Los deseos de mi padrastro (6ta parte)
Aparece un papi nuevo.
Una vez en la habitación nos fuimos a bañar, Carlos me desnudo despacio y me metió bajo la ducha. Ahí dentro nos besamos profundo y sin apuros. Al fin estábamos solos lejos de todo y todos.
-Te voy a hacer el amor toda la noche bebé – me decía mientras enjabonaba.
Bajo esa ducha nos masturbamos suavemente, la pija de el era una locura lo gorda que se ponía. Me dió vuelta y mientras el agua caía en mi pelo y mis tetas tocaban la pared fría de aquel baño me penetro.
-Asi te quiero bebé, toda para mí – me decía mientras me cogía suavecito.
Yo gemia, ese era mi idioma con el.
Salió, me dió vuelta de nuevo, cerró la ducha y me envolvió en una toalla.
Me llevo a la cama y comenzó a secarme con la lengua. Lamía mis piernas, mis muslos, y cuando apoyo esa lengua sobre mi vagina me estremecí. El sabía hacerme sentir mujer como ningún otro hombre.
Se acosto y me movió encima para hacer un 69. Toda su lengua recorría el clítoris hasta mi cola. Era desesperante.
Yo por otro lado me tragaba su pija despacio hasta el fondo. Chupaba su verga con mucha hambre y deseo. Las venas de su tronco iban a explotar y yo las recorría con mi lengua. Estuvimos un buen rato así, chupandonos despacio, sintiendo nuestra intimidas a flor de piel hasta que nos llegó el orgasmo y estallamos. Fue tan intenso que me hizo doler. Me desplome a un costado mientras tragaba la leche de mi padrastro. Carlos se acercó y empezó a besarme entera.
-No sabes cómo necesitaba esto Eri, tenerte así para mí, ser yo el único que te coja-
Sonreí.
-Papi unicamente sos vos el que me coje –
-¿Con el cornudo no pasa nada? Es tu marido no me voy a enojar, ponerme celoso si, pero entiendo la situación-
-Con el cogemos una vez por semana o cada quince días, la paso bien pero no es como lo que tenemos nosotros –
-¿Que tenemos nosotros bebé?-
-Deseo-
-Eri me gustas, me gustas de verdad, me gusta hacerte mía a cualquier hora, me gusta cogerte en tu cama cuando se me cante y marcar territorio, me gusta ser el único que te llena de leche. Te amo bebé –
-Papi, yo también te amo-
-No quiero que esto termine por más peligroso que sea- y diciendo eso se puso sobre mi con su verga otra vez dura, nos besamos despacio como dos enamorados. Carlos entró en mi y gemi. Cogimos suavemente, lentamente, su verga esa noche estaba más dura que nunca.
-sos mi mujer bebé-
-¿Toda tuya? ¿Y mamá?-
-Mama es una compañera, pero nadie me pone la pija así como vos –
-¿Te gusta coger con mamá o conmigo?-
-Con vos bebé con vos –
-¿No querés llamar a mamá para decirle que llegaste bien así no la preocupas?-
-Pero estamos haciendo el amor-
-Llamala y háblale mientras le coges a su hija –
Nunca en mi vida pensé en traicionar así a mi madre, pero estaba en una etapa donde no me importaba más nada que el placer que me daba ese hombre. Carlos la llamo con su verga bien adentro mío.
-Hola amor, te cuento que llegue ¿Cómo estás?- dijo mientras yo arqueaba la cintura en silencio para tener su pija adentro de mi.
-Si por acá todo bien, ahora voy a comer y a dormir, estoy cansado-
Yo lo disfrutaba. Su cara estaba transformada. Levanté mis piernas a sus hombros permitiendo que entre más a fondo de mi. Eso casi le hizo escapar un gemido.
Mi madre del otro lado le hablaba de sus amigas , y Carlos no daba más. Yo le hacía señas que siguiera charlando, a la vez que me apretaba los pezones frente a sus ojos.
-¿Amor, No te enojas si charlamos mañana?- dijo conteniendose. -Yo también te amo- y colgó. Verifico que corto bien el teléfono y se vino con todo encima de mi.
-Eri me volves loco. Los años que espere una nena como vos- hablaba y gemía, y yo tenía la satisfacción de saber que el era todo mío – una nena para coger asi-
Otra vez su leche me llenó la vagina.
Esa noche dormimos desnudos y abrazados sin preocuparnos por el tiempo ni las personas de nuestro alrededor.
Me desperté con la pija de Carlos dura entre mis piernas.
-Buen día bebé-
-Hola papi –
Sus manos me tocaban las tetas suavemente. Mojo su mano con saliva la puso en la punta de su verga y me penetro.
-Asi te quiero dar los buenos días –
Comenzamos el día cogiendo. Era hermoso. Los dos desnudos en esa cama sin preocuparnos por nada. La pija de Carlos entraba hasta lo más profundo de mi, estaba deliciosa, y yo la iba lubricado cada vez más con mi flujo.
Había olvidado lo que era coger a la mañana hasta que llegó el a mi vida y a mi cama.
En eso mi teléfono sonó, era un audio de mi marido.
-Escuchalo bebé-
Decía que tenía un problema con su madre y que tenía que viajar a verla.
-Respondele mientras te sigo cogiendo bebé-
Me costó contestar pero lo hice.
-Hola amor, ¿Que pasó? – dije como pude
-No voy a dejar de cojerte bebé, no me importa si te llama-
-No papi, no dejes, tu pija es primero que todo siempre –
Carlos me tiró el teléfono y me besó-
-¿Papi siempre va a estar primero bebé?-
-Si, siempre. Yo quiero eso – decía con voz entrecortada por qué estaba disfrutando demasiado ser cogida por el.
Otra vez perdimos la noción del tiempo. Nuestros cuerpos parecían que estaban hechos para estar juntos.
Al rato de terminar volví a mirar el teléfono.
Mi marido me explicaba que tenía que viajar a ver a su madre a la otra punta del país y que no iba a estar cuando yo volviera.
-Mejor – dijo Carlos – así te tengo unos días más para mí –
-Pero papi tengo que volver-
-No si papi no te deja –
Esa mañana salimos a pasear, parecíamos una pareja normal, nos acariciabamos en todos lados, yo me dejaba manosear por el, nos besábamos y abrazabamos.
Cuando llegó el mediodía Carlos se fue a hacer sus negocios y yo me quedé en el hotel.
Estaba aburrida así que comí y me fui a dar una vuelta.
Me senté en el patio del hotel y descubri a un hombre mirándome. Sonreí por amabilidad pero la verdad es que me gustó su mirada. Era cincuentón como Carlos, pero la forma en la que me miraba las tetas me gustaba demasiado.
Me hice la tonta mirando el teléfono y hablando con mi esposo. En eso veo que se acerca.
-Hola ¿Podré hacerte compañía?-
-Depende para qué –
-Por que no es bueno que una mujer como vos este sola-
Lo invite a sentarse.
-Nunca te Vi acá –
-Es la primera vez que vengo –
-¿Viniste con Carlos verdad?-
-¿Lo conoces? –
-Laburamos en el mismo rubro. No sabía que tenía tan hermosa mujer al lado –
-Muchas gracias –
Y sus dedos rozaron mis muslos.
-¿Está ocupada está mujer ahora?-
-Si, espero a Carlos-
-Que Pena, me gustaría invitarte a tomar algo en un lugar más privado-
Extendió su mano y lo seguí. No sabía porque estaba haciendo eso pero me encantaba la idea. Me llevo a su habitación, cerró la puerta y se agachó a levantarme el vestido y lamerme la vagina sobre la ropa interior.
-¿Me dejarías cogerte?-
-Mmmm no sé si está bien-
-Te prometo que no le voy a decir nada. Hagamos algo. Sentate en la cama, abrí las piernas y vamos a ir probando algo. Cerra los ojos mientras – así lo hice. Me besó suavemente, me corrió la bombacha con los dedos, lamió un buen rato más mi concha y apoyo la cabeza de su pija.
-Mirá, solo estoy apoyándola –
-¿Esto está bien?- pregunté jugando a ser una nena inocente
-Esta muy bien, solo apoyo, mirá, apenitas ¿Querés más?-
-Mmmmm un poquito-
-Un poquito más entonces- y la empezó a meter, fue muy despacio, estaba poniendo la cabeza adentro, luego el tronco. Era mucho más grande que la de Carlos. En ese momento sentía ansiedad, miedo, deseo.
-Voy a cogerte despacito para que te sientas cómoda –
Y así lo hizo, estuvo como veinte minutos entrando y saliendo suavecito mientras me besaba. Yo explotaba de placer.
-Tenes una conchita muy rica, no es justo que solo el te coja –
Me embestía suave, sin apuro, sin prisa, disfrutandome. En eso siento que estoy por acabar como nunca y percibo que el también.
Nos llenamos. Cuando terminó el orgasmo me di cuenta de lo que había hecho, y tuve una sensación de placer con culpa.
-¿Cómo te llamas?-
-Eri-
-Hola Eri, soy Ezequiel, esto quiero que sea un secreto entre nosotros –
-Me prometes que no le vas a decir nada el –
-Por supuesto, solo si tenemos un próximo encuentro –
-mmmm está bien, pero por favor que no se entere-
-A ninguno de los dos nos conviene que lo sepa, así que hagamos silencio –
Me fui de su habitación directo a la mía, me bañé y al salir recibi una llamada de Carlos.
-Hola bebé, te extraño, estoy llegando al hotel-
Cinco minutos despues estaba en la habitacion besandome y quitandome la ropa.
-No aguanto mas bebe, quiero cogerte- y su verga me penetro con mucha hambre.
Mientras Carlos me bombeaba yo pensaba en que recien otro hombre me habia dejado su semen adentro y mi exitacion se disparo hacia las nubes. Me puse como loca, y eso a le le encanto.
Me dio vuelta y me cogio en cuatro.
-Bebe, quiero que seas solo para mi- me decia mientras su verga estaba en el fondo de mi vagina.
-Lo soy papi-
-Quiero que te separes Eri, pero ya vamos a hablar de eso-
Senti escalofrios, pero que el me diera esas ordenes hacia que yo lo aceptara. Me gustaba ser su sumisa.
-Papi no me puedo separar-
-Vamos a ir preparando el terreno Eri, vos sos mia bebe- y me embestia con mas fuerzas – El unico hombre que va a cogerte voy a ser yo-
Todo parecia que seguía igual.
Pero el tipo con el que habia estado en la otra habitacion habia aparecido en mi vida y ya iba a descubrir por que. Mientras tanto me dejaba llenar con la leche de Carlos.
Que mejor que tenés dos y si es trio mejor