Lucy y sus primitos.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por luciadelarosa.
Mi nombre es “Lucy” y me encanta el exhibicionismo.
Soy bajita de estatura, tez blanca, cabello negro, ojos color café, un rostro angelical con pequitas en mis mejillas.
No tengo mucho busto pero si unas piernas bien formadas y unas nalgas muy bonitas (me gustan) son grandes y regordetas (pero bien formaditas).
Soy la típica mujer que piropean en la calle.
Me gusta que me chiflen cuando me ven las pompis.
También me da mucho morbo y excitación cuando en el camión urbano intentan todo por rosar mis nalgas.
Usar pantalones ajustados, lycras, minifaldas y tops sin bra (lucir mi cuerpo).
Me encanta esa sensación.
Gracias a esto tengo muchas historias que compartirles.
Un lunes en la tarde, después de exposiciones en la UNI, me encontré con la sorpresa de que mis primitos estaban de visita.
Ese día llevaba un pantalón de vestir color blanco, muy ajustado (como me gusta usarlos).
Se acomodaban perfectamente a mis pompis pues tenía unas bolsitas en cada una de mis nalgas (eso lo hacía más llamativo), parecían estampas que resaltaba las curvas sobre la suave tela blanca.
La blusa que llevaba puesta era de color negro con un pequeño escote , hacia juego con el brasier de encajes.
Mis lentes negros con mi colita de caballo completaban mi atuendo.
En la cochera jugaba mi Papá, mi primito Carlitos de 12 años, y su hermanito Yeyo de 14.
Al momento de verme corrieron directo a abrazarme.
-Lucy, tus primitos llegaron en la mañana -decía mi papá -Tu tía salió de urgencia y tienes que cuidarlos.
-¡HOLA! … Primitos-.
El más pequeño estaba abrazado a mi cintura.
El grandecito se colgó de mi cuello y me dio un beso en la mejilla diciendo “Lucy, eres la mejor prima” y después me soltó.
Papá se despidió dando indicaciones mientras yo seguía entretenida con Carlitos que estaba colgado de mi como un Koala.
Escuché a Yeyo a mis espaldas, hacia burla a Carlitos, me giré a verlo y vi que en sus manos atendía su celular como si nos estuviera gravando pero pensé que era mi imaginación.
Volví a atender a mi papá quien se fue finalmente.
.
-Anda, Carlitos.
Tenemos que entrar-.
Dije intentando con su peso en mi pierna.
-No, por favor.
Primita llévame a la puerta ¿sí?-.
El niño me dio un besito sobre la pierna y comenzó a bajar sus manitas de mi cintura hasta meterlas en los bolsillos del pantalón.
-Anda pues… vamos, niño- Dije.
Llegué a la puerta – Ya llegamos, chiflado.
-¡No, no soy chiflado Lucy!- Y ahí, al mismo tiempo que soltó el remilgo Sacudió en lados opuestos las bolsas de mi pantalón, mis nalgas se sacudieron unas seis veces y se soltó.
-No eres chiflado- Dije para contentarlo.
Los invité a pasar a la cocina.
.
-¡No, Lucy .
No tenemos hambre! – Contestó desde el sillón de la sala Yeyo mientras jugaba con su celular y decidieron salir a jugar al pequeño patio.
Me dirigí a mi recamara.
Me puse a acomodar mi ropa en el closet y guardé mis lentes.
Me di cuenta que faltaban algunas tangas.
Busque en casi toda la recamara.
Escuché algunos ruidos en la ventana que da al patio.
Eran mis primitos jugando y salí para ver si ya querían comer algo.
Estaban sentados debajo la ventana jugando con el celular de Yeyo.
Pregunté si algo se les ofrecía pero no me hicieron mucho caso por estar con el aparato .
“Ver la tele, prima” dijo Carlitos mientras se ponía de pie y sacudía su short.
La pantalla grande y la cama en la recamara de mis papás es el lugar preferido para mis primitos así que les dije “vamos”.
Carlitos se notaba inquieto, llegó directo a brincar sobre la cama, Yeyo se sentó en la orilla más cerca del televisor.
-¿Qué canal gustan ver niños?- Pregunté mientras me ponía en cuclillas, dándoles la espalda.
-Caricaturas- Respondieron a la par.
-Ok.
Como manden los niños- Dije.
Al estar en cuclillas mi pantalón de vestir bajó tantito, sentía el nacimiento de mis pompis blancas y regordetas asomarse.
Así que solo estire mi mano para taparme y con la otra cambiaba el televisor.
-¡NO, Carlos ¡ Ya estate quieto- Decía Yeyo.
Yo seguía concentrada buscando caricaturas y tapándome el nacimiento de mis nalgas.
-¡Bingo!- Grité y dije después – encontramos la caricaturaaaaa…!Ay! – Carlitos me interrumpió gritando a mis espaldas “¡Buuuuuuu!… ¡Perdiste prima!” El niñito metió uno de sus deditos al nacimiento de mis nalgas.
Me quedé petrificada, tardé un tiempo en reaccionar, no sabía qué hacer.
-¡Perdiste, Lucy! – Gritaba su hermano mayor, yo solo giré a ver a Carlitos para llamar la atención pero el niño intentaba meter su manita entre la tanga , mis nalgas y mi mano.
-Carlos ¿Qué pasa contigo?- Le grité más sorprendida que enojada y el niño se fue corriendo para la cama.
-Perdiste, prima- Decía el niño con un rostro que me provoco ternura -Así jugamos en la escuela cuando a alguien se le ve la rayita.
Yo estaba con las manos en mi cintura y mi cara de asombro.
Confieso que Carlitos no mostraba malicia alguna, se notaba la inocencia en su rostro.
No lo regañé y solo me fui.
Aún podía escuchar las risas de Yeyo y de Carlitos hasta mi recamara.
Me pregunté ¿Inocencia o malicia? No sabía que pensar.
Confieso que despertó el morbo en mí.
Sentir su manita en mis nalgas, intentando meterse entre mis grandes nalgas… Pensé y solté unas carcajadas ¿Podría ser capaz Carlitos? ¿Saber que todo esto está mal? ¿Tengo que reprenderlo?.
Pero era algo sin cuidado, son cosas infantiles, juegos sucios pero al fin son juegos de niños.
Quería que ese niño siguiera jugando así.
Pero tendría que seguir siendo un juego, que no pasara nada más que jugar ¿Pero Yeyo estaría dispuesto a seguir el juego? Su risa lo delató, era participe o el que planeo la travesura de su hermanito.
Ese celular , Yeyo Siempre anda detrás de mis hermanas, de mamá , de su mamá , de todas las mujeres de la casa : nos grababa las nalgas.
Desde hace unos años me ve las pompis , le gusta abrazarme y pasarme la mano por los pechos o agarrarme con sus manos por la cintura o las nalgas….
Los descubrí.
Así que me paré frente al espejo, mi pantalón estaba perfecto.
Me di vuelta me veía muy bien…”súper nalgona”.
Subí un poco más mi pantalón para que se metiera entre mis pompis, parecía un spandex.
Me acomode mi tanga blanca, me incline tantito y mis pompis regordetas se asomaban.
Hice una sentadilla dando la espalda a mi espejo.
Mis pompis se veían a punto de reventar ese pantalón.
El triangulito la tanga se asomaba junto con el inicio mis nalgas.
Me volví a incorporar y subí el pantalón, lo ajuste bien, acomode mi tanga.
Quité mi brasier, acomodé la blusa para poder lucir en lo más posible el escote, mis pezones estaban levantados y marcaba su contorno en la blusa negra.
“Lista para jugar”.
Entre a la recamara despacio, vi a Carlitos boca abajo viendo el televisor.
Yeyo sentadito al lado de Carlitos.
-Hola, primitos- Dije mientras me ponía entre el televisor y ellos.
-No dejas ver- Decía el más pequeñito y el otro solo me veía sin decir palabra alguna.
-¿Quieren jugar? Después dirán que se aburren conmigo- Les dije con mis manos en la cintura.
Carlitos respondió que sí, se levantó sobre la cama con sus shorts azules y su playerita del mismo color.
Yeyo solo asintió ya de pie junto a la cama.
Los invité a seguirme para ir a dónde estaban los juegos de meza.
Ellos seguían detrás de mí riendo y diciendo cosas en secreto.
Planeaban algo.
Los juegos son guardados debajo de mi cama que forma junto con el closet un pequeño pasillito.
Pasé primero, después Carlitos seguido por Yeyo quien quedó a la entrada del pasillito.
-Ayúdame, Carlitos- Lo hinqué y quedó a la altura de mi muslo.
Le di la espalda, me incliné dejando rectas mis piernas.
Pude ver de reojo la carita de Carlitos quedó a unos centímetros, perfectamente centrado frente a mis nalgas.
Yeyo tenía una cara de asombro que me causó risa.
Me puse en cuatro, el pantalón se bajaba y el nacimiento de mis pompis se sentía saludar ya a los niños.
– Este juego está bien, pero tengo este otro- Decía con mi cabeza debajo de la cama cuando sentí como la manita se perdía entre mis nalgas, el niño casi bajaba todo el pantalón.
-¡Buuu! Lucy ¡Ya te tengo! Perdiste, Lucy- Mientras su manita escarbaba entre la tanga y mis nalgas.
-No.
No, Carlitos- Yo movía mis pompis de lado a lado pero no le retiraba su manita.
Sus deditos movían el hilo de mi tanga y acariciaban el inicio de mi ano.
-Ya Carlos te ayudó mucho Lucy- Dijó Yeyo mientras lo estiraba.
La pequeña mano salía de entre mis nalgas.
-Sí, Yeyo.
Ayúdame tú-.
Me puse de rodillas y subí mi pantalón todo lo que pude.
Su hermanito casi me tenía las pompis de fuera.
En eso me di cuenta que la blusa permitía que se viera la mitad de mi pecho y el inicio de mi pezón.
Seguí hablando con ellos que dejaron de pelear para ver mi a la altura de mi blusa.
-Ahora me ayuda él- Señalé a Yeyo y sin dejar de estar hincada le di la espalda para ponerme en cuatro y ver debajo de la cama.
Me sentía muy mojadita.
– Mira, también está este juego, pero me gusta más este otro – Sacaba las cajas con una mano, mi cabeza debajo de la cama, al tiempo movía las nalgas de lado a lado, el pantalón bajaba y mis pompis asomándose de nuevo.
De repente sentí la respiración de Yeyo, miré de reojo, se perdía detrás de mí.
Carlitos seguía concentrado parado frente al closeth, al lado de su hermano que estaba hincado y pasando, sin tocar mis regordetas pompis, su nariz.
– Yeyo, parece que ya no encontré más juegos de meza ¿Dime cuál quie…-.
-¡Buuuu! Lucy , perdiste.
Casi me pego en la cabeza con la cama.
Yeyo bajó mi pantalón dejando mis pompis al aire, metió casi toda su manita y un poco de su ante brazo entre mis nalgas .
–Perdiste Lucy ¡Buuuu!- Y el mocoso ese empujaba su manita, los deditos movían toda mi tanga de lado a lado .
-¡Ay¡ Yeyo- Grité carcajeándome, me sentía más mojada.
Con una mano el niño apretaba una de mis nalgas.
Su hermanito tenía una cara de emoción pero Yeyo alcanzó a meter un dedito en mi culo.
– ¡No, Yeyo! Ya perdí-.
Yo tenía miedo de que mi deseo y mi morbo saliera de control.
Le quité la mano y comenzé a salir con dificultad de debajo de la cama sin dejar de reír.
Me paré sin subir mi pantalón ni acomodar mi tanga.
Yeyo hincado sin decir nada me veía.
Carlitos detrás de él solo se reía a carcajadas.
Mi pezón estaba ya fuera de la blusa, mi pecho era el causante de aquella reacción.
Me hice la desentendida y poco a poco me acomodé la blusa.
Me acomodé la tanga sin dejar de verlos mientras reían.
Quería que me tocaran mis primitos, que me manosearan las nalgas pero ya era suficiente, tenía que deshacerme de ellos para correr al baño acariciarme hasta mojarme hasta venirme toda.
-Bueno.
Ya escojan un juego- Dije.
-¡Agarrala, Yeyo ! Gritó Carlitos- Quien se abalanzó sonriendo para tirarme a la cama- ¡Hazle BU! ¡ Se le ve la raya!.
Yo fingía luchar contra el niño, girando en la cama mientras me sujetaba por las manos, su hermanito mayor bajaba mi pantalón entre apretones y metidas bruscas de sus manitas entre mis nalgas.
El pantalón quedó en mis muslos y me quedé boca abajo fingiendo que Carlitos me tenia sometida, Yeyo comenzó a darme nalgadas fuertes con una mano y la otra la pasaba de ariba abajo entre mis pompis gritando ¡Buuuu! .
En eso Carlitos me soltó y se sentó en mi espalda baja, la excitación termino venciéndome.
– No, Primitos.
No-.
Dije mientras movía las nalgas de lado a lado, las hacia brincar, las sacudía.
Los niños seguían diciendo “Bu”.
Las manitas me nalgueaban, se metían entre mis nalgas.
Sentí como las abrían y una pequeña mano estiraba el hilo muy fuerte y lo dejaba volver haciendo que chocara en mi ano.
La tanga entraba y salía de mi vagina.
Se detuvieron un momento sin dejar de carcajearse y seguir gritando.
Sentí mi culo expuesto, dos manitas aún abrían mis nalgas.
Ya era suficiente pensé y comencé a moverme para ponerme de pie y terminar el juego pero el niñito se pescó de mis nalgas como si siempre las deseara y su carita cabía casi toda entre mis pompis.
Sentía la tanga toda mojada por su saliva y mi vagina que estaba humedecida.
Su hermano me daba nalgadas con una mano y con la otra apretaba de una manera agresiva.
-Ay, no puedo respirar.
Casi quepo todo entre tus pompis, Lucy.
Sabe rico-.
Dijó el pequeñito sin dejar de abrir mis nalgas permitiendo sentir el aire en el culo.
-Ya , niños-.
Dije.
Me giré rápido, subí mi pantalón, sentía mi tanga toda de lado.
Carlitos quería seguir jugando y brincaba en la cama rogando que jugáramos.
Yeyo rogaba ya de pie parado al lado de la cama.
Yo reía.
Me paré ya con mis pantalones en su lugar.
Los pechos estaban de fuera entre tanto movimiento sobre ellos.
No me acomodé nada dejando que los niños se deleitaran la vista ahora con mis pechos.
Yeyo brincó sobre la cama suplicando junto con su hermano por seguir jugando.
-Bueno.
Ahora jugaremos a Lucy dice-.
Juró Que tenia intención de mandarlos fuera de mi recamara para meterme al baño para poder terminar lo que mis primitos iniciaron.
Pero no lo hice.
-Lucy dice que le quiten la blusa.
Carlitos y Yeyo corrieron hacia a mí.
Eran muy bruscos, me jaloneaban la blusa con fuerza hasta que me la arrancaron.
Mis pechos quedaron a su disposición.
Yeyo los tocaba y los chupaba .
Carlitos estiraba mis pezones con morbo y curiosidad.
Eso llamo mucho mi atención, Carlitos seria el indicado, me gustaba que fuera tosco y morboso.
-Lucy dice alto-.
Dejaron de lamer mis pechos.
-Ahora.
emmm .
que Carlitos le baje los pantalones.
El niño se hincó frente de mi.
Y bajo mi pantalón con desesperación.
El niño se quedó solo mirando mi vagina que tenia metida la tanga.
Me encontraba ya escurriendo, muy excitada.
Yeyo tenía una sonrisa enferma , sus ojos pasaban por mis pechos y vagina.
Me dí la vuelta.
Los niños tenían más fascinación por mi culo así que eso les daría.
–Están bien grandes Lucy- Dijo el pequeñito.
-¿Están feas por que están grandes?- Les pregunté.
-No, no.
Parecen como un durazno grande, Lucy-.
Casi gritó Yeyo.
-No sé-.
Dije mientras las meneaban mis nalgas.
Me apoyé sobre mis rodillas.
–Creo que están muy grandes-.
Las movía y los niños sonreían emocionados.
Carlitos y Yeyo me daban nalgadas fuertes, me acariciaban y apretaban sin ningún cuidado.
-Lucy dice que Carlitos quite el calzoncito-.
-Sí ¿Pero te puedo hacer “bu”?- Preguntó.
-Pero haces como yo te diga.
Ok- Le dije.
-¿Y yo? El Carlos ya hizo mucho- Dijo Yeyo con un tono mal humorado.
-Ahorita vamos a jugar tú y yo- Respondí cerrándole el ojo – Lucy dice que Yeyo se pare sobre la cama-.
Me giré para estar a la par de Yeyo.
No era muy alto.
Me tenia de frente solo con una tanga.
Ordené a Carlos que me terminara de quitarme el pantalón, y los tacones y se quedara atrás de mí frente a mis nalgas.
-Es que yo quiero hacerte “Bu” Lucy- Me dijo Yeyo molesto.
-Espera, Yeyo-.
En eso sentí los labios de Carlitos en mis nalgas -¿Carlitos qué haces?.
-Disculpa Lucy- Y dejó de besarme las nalgas.
-Lucy dice que le quites los calzones-.
Le dije.
Carlitos no esperó más indicación, metía toda una manita y con la otra agarra una de mis nalgas.
Me bajo la tanga rápido.
Sentí como se desprendía el hilito de la tanga de mi culo.
Yo me animé, le dí un beso de piquito a Yeyo quien se quedo callado con los ojos abiertos y al tiempo con mi mano comenzé a tocarle el bpequeño bultito que se le había formado.
Se sentía un pene pequeño pero muy erecto.
-Ya prima , ya-.
Gritaba Carlitos esperando indicaciones.
– Yeyo ¿Las quieres tocar?- Le dije sin dejar de acariciar su aquetito.
El niño tocaba mis pechos desesperadamente, me pellizcaba mis pezón y los estiraba de lado a lado .
-Carlitos hazme “Bu”-.
Con una manita el pequeño intentaba abrir mis nalgas y la otra la metía junto con la mitad de su ante brazo intentando llegar a mi culito.
Comenzaba a meterme sus deditos ya sin gritar “Bu”.
Comenzó a lamer mis pompis regordetas, me mordía las nalgas.
Yeyo seguía chupando mis bubis y yo bajé una de mis manos y comencé a masajearme la vagina que estaba completamente mojada.
Bajé el short azul de Yeyo y le subí la camiseta un poco arriba de su ombligo y le ordené que la sujetara.
Saqué su pene pequeño, como de unos 13 centímetros, pero estaba erecto y muy grueso.
-Carlitos, primito, mete más deditos-.
Le ordené al niño quien metió bruscamente cuatro de sus deditos en mi culo.
Me sacó solo un gritito.
No dejé de apretar despacio el pene de Yeyo.
Comencé a masturbarlo y a gran velocidad.
El niño no soltaba su playerita y mantenía las piernas rectas.
Lo besé, comencé a meter mi lengua en su boquita.
Me despegue de sus labios , dejé de masturbarlo rápido.
Dirigí mi boca al pene de mi primito.
Metí mis dedos a la vagina.
Le temblaban las piernitas a mi primito.
Su hermanito metía y sacaba dedos de mi culo, daba nalgadas muy fuertes, mordidas, sacaba sus dedos y con sus dos manos me abría las nalgas de lado a lado para meter su carita y pasar su lengua por mi culo.
No dejé de mamar el pene de Yeyo, le daba pequeñas moraditas y lo paseaba por toda mi boca sin sacarlo.
Estaba punto de tener un orgasmo, lo sentía llegar.
En eso Carlitos metió toda su manita en mi culo, sentí el puño que me sacó un suspiro y un gemido extendido.
Comencé a mamar frenéticamente el pene de Yeyo.
Sentía como escurría mi vagina, un orgasmo genial.
Voy a hacer pipi , Lucy – Gritaba Yeyo – Voy hacer pipi-.
Pero me aventó en la boca una gran cantidad se semen, nunca avía tenido tanto semen en toda mi boca.
Carlitos seguía bombeando su manita dentro de mí y yo me sacudía, movía las nalgas de un lado a otro y me sacudía el clítoris con mis dos dedos.
-Ya, lucy-.
No lo dejé.
Me trague su semen y seguía mamando su pene.
El niño comenzó a orinar en mi boca y esto me excitó más.
Carlitos metia y sacaba su mano de mi ano y yo escuchaba los ruidos del aire que se mete.
Ya no podía más.
La orina de Yeyo se desbordó por mi boca.
Me volví a venir soltando un chorro sobre el piso.
El grandecito terminó acostadito en la cama.
Carlitos seguía bombeándome el culo con su pequeño puño .
Y o quede empinada en la cama a plena disposición de Carlitos.
-Ya no juego Carlitos,ya no-.
Pero el pequeñito seguía metiendo y sacando su manita.
-Me gusta-.
Dijó soltando una risita.
Ven, acuéstate-.
Vamos a jugar.
Se recostó sobre la cama boca arriba.
-¿Te gustan mis Pompis Carlitos? ¿Te gusta chuparlas, besarlas, morderlas y hacerles “Bu”?
-.
-Sí, Lucy.
Me gustan tus pomponas- Respondió el pequeño pataleando acostado.
-Bueno.
Ahora son todas tuyas- Y me puse en posición de 69.
Mis nalgas abiertas en su carita.
Me vi en el espejo del peinador.
Su carita se perdía entre mis nalgas.
No tenía cabeza el pobre niñito.
Veía sus manitas manoseando mis pompis.
Mis nalgas se veían descomunales a proporción de sus manitas.
Me metía los dedos en el culo, me lamia la vagina y yo me sentada en su carita.
-Carlitos- Dije sorprendida y toque su pequeñito bultito con mis dedos.
Él solo cruzaba las piernas.
-Te voy a dar un besito- Bajé el short azul y vi asomarse un pene del mismo tamaño del de su hermano mayor.
Me lo metí a la boca.
Carlitos gritó pero yo me sentaba en su carita para callarlo.
Después se puso a lamer mi culo y darme nalgadas.
Yo succionaba fuerte y despacio, jugaba su pene en mi boca y en mi lengua .
El niño me metía dedos en el culo y metió su manita en mi vagina y la metía y sacaba rápido ya quería venirme y mojarle toda la carita.
Sentí el orgasmo llegar .
La manita de Carlitos dentro de mi vagina provocó algunos sonidos.
Su lengua jugando con sus dedos en mi culo ; me vine.
Me mojé y Carlitos dejo salir semen a mi boca.
Me quede recostada en sus piernitas, sobre su cuerpo.
El niño ya no hizo movimientos y solo reía.
-Listo.
Vámonos a cambiar y comer pizza-.
Me levante y comencé a buscar mi ropa.
Ellos se levantaron muy rápido, tenían muchas energías pues enseguida se vistieron.
-Sí, pizza- Dijo Yeyo quien pasó a mi lado.
Yo estaba buscando unos pants o pantalón en la cajonera cuando sentí que me dio una nalgada.
Giré a verlo y con una sonrisa.
El se disculpó, se acercó despacio a mis nalgas y me dio un besito.
Le dije que me esperara en la cocina.
Terminé de vestirme, me puse un pantalón de mezclilla, un bóxer cachetero de color negro y una blusa del mismo color.
Fui a ver a los niños en la cocina.
Los lavé y comimos.
-Vamos, tenemos que alistarnos porque ya no tardan en llegar sus tíos y su mamá- Les dijé a los niños quienes recogían la mesa.
-Yo me quiero quedar contigo, Lucy.
-Yo también prima.
Tu eres la mejor prima de todo el mundo- Dijo el mayor.
-Bueno pues entonces quiero mis chones que me robaron-.
Les dije.
-Yeyo los tiene escondidos en la mochila-.
Dijo el pequeñito.
-Los tomaré después, ok.
Ahora recuerden que si dicen lo del juego a los grandes ya no podremos jugar.
También me gusta que me tomes fotos con tu celular Yeyo.
– Los niños comenzaron a reír junto conmigo.
,-Ok.
Lo prometo- respondió Yeyo- Gracias primita.
Te quiero .
Me gusta mucho tu culote.
-¿Qué?-Me quedé sorprendida y riendo ¿Inocentes?.
Ajam .
Luciadelarosa.
uffffff me dejaste super caliente nada mas de imaginar esa escena, me paso con una tia eso y pfff super hot
Hola Lucy me gustaría saber si has publicado mas relatos de como continua la historia con tus primitos.
Por favor necesito mas de esos relatos