Luisina, mi nieta precoz III
Es cierto, con tan corta edad ya es toda una adelantada en lo referente al sexo, y trajo a su amiguita a dormir a casa.
Luisina, 9 añitos y toda una adelantada en lo referente al sexo, ya no es virgen ni de la cola siquiera. Tres o cuatro días a la semana viene a dormir a mi casa, con su abuelo, quien la hace feliz y sentir como si fuera una señorita, y a su corta edad ya tiene visos de querer ser una muy buena niña en la cama, y no solo eso, les contaré que ayer, viernes, trajo a una amiguita de la escuela a pasar el fin de semana a casa, ya que según ella se aburría. La verdad no es esa, es que viendo una peli porno, vio como un negro pijudo se cojía a dos pequeñas colegialas, y se le plantó esa fantasía, quiere que yo las atienda sexualmente a ella y a su amiguita.
Obviamente cuando me propuso traer una amiga para pasar el fin de semana, no sospeché al principio como venía la mano. Pero fue genial por eso me atrevo a contárselos con lujo de detalles. Llegó este viernes y como cada fin de semana que sus padres se van por el trabajo, ella se queda en casa, lo que aprovechamos a pleno, tenemos sexo en la cocina, en la pileta, en la bañadera, en todos lados, me exprime al máximo. Tanto que para seguirle el ritmo he tenido que ver a un medico amigo que me recetó unas pastillas que me ponen la verga a mil durante tres o cuatro horas, y eso es lo que mas le ha gustado a mi nieta. Se ha convertido en una ninfómana de mi poronga. Bueno, sigamos, al venir hacia el auto, veo que Luisina viene acompañada por otra niña, un poco mas alta que ella, eso si tan bonita como mi nieta, pero con un cuerpo un poco más desarrollado. Luego me entero que tenía 11 años, de ahí la diferencia. Muy bien plantada, hermosos pechos, un culito prometedor y una hermosa boca de dientes perfectos. Pura sonrisa. Su nombre es Carla. Y como todas las descendientes de sangre negra, tienen ese cuerpo tan especial, con un caminar candencioso, moviendo las caderas, y sus tetas rebotando al no tener sostén. Al llegar al auto Luisina me la presenta y me pide permiso para que Carla se quede en casa hasta el domingo en la noche, que es cuando sus padres volverán a la ciudad. Obviamente no puse objeción, por mi nieta cualquier cosa. No sé por qué pero al ver como me miraba esta chiquilla, sospeché que mi nieta algo habría contado, o prometido. Demasiada sonrisa cómplice entre las dos.
Tomamos la carretera a casa y se me ocurrió que esa noche podríamos cenar sandwiches de miga y cerveza, total al otro día no tendrían clases. Ambas dieron un rápido Ok. Al llegar, ambas niñas se dirigieron al dormitorio de Luisina, luego cada una tomó un baño y de repente cerca de la hora de la cena se aparecieron ambas directamente en camisolín, y al tras luz se veía que no tenían ropa debajo. Carla ya mostraba unos hermosos y juveniles pechos, plenos, redondos, firmes. Y sonreía, muy pícara. Voy a la cocina para preparar la bandeja de sandwiches y las bebidas y aparece Luisina, me abraza desde atrás y me dice al oído, abuelo, tomate una pastillita que luego de cenar, tenemos fiesta. Y metiendo la mano en mi short me toma la verga por el tronco y me lo sacude, y dice, mirá que este no me puede hacer quedar mal. Le hice una propaganda bárbara y Carla está desesperada y lista para dejar de ser virgen. Automáticamete mi poronga comenzó a ponerse dura. Y Luisina se fue para el comedor. Yo encaré el dormitorio, me tomé un «Viagra», me saqué el short y me puse el pantalón del piyama sin nada abajo, ya mi poronga se estaba poniendo morcillona. Preparé el gel lubricante y las toallitas húmedas, y las llevé al comedor dejándolas dispuesta sobre una mesita ratona. Tanto Carla como Luisina vieron los preparativos, e inmediatamente ambas se me acercaron, Luisina ya sabía como venía la mano, así es que se arrodilló frente a mi, me baja el pantalón del piyama y deja al aire libre mi poronga ya erecta como un tubo, pocas veces he visto mi verga tan gruesa, con las venas sobresaliente y la cabeza tan gorda, esas pastillitas son geniales. La tenía como un garrote. Mi nieta invita a Carla a arrodillarse a su lado, y le ofrece la pija para que empiece a chuparla, medio se resiste la mulatita, pero al fin comprende de que viene esto y que hoy será cojida si o sí. Y tomando mi palo del tronco se lo mete a la boca, caramba, se trago media pija de una sentada, y me la comenzó a mamar como toda una profesional, chupadas largas y profundas, al ratito Luisina se la arrebató y siguió ella queriendo mostrar que ella también lo hace bien, en definitiva me tenían realmente muy empalmado, y no quería desperdiciar la leche en una boca, quería conchitas y culitos. Tomé a mi nieta y la puse de cuatro con su panza sobre el sillón del living, y se la fui clavando sin miramientos desde atrás, ella gemía y se quejaba, realmente mi verga estaba colosal, una vez toda adentro, la bombee fuerte durante unos cinco minutos, ella con el tamaño de mi palo rápidamente llegó a un orgasmo, se la saqué, y mi pija era un tronco rojo de venas dilatadas, sin palabra alguna, hice poner a Carla en la misma posición al lado de Luisina, que los parió, que hermosa conchita y que precioso culito tenía esta negrita. Sabiendo que era virgen, tomé gel y unté bastante en la entrada de su conchita y sobre mi verga, le apoyé el glande justo en la entrada de su cuevita y con una presión constante, sin querer lastimarla, la fui penetrando, al principio costó un poquito, pero luego cuando la cabezota se abrió paso, todo fue mejor, llegué a su telita y no me detuve, seguí empujando y la penetré totalmente, ella gemía, sollozaba, pedía que se la saque, yo estaba totalmente enterrado en esa vagina que había dejado de ser virgen. Luisina ayudaba tocándole las tetas, yo aproveché el momento y untando con mucho gel el agujero de su rotundo y hermoso culito le metí dos dedos hasta el fondo, ella soltó un gritito, medio se quiso zafar, pero estaba totalmente empernada por mi espada de carne que hoy debería tener unos 22x7cms debido a la pastillita. Y así con dos dedos en el culo, las tetas acunadas por la boca de mi nieta, comencé a cojerme a Carlita, se la metía toda de una y se la sacaba toda, y cada vez le iba más adentro, de pronto ella le encontró el ritmo y el gustito a la pija, y se empezó a mover, ya después era ella la que salía al encuentro de la verga, y así llegó al orgasmo, y fueron tres seguidos, yo cada vez le daba más fuerte, y ella pedía más. Saqué mis dedos de su culo, saqué la verga de su conchita recién desvirgada y sin pedirle permiso le planté la cabeza tremendamente hinchada de la verga en su hermoso y negrito ano, la cabeza pasó de golpe y se atoró el tronco, la tomé firme de las caderas y se la enterré en medio de un aullido fenomenal de Carlita, pero no me amilané y recién cuando mis huevos tocaron los labios de su vagina dejé de empujar, comenzó a llorar, pedía por favor que se la saque, yo nada, seguía totalmente enterrado dentro de su túnel aterciopelado, estaba recaliente, apretaba como el demonio, luego de un tiempito que juzgué conveniente y en el cual ella comenzó a calmarse, se la saqué toda y se la volví a meter hasta el fondo, sin miramientos, ella ya no se quejó, y así empecé un vaivén dentro de su hermoso ano, para esto Luisina estaba recaliente, desesperada se masturbaba a más no poder, la invité a que se ponga al lado de su amiguita, que se untara gel lubricante en el culito que apenas termine con Carla se la metía toda por el culo. Ella no dudó e hizo lo que le pedí, estuve unos 10 minutos cojiendo el culo de Carla, luego se la saqué para que descanse y así como estaba de parada mi verga, con los jugos de Carla se la metí toda a Luisina, grito, quiso que se la sacara un poquito, yo nada, hasta el fondo la tenía clavada, este culo ya estaba más suelto, por lo que prontamente pude ir y venir, logrando una terrible excitación, mi nieta logró un orgasmo por el culo, luego de eso, se la saqué, hice que ambas niñas se pusieran de rodilla frente a mi y les llené la cara y la boca de semen en una tremenda rociada de gotas de lechita, que era lo que en definitiva estaban esperando ambas pibas. Recién ahí le presté un poco de atención a Carlita, tenía las piernas chorreadas de sangre, semen y lubricante, yo tenía la verga ardida de tanto cojer. Las invité a que nos bañáramos y luego cenar, todo con la promesa de otra sesión de sexo mas tarde por la noche. Lo bueno es que se convirtió en u hábito de ambas niñas por lo que tengo sexo a pleno todas las semanas. Por lo que me enteré, Carla tiene una prima que posiblemente también se una a las fiestitas. Yo gustoso.
Excelente muy excitante
Espero la continuación pronto
Ni ahí lo comparto si fuera ella