LOS JUEGOS DEL SEMEN primera parte
A los diez, mi papá me sorprendió con mis manos en la concha.
LOS JUEGOS DEL SEMEN
Debajo de mi edificio y a pocas cuadras, hay un campamento de indigentes, la mayoría hombres ya ancianos, algunos jóvenes con alguna discapacidad y muy pocas mujeres.
Me llamo Ariana y acabo de cumplir doce, ya desarrollé, creo que fue prematuro porque desde los nueve años que me hago la paja.
Fue despues de una noche que vi sin querer a mi madre cogiendo con el vecino de enfrente, mientras mi padre los filmaba con el celular.
Al principio pensé que estaba soñando, porque es un matrimonio de los que se pueden considerar totalmente normal.
Pero despues de mirar extasiada durante más de media hora, me di cuenta que era real.
No sabía lo que era masturbarse, ni mucho menos como se hacía, pero vi a mi madre mover desesperada sus dedos sobre su clítoris mientras era cogida, así que me fui a la cama y la imité.
Fue rápido, lo que había visto me ayudó, mi primer orgasmo fue similar a un calambre, el cuerpo se me entumeció y vi como mis piernas temblaban.
Despues de esa noche, no podía dejar de pasar ni una noche sin tocarme hasta acabar.
Hubo días que me hacia la paja a la mañana al despertar, despues en el baño del colegio y al volver a casa…
A los diez, mi papá me sorprendió con mis manos en la concha, una sobando el clítoris y la otra con un dedo dentro de la vagina…Entró a mi pieza sin avisar y allí estaba yo.
Recuerdo que no supe que hacer, estaba por acabar en ese instante y él se quedó allí parado, petrificado.
Mi calentura fue más grande que mi pudor, seguí masajeando y con la presencia de mi papá, fue un orgasmo mejor, era la primera vez que me salía una lluvia de líquido.
“Ari… ¿Qué haces?” Me tapé rápidamente con la sábana y le pedí que se marchara, pero él, se acercó y se sentó al borde de mi cama, me tapé del todo, hasta la cabeza, no lo quería ver.
Sentí su mano acariciando mi cabeza y recuerdo su voz.
“No debes sentirte mal cariño, es algo que todos hacemos alguna vez”
Me acosté de costado, dándole mi espalda, siempre tapada de la cabeza a los pies.
Me acarició el hombro y me llamaba
“Ari…Ariana” yo no le quería responder.
Fue bajando su mano, pasó por mi espalda y tocó los cachetes de mi cola…
Empecé a temblar, pero no era miedo, si no nervios, quería que se fuera, pero no quería hablar,
Desengancho las sábanas que tenía atrapada con mis tobillos y la fue levantando despacio.
La levanto hasta arriba de mi cintura, yo no tenía bombacha, así que sabía que me estaba mirando el culo y la vulva…
Se acercó a mi oído y me susurró
“Papá te puede ayudar”
Y sentí su mano metiéndose entre mis piernas y me dio mucho calor, me di media vuelta, me puse boca arriba, su mano quedo bajo mi cola.
Sacó la mano de allí y pude sentir que se movía…tomo la sabana que estaba aprisionada con mi cabeza y la retiró…Lo primero que vi era su rostro, con una sonrisa dulce y paternal, pero apenas bajé un poco la mirada… ¡Vi su poronga parada!
Me quice volver a tapar, pero no me dejó, atrapó una de mis manos y me hizo que se la tocara, quería que la abrazara con mis dedos, hasta que lo logró.
Era la primera pija real que veía y la primera que tocaba…
Mi otra mano de manera automática se fue sobre mi clítoris y empezó a masajear,
El me sacó la mano de allí y me dijo “Deja, lo hago yo”
Y tras mojarse los dedos con su saliva, me pajeó, mientras lo hacia mi mano en su verga empezó a moverse y él decía “Si, así mi amor”
Con dedos de otra persona, la masturbación era mejor, tuve orgasmos continuados mientras sentía las ásperas yemas de sus dedos, hasta que sentí que no quería que me siguiera tocando, me daba sensación de dolor.
Pero seguí moviendo mi mano, él me tomó debajo de mis axilas y me sentó, trataba de no mirar su verga, era como vergüenza.
Me agarro detrás de mi nuca y me hizo presión para que mi cara se acercara a su entrepierna, me dejé llevar, hasta que tuve su pene a centímetros de mis ojos.
¡Parecía una pija gigante! La emoción me hacía mover mi mano cada vez más rápido.
¡Finalmente explotó…! Mi cara se llenó de semen, la frente, mi nariz, mi barbilla, mis mejillas y mi boca.
Podía sentir el olor…un olor excitante y misterioso, pasé la lengua por mis labios y pude sentir su sabor…
Era muy amargo y algo salado, era un gusto fuerte, no podría decir si me agradó o no, solo sentía que tenía que seguir probando…Empujé lo que tenía alrededor de mis labios y en la barbilla dentro de mi boca y volví a tratar de saborear, ya no se me hacía tan amargo, ahora era algo salado y con algo de pimienta.
Mi padre me miraba embobado, recogió lo que tenía en la frente y aun costado de mi nariz, con dos de sus dedos, yo solo abrí la boca y puso esas gotas allí.
Esta vez me pareció delicioso, no sé si eran sus dedos o qué, pero sentí que el sabor era algo que no dejaría de querer saborear…
Él recogió unas pocas gotas que estaban por allí y cuando quiso meterlas nuevamente en mi boca, lo agarré de la muñeca, desviando el recorrido y arrimándola a su propia boca.
Él sonrió y sin poner objeción lo chupó… ¡eso me encantó!
De pronto me dijo: “Mira Arianita” mostrándome la punta de su pija, donde habia brotado un resto de su semen…
Me acerqué y se lo lamí…él cerro los ojos de placer.
No me animé a meterme su verga en mi boca, me acosté y me volvi a tapar toda.
Sentí que se vestía y se retiraba…Me sentía feliz.
Creo que algo le debe haber contado a mi madre, porque todo el día me estuvo observando de forma extraña.
Después de eso, la variante principal era que dejaban la puerta abierta, era una invitación a que yo pudiera ver cuando tenían sexo…En realidad cuando era entre ellos dos solos, se me volvió aburrido o al menos no me calentaba, pero cuando tenían “invitados” era la mejor espectadora.
Siempre eran dos hombres y mi mamá, con la que no hablábamos del tema.
Recuerdo un día que estaban con un hombre muy joven, diría un chico adolescente.
La puerta estaba abierta de par en par…mamá le chupaba la verga al joven y mi papá sentado en una silla contra la pared, los filmaba.
Papá me vio, allí parada y me hizo señas que entrara, yo no me animé.
Le dijo algo a mi mamá, que dejo de chupar la pija para mirarme y me dijo.
“Ven Ariana, entra, aquí hay para las dos”
Me corrió un escalofrió por la espalda, ¡Mi mamá me estaba invitando a que chupara la pija de un extraño frente a ella!
Entré muy lentamente, me hizo señas que me arrodillara a su lado.
Siguió chupando un instante y me ofreció esa pija para que la chupara yo.
Habia visto como ella lo hacía, así que intenté hacer lo mejor.
Al chico, que una nena de once años se la estuviera chupando lo superó, le dijo a mi mamá que se venía…ella me dejó seguir chupando, lo único que hizo fue agarrarle la bolsa de las bolas.
Me acabó dentro y eran varios chorros, no tenía ni el olor ni el sabor del semen de mi papá, ahora era una cosa distinta, más salado, menos amargo, menos picante, más líquido y más delicioso. Trague y trague con un placer inmenso, me tuvo que sacar la pija de su boca o seguía chupando.
Me pidieron amablemente que me vaya, y esta vez cerraron la puerta.
Estaba confundida, me había encantado lo que había tomado, pero mi concha estaba mojada y muy caliente…
Bastó que me acostara boca abajo, refregara un poco mi pubis contra el colchón y tuve mi orgasmo.
La próxima vez, la visita era un hombre muy viejo, caminaba apoyado en un trípode y encorvado…Me llamaron desde el principio, cuando todos estábamos vestidos, mamá me pidió que la ayudara a desvestir al anciano, fue una tarea difícil, lo único bueno que olía a perfume rico y se lo veía muy limpio…cuando apareció su pija, era un chorizo arrugado, blandito.
Se habia afeitado las bolas, que colgaban enormes en forma de peras.
Nos desnudamos todos, papá como siempre se ubicó como espectador, tenía la pija endurecida como si fuera de cemento.
Acostamos al viejo boca arriba, mamá puso la cajeta en su cara, el viejo bramaba y chupaba, papá me hizo señas que chupara la pija del viejo, a mí al principio me dio impresión, pero papá insistió… se doblaba sobre su vientre, así que tuve que levantarla con la mano para ponerla en mi boca. Noté que se le endureció un poco más.
Ya sabía chupar una pija, así que hice lo mío…papa se estaba pajeando mientras nos miraba.
Pasaron varios minutos, cuando el viejo empezó a gemir agitado.
Pude sentir claramente dos grandes chorros que golpearon mi paladar y garganta.
Este sabor era muy especial…era amargo como el pomelo y ácido como el limón, no tenía nada de salado y era mucho más líquido que los anteriores que había probado, casi agua diría yo.
Lamenté que fueran solo dos chorros, hubiera tomado un vaso lleno de la leche de este viejo (¡Me encantó!”.
Recien se me estaba llendo el sabor de la boca, cuando mi papá me llamó, señalo su propia pija con la mano, era una invitación…me arrodille frente a él y me pidió que solo abra la boca.
Se paró y con rápidos movimientos de paja, empezaron a caer gotas y más gotas sobre mi lengua…no cerré a boca hasta que él me dijo “ya está mi amor, es todo lo que tengo”
Era indudablemente el semen de mi papá, su sabor era inconfundible, no era el más rico de los que había probado, pero era algo que me daba mucha ternura tomar.
MI mamá y el viejo nos estaban mirando, me dio vergüenza y Sali corriendo de esa habitación,
Papá llegó detrás de mí y me preguntó si quería que me ayudara, abrí las piernas y le dije que sí…solo basto que me besara el clítoris y me derretí en un orgasmo hermoso, podría haber tenido más, pero papá se levantó y volvió con mi mamá.
A los pocos días, papá había venido a despertarme, yo mientras me desperezaba lo atrapé de la nuca y acerqué sus labios a mis labios y le di mi primer beso de amor, apenas chocamos nuestras lenguas, duro un segundo, mamá nos vio y empezaron a discutir, llegaron a los gritos.
Mamá me dio orden que me bañara y me cambiara y no me daba ninguna explicación, hasta me eligió la bombacha.
Fuimos al consultorio de su primo que era su ginecólogo.
Me hizo sacarme la bombacha y me miro con un aparato, fue un segundo nada más, luego me hicieron esperar afuera, solo alcance a escuchar que mamá le insistió varias veces si estaba seguro.
Volvimos a casa y mamá le pedía perdon a mi papá…
Al día siguiente seguían si hablarse, durante el almuerzo, le pregunté qué era lo que pasaba y aunque mi mamá estaba escuchando, me dijo:
“tu madre pensó que habíamos tenido relaciones!” me acuso de haberte cogido”
Golpeó la mesa con el puño y agregó “Tendría que haberte violado, así al menos no me acusa en vano”
Mamá solo bajaba la vista mientras pasaba un trapo en la mesa.
Esa noche mamá se acostó en mi pieza…
Me dolía un montón verlos peleados, le dije a mamá que ya regresaba y fui a hablar con papá.
Le propuse que hiciéramos algo, que tal vez funcionaria, pero él se tenía que controlar.
Yo estaba en bombachita, mi papá en bóxer, me subí sobre él y nos tapamos desde la espalda a los pies con una frazada…
Le grité a mamá que viniera…
Tardó unos minutos en venir, mientras yo movía mi vagina sobre el pubis de papá, hacia los movimientos de una cogida, aunque en realidad teníamos ropa que separaba nuestros sexos.
Mamá apenas llego a la puerta y vio esa escena dijo “¡Ay no!” y se sentó resignada en el suelo, se había largado a llorar…yo me movía más rápidamente, galopaba y suspiraba con sonidos…
Mamá levantó la mirada, lloraba cada vez más, papa decía cosas como
“Mi vida, coges mejor que tu mamá”
En ese momento me dio pena y nos destapamos, ella pudo ver que se trataba de una broma, papá y yo nos largamos a reír a carcajadas.
Ver lo que en realidad había pasado, le dio mucho alivio, se acostó en el medio de nosotros, a abrazamos y calmamos su llanto.
Se abrazaron con papá, hicieron unos “mimos” y ella dijo
“¿Y si llamamos a Juancito?
Papá pensó un instante, le dijo algo al oído y ella dijo que sí.
Al otro día apareció un hombre alto y delgado, taciturno y de movimiento lentos.
Me dijeron que esté atenta que me iban a llamar.
Al rato sentí mi nombre y fui desnuda a ver qué pasaba.
En el medio de la cama estaba el flaco panza arriba y mi mama con su pene en la boca, como haciendo una garganta profunda, tenía sus labios apoyados contra el pubis del hombre.
Me hizo seña que me acercara, recien cuando estuve a su lado, soltó la pija y me asombró verla, ahora sé porque podía tenerla toda adentro de su boca, era fina y apenas de unos 12 cm de largo, o tal vez menos.
Pensé que quería que la chupara, pero me frenó, me hizo subir sobre el hombre, me acomodó la pija en mi huequito y me dijo que empujara hasta donde el dolor me lo permitiera…
Entro toda, apenas me dolió, sentí en algún momento, un sonido interno como algo que raspaba. Instintivamente me empecé a mover, era mi primera cogida y no sabía bien que hacer o como gozar, pero indudablemente me gustaba.
El hombre le dijo a mi mama que estaba por acabar, yo al escuchar esto tuve mi orgasmo, mamá me quito de arriba del tipo y me dijo que se la chupara…
Me dio bastante asco, la pija estaba mojada y babosa por haber estado dentro de mi concha, además tenía hilos de color rosado, porque se ve que me sangró un poco.
Pero despues de haber empezado se le quitó todo eso.
Vi que papá se arrimó, con la pija afuera y se la puso al flaco en la boca, que se la agarró con las dos manos y empezó a chupar como desesperado, eso me emocionó y yo le seguía el ritmo….
Un chorro, otro y otro, mucho semen en mi boca. extrañamente tenía la textura de un yogur, era muy espesa y muy salada, pero para nada amarga ni ácida ni picante… era crema salada…
Me gustó.
Ahora ya no era virgen y las cosas se ponían mejor.
CONTINUARA
Me gusto muchísimo tu relato vas por buen camino mi nena
espero porder pronto leer la segunda parte