LOS CELOS DE MI MARIDO ME LANZARON A LOS BRAZOS DE MI NIÑO 2
Mi marido propicio todo. .
No esperaba que mi esposo regresara tan pronto de su viaje de negocios. Según él iba a tardar no menos de cinco meses en su viaje, y el siempre cumplía su palabra. Solo habían pasado cuatro meses, su llegada ciertamente era una sorpresa.
Los guardaespaldas maricas fueron los primeros que le dieron la bienvenida. Muy lambiscones estos, fueron raudos a saludarlo y contarle mi itinerario de estos meses. No me preocupaban, están prohibidos de ingresar a la casa y por lo tanto no sabían nada de lo que pasaba aquí. Su lugar era afuera, como los perros que eran. El que me preocupaba era mi marido.
Mi letargo duro solo unos instantes, instantes en los que me quede petrificada. -Mi esposo esta aquí- -Dios, ahora que hago- -Como le cuento esto? – Como le vas a contar esto, estúpida- -La polla de mi hijo, la estoy soste…- Solté el nabo de mi hijo y lo mande a su cuarto: -Rápido hijo, vete a tu cuarto, y ni una pala…- Ni termine la frase y mi hijo estaba asintiendo como loco. Con gran agilidad, levanto su boxer y su pantalón, pero la tremenda erección que tenía evitaba que su dantesca polla se esconda tras toda la tela. No tuvo más remedio que ir corriendo a su habitación con la polla afuera rebotando a todos lados. Debo admitir que la escena me resulto muy jocosa, mas no tuve tiempo de reír. Ni bien se escuchó el portazo del cuarto de mi hijo, mi marido ya estaba detrás mío.
-Hola, Susana, como esta todo por acá- Ni una señal de afecto en su voz, nada. Como ya mencioné, no es que amara a mi marido, pero eso no quiere decir que no me duela tanta indiferencia.
-Bien, todo bien, como lo dejaste-
-Y el niño, como va en los estudios-
-Bien, va bien, como siempre. – Empecé a notar mi cuerpo caliente y mi entrepierna mojada, Mi mente talvez olvido lo que paso hace poco, pero mi cuerpo no.
Normalmente le hubiera reclamado su ausencia, su distancia, su infidelidad, etc etc. Pero estaba arrecha, quería follar, quería una polla, y la de mi marido me caía a pelo.
-¿Y mujer, hay algo para comer en esta casa? –
-Sí, si hay-
-¿Bien, sírveme mientras me baño- Mientras calentaba la comida solo podía pensar en follar, hacia muchos esfuerzos por recordad como era la polla de mi marido, un año es suficiente tiempo para olvidar una polla? Pensé en entrar a la ducha con el, sorprenderlo. Pero pensé que no le iba a gustar, no le gustaba ese tipo de sorpresas. Esperaría que termine de comer y allí trataría de seducirlo.
No se si estaba con hambre o yo soy buena cocinera, pero no tardo nada en dejar limpio el plato.
-AH, mujer, el arroz con pollo estaba riquísimo, cocinas muy bien-
-Gracias, Mario. Favor que me haces- Ni bien comió se levantó y se fue al sofá a ver televisión. Ni siquiera levanto los platos el puerco. No importaba, era ahora que tenía que hacer mi jugada, necesitaba una polla, si o si.
-Mario- Me acerque seductoramente
-Que paso-
-Ahora que estas aca, que te parece si vamos un ratito al cuarto- exclame casi en tono de súplica.
-Mujer, estoy muerto. El vuelo fue muy cansado. Otro día-
Toda mi excitación se convirtió en rabia. No me había visto en cuatro meses y aun así ni me quería tocar. ¿Como era posible? Sabía que era deseada, cuando salía a la calle los hombres me comían con la mirada. Sabía que con estas tetas enormes y ese culo rechoncho podía conseguir a cualquiera. Pero el me rechazaba. Nunca debí decirle hace dos años que me case con él porque no me quedo de otra, nunca debí decirle que no lo quería. Pero era inútil arrepentirse ya.
-Vienes después de tanto tiempo y no me quieres ni tocar? ¿Tanto te cansan todas esas putas con las que paras? – Reclame en voz alta.
– ¿Qué incoherencias hablas mujer, que putas? Solo estoy cansado, ¿no puedo estar cansado luego de diez horas de vuelo? –
-O talvez te volviste maricon, sí. Talvez deba llamar a esas locas que tienes afuera para que te diviertas- Apenas termine de decir esto sentí su pesada mano en mi mejilla. La bofetada me empujó hacia atrás, cayendo sentada en el sofá
-A mi no me digas maricon, yo no soy ningún marica. Me escuchaste, imbécil- Vocifero mientras me agarraba del brazo y se disponía a darme otro golpe.
-No Papa, para. No lo hagas, por favor- No me había percatado cuando mi hijo había salido de su habitación. Tampoco cuando se acercó y se puso entre su padre y yo, evitando que me golpeara otra vez.
-Aparte, escuincle- grito mientras tomaba el brazo del niño para apartarlo.
-También le pegaras a él como a mí? ¿También le pegaras a tu hijo? – Le increpe sabiendo que eso le iba a doler. Su padre fue muy duro con el, lo golpeaba todo el tiempo, por eso que nunca le había pegado a su hijo.
-AH, maldita sea. Uno viene aquí a relajarse y solo encuentra problemas, Me largo- Cogió su billetera, su celular y llaves y se fue.
Ni bien cruzo la puerta largue a llorar. A lo que mi hijo respondió con abrazarme muy fuerte. Yo respondí el abrazo con la misma intensidad.
-Ándale, ayúdame a ir a mi cuarto, estoy muy cansada- Nos levantamos y me acompaño a mi cuarto- Ni bien llegamos mi celular vibro. Era un mensaje de mi marido: «Disculpa. Solo pase un momento. Viajo para china en unas horas. Vuelvo en seis meses»
Ya ni me importo el mensaje. Me sentí aliviada de que se había ido. Entonces sentada ya en mi cama, note a mi hijo parado enfrente mío, con los ojos llorosos. MI pobre niño, todo el altercado lo había alterado mucho. Me levante y lo acerque a mi cuerpo para abrazarlo. Ya me había alcanzado en tamaño y pronto me sobrepasaría. Lo apreté contra mi fuertemente y mis senos se aplastaron contra su pecho.
-Ay mi niño, gracias por protegerme, gracias por ser tan valiente- Instintivamente me acerqué y le di un beso en los labios. Hace tiempo que no le daba uno así. Lo hacía cuando era bien pequeño y le decía: -Piquito? – Él se acercaba y le daba un tierno besito en los labios. Bueno, este beso tuvo poco de tierno, abrí mi boca y besé sus labios como solo una persona enamorada lo haría. Y era cierto, tenía miedo admitirlo, pero estaba enamorada de mi hijo. Era un chico buenmozo, bastante delgado eso sí, pero era muy guapo. Tenía una carita hermosa, y si bien no era muy alto, sobresalía de la media para su edad. Era bondadoso, cariñoso, gracioso y muy inteligente. Si, era un partidazo, cualquier chica se enamoraría de él, inclusive su madre.
El apretujarle mis tetas y luego el beso tuvo una reacción en mi hijo, una reacción que trato de ocultar, pero fue imposible. Mientras lo besaba, allí en sus pantalones algo crecía. Oh, su gran polla, la había olvidado. Más bien no, había tratado de olvidarla, sin éxito. Mientras besaba a mi hijo en la boca, metiendo mi lengua lo que podía y en sus pantalones se empezaba armar una carpa. EN ese momento, supe que quería follarme a mi hijo, quería que me folle con fuerza, que me ame, que me chupe las tetas y lama mi concha. Si, estaba loca de lujuria y no pensaba con claridad, ya solo me quedaba el deseo.
-¿Ay mi niño, tu sabes que te amo, tu me amas? –
-Si mami yo te amo, te amo mucho-
-Ay bebe, ven ven, siéntate aquí, Mami te va a mostrar cuanto te quiere- Lo lleve a la cama e hice que se acostara, junto unas almohadas, las puse debajo de su cabeza. Y quedo como sentado en la cama.
-Allí esta, papito. Ahora veamos que hay aqui- Dirigí mi mano a su bulto y empecé a apretujarlo por encima del pantalón.
-Mami, que…
-Shhh, no digas nada hermoso, deja que mami haga, yo se lo que tu quieres, es lo mismo que mami quiere. Shhhh, no digas nada, solo relájate-
MI hijo entendió el mensaje y no se resistió mas. Con gran maestría, desabroche su pantalón, baje el bóxer y su miembro se libera con gran fiereza. No lo podía creer, era tan enorme, solo había visto uno de igual tamaño en las películas porno que me conseguía mi amiga. Mandigo se llamaba. Mandinguito le puse a mi hijo después de esa noche. Cogí ese rabo enorme erguido ya por la lujuria y empecé a estrujarlo. No me basto con una mano, necesitaba las dos. Arriba y abajo, arriba y abajo. Sentía como esa enormidad palpitada en mi mano.
-Mami, mami-Dijo con voz entrecortada.
-Que paso mi chiquito- Dije con voz dulce, mientras seguía masajeando su grandioso pene.
-Mami, puedo verte el pecho-
-Ay, pero mire el señor que atrevido. Queriendo ver las tetas de mami- Dije mientras reía. -No te preocupes, mi vida, mami te va a enseñar todo- Acerqué mi cabeza a su pene, le di un beso en el glande, beso que estremeció por completo a mi hijo. Luego solté su dantesca polla y me puse de pie.
-Listo? – Pregunte y mi hijo asintió con la cabeza.
Me acerque al filo de la cama, donde estaba mi hijo sentado. Me puse de rodillas quedando de cara a el, con su gran polla erecta entre los dos. Me quite el suéter y la blusa, quedando solo en brassier delante suyo. Sentí como su polla dio un respingo al solo quedarme con corpiño.
-Wow, son enormes, mamita. Puedo tocarlas? –
No me había sentido tan bien en años. El ver a mi hijo arder en deseo por mí, ver cómo me comía con la mirada, era genial sentirse deseada otra vez después de tanto tiempo. No pude evitar soltar unas lágrimas.
-Mami, pasa algo, porque lloras, estas bien, ¿hice algo mal? –
-No bebe, no, tu no hiciste nada mal. Son lágrimas de alegría. Si si, son tuyas, todo es tuyo, puedes tocarlas todo lo que quieras- Cogí sus manos y las acerqué a mi pecho. Al instante empezó a tocarlas y apretarlas, muy torpemente, pero sin ser brusco.
-Wow, son enormes, mami. Y son suavecitas. Mira, apenas puedo cubrir una con las dos manos- Antes me había sentido mal por no poder haber amamantado a mi hijo, por una enfermedad no pude y tuve que conseguir alguien que lo hiciera por mí. Eso siempre me peso en el alma, pero ahora veo que sucedió por algo. Eh visto como le quedan las tetas a las que amamantan, se caen, pierden la forma, quedan fatal. Las mías a mis treinta y dos años están en perfecto estado, siempre erguidas, perfectas para que mi bebe las disfrute ahora.
-Te gustan?-
Si, mami, mucho.
-Bueno, esperate. Me aparte hacia atras. Puse mis manos atras de la espalda y desabroche el corpiño. Lo cogi por delante y evite que cayera.
-Listo?- Mi hijito no dijo nada, pero por su mirada sabia que habia esperado ver mis tetas desde hace mucho tiempo. Solte mis manos dejando caer el brassier al suelo. Mis tetas al instante salieron rebotando felices de estar fuera de su prision. En forma de lagrima, dos enormes monticulos colgaban de mi pecho. Alguna vez pense en reducirmelas por el dolor que me provocaban en la espalda. Hoy al ver sus ojos devorarme las tetas sabia que habia tomado la decision correcta.
-Dios, mami, son hermosas. Son mas suavecitas sin brassier-
-Y son mejores que la mujer de tu video-
-Quien? Gianna Michaels? Oh, mami, las tuyas son mas bonitas, y mas grandes. Tus aerolas y pezones son un poquito mas grandes. Igual de rosaditas, eso si. Pero las tuyas son mejores- Mi hijo seguia jugando con mis tetas como si de un juguete se tratara, las masajeaba de un lado a otro, las juntaba y luego las separaba, las tomaba con dos manos tratando de adivinar cuanto pesaban. Su actitud infantil ante el sexo me ponia a mil.
No habia notado cuan caliente estaba hasta que mi hijo empezo a tocarme las tetas, ya esta empapada pero con esto ya mi truza estaba ahogandose. De tanto tocarme las tetas su pene se habia puesto como una roca y empezaba a soltar gotitas de semen.
-Amorcito, ven recuestate en la cama-
-Ya no puedo jugar con tus tetas? Mami-
-Podras jugar con mis tetas todo lo que quieras, papi. Pero mami te quiere enseñar algo nuevo. Vamos, recuestate- Bien obediente mi niño, fue y se volvio a recostar en la cama con su cabeza en las almohadas-
Estando alli me puse ah admirar su juvenil cuerpo. Era hermoso, sin arrugas, todo nuevecito, todo tiernito. Con mis manos masajee su pecho, su vientre, sus bolas. Por cada toque mi hijo gemia de placer, jadeaba cada vez mas rapido.- Ay mi bebe, que hermoso eres- Y que hermoso es tu penecito, que penecito, penezote. Jajaja- Estallamos en risa al unisono. Alli es cuando supe que era el momento ideal. Aproveche que estaba distraido, baje mi cabeza y sin previo aviso me meti el pene de mi hijo en la boca. Oh mas bien dicho, trate. Por que al ser tan enorme no cabia en mi boca. Chupe su glande lo mas que pude. Lo chupe de costado, chupe la raja por sale el semen. Chupe su tronco, chupe sus bolas. Succiones, chupe, bese todo lo que pude. -EL puntito- Rei mientras mi lengua pasaba por el puntito negro que empezo todo. Bendito puntito negro, ya me preocupare si eres algo malo luego. MI hijo no tardo mucho en sufrir espasmos, clara indicacion de que se iba a venir.
-Vamos, vente bebito, sueltalo-
Mama, la lechita, mi lechita- . En uno de los videos porno que habia visto mi hijo noto que un actor porno español al venirse decia: «AH, mi lechita» Lo recordo y quiso decir lo mismo. Cosa que me resulta divertidisima.
-Si mi vida, suelta tu lechita, vamos. Sueltala en la boquita de mami- Al instante chorros de semen saltaron con fuerza a mi cara. Todo mi hijo estaba temblando, me resulto muy dificil seguir sujentado su polla para dirigir el chorro. Fue inutil igual, todo el semen me dio en la cara. Toda mi cara pegajosa por su semen, chorreando en el piso
-Bebito, apuntaste en todos lados menos en mi boca- Reclame en tono jugueton
-Perdón mami, es que no se cómo se apunta, disculpa- El todo un caballerito, se disculpaba. Qué lindo, como lo amo. Chupe su glande para limpiar las sobras de semen. Al terminar le di un besito en el centro del glande.
-Muack, ya está, limpiecito como antes. Jajaja- Reí y el me siguió.
El sonido del intercomunicador nos sacó del trance. Debido a los espasmos de mi hijito, este había botado una estatua que tenia en mi cuarto, una huachafería que había comprado mi esposo. Resulta que se había roto y había hecho un estruendo. Lo había notado y no le di importancia. Pero los guardaespaldas si le dieron importancia, y tocaron para preguntar si todo estaba bien.
-Sí, pasa algo- Me sorprendí como mi voz había cambiado al contestarle al hombre. De dulce y tierna a dura e indiferente.
-Eh si, escuchamos un golpe, como que algo se cayó- Mi atención cambio a mi hijo que me había seguido hasta donde yo estaba. Yo seguía con las tetas al aire y solo con mi pantalón. Mi hijo entonces se arrodillo, tomo una de mis tetas y se la metió a la boca.
-Ay…-
-Pasa algo señora? –
-No, no es nada, una cucaracha- Emití un grito al sentir su boca en mi pecho. Le mire con una expresión de reclamo, y el solo gesticulo: «Mia» Y siguió chupando mientras apretujaba la otra teta con la otra mano. Era un pillo, pero debo decir que eso me encantaba de el
-Bueno, como le decía señora, el ruido-
-Ah si, fue una estatua en mi recamara, todo está bien. Estamos bien- Hice muchos esfuerzos para evitar lanzar algún gemido, mi hijo podía ser un inexperto en chupar tetas, pero igual lo hacía con pasión, y eso me estaba volviendo loca.
-Ay…-
-Que paso señora? ¿Otra cucaracha? – El sabido había metido la mano en mi falda y empezó a sobarme torpemente la vagina sobre la trusa.
-Si si, otra cucaracha- Atine a decir, sin evitar que se me salga algún gemido por la boca.
-Dos cucarachas? Mmm, talvez debamos llamar a fumigación, señora-
-No, no, era la misma cucaracha. Todo está bien, disculpe, estaba por tomar un baño. Todo bien, gracias. Adiós-
Bueno, señora. Cualquier… Colgué.
-Pequeño bribón, ya verás como te castigo- Dije lúdicamente. Hice que se levantara, y allí levantado le di tremendo beso francés que lo dejo temblando.
-Es tu primer beso francés?-
-En realidad, hoy ha sido mi primer beso, mi primer todo-
-Y te está gustando, amorcito? –
-Sí, mamita, mucho- se acercó mi de nuevo empezó a acariciarme las tetas-
-Bebito, ve al dormitorio, esperame alla. No te preocupes, luego podras acariciarme y chuparme las tetas todo lo que quieras. Ve. Yo ire a comprar y vuelvo cuanto antes-
-Yupi, tetas- Fue saltando de aqui para alla hasta llegar al cuarto. MI chiquito, es todavia un niño.
Tenia que ir a la tienda, lo que necesitaba no lo tenia aqui. Pero como evitar a los guardaespaldas. Piensa, Susana, piensa. Ya se, Karina, mi amiga.
Cogi mi segundo telefono, del cual mi marido no conce su existencia.
-Karina, amiga. Necesito un favor, un inmenso favor-
-Susana que paso, cuentame.
-MIra, no tengo tiempo, necesito que vayas a la farmacia del supermercado. Compres unos condones XXL, los mas grandes que tengas. Y me esperes en el baño-
-Condones? XXL? Te estas cojiendo a alguien? DIme quien es? Vamos, me lo tienes que decir. Soy tu amiga.
-Karina, despues te cuento todo. Pero ahora necesito tu ayuda. Es una mision imposible, como en las pelas de Tom Cruise. Aceptas tu mision?-
-Si mi general-
-No, que asi no es en la pela… Ya no importa, en diez minutos en el baño del supermercado. Vuela Karina, vuela-
Bien, que necesito ir a comprar? Mmmm, Pastillas para el dolor de cabeza, si, por las discusion con mi esposo. Pense. Subi rapido al cuarto para ponerme ropa ya que estaba en topless.
-Ya regresaste tan rapido Mami?- MI hijo estaba tirado en la cama viendo caricaturas.
-No, que he venido por las llaves, aguanta un poquito mas, amor. Si?-
solto un si de manera tan candida. Que no tuve otra alternativa que acercarme y plantarle otro beso. Le chupe toda la boca durante un minuto. Dios, es que es tan lindo.
Me puse un corpiño, una blusa, una chompa y un gorro. Mi pelo era un desastre. Baje y le dije a uno de los maricas que me acompañe al supermercado. Queria unas pastillas para la cabeza.
-Si señora- Me acompaño en el acto- Los maricas no era malos, solo hacian su trabajo. Pero no me caian bien, al final trabajan para mi marido y acataban sus ordenes, por eso no me gustaban.
Llegamos en diez minutos como lo habia previsto. Sabia que Karina habia llegado en siete m por que vivia mas cerca.
-Puedes comprar las pastillas, cualquiera para el dolor de cabeza. quiero ir al baño-
-Ah, si. Señora-
Baje, entre al baño y en el ultimo cubiculo me estaba esperando Karina. AH, Karina, que angel que era.
-Aqui estan. Oye, para quien son, eh?-
-Luego te cuento, lo prometo, ahora no tengo tiempo-Me dio los condones. Doce compro la muy puta. Me los metí en la trusa por si me revisaban. No lo hacían normalmente. Pero a veces mi marido se los ordenaba. Solo una revisión superficial. SI pasaba, estarían seguros en mi trusa.
Espere unos minutos, como si hubiera ido a orinar. Luego salí y allí me esperaba el tipo con las pastillas. Como llegamos nos fuimos. En el camino no pude evitar sonreír victoriosa.
Ni bien llegamos, me despedí y subí rápidamente.
-Ya, ya estoy aquí- El rostro de mi hijo se ilumino al verme, y pude notar una reacción en sus pantalones. Si, estaba listo para lo que venía.
-Vamos, amorcito. Quítate los pantalones. – Me obedeció en el acto y ya lo tenía desnudo en la cama. Me quite también la ropa y salte a la cama, me puse de espaldas a el y me puse a chuparle el pene como si mi vida dependiera de ello. Mientras chupaba note como su mano se dirigía a mi culo. Me empezó a acariciar, pasando sus manos tímidamente por todas mis nalgas. No me importo, igual, todo mi cuerpo era suyo.
Ni bien su tremendo rabo se puso a mil, duro como una roca. Pare y me levante. Mi hijo me miro preguntándose porque paraba, en verdad estaba disfrutando la mamada.
-Ya, ahora vamos a probar algo nuevo- Cogí una silla redonda que tenía en la habitación. Era una silla sexual especial que compre hace mucho tiempo, cuando las cosas con mi marido no estaban mal. La silla me permitía echarme en ella, reposando mi espalda y pudiendo levantar mis piernas. Ya solo era cuestión que mi marido se ponga enfrente y me embista. Nunca pensé que la iba usar con mi hijo.
-…Y me echo aquí y tu vienes para aquí-
– ¿Y te puedo chupar la concha, Mama? – Su interrupción me tomo por sorpresa, yo quería que me penetrara, no que me chupara la vagina. Claro, no es que me desagradara la idea. –
-Mmm, tu quieres chupármela? –
-SI Mami, si, te la quiero chupar-
Bueno. Me eche en la silla, levante las piernas y las cogí con mis manos. Dejando mi vagina a su completa disposición.
-Sin perder tiempo, bajo su cabeza y dio el primer lengüetazo. Ay, sentí como si una corriente de electricidad recorriera mi cuerpo. No me chupaban la concha en mucho tiempo. Estaba esperando el segundo lengüetazo, pero no llegaba. Levante la mirada y vi a mi hijo pensativo mirando mi concha fijamente.
-Qué paso?-
-No nada. Es que me imaginaba, otro sabor. Jajaja-
-Oh, bueno, si quieres no tienes que chuparla. Esta bien-
-No mami, si quiero. SI quiero. – Se acercó, dio el segundo lengüetazo y esta vez si no se detuvo. Ah, que maravilloso era tener a mi hijo comiéndome la concha. Escarbando con su lengua mi cueva. Succionando mi clítoris. Estaba en trance disfrutando de la lengua de mi hijo, cuando siento que me jala hacia él, haciendo que me deslice hacia adelante, dejando mi ano al descubierto y parte de mis nalgas. El sabido lo había hecho para chuparme el culo. Lo había visto en una de sus películas y quiso intentarlo. Sin decir nada empezó a chuparme el culo. Mientras lo chupaba me metia los dedos en el coño. Dios, esto hizo que estuviera a nada de venirme.
-Pon tus dedos así, mételo así- Le indicaba.
-Así?-
-Si- replique y apenas me salía voz. Solo unos instantes más y termine explotando de placer. Emití un grito que yo misma aplaqué con mi mano. Dios mío, ese fue el mejor orgasmo que había tenido en años. Solo los tuve asi con el padre de mi bebe, alla cuando estudiaba en el secundario. Pero quería mas. Mi cuerpo pedía más, mis te totas y culo gordo pedían mas.
-Hijo, ese fue maravilloso, pero veo que tu aun puedes dar guerra- Dije esto en clara alusión a su pene bien erecto.
-Pues si mami, ya te toco a ti, ahora me toca a mí-
-Ay, pillín eres. ¿Qué te parece si nos toca a los dos? –
-Como así? – Salte juguetona hacia la cómoda. Mis tetas y culo rebotaron haciendo reír a mi hijo.
-Qué te ríes? –
-Nada mami, es que eres bien tetona y bien nalgona-
– ¿Ah, y eso es malo? –
-No mamita, al contrario. Es muy bueno. Muy rico, me gusta mucho-
-Ay, sabido eres. Bueno, aquí esta. Tada- Mostré orgullosa los condones XXL.
-Y qué son? –
-Son condones, bobito. Pero no son condones normales. Son condones XXL, extra largos. Para vergas tan grandes como la tuya-
Me acerque a ponerle el condón. Estaba dura como una piedra, ponerle el condón fue fácil.
-Ya está, ahora ven aquí- Lo tome de la mano, me dirigí a la silla y me senté como antes.
-Bueno, yo me echare como me eche antes, y tu te acercaras y meterás tu cosota aquí en mi coño-
-Como en las películas?-
-Si como en las películas. Pero hazlo despacio, no lo metas todo de golpe. Ve despacio. Mami nunca ha tenido uno tan grande dentro. Ni siquiera se si entrara todo-
-No te preocupes Mami, tendré cuidado-
-Ay, mi niño- Lo apretuje contra mí y le di un beso, le metí toda la lengua y termine chupándole su lengua-
Me eche en la silla, pero esta vez la acomode para que mi torso este mas levantado. Cosa que podía poner mis piernas a los costados y con mis manos podía sostener la pelvis de mi hijo. Esto era para que no me hiciera daño. En el acto se puede emocionar y darme con mucha fuerza y lastimarme. Eso sería terrible, tanto para mí, pero más para el. Su primera vez metiéndola y lastimaba a su pareja. No, había que evitarlo. En esta posición podía controlar su intensidad sin problemas
-Bien, ya estoy, ven mi amor- Se acercó despacito y se colocó frente a mi
-Pon la punta de tu glande enfrente de mi vagina, donde antes estaban chupando, y empuja despacio- Mi hijo bien obediente hizo todo lo que dije. Ni bien me di cuenta, ya tenía todo el glande de mi hijo adentro. Vaya que era grande, podía sentir la presión de tremenda cosa.
-Mete ahora un poco más- Y así, despacito y con calma entro casi toda su verga. Solo deje un poco para evitar problemas.
-Ok, ya está, entro. Ahora despacito empieza a sacar y meter tu verga, papito-
-Sí, mami-
-Sí, así bebe, así- Empezó a meter y sacar ese montón de carne. El empujaba y salía y yo con mis manos marcaba su ritmo.
-¿Ay, si amor, que rico, ahora más rápido, si papito? –
-Si mamita, mas rápido- El movimiento que hacía con mi hijo hizo que mis tetas rebotaran contra mi pecho, cosa que no pasó desapercibida para mi hijo.
-Te puedo tocar las tetas mami? –
-Tócalas hijo, son tuyas, ¿recuerdas? se inclinó así mí, sin dejar de moverse, y me agarro las tetas. las tomo y se aferró a ellas.
-Vi esto en una película- dijo sonriendo-
-Pura película eres, no? – Sonreí y él se rio.
No se en que momento deje de controlar su pelvis. Solo solté mis manos y ya le deje taladrarme a su gusto. Éramos como una máquina, como un engranaje que funciona a la perfección. Su pene era como un enorme pistón lubricado por mis jugos vaginales que salía y entraba de mi vagina con total precisión. Era como si estuviéramos fusionados. Inclusive nuestros jadeos estaban sincronizados. No supe cuánto tiempo estuvimos así. Quince minutos o una hora. Lo que recuerdo es a mi hijo sufrir los mismos espasmos que sufrió hace rato, y a su vez yo también sentía los mismos espasmos que tuve cuando me vine. Sus jadeos se hicieron más fuertes. Me di cuenta de esto y le puse la mano en la boca para evitar que grite. El noto lo mismo y con su mano tapo mi boca. Así es que, con movimientos frenéticos de pelvis, mi teta izquierda rebotando por todos lados, sudando a chorros y con la música de un anime a todo volumen, es que mi hijo tuvo experimento su primera follada, y yo experimente la primera follada con mi hijo, porque esto solo empezaba.
-Uff, hay no, eso estuvo delicioso, mi bebe. Nunca me había sentido así-
-En serio, ¿mamita? –
-Sí, enserio- No le dije que ya había sentido esta así de fuerte con su padre. No le podía decir porque se hubiera enterado que su padre no es su padre, que ese es otro. Pero esa ya es otra historia.
Me eche en la cama así desnuda, muerta de cansancio. Debía bañarme, pero estaba muy cansada, además que no quería, quería tener aun la esencia, el olor de macho de mi hijo, mi hijito, mi bebe. Como lo amaba.
-Ven papito, acuéstate conmigo, ¿estás cansado? –
-Si mami, mucho- Se acostó a mi costado, yo me voltee y lo abrace contra mí, sintiendo como mis tetas se presionaban contra su espalda.
-Mami, estoy cansado, ¿pero te puedo pedir algo? –
-Sí, dime bebe-
-Podemos hacerlo de nuevo una vez descansemos-
-Mmm, no sé, tengo que pensarlo- Dije en tono burlón.
– ¿A que no quieres, Que no te gusto? – Dijo en tono triste
-Claro que, si me gusto, amor. ¿No vez que estoy bromeando? – Volteé su cara con mi mano y le di un tierno beso en la boca.
-Si ya se mami, yo también estaba bromeando-
-Ay, que niño tan vivo resultaste. Bueno, a descansar-
-Mami, ya que nos estamos queriendo así, ¿puedo pedirte algo? –
-Mmm, a ver, que quiere mi niño? –
-Bueno, es que en los videos que veo las chicas siempre terminan haciéndolo por todos lados-
-Como que por todos lados? Pregunte fingiendo inocencia.
-Pues… Anal, me refiero al anal. Quiero tener sexo anal contigo, mami-
-Conmigo? Ay no se, tengo que pensarlo-
-Mira, si te portas bien y me traes buenas notas, pues puede ser-
-Como que puede ser? Ósea que no-
-No, yo no he dicho que no, ni que si. Ya dije que lo pensare, vamos vamos. Me muero de sueño. Ya lo conversamos cuando despierte. ok?
-Bueno- Yo sabía que eventualmente dejaría que mi hijo me rompa el ano. Ya lo había pensado mientras me la metia hace poco sentada en la silla. Solo que no es fácil meterse una polla de ese tamaño en el culo. Falta entrenar el culo. Dilatarlo poco a poco. Iba a tomar tiempo. Pero si, yo quería esa verga en mi culo. La necesitaba
Continuara….
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