Los Kreunen ‘secta del placer’ (parte 3)
La iniciación de Laura (9 años) .
A medida que el tiempo paso fui conociendo más a Gabriel y al resto del consejo, él es medio-hermano de Lucía y Soledad es su hija, él creía que Lucía era hija de una amiga de su padre hasta que se conocieron mejor y se gustaron, cuando su padre les dijo que eran hermanos y que debían continuar con la secta, desde luego no podían estar juntos y mantener en secreto el origen de la niña ya que no esta permitido los hijos entre hermanos ni fuera del matrimonio.
Mi profesión en comparación con la del resto de miembros no era tan buena, desde la principio se lo hice saber a Gabriel pero dijo que eso no importaba, recientemente habían adquirido un servidor privado para manejarse mejor en telecomunicaciones pero el mantenimiento lo hacia alguien externo a la secta que estaba siendo demasiado curioso, aquí era donde entraba yo, podría hacerlo y ganar méritos, aparte de las 2 horas a la comunidad de trabajos en general, reparaciones, alguna instalación electrica, cosas pequeñas, acumulaba mis méritos, luego de 1 año comencé con los talleres sexuales para niños no iniciados, luego de la escuela se quedaban 1 hora más eso también me fue útil para la iniciación de Laura, antes de eso no tenía ni idea de como hacerlo, la iniciación era como un «rito sagrado», se reunia el Consejo junto con el niño/niña y el padre/padrastro que lo iniciaría, una seremonia breve, con túnicas blancas, un baño inidivual especial para cada uno sobre todo para el niño/niña, 30 minutos de preparación después se proseguía, una caja roja era entregada, una bebida aparentemente relajante y estimulante culminaba con la ceremonia, dentro de la caja había un aceite para masajes, lubricantes, vibradores, etc, el contenido era parecido al de la canasta de las bodas, el aceite tiene el mismo efecto que la bebida, primero se le daba un masaje de cuerpo completo al niño/niña y luego el niño/niña lo hacía con su padre/padrastro utilizando sus manos y su cuerpo, se podía optar por dilatadores o hacerlo de forma manual, luego de ser iniciado pasaba los 30 días con el líder y volvía a casa a demostrar lo aprendido.
Uno de los miembros era medico y dueño de un Banco de gametos, tanto óvulos como esperma eran almacenados, incluso se inseminaban mujeres allí, algunos habían recurrido a un banco de esperma y posteriormente a la vasectomía, accediendo al derecho de una segunda esposa, esto ampliaba la posibilidad de hijos asegurandolos con la inseminación artificial, también se permitía la segunda esposa una vez que la primera terminara su vida fértil, en casos muy especiales había «Union especial» con una hija en el caso de embarazo.
Pronto supimos el sexo del bebé y sería un niño al que llamamos Nicolás como yo, era casi tradición familiar que el primogénito si era niño se llamara así.
Después de 1 año llegaba el cumpleaños número 9 de Laura, y era el día de la iniciación, aunque ya había tenido muchos acercamientos con ella nunca había hecho más que introducir un par de dedos en su vagina, siempre a escondidas en el baño, después del «rito» La niña estaba un poco diferente, más abierta de lo que ya era, la bebida había hecho efecto, llegamos a la casa y en la sala estaban esperando Lucía y Soledad frente a la TV, desde allí verían todo. Me incomodaba un poco hacerlo en su habitación rodeados de sus cosas, nos desnudamos mutuamente, ella se acostó sobre la cama, busqué el aceite y comencé a masajear su cuerpo iniciando por sus hombros, su piel brillaba a la vez que aumentaba la temperatura, bajé mis manos a sus pechos rodeando sus pezones con la punta de los dedos, continúe por sus costillas, su andomen y ombligo y me detuve girando su cuerpo, tomé una pierna masajeando su pie, cada dedo subiendo por su pierna, abrí sus piernas lo suficiente para ver su entrepierna, sus labios mayores semiabiertos cubrían todo, tomé el aceite vertiendolo por toda la zona, separé los labios e introduje un dedo, me detuvo porque debía hacer su parte, me acosté y ella tomó el aceite casi vaciando el recipiente en mi pecho, se puso sobre mi y comenzó a moverse, su pecho rozaba el mío, bajó sus manos buscando mi pene mientras seguía masajeando el resto de mi cuerpo, su piernas rodearon mi torso, se deslizaba hacia adelante y hacia atrás, bajó lo suficiente para que su vulva rozara mi pene, la empujes un poco para que mantuviera sus movimientos en esa zona, tenía el cuerpo totalmente aceitado y caliente, levanté mi cabeza viéndola, mis dedos buscaron su vagina rodeando su entrada presionando levemente hasta introducir un dedo, fue seguido de otro dedo y dejó de moverse, no era la mejor posición, intercambiamos lugares, la acosté en la cama abriendo sus piernas, con las dos manos en cada ingle y con los dedos gordos abri sus labios y recorrí sus labios menores y clítoris llegando a su entrada vaginal, introduje fácilmente 2 dedos, y los mantuve adentro, acerqué mi boca a la suya besandola lentamente jugando con su lengua, introduje otro dedo sin separarme de su boca, ahogó un gemido y sus manos detuvieron mi cuerpo, la tranquilicé acariciandola, busqué el lubricante vertiendolo en mi pene y lentamente fui entrando en su vagina, su cavidad me empujaba hacia afuera con fuerza, la abracé apoyó su cabeza en mi mano y comencé a moverme, solo me movía unos centímetros y me detenía esperando que fuera menos la presión, cuando sentí que ya estaba lo suficiente floja apoye cuerpo de costado, entré casi por completo, me movía con más velocodad, sostenía su pierna derecha en el aire, el calor de su vagina me enloqueció, quería más, la embesti profundo sintiendo como cada centímetro rodeaba mi pene, sus ojos estaban cerrados y su boca semiabierta, introduje mis dedos, tomó mi mano lamiendo mis dedos sensualmente, me movía más violentamente, embestidas profundas y rápidas, puse su cuerpo sobre el mio, acostandome apoyando la espalda, sus rodillas estaban apoyadas en la cama al costado de mi cadera, sostuve su cuerpo y me moví más rapido, pidió que parara pero no me importó y continúe moviéndome hasta que sentí que algo caliente cubría mi pelvis, se había orinado, aproveché para aumentar la velocidad embistiendola duro hasta correrme, salí de ella levantadola viendo como su uretra goteaba y de su vagina se escurria mi semen, corrió al baño y oi el agua de la ducha, después de uno a minutos salió envuelta en una toalla y se acostó, le ofrecí ayuda para secarse, tomé su cuerpo y la puse sobre mí abriendo la toalla y la fui secando lentamente, caminó hacia el armario abriendo una de las puertas, me puse de pie y cerré esa puerta besando su cuello, se giró viéndome a la cara, estiró sus brazos cruzandolos detrás de mi y me besó, la tome de sus nalgas levantandola del suelo y apoyando su espalda en el armario, sus piernas me rodearon la cadera, con un poco de saliva humedeci mi miembro dirigiendolo hacia su vagina y de un solo movimiento entre en ella chocando con su cérvix repetidamente, sus labios mayores y menores abrazaban mi pene volviendo a dar una calida bienvenida, salí de ella girandola apoyando su rostro en el armario, de espaldas a mi abri sus piernas, me puse de rodillas lamiendo sus labios y besando una de sus nalgas, con mi glande lentamente toque toda su vulva, y volví a penetrarla, tome su cadera de forma fime moviéndome dentro y fuera de ella, mis piernas chocaban con sus nalgas, nuestras respiraciones estaban agitadas, tomé sus manos poniéndolas sobre sus nalgas y ella las separó, dejándome ver su pequeño e inexplorado ano, mi pene entraba profundamente y salía completamente sintiendo la presión de la entrada de su vagina, estaba por acabar, se puso de rodillas rápidamente abruendo su boca y me corri sobre ella, lamio muy bien mi glande y tragó hasta la última gota de mi semen que se escurria por mi miembro.
Después de eso sabía que debía ir con Gabriel por 30 días y eso era lo último que quería en ese momento, estuvimos todo el tiempo posible en su habitación, hasta el último minuto, si ese tiempo fuese entrenó sería el hombre más feliz del mundo. Saliendo de la habitación Soledad y Lucía ya no estaban, la TV estaba apagada como el resto de las luces de la casa, luego de esos agonicos 30 días de solo poder verla por la TV, Laura volvió igual pero estaba muy bien instruida y siempre disponible, llegaba un jueves, después del trabajo fui directo a su habitación a esperar por ella, se abrió la puerta y corrí hacia ella tomandola en brazos y trabando la puerta, me abrazó fuertemente, traia un vestido de tela fina con botones por el frente sobre su poco desarrollado pecho, con la punta de la nariz roce sus pezones, ella desabotono el vestido, lami sus pezones, caminando hacia la cama donde me senté con ella sobre mi, sus caderas se movían rozando nuestras entrepiernas, apoyé las manos en la cama, desprendió mi pantalón, poniéndose de rodillas me lo quitó, puso cada mano sobre mis muslos, su boca se abrió viéndome a los ojos e introdujo mi pene, la lengua se mantuvo en su lugar y con toda su boca me succionó el miembro, poco a poco avance cada vez más adentro sintiendo como se cerraba su garganta y tocaba su campanilla, ella continuó moviendo su cabeza, solo se detenía para tomar aire, tomé sus manos subiendola a la cama, se acostó levantando su vestido, ella misma abrió sus piernas separando sus labios con su mano, recorrí cada pliegue de su vulva con mi lengua, introduje mi lengua en su vagina, cerró sus ojos empujando mi cabeza, acerqué mi pene a su entrada vaginal, me rodeó con sus piernas y me hizo girar en la cama quedando sobre mi, tomó mi pene guiandolo y de un solo movimiento estaba completamente dentro de ella, sus manos estaban en mi abdomen apoyándose, movía su cuerpo haciéndome ver el cielo, con cada movimiento salía y volvía a entrar por completo sintiendo cada centímetro de esa caliente vagina, cada vez se movía más rápido, chocando su cuerpo con el mío, crucé mis manos detrás de mi nuca y la dejé hacerlo, me hubiese gustado estar presente en el proceso de instrucción pero solo pude verlo, cuando estaba por correrme tome su cadera embistiendola rápidamente haciendo que mi pene convulsionara dentro de su vagina, sin salir de ella besé su frente.
– Estos 30 dias fueron eternos…
– A los 2 días quería volver a casa.
– ¿Por?
– Quería estar contigo…
La abracé muy fuerte y me dormir, después de 1 hora me desperté y estaba solo en la habitación, me levanté y en la sala estaba ella sola comiendo, estábamos solos en la casa, me senté junto a ella, dejó lo que comía en el plato abrió mis brazos y se sentó entre mis piernas para continuar comiendo, en todos esos años no me había acostumbrado del todo a andar desnudo por la casa, algunas veces iba en ropa interior pero eso era algo que ella no estaba haciendo, el corazón lo tenía a mil, estaba desnuda con sus piernas abiertas, la podía ver perfectamente, esperé que no estuviese demasiado cansada ya que ese día no la dejaría descansar demasiado, humedeci mis dedos con saliva y toqué su suave vulva, dejó de comer y abrió aún más sus piernas, mi pene duro tocaba su espalda, apoyó sus rodillas en el sillón y arrastró la pequeña mesa un poco para apoyar sus manos en ella meneando sus cadera y abriendo sus piernas, con una mano abrió sus nalgas, con el dedo medio tocó su ano y lentamente fue introduciendolo, lo mantuvo dentro hasta que tomé su cuerpo y acerqué sus nalgas a mi boca, mi lengua lamio su sabroso trasero, besando sus nalgas y amasandolas, presioné hacia adentro con mís dedos que buscaron su vagina entrando en ella, su cuerpo se movía acompañando mis movimientos, oia su boca jadeaba, estaba tan duro que estaba por explotar, sin levantarme la acerqué, puse mi pene entre sus nalgas, escupi en la punta y lentamente la penetre, giró su cabeza hacia atrás, su boca buscó la mia y nos besamos mientras mi miembro avanzaba por su caliente y apretado recto, las calientes paredes internas de su esfínter presionaban mi pene, sentia el peso de su cuerpo sobre mis testículos cada vez que entraba en ella completamente, su espalda se pegó a mi pecho, su pies se apoyaron en mis muslos y sus brazos los estiró hacia atrás, movía su cuerpo tomando el control, chocaba con mi cuerpo, inteoduje 3 dedos en su vagina, se contraía acompañando la entrada de mi pene, sin salir de ella giré su cuerpo unos 90°, sus brazos rodearon mi cuello, su boca mordió mis labios mientras seguía moviéndose, tomé sus piernas juntandolas, mi mano sostuvo la base de su cabeza embistiendola rápidamente, sus gemidos eran callados por un largo beso, no resisti más y me corrí en su ano, me senté en el suelo, sus piernas abiertas me tentaban todo el tiempo, lami su vulva una y otra vez, introduje el dedo anular junto con el meñique en su ano y el resto de los dedos en su vagina, entraban tan fácilmente que aumente la velocidad mientras lamia y succionaba su clítoris junto con sus labios menores.
– Para…
– ¿Qué pasa?
– Quieroooo…tuu pene…
Apoyé una rodilla en el sillón y entré en su vagina, con mis dos manos en sus rodillas la embesti duro saliendo solo un poco, entrando y chocando con el fondo, se colgó de mi cuello para besarme, pegó su boca a mi odio rogando por más, sentía que en cualquier momento iba a eyacular si continuaba así, salí de su vagina y entre en su ano, cambiando de orificio continuamente hasta que me corri sobre su abdomen sobre su ombligio, sacando hasta la última gota de semen, me senté a su lado y frotó su cabeza con en mi pecho, ya era de noche y ni rastros de Lucía y Soledad, había ido a la cocina por un vaso de agua, Laura veía la TV.
– ¿Tu madre y tu hermana?
– De paseo.
– ¿Eh?
– Se fueron para no estorbar jaja.
Se puso de pie y tomó mi vaso dejándolo en la mesa y tomando mi mano me hizo seguirla, entramos a mi habitación, se subió a la cama y de puso a saltar como en una cama elástica, me senté solo viéndola y después de unos 10 minutos ya estaba duro otra vez, ella no estaba haciendo nada sugerente solo su presencia me ponía a mil, desnuda saltando sobre mi cama, estaba sudando no sabía si era por el calor o por la situación, a veces me sentía culpable, era una niña y pocas veces la veía comportarse como tal, ese era unos de esos momentos pero yo estaba pensando en verla cubierta de mi semen todo el tiempo, saltó por más de 10 minutos y cuando se cansó se sentó a mi lado, lentamente acaricie sus brazos besando su hombro, ví como fijó su visita en mi miembro erecto, no resisti y con una mano en su pecho empuje su cuerpo apoyando su espalda, sus brazos estaban apoyados en la cama sobre su cabeza con las palmas hacia arriba, clara señal de estar a mi disposición, su boca abierta y sus ojos llenos de sensualidad, su pecho estaba agitado, el sudor rodeaba su frente con su cabello levemente húmedo, levanté sus piernas apoyandolas en mis hombros, no tenían lubricante a mano, con mucha saliva en mis dedos masajee su entrada anal con movimientos circulares a la vez que me masturbaba, poco a poco mi dedo traspasó su entrada anal, no fui muy paciente ya que inmediatamente la penetere entrando completamente en ella, sus ojos de cerraron y me detuve un momento hasta que abrió los ojos, recién ahí continúe, solo me movía en formas de círculos, sin salir de su apretado esfínter, mis manos rodeaban su pequeña cintura sujetandola, comencé a moverme saliendo hasta la mitad y volviendo a entrar lento, sequé mi sudor y continúe, fuí hasta el fondo saliendo por completo, chocando con su cuerpo, el calor de su ano me invitaba a aumentar la velocidad, su boca jadeante me provocaba más, la embestidas eran rápidas y violentas, me acerqué a su pecho mordiendo uno de sus pezones dejándole la marca de mis dientes pero sin lastimarla, mi lengua buscó su boca lamiendo sus labios y succionando su lengua, apoyé mis puños en la cama embistiendola lo más rápido que pude hasta que inunde su recto con mi semen, luego de un leve descanso puso una mano sobre mi pierna y subió sobre mi, movió su cuerpo sobre mi dormido miembro despertandolo, lo tomó con sus manos para masturbarlo, flexiono sus piernas a cada lado de mi cadera apoyando los pies, dirigió mi pene hacia su vagina y poco a poco lo introdujo, no tardo en estar por completo dentro, se movía como un animal en celo, sus manos las apoyo en la cama inclinando su cuerpo hacia atrás, sus movimientos en vaivén me tenían loco otra vez, y ver como lo hacía, como cabalgaba sobre mi pene me provocaba todavía más, una niña de 9 años haciéndolo así de bien, llevó uno de sus dedos a su boca jugando con su lengua, levanté mi torso y con una mano acerque su cabeza a la mía besandola, pasé un brazo por su espalda tomándola de forma firme moviendo mi cadera, quería vaciarme en ella otra vez, lo que no tarde en hacer, volví a apoyar mi cuerpo en la cama y ella lentamente se levantó, una gran cantidad de semen se escurrio de su vagina derramandose sobre mi, ese solo era el primer día de su regreso.
CONTINUARÁ….
Por cualquier consulta, duda, etc
*@pyhubb (Telegram)
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!