LOS REGALOS DEL VECINO primera parte
Descubrí el placer de tocarme.
LOS REGALOS DEL VECINO primera parte
¡Hola!
Me llamo Nicolás, pero todos me dicen Nico, tengo nueve años cumplidos.
Vivo con mi mamá, (nunca supe quien fue mi papá verdadero) Pero mamá trae a casa cada tanto, novios a los que me obliga a decirles “papá”.
No soy buen alumno y no tengo la mejor conducta, pero tampoco soy peor que los demás.
Me gusta ver caricaturas porno, dibujos, animaciones, me gustan más que los videos con gente real.
Descubrí el placer de tocarme, primero fue refregando mi pito contra las sábanas y después con mis manos…
También experimenté “sexo anal” aunque eso es mucho decir, en realidad vi un dibujito de un muñeco que era penetrado por un monstruo con tentáculos, así que probé metiéndome una zanahoria en el culo (Una muy finita) y me gustó más mi paja ese día.
Pero lo que les quiero contar, es que en la casa de al lado, vive “Paco” un hombre de unos cuarenta años con una barba candado y prolija, muy pulcro y educado.
Un día tocó el timbre de mi casa y le dijo a mi mamá que estaba acomodando su ático y allí habia un montón de cosas que debía tirar, pero como muchos eran juguetes, quería saber si mamá no se ofendía, si me los regalaba a mí.
Mamá no es que me desatienda del todo, pero entre su trabajo y sus novios, tiene poco tiempo para mí, pero ese día le dijo que encantada recibiría los regalos.
Las tres primeras cosas fueron: una bicicleta de esas con las que se pueden hacer pruebas, si bien estaba un poco oxidada, estaba completa, Un juego de armar piezas con tornillos y tuercas, todo de metal, en una gran caja que decía “mecano” traía distintos planos de como armar, desde una grúa, hasta un aeroplano.
Y también me obsequio otra caja, que contenía todos los elementos para hacer prácticas de química, incluido un microscopio, que, si bien era de juguete, era de muy buena calidad.
El vecino me enseñaba sobre el uso de cada cosa, me ayudó a poner la bicicleta en condiciones, incluso compró una cámara de cubierta que estaba podrida.
Con el mecano fabricamos juntos un tren (no quedó muy bien) y con el juego de química, me enseño algunos trucos inofensivos, sobre mezclas que cambiaban de colores o hacían espuma, vapor etc. En el uso del microscopio, me enseñó a utilizar las plaquetas, vimos uno de mis cabellos, me emocionó ver como estaba formado un simple pelo…ese día me dijo algo que recordaría más adelante “Se pueden ver cosas vivas también”
Mi mamá estaba contenta de mi nueva amistad, si bien al principio estaba atenta a nuestras conversaciones, con el pasar de las horas, dejó de prestarnos atención.
Cuando se iba de mi casa, le dijo a mi mamá:
“Tengo muchas cosas más, me gustaría que Nico eligiera, si no le voy a llenar su casa de porquerías”.
Ella le respondió que no tenía problemas, que arreglaríamos para otro día.
El otro día, fue un día que mi mamá trajo un novio nuevo, ella tiene 29 años y este muchacho no aparentaba más de 20 (Al final nos enteramos que tenía 18 nada más)
Mamá estaba nerviosa, ese día yo no tenía colegio, creo que era un fin de semana.
Ella recordó la propuesta del vecino, así que sin decirme nada se cruzó a su casa y le preguntó si estaba bien que yo fuera ahora, el vecino complacido le dijo que si de inmediato.
Mamá prácticamente me echó de mi casa…
La casa del vecino era muy confortable, limpia e iluminada, después de los saludos del caso, me invitó a tomar una achocolatada…
Al fin subimos al ático, yo entré primero, y lo que estaba más cerca, era una gran caja de cartón sin tapa, que tenía una muñeca de cara fea de hule, me detuve a mirarla…
“¿Sabes qué es eso?” me preguntó, como yo dije que no, me dijo que me explicaría, pero que no le debía contar a mi madre…me encantan los secretos así que estuve de acuerdo de inmediato.
Buscó un pequeño compresor y la muñeca estuvo inflada en segundos…era rara, como imperfecta, pero tenía tetas y una vagina con orificio, también tenía un agujero en su parte de atrás.
Curioso le pregunté para que servía, me empezó a explicar, que era para cuando los hombres no conseguían novias, esa muñeca las podía reemplazar, no me imaginaba como y se lo hice saber.
Me preguntó si habia visto alguna vez una mujer desnuda, y si, además de espiar un par de veces a mi mamá, a una compañerita en el cole y en fotografías…
“Bueno, por aquí es donde metes tu pinga” me dijo señalando la vagina plástica, “o por aquí” señalando el orificio del culo “o por aquí” dijo señalando su boca.
Yo ya tenía mi pequeña verga dura y me salió un: “¿Puedo probar?” el hombre se rió y me dijo “Claro, para eso está”
Saqué mi pito del pantalón, pero él me dijo que era mejor que me los quitara, dudé un poco, pero la curiosidad fue mayor.
“¿Y ahora qué?” le pregunté, él puso la muñeca boca arriba y ante mi sorpresa me tomó con dos dedos mi pitilin…y lo apoyo sobre la vagina artificial, “Ahora empuja” y mi pija entro…era como que me estuviera cogiendo una de las mujeres de mis caricaturas, no podía dejar de moverme, era mejor que hacerlo con la mano…
Me empecé a mover alocadamente, sentí una de sus manos apoyada en uno de mis cachetes del culo y con voz suave me dijo “Detente, deja esto para después”
La verdad me sentí frustrado, pero vi que traía un tubo en sus manos con mangueras y cables.
Probemos con esto, creo que te va a gustar más.
Preparo el tubo, lo enchufó, volvió a tocar mi pene, pero esta vez lo agarró con toda su mano y lo introdujo, el tubo tenía una especie de arandela gruesa de goma en su extremo donde encajaba perfectamente mi pene.
Enseguida lo encendió y comencé a sentir el vacío, también una extraña sensación en mis bolas.
“Esto es como cuando una mujer te chupa la chota” me explicó.
La sensación era por demás placentera, aumentaba el ritmo de succión y mi cabeza volaba de calentura.
Lo apagó sin avisarme. Solo dijo que limpiar ese aparato era un lio y me lo sacó, yo no sabía cómo decirle que estaba que no aguantaba más, que me diera la muñeca o el tubo, pero necesitaba acabar. (Creo que él lo sabía perfectamente)
Trajo una caja rectangular, muy paqueta, cuando la abrí tenía media docena de dildos de distintos tamaños y colores…lo miré como preguntándole porque me los mostraba.
Sacó el más fino y le paso un líquido en aerosol que venía con la caja, me empujó un poco para que quedara de espaldas y apoyo la punta fría del artefacto en mi culo…yo no reaccionaba, todo eso, para mí era como un mundo de fantasías…Pude sentir como de a poco el consolador entraba en mi culo, apenas un poco de molestia, nada de dolor, él era muy suave.
Al ver que disfrutaba mirándome, me animé a pedirle por favor para poder acabar.
“¡HA si, perdón! “No me había dado cuenta que estas caliente” me dijo mintiendo, me hiso señas que me acueste sobre el piso de madera del ático…me tomó mi pija con dos dedos y me comenzó a masturbar, yo cerré los ojos de placer y de pronto pude sentir otra vez un vacío en mi verga, pero esta vez no era el tubo, era su boca.
Sin dejar de chuparme, se fue corriendo como un gusano hasta que su bragueta quedo frene a mi cara.
Como yo no hacía nada, con su mano libre saco su pija afuera.
¡Era monstruosa! La cabeza de esa chota tenía un tamaño descomunal, no necesito decirme ni hacer más nada, me tenté a acariciarlo, a tocarle los huevos que parecían dos enormes duraznos, no tenía ni un pelo en toda su pelvis, lo que lo hacía a mi vista más grande aún.
Él chupaba y gemía, y buscaba meterme su chota en mi boca…
Finalmente la abrí y apenas si pudo meterme la cabeza, empecé a chupar, a hacerle vacío, como me hacía a mi…
Creo que sentir el sabor de sus líquidos preeyaculatorios me dieron vuelta…empecé a largar mi acabada en su boca…En ese momento me ahogué, era tanta la cantidad de semen que me estaba echando que no cabía en mi cavidad bucal, se me salía por los costados y hasta por mi nariz.
No voy a decir que no tragué nada, pero la mayor parte la escupí. Él en cambio se tomó todo lo mío, siguió lamiendo hasta dejarme el pito impecable.
Miró la hora y de inmediato se subió el pantalón, me dijo que había pasado mucho tiempo.
Busco más al fondo, habia un viejo proyector de películas súper 8 y una caja con varias cintas en sus cajas redondas de metal.
“Vamos a llevar esto, así tu mamá no sospechará nada”
Yo me sentía mareado, demasiadas experiencias en tan poco tiempo.
Fuimos a mi casa, él llevaba el proyector que era muy pesada.
Abrí con mis llaves, entramos y entre que poníamos las cosas sobre la mesa, prestamos atención a la voz de mi mamá que gritaba
“¡Metela más!”” ¿No tenes más para darme?” “Cógeme bebé”
Nos miramos y nos causó gracia, me dijo que iría a buscar la pantalla y regresaría de inmediato.
Yo, al quedarme solo, me aventuré a espiar…a pesar de tener la cama matrimonial para ellos solos, mamá estaba de pie, agachada con sus manos en el colchón y el joven se la metía desde atrás, moviéndose con movimientos violentos.
Ellos no me veían, porque estaban de espaldas, saqué mi celular y me puse a grabar, con zoom incluido.
Mi vecino me llamó, había traído el telón, que estaba en un tubo enrollado…me dijo que se tenía que ir, que, si yo podía, mañana fuera a visitarlo.
Mamá seguía gritando cosas obscenas, eso no me molestaba, pero de pronto fue el muchacho que empezó a vociferar:
“¡Dale vieja puta, chupame la pija!” ¡” Tragate mi leche pedazo de vejestorio!”” ¡Así, puta barata, así, chupa, chupá!”
Eso me puso muy molesto, arroje un florero de plástico al suelo y se hizo el silencio.
Mientras recogía los pedazos del suelo, salió mi madre y preguntó si había pasado algo, solo le dije que me tropecé trayendo las cosas, mostrándole el proyector y lo demás.
Ella no estaba segura si yo habia escuchado algo…fue a la pieza y en pocos minutos el muchacho se iba de la casa, no sin antes mirarme con odio.
Pusimos el proyector sobre una mesa ratona, el living era el único lugar donde se podría proyectar, tenía tierra en toda mi ropa del ático, así que me fui a bañar.
Antes de entrar al baño le dije:
“Mañana tengo que ir a buscar más cosas” ella parecía feliz…
CONTINUARÁ
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Alfredo Chapelco
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