Los pelos de mi sobrinita

No pude contra los encantos físicos de la pubertad de mi sobrina.
Hola a todos, vivo en el norte de México, siempre he Sido un hombre muy morboso y caliente que desde pequeño conoció los encantos del sexo y la lujuria, y puedo decir que he tenido suerte para ciertas situaciones sexuales ahora tengo 35 años y estoy casado con una estupenda mujer.

Empiezo por decir que está historia es real, no como la mayoría de fantasías y ficciones  que he leído y aconteció hace unos meses con mi sobrina de 13 años.

Ella es morena clara, 1.45,  con un cuerpo muy pero muy agraciado para la edad piernas muy tonificada pues práctica voleibol. Sucedió que como las clases presenciales  están suspendidas por la pandemia, los padres de ella la enviaron a pasar unos meses con nosotros ya que ellos trabajan en Un crematorio en la cdmx y tenían el miedo de contagiarla si ellos se enfermaban. Y como yo hago Home Office y mi señora trabaja en una distribuidora creyeron adecuado que se viniera con nosotros mientras pasaba lo peor de la pandemia.

Todo comenzó cuando por las mañanas ambos nos instalabamos en la sala para que yo trabajará y ella tomara sus clases. Cómo mi esposa salía desde temprano y llegaba ya al caer la noche, pasábamos mucho tiempo juntos. Y notaba de reojo lo bien que se veía   en short o licra mientas estudiaba. Tenía la costumbre de jugar con ella, abrazarla y cargarla. Y en ocasiones tocaba esos senos duros y en crecimiento que tiene accidentalmente. Por lo regular traía blusas flojas que cuando ella estaba sentada y yo de pie, dejaban ver sus pechos y en ocasiones hasta parte de sus pezones cuando se  agachaba lo que hacía que me volviera loco de calentura.

Cada día que pasaba crecía en mi ese morbo que trataba de reprimir pero el estar viéndola me exitaba más. Y así pasaron semanas hasta que un día ella se puso un short de mi esposa que le quedaba grande y mientras trataba de bajar unas galletas de la alacena, en ese estirar observé  su abdomen plano y como salían de ese short parte de su vello pubico, negro y fino lo que ocasionó en mi tremenda erección. Todo fue tan rápido que no me dió tiempo de sacar mi cel y tomar un recuerdo.

Así que me dije que no podía seguir así. Era tantas las ganas que le traía que empecé a ser más agresivo en mis intensiónes. Cada vez que llegaba con ella, le hacía cosquillas en el vientre muy disimuladamente y ella reía, y eso era casi todo el día y aprovechaba para acariciar un poco abajo de su ombligo sin que ella notará mis negras intensiónes. Así pasaron los días y yo avanzaba más y más al punto de que ya tocaba algunos de sus vellos púbicos de mero arriba,  Eso me ponía al cien de caliente.  Cierra tarde tenía el antojo de un tequila y entrando ambos en la sala me servi uno y ella me vio como extrañada y le dije que si quería uno, ella se sorprendió y le dije que no se preocupara, que no le diría a sus papás. Ella se puso muy nerviosa y le prepare uno. Era temprano como la 1 de la tarde y mi esposa llegaría hasta las 8 de la noche así que tenía algo de tiempo. Pues dicho y hecho se lo termino y sin preguntarle le prepare otro y así sucesivamente hasta que fueron 4. Al cuarto ya estaba toda risueña mareada y reía y reía de cualquier cosa. Ahí es cuando me acerque que la abracé para jugar y ella estaba toda floja acostada en el sofá le hice cosquillas en el ombligo y reía y me veía.

Yo ya no retire mi mano, seguía acariciando su abdomen y vientre bajo e ella solo me veía sonriendo, no nos decidimos ni una sola palabra, solo notaba que empezaba a respirar rápido y temblaba y seguía sonriendo, mientras yo me moría y temblaba de nervios. Fue cuando decidí bajar más mi mano y sentí ese hermoso vello púbico tan fino y suave y abundante que me volví loco, ella solo cerraba sus ojos y suspiraba sin decir ni una sola palabra.

Entonces baje más y más y fue cuando ya sin miedo toque su vagina, pequeña y fina y la encontré súper llena de jugos muy calientes y viscosos, estaba muy exitada. Fue cuando baje por completo ese short y encontré lo que ya imaginaba, un ponte de Venus con vellos negros finos muy tupidos y unos labios pequeños y finos. Ella seguía sin decir nada, tenía sus ojos cerrados y solo respiraba y se mordía los labios, mientras mis dedos se empezaban a mojar de ese lubricante que salía de su vagina. Para ese momento traía mi verga súper dura y escurriendo de líquido preseminal que ya mojaba mi pijama.