los dias de sofá
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por daldieb1818.
Me llamo Javier, les quiero contar lo que me paso hace unos meses, para resumir soy un hombre de 34 años, casado, tres hijos.
Típico padre de clase media, con más trabajo del que humanamente es posible, una esposa demandante he hijos típicos, creo, el mayor algo retraído, las dos niñas extremadamente demandantes y malcriadas (como su madre) y una mayor, que no es mía, es la hija mayor de mi esposa, pero repelente como solo ella puede llegar a ser.
Todo comenzó un domingo en que estaba tratando de tener sexo con mi esposa, inicie el toqueteo de rutina, beso y esas cosas, cuando mis dedos de dirigieron al coño comenzó a sacudirse, no era la primera vez que me rechazaba, por decir que la lastimaba el sexo (aunque usáramos lubricante) trate de ir a su ano y sin aviso me empujo, por tanto comenzamos a discutir, una cosa llevo a la otra y termine en el sofá.
Era ya la tercera noche en menos de una semana, estaba dando vueltas de aquí para allá en el sofá cuando escucho pasos acercándose a la sala -¿Pa?- era mi hijo James de 16 años.
– Si peque ¿qué haces despierto a esta hora?- le pregunte a lo que me respondió que tenía sed.
ya me había visto despertar varias veces en el sofá, y no era tonto, me dijo que se imaginó que había discutido con su madre, que si quería me fuese a dormir en su cama que era más cómoda y cabíamos los dos, me lo pensé, otra noche de mal sueño no me haría nada de bien en el trabajo así que me fui su habitación.
Era una cama grande, pero yo no soy precisamente pequeño, mido 1,79cm junto el con sus 1,71 estábamos algo apretados, dormí de espalda a James, agradecido por un sitio cómodo para dormir y frustrado por otro semana de sequía, me alcanzo el sueño rápido.
Dormí fantásticamente, durante la noche –supongo- no las arreglamos para terminar abrazados, mi erección matutina goleando contra su vientre, di gracias a dios que me desperté primero, era algo embarazoso estar erecto y abrazado de mi hijo.
Ese día trabaje sin poder sacar de mi mente los rechazos de Dayana, y la situación de mi erección golpeando en el vientre de james.
Hoy tendría que tratar de arreglar la situación… en lo que falle, y termine de nuevo en la cama con james, pero esa vez desperté con su erección matutina golpeando en mi culo… y me gusto… y me sentí culpable después…
Tengo que decir que el “incidente” se repitió, desperté a media noche con el culito de james pegado a mí, duermo en pantalones de chándal por lo que sentía claramente mi polla en su raja, no tiene nalgas muy grandes pero se sentía como el cielo, me dio mucho morbo, baje mis pantalones y me frote directamente contra él.
Me sentí un total pervertido, pare y fui al baño a hacerme una paja para tratar de evitar males mayores.
El jueves a mitad de la noche me desperté, James estaba pegado a mí, abrazándome por detrás, sentí la dureza de su polla en mi espalda, se movía lento, dando pequeños espasmos en su pelvis pegada a mi espalda, yo ya estaba excitado, y me di cuenta que él estaba dormido, me moví un poco para que su polla quedara a nivel de mi culo, me sentí pervertido, y más excitado que nunca, comencé a moverme, lento haciendo que su polla se frotara en mi raja lenta y deliciosa, baje mis pantalones de chándal, dejando mi culo semi descubierto.
¿Qué estás haciendo? Me dije, dios es un niño, y tu hijo, pero la sensación de su polla, que se sentía grande tengo que decir, en mi culo borro toda lógica, le tantee un poco y atine a tocar sus pantalones de pijama y los baje también, él se quejó un poco y me paralice, espere su reacción pero solo dio un suspiro dormido, así que a siegas tome su polla y la puse entre mis nalgas, fue la mejor sensación del mundo, sentir su rigidez en mi culo me tenía goteando de excitación, así que comencé a hacer la paja de mi vida, sintiendo la polla de mi hijo en mi culo, no tarde mucho, me vine bestialmente tratando de atrapar mi leche con los pantalones de algodón para no manchar las sabanas.
Cuando recobre el aliento me fui al baño cojeando por los pantalones húmedos, tratado de conciliar lo que había hecho, sentí culpa, y morbo, y ganas de sentir una polla en mi culo.
Después de ese extraño… no sé cómo llamara a eso que paso con mi hijo, trate de evitar en lo posible dormir con él, no quería que lo que había pasado se repitiera, dios, esa misma noche de haber tenido menos autocontrol de que tenía lo habría masturbado, cuando regrese a la cama aún estaba medio rígido, tendría unos buenos 16cm de polla, muy parecida a la mía pero más pequeña, como pude acomode su pijama y me fui a trabajar mucho más temprano que nunca.
Esa noche decidí irme al gimnasio, tenía realmente mucho tiempo sin hacer ejercicios.
Drenar la energía que tenía de mas (quizás eso fue lo que pasaba con James) me haría bien, por lo que al salir del trabajo a las 7 entre al gim.
Estaba vacío, solo había cuatro personas más, supuse que por ser viernes no muchos se ejercitarían a esta hora, fui a la caminadora y comencé mi rutina, estaba con los auriculares puestos disfrutando de thunderstruck cundo noto en la caminadora contigua una figura corriendo, me gire a mirar a mi compañero, era un hombre de unos 40 años, robusto, algo musculoso, vestido con un licra negra y una camiseta sin mangas, amplia, azul, tenía el cabello corto, al estilo de corto, casi rapado a los lados y un poco largo arriba, con algo de barba como de unos pocos días, con un bigote fuerte, muy masculino, lo que más me impresiono fue su trasero, era como de burbuja, nunca me había fijado mucho en los hombres, sí, he tenido experiencias… pero este capto mi atención muy rápidamente, era de piel blanca ligeramente bronceada.
Note que me decía algo, quite los auriculares y pedí que me repitiera que no le había oído.
Se presentó, me dijo que se llamaba Richard, yo hice lo propio, comentó lo vacío que estaba el lugar, le dije que quizás era por ser viernes, que normalmente la gente tiene mejores cosas que hacer un viernes en la noche que ejercitarse.
Estuvo de acuerdo, quizás los jóvenes tendrían mejores cosas que hacer, me dijo, lo de vida saludable quedaba para los viejos como el, y como yo, agregue sonriendo.
-no eres viejo- me dijo- ¿cuánto tienes, 30 a lo sumo?- dijo jadeando por el trote que llevaba -34, le dije.
– ¿ves? eres aún muy joven- me guiño el ojo, a lo que le respondí sonriendo -si yo no lo soy, tu tampoco, te ves mejor que otros hombres de… que edad tienes 40?- de echo tenía 44, viudo desde hace como 11 años, con un hijo de 19, y mucho tiempo libre.
Un hombre de fácil conversación.
Estuvimos un rato más en la caminadora hasta que decidí terminar el… ¿coqueteo? Me despedí y volví a casa, claro Dayana me riño por la hora, la ignore lo mejor que pude y termine de nuevo en el sofá, estaba tentado a ir a la habitación de James, pero todo el día me estuvo rondando la culpa, era mi hijo, y lo que había echo no estaba bien, excitante, sí, pero equivocado a mas no poder.
Al día siguen te las cosas entre Dayana y yo estaba muy frías, no me dirigió la palabra y yo no intente acercarme, tome el desayuno (que yo mismo prepare) con los chicos, hable con James y las niñas, que estaban emocionadas porque su “hermana mayor” vendría esta tarde a pasar una semana de vacaciones, esto era nuevo para mí, Gina no ocultaba su desagrado por mí (Gina es la hija de mi esposa) lo que me suda la polla, (las dos cosas) así que propuse a los chicos salir al cine, más tarde.
Claro Cayana se encabrono, al parecer sí que estaba prestando atención a lo que todo lo que decía, lo que nos llevó a discutir frente a los chicos, en fin, digamos que las facciones mostraron sus verdaderos colores, James se vino conmigo y las niñas con su madre.
Pasamos un día genial.
Hablando de la escuela, sus amigos, y de nuestro mutuo desagrado a Gina.
Estaba el miércoles de esa semana en el gim, tratando de llegar lo más tarde posible a casa, casi todos ya se había marchado, solo quedamos Richard y yo, me propuso entrar al sauna del gim, nunca había ido.
Como la urgencia de no estar en casa me urgía decidí ir, estaba en un pasillo un tanto oscuro al fondo de las duchas, era una especie de sótano, él se quitó su habitual lycra y yo procedí a lo mío, solo estaba cubierto con una pequeña toalla blanca que apenas cubría su entrepierna se encamino a la pequeña recamara, se sentó con las piernas abiertas en un banco largo de madera pegado a la pared y palmeo el sitio junto a él.
En el que me senté también.
No dijo nada, solo estuvo allí recostado en la pared con los ojos cerrado, respirando uniformemente, me quede apreciándolo, las gotas de sudor y vapor corriendo por todo su cuerpo sus hombros, su pecho y cuando baje a su ingle había una enorme tienda de campaña, en la mía también claro.
Abrió los ojos girando su cabeza hacia mí solo me miro, me arme de valor y estire su mano hacia su polla, apretándola por sobre la toalla, el solo cerro sus ojos y dio un largo suspiro, tome como una invitación así que quite la toalla para tener acceso a su polla.
Era… hermosa, blanca, con la punta ligeramente rosada muy venosa, brillante en la punta por el líquido seminal que manaba de ella, lo estuve pajeando un rato, bajando y subiendo mi mano lentamente, el no abría los ojos, solo estaba allí dejándose hacer.
Baje mi cabeza y metí su polla en mi boca, Richard dio un gruñido gutural, sentí vibrar su polla, me lo folle con la boca, tragando como pude todo ese rico falo, digo, me han chupado la polla, pero esta era la primera vez que chupaba una, no sé si soy bueno, pero si los gemidos de Richard me decían algo lo estaba haciendo muy bien.
Coloco sus manos en mi nuca y mi frente, no guiándome, sino acariciándome, eso me gusto y aumente la succión, se vino en mi boca dando un grito gutural como el de un animal moribundo, me trague lo que pude, fue asqueroso, sabia salado y dulce, y dejo una sensación sedosa en mi boca.
Lo ame.
cuando me retire abrió los ojos, me dio una mirada intensa sus ojos azul brillante perforándome, coloco ambas manos en mi cuello, se acercó y me beso, intenso, apasionado, hambriento, su cálida lengua experta estaba violando mi boca, como tratando de saborearse en mi lengua, cuando me separe por aire, bajo se cabeza a mi polla, su cálida y húmeda boca saco el cerebro fuera de mí, nunca me habían chupado la polla de esa manera, se arrodillo frente a mí, paso una de mi piernas por sobre sus hombros y me levanto, escupió uno de sus dedos y masajeo mi culo mientras succionaba mi cerebro por la polla, no fui silencioso estaba perdido en la sensación de su aterciopelada lengua cuando introdujo su dedo en mi culo, grite, extasiado, de placer encontró un unto en mi culo que hizo que mi polla palpitara como loca, estaba gimiendo, mierda, nunca había gemido así en mi vida, toco ese punto dos veces más y me vine en su boca como jamás lo había hecho en toda mi maldita vida.
Quede echo un fideo mojado, Richard siguió lamiendo mi polla, limpiando los restos de mi corrida, bajo mis piernas y se sentó junto a mí de nuevo, con su mano en mi rodilla, hasta que recobre el aliento.
-El viernes hare una fiesta en mi casa- me dijo – Matías quieres celebrar el fin del curso en la universidad, serán muchos chicos y me gustaría tener a un amigo de mi edad para no sentirme fuera de lugar- me dijo sin mirarme.
-claro- le dije –otro anciano entre un montón de ¿críos inmaduros?- Solo me sonrió y yo hice lo mismo.
-Si quieres incluso podemos ir a otro sitio cuando la fiesta se desmadre.
Para hablar y eso- agrego apretando mi rodilla.
-seguro- le dije- ya quiero que sea viernes.
Y lo hacia
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