirmé con la cabeza, estaba emocionada, ansiosa, caliente y contenta con papá por la forma en que me explicaba, me cuidaba y me hacia el amor.
Comenzó a empujar, y efectivamente mi conchita se abría, y como la vez anterior, fue muy rico, pero se comenzó a abrir más y volvió a doler, pero para mi sorpresa era un dolor que podía soportar, empujó más, y fue allí donde ya no aguanté y lo detuve con mis manos, mi conchita estaba abierta a su máximo y aún más, sentía que me iba a romper, sentía que la entrada de mi puchita se estaba quemando, pero él no se salió, solo se mantuvo inmóvil, y comenzó a acariciarme, las piernas, el abdomen, mis pequeños senos, me tranquilizaba y me decía cosas muy lindas, como estas hermosa, te amo, te ves preciosa, me encanta lo tiernito de tu piel.
En fin, no sé si me distraía o qué, pero poco a poco mi dolor fue desapareciendo, entonces aflojé mi mano y el volvió a empujar, ya no sentí que se abriera más, sino que comencé a sentir que me comenzaba a llenar mi cuerpo, que algo me invadía por dentro y que se deslizaba sin parar llenándome cada vez más, entonces entendí que su cabeza había entrado completa en mí, y mi conchita ya no se abriría más, y aunque solo me quedó un pequeño ardor a la entrada, era soportable, comparado con la gran satisfacción que sentía en mi concha por la presión de su enorme verga adentro de mi pequeña conchita.
Empujó y empujó, ya no lo volví a detener, y poco a poco su verga fue desapareciendo dentro de mí, hasta que llegó a un punto en que en el fondo topó y ya no pudo entrar más, me cupo más de la mitad de su verga, pero lo demás quedó afuera entonces comenzó a salirse, y justo cuando solo quedaba la cabeza dentro de mí volvió a entrar.
Continuó, lo repetía una y otra vez, entraba y salía de mí una y otra vez, y en cada ocasión con un poco más de velocidad, ooh, ooh, comenzó a decir, apretó sus dientes y sus ojos y comenzó a bombearme muy fuerte, yo comencé a sentir otro orgasmo y al parecer mi papi también, yo gritaba, y el también, me bombeó tan rápido y tan duro que aunque me ardía mi concha abierta estaba sintiendo un maravilloso orgasmo, y al parecer también, mi papi.
Un orgasmo doble, eso fue lo que vivimos mi papi y yo.
Sentí como su lechita entraba en mí, una lechita igual a la que una vez le metió a mi mami y de donde yo nací, ahora estaba directamente en mí.
Salió de mí, se acostó a mi lado exhausto y agitado, mirando al techo de la habitación me dijo:
-Eres maravillosa.
-Lo soy solo porque es para ti.
-le contesté.
-Quisiera poder hacer esto contigo siempre.
– dijo muy emocionado.
-Cuando puedas, aquí estaré esperándote a que me enseñes más.
-¿Por qué no quisiste hacerlo en mi cuarto? – me preguntó.
Yo sonreí, y le conté, al fin y al cabo después de hacer esto no creo que se enojara por la razón que no quería estar en su cuarto.
-¿Recuerdas el día que quería dormir con ustedes y no me dejaron?
-Sí.
-Y ¿Recuerdas que a la mañana siguiente estaba en la cocina cuando terminaron de buscarme y no encontrarme en mi cuarto?
-Sí.
-Pues no me encontraron porque no dormí esa noche en mi cuarto- le dije – Antes de que ustedes subieran a su habitación, me cambié y me metí debajo de tu cama, y cuando ustedes entraron al cuarto, pude ver todo lo que le hacías a mamá, desde los amarres, los ganchos, los vibradores y los azotes que le dabas.
A mí así no me gusta, y es por eso que no quiero hacer nada en tu cuarto.
Continuará…
EL SIGUIENTE CAPÍTULO SERÁ EL MÁS FUERTE DE LA HISTORIA, Y LA VERDAD NO SÉ SI LOS ADMINISTRADORES DE ESTA PÁGINA ME PERMITIRÁN PUBLICARLO.
PERO SI ESTÁN INTERESADOS ME PUEDEN ESCRIBIR UN MENSAJE PRIVADO Y ENTONCES SE LOS PODRÉ COMPARTIR DIRECTAMENTE.
UN SALUDO A TODOS Y GRACIAS POR LEER.
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