LOS VIAJES EN EL CAMION
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Alejandrogustavo.
Hola amigos. Hemos formado un grupo en el que compartimos vivencias e historias y decidimos contar en este espacio lo que vivimos. Algunos somos jóvenes y otros no tanto pero todos somos mayores de edad y lo que contaremos aquí es lo que las vida nos dio, lo que nos tocó en suerte.
Uno de nosotros va a escribir lo que cada uno quiera contar y lo compartiremos aquí. Esperamos no aburrirlos
LOS VIAJES EN EL CAMIÓN O LA HISTORIA DE OMARCITO
Era el más chico del grupo de niños del barrio que se juntaban para los juegos comunes y corrientes. Tenía casi 9 años. Los otros tenían edades que oscilaban entre los 11 y los 13 años.
Como en todo grupo están los que saben más que otros y se convierten en guías de los menores. Tanto en lo bueno como en lo que no lo es.
La cuestión del sexo no estaba al margen. Claro que los que mas sabían se las ingeniaban para hacer uso de sus conocimientos abusándose de los que nada sabían.
En el caso de Omarcito comenzó a conocer cuando jugando, jugando, Armando uno de los mayores lo elegía como compañero de juegos cuando jugaban a las escondidas. Siempre el mayor quedaba a las espaldas del otro cuando debían ocultarse para que no los encontrasen los otros. El otro, como al descuido, apoyaba sus manos sobre los cachetes del otro o directamente se montaba sobre él con la excusa de que así no los verían. Para Omarcito eso se convirtió en una necesidad y de a poco fue buscando que los hechos se repitieran.
Los manoseos y “apoyaditas” se volvieron moneda corriente entre los dos y estaban presentes en todos sus juegos.
Un verano a la hora de la siesta los invitó a bañarse en el viejo molino el hombre que los entrenaba en un equipo de cebollitas, el Grillo lo llamaban, y como la mayoría no tenía pantalón de baño se metían al agua desnudos. Omarcito se dio cuenta que Armando tenía un pene bastante notable y con algunos pelitos en su base y que el entrenador tenía uno mucho más grande y con muchos más pelos. Ese día el Grillo inicio unas tocaditas en las colas desnudas que modificaría la conducta posterior de los chicos.
Al siguiente domingo Omarcito y Armando fueron los dos únicos del equipo que no fueron a jugar al futbol porque sus padres no les dieron permiso.
Igual se encontraron a la hora de la siesta en el campito cercano donde siempre jugaban o se metían a la laguna.
Hacía calor y se desnudaron para meterse en el agua. Nadaron un rato y luego salieron para tenderse desnudos al sol. En algún momento volvió la tocadita y la apoyadita que al estar desnudos les motivo a jugar de otra manera.
Omarcito quedó tendido boca abajo sobre el pasto y Armando montado sobre él comenzó a pasarle el pene entre las nalgas. Omarcito notó la dureza del miembro del otro y la humedad resbaladiza que le producía un cosquilleo que lo relajó hasta que sintió un dolor agudo en su ano producido por el pene del amigo que entraba en su cuerpo. Sorprendidos los dos se quedaron muy quietos hasta que el mayor comenzó un meneo constante que hacia deslizar el miembro hacia adentro y hacia afuero del recto del más chico. El dolor inicial desapareció y a ambos les resultó placentero el largo tiempo que pasaron unidos así esa tarde.
Lo de esa tarde se repitió cada vez más seguido y fue secreto hasta que los descubrió el entrenador en pleno acto. El también pretendió participar pero como no pudo penetrarlo al más chico por el tamaño de su miembro, le enseñó a que lo felara.
Cuando Omarcito cumplió los 10 años, sus padres murieron en un accidente y debió irse a vivir con un hermano mayor y su cuñada.
Lo grave es que a Omarcito le gustaba sobremanera lo que hacia con sus amigos y en su nuevo círculo de relaciones buscó de repetirlo. Lo consiguió pero hubo algún celoso que se lo hizo saber al hermano y este lo echó de casa cuando lo pescó infraganti mientras era sodomizado por varios chicos propinándole una fuerte golpiza. Enterada su hermana casada fue a casa donde estaba el niño, discutió con el hermano y se lo llevó con ella
Allí comienza otra parte de la historia de Omarcito.
Su cuñado Willy comenzó a llevarlo con él en sus viajes de camionero por el país. Uno de esos viajes los llevó hacia el sur y demorarían varios días en hacer el recorrido. Pasando por una provincia intermedia les encargaron transportar un costoso regalo de casamiento y para asegurar su llegada sin tropiezos a destino, Willy decidió ponerlo sobre la cama cucheta que ocupaba Omarcito, decisión que los obligaría a que durmieran juntos por las noches en la cucheta superior.
La ocasión hace al ladrón, según el dicho.
Todas las emociones y sensaciones vivió al sentir que por la proximidad de los cuerpos, por momentos el peludo cuerpo adulto lo rozaba. La primera noche Omarcito sintió que al cuñado se le erectaba el miembro cuando al moverse dormido quedaron en posición de cucharita y el chico sintió sobre sus nalgas la dura presión del pene duro. No hizo nada, tampoco ningún comentario y a la noche siguiente cuando todo volvió a repetirse, se percató primero que el hombre dormía para luego deslizar una mano hasta la dureza y palparla por sobre el calzoncillo.
Estuvo investigando la mano curiosa hasta que encontró la bragueta sin botones y por allí se metió. Descubrió cómo sacarla de su brutal encierro y la invitó a salir. Lo logró no sin esfuerzo y la dejó allí. Sentía la boca seca y que su corazón latía a cien mil por hora. Comprobó que Willy dormía y volvió a acariciar la portentosa herramienta del cuñado. Hacía ya bastante tiempo que no sentía la suave caricia de un glande húmedo entre sus glúteos buscando la puerta de su entrada posterior para alcanzar el placer anhelado.
La excitación creció de tal manera que perdió el control de sus actos. Decidió intentar al menos una caricia entre sus glúteos, sentirlo por un momento y, con suavidad, se bajó el calzoncillo a media pierna, luego buscó la verga dura y la guió hasta el agujerito de su upite. La dejó apoyada en el orificio del ano y descansó del esfuerzo.
Inició un lento meneo tratando de que el duro miembro se deslizara entra sus nalgas tensas. Al estar seco el glande y su rayita no conseguia hacerlo jugar entre las nalgas. Se escupió la mano y mojó luego la rayita y la gorda cabeza del miembro y entonces sintió otra vez el placer conocido.
Estaba excitado al máximo y sin medir las consecuencias, a pesar de sentir el tamaño enorme hasta ahora no conocido, ubico el glande baboso en la puerta del ano y comenzó a presionar sobre él, reculando. Al comienzo el pene resbalaba, se corría hacia abajo y se metía entre sus piernas o hacia arriba.
Otra vez escupió sobre su mano. Untó mas saliva en la zona y volvió a presionar hasta lograr que el ancho y gordo glande comenzase a entrar. No pudo evitar emitir un quejido cuando la gorda cabeza del pene de Willy abrió su esfínter, entró de golpe y se alojó completa en su recto abriendo en extremo el esfínter. Un dolor agudo lo sacudió
Se quedó quieto al escuchar al hombre preguntar
-¿Qué pasa? Omarcito, ¿estás bien?
Con temor a la reacción contestó
-Si, Willy. Estoy bien
-Me pareció oír que te quejabas. ¿Estabas soñando?
-No sé. Me parece que sí…
-Seguro era una pesadilla. Quedate tranquilo, no pasa nada.
En ese momento un trueno muy fuerte les hizo conocer que comenzaba a llover. Omarcito tenía miedo a las tormentas e instintivamente se pegó más al cuerpo del cuñado provocando que el grueso y duro miembro entrara varios centímetros más por su recto. Sintió la intrusión violenta y no pudo contener un gemido.
Poco a poco Omarcito se relajó creyendo que el hombre dormía. Era indescriptible el placer que le producía la tibieza y suavidad de la otra piel y los pelos en contacto sobre sus glúteos. Más de la mitad del pene adulto estaba alojado en su interior.
El chico, convencido que el hombre dormía inició un suave meneo que detuvo cuando Willy se movió volviéndose hacia su lado, cubriéndolo a medias con su cuerpo. Este movimiento y un leve impulso de la pelvis hacia adelante produjo la penetración total y un dolor agudo que por poco lo hace gritar
El cuñado, que desde el primer momento se percató de lo que ocurría, palpó las nalgas de Omarcito hasta tocar el orificio por donde se acoplaban
-¿Qué haces, Omar? Te estás comiendo mi poronga por el upite, boludo…
Omarcito comenzó a llorar asustado por lo que parecía el enojo del hombre, recordando la golpiza que le diera el hermano
-No se enoje, Willy –rogó
-Como no me voy a enojar. Te metiste toda la chota en el upite, nene. No te das cuenta que te voy a romper el potito, la tengo muy grande para vos…
A todo esto el hombre no sacaba el miembro del estrecho ano y se acomodaba poniendo el cuerpo en mejor posición.
-Quedate tranquilo. Relajate y poné flojito el culito así te la puedo sacar sin que te duela. Me voy a mover un poquito para que te puedas aflojar y vos hacé fuerza como para tirarte un pedito para que vaya saliendo.
El cuñado inicio un suave meneo y Omarcito hizo lo que le pedia pero al hacer fuerza el hombre introdujo todo el miembro hasta el tope.
-Esperá un poquito, papito. Me voy a sacar el calzoncillo para que no se me vaya a ensuciar y así después te la saco.
Se abrió el botón de la pretina del calzoncillo y lo deslizó hacia sus pies. Al sentir el contacto de los pelos pubianos sobre sus nalgas y el calor de la otra piel, Omarcito se excito y pudo relajar el esfínter del ano.
El cuñado se quedó quieto y le hablaba para tranquilizarlo. Al rato reinició un suave meneo a la vez que subia una de las piernas de Omarcito sobre las peludas piernas suyas. Tomó una de las manos del chico y la llevó entre las piernas orientándolo para que tocase como se producía la cópula .
_ Sos loco, nene. Sentí que pedazo de chota te metiste por el culito. ¿Ya te han metido una así?
-No Willy. Tan grandota, no
-Tenes el culito todavía muy apretado. Voy a culearte un poquito así te relajás y te la puedo sacar.
El hombre se meneaba con suavidad en un mete y saca que sin embargo era profundo. En un momento determinado se montó sobre Omarcito a la vez que con sus piernas separaba las del chico para, ahora si, cogerlo con fuerza sin escuchar el pedido de
-Nada más, Willy, nada más. Me duele mucho
Siguió hasta que comenzó a eyacular intensamente en el interior del ano taladrado
Sigo en la próxima si es que les gustó hasta aqui
No me excita la lectura de esta página claro no me gusta no el sado ni la zoofilia
Perdón no quiero que se mal intérprete Arriba decia ¿quieres salir? Y yo escribi que no que me exita la lectura de estas paginas
Los viajes en el camión
esta bueno el relato, pero lástima que la parte del sexo sea tan poco descripta