Los deseos de mi padrastro
Ahora me cogen más que antes.
Carlos me contó que esa noche tenía una cena y me quería llevar. Acepte encantada.
Cuando llegamos al lugar me encontré a Ezequiel, Carlos me lo presento como un gran amigo y una parte de mi se encendió al recordar haber probado la pija de ese hombre y luego poder saludarlo como si lo conociera por primera vez.
Nos sentamos en la mesa, Ezequiel fue un caballero, y evitaba mirarme para no despertar sospechas. Yo me quedé al lado de mi padrastro sin moverme, hasta que lo invitaron a charlar con el dueño de una empresa que el estaba buscando.
-Bebe ¿Me esperas? En un ratito vuelvo. Anda a la barra y toma algo si querés –
-Si papi, suerte-
Ezequiel me miró y entendí esa mirada, quería que lo siguiera.
El salón era enorme y mientras yo iba caminando como si quisiera conocer el lugar, Ezequiel se mantenía cerca para que no lo perdiera de vista.
Terminamos en un cuarto con un par de sillones y otros muebles más.
Cuando cerró la puerta se vino encima de mi.
-Estas hermosa-
-Gracias- dije con una voz de nena que sabía que lo enloquecía
-¿Me dejaste cogerte un poquito acá?-
-Pero un poquito nomás – respondí
Saco su pija del pantalón y me arrodille sin que me lo pidiera. Era una cosa gigante, gorda, venosa y apenas me entraba en la boca. Me la metí como pude y dejé que mi saliva la lubricara. No sé el tiempo que la chupe, pero me desesperaba no poder metermela hasta el fondo, así que fui preparando el terreno de mi garganta para recibir esa leche. Ezequiel gemia extasiado.
-Mmmm si, si Eri, si así, chúpamela así-
Llevó sus manos a mi cara y me miró
-Que hermoso es cogerle la hembra a Carlos –
Me levanto y me acerco hacia el, nos besamos apasionadamente un buen rato mientras sus manos me apretaban los pezones.
Me llevo contra la pared, me levanto una pierna y me penetro.
-Ahhhhh- gemi – es muy grande – dije con la mente casi en blanco
-¿Te gusta que te coja?-
-Mucho- respondía con la voz cortada
Ezequiel me bombeo un buen rato, su pija era desesperante, sabía empinarme hasta el alma, y no tenía intenciones de parar.
-Sos hermosa quiero seguir cogiendote por favor-
Me dió vuelta y me puso contra la pared, abrió mis piernas y entro de nuevo
-Tu concha Eri, tu concha es hermosa, es suave, es chiquita, me aprieta mucho. ¿Vas a dejar que el tío Eze te coja más seguido?-
-Si, Tio todo lo que el tío quiera-
Continuamos sin parar, yo estaba desbordada de placer, de deseo, de ganas y hambre. A unos metros seguro estaba Carlos, pero no me importaba en lo absoluto, esa nueva pija había llegado a mi vida y yo la iba a dejar quedarse.
Me llevo al sillón que estaba ahí y me hizo sentarme encima.
-Cogerme suavecito bebita- dijo y yo hice caso. Me movía suave, relajada, sintiendo como esa verga gigante me rompía por dentro. Lo monte con toda la ternura del mundo y nos pegamos hasta más no poder. Su verga era fuego y yo me quería quemar.
-Acabo sabes? –
-Llename- gemi y acabamos al mismo tiempo.
-El viernes Carlos tiene una reunión así que me gustaría seguir más tiempo-
-Venime a buscar cuando se vaya- dije y me levanté sintiendo toda su leche caerme por las piernas.
Salimos del lugar y por suerte no había nadie. Corri al baño a lavarme /, mojarme bien el pelo con la excusa del calor y enjuagarme la boca. Diez minutos después estaba en la barra tomando algo cuando siento la mano de Carlos abrazando mi cintura.
-Papi tiene mucho que celebrar bebé. Cerro un trato enorme así que quiere festejar con su nena-
-Siento que hoy papi me va a coger mucho – respondí bajito
-Te voy a coger demasiado Eri-
Nos fuimos sin saludar. Llegamos al hotel como dos adolescentes que no dan más de ganas.
Me tiró a la cama, se desabrochó el pantalón y me masturbaba con su pija.
Iba a ser cogida de nuevo por un macho hermoso y dominante como a mí me gustaba. Carlos entro.
-Al finnn- dije
-¿Me extraño la bebé?- preguntó mientras se abría paso por mi vagina
-Mucho papi, no quiero que estos días terminen-
-No lo terminemos entonces – dijo mientras seguía cogiendome –
Cogimos como dos animales, rasguñe su espalda, mordió mis pezones con hambre y ternura, sentís que no había más espacio entre nosotros.
Se levantó, me dio vueltas y boca abajo me penetro por la concha.
-Eri pensaste en lo que te dije?-
-¿En qué papi?-
-En separarte-
Otra vez esa idea.
-Papi con tu pija adentro no puedo pensar- y era cierto, era demasiado rica esa verga para que mi mente no se perdiera
-Mejor, por qué te vas a separar y vas a ser la mujer de Papi-
-¿Y mamá?-
-Yo quiero estar con vos bebé –
Sus embustes fueron más fuertes, más grandes, más deliciosos. Le había quitado el macho a mi madre, había sido infiel a mi pareja en nuestra cama, y encima le había sido infiel a Carlos.
Esa noche cogimos hasta la madrugada. Cuando me desperté el dormia, mire mi celular y tenía un mensaje de Ezequiel.
-Hola bebita, soy el tio-
-Hola tío –
-¿El duerme?-
-Si-
-mmmmm ¿Jugamos un ratito?-
-¿A qué querés jugar?-
-A que te cojo en el baño del pasillo –
Me levanté despacio, me puse mi vestido pijama y confirme que Carlos durmiera profundo.
Ezequiel me estaba esperando en la puerta. Me tomo en sus brazos enseguida y me llevo al baño. Entramos y me puso en cuatro. Lamió mi concha y mi cola, que ya estaban mojada por la cogida con Carlos. Entró.
-No iba a aguantar hasta el viernes-
De nuevo esa verga me estaba cogiendo. En silencio para no despertar sospechas. Yo arqueaba la cintura y el se metía más profundo.
Nos mordiamos los labios para no despertar a nadie pero era tan excitante nuestro juego.
Me descubri sin límites como nunca antes en mi vida.
Lo hicimos rápido pero intenso. Me lave nuevamente y salí. Abrí la puerta de la pieza y al cerrarla, Carlos despertó.
-¿Que haces bebé?-
-Me pareció escuchar ruidos-
-Veni hermosa, que papi quiere abrazarte-
Nos dormimos enseguida.
Continuara …
Uuuffff terrible eri. Me pones a mil
Que lindo
Que lindo y mejor si se suman más