LUJURIA INCESTUOSA Y P3DOF1L4 ( Segunda parte)
Autor: Nandincesto45. .
Cuando me levanté Sofía seguía durmiendo, mi hermana se había ido al pueblo a comprar víveres con una de las señoras.
Desayuné, me puse una pantaloneta, cogí una caña de pescar y una nasa, me disponía para irme al arroyo cuando Nina me dijo:
— Tío, si quiere lo acompaño y le muestro donde se cogen peces grandes.
— Vale, vamos, le dije.
Nina lucía una blusa de tirantes y un shorcito apretado que resaltaba la redondez de sus nalguitas.
Arrancó delante por un sendero un poco empinado bajando hacia un pozo grande, tuve miedo que la niña se resbalara y la cargué a la espalda.
— Llegamos tío, dijo Nina y la descargué.
El paraje era solitario y oculto, preparé el anzuelo con la carnada, Nina me contaba que allí no las dejaban ir solas por lo peligroso, tiré el anzuelo y me senté en una piedra a esperar, la niña aprovecho para acercar la vaginita a mi rodilla, como siempre empezó a frotarse.
— ¿Porqué haces eso mi amor?
— Porque se sienten unas cosquillas muy buenas, pero cuando me hacen con la mano me gusta más,contestó inocentemente.
Recordando lo que pasó con Sofía vi la oportunidad de conocer quien les está haciendo cosas, le cogí la chochita y se la apreté por encima del short.
— Mi amorcito, ¿ Quién más te la ha cogido?
— Sofía me dijo que no le cuente a nadie.
— Ella fue la que dijo que te preguntara, le mentí mirando sus ojos.
— Mi tío Julio y mi primo Mateo.
— Y ¿tu papá no le dice nada a su hermano? Le pregunté mientras desabrochaba la correa y los botones de su shorcito que resbaló por sus muslos gruesos y sus piernitas, quedó en sus tobillos y ella sacó los pies.
— No, él no sabe ni mi mamá tampoco, solo Sofía y mi primo.
— A ver, cuénteme bien, le dije quitandole la braguita ¿ Cómo fué?
— Un día nos trajeron aquí de paseo, hacía mucho, mucho calor y el tío Julio dijo que nos bañaramos.
No importa, así sin ropa, ya sabemos como es.
— Pero eso es muy hondo, dije yo.
— Nosotros las cuidamos y nos hacemos aquí en la orilla.
Mientras tanto nos quitaban la ropa, nos hacían caricias y nos daban besos.
Sofía brinco y abrazo a mi tío, lo apretó con las piernas rodeando la cintura y se metieron al agua. Mateo me cogió de la mano y nos metimos, me le colgué del cuello cuando el agua me llegó al pecho, mi primo me empezó a acariciar la rajita, a darme besos en la boca y a mamar mis botoncitos, ahí fué que empecé a sentir cosquillas muy buenas, me dió vergüenza y miré a Sofía, el tío también la estaba besando y acariciando entre las piernas.
— ¿Tesoro, y eso cuando fué?
Eso fue en las vacaciones de diciembre.
Hice cuentas, estamos en julio, hace 7 meses, Sofía tenía 6 años y 8 meses y Nina 5 años y medio.
En ésas se estremecío la caña, recuperé el sedal y saqué un barbo de buen tamaño, volví a poner carnada y lancé de nuevo.
— Tío, quítese la bermuda, Cuando lo hice quedó mi pene frente a su carita, yo observando su reacción y lo que iba a hacer.
Examinó las venas hinchadas, tanteo el grosor con las manitas, sin pensarlo se lo metió en la boca y comenzó a mamar golosamente, primero la vi curiosa, luego tierna y después tan febril que sentí que me iba a correr prematuramente.
— Nina espera, mejor yo te sigo acariciando.
— Sí tío, pero me sienta en sus piernas, porque las piedras me tallan el culito.
Listo, la levanté acaballandola en mis muslos frente a mí, le di un beso tierno y le dije:
— Amorcito, sigue contando todo lo que les hicieron. Puse mis manos sobre sus nalgas gorditas dando masajes sensuales.
— Bueno, continuó, salimos del agua, Mateo y yo nos sentamos aquí y me siguió acariciando, el tío Julio se llevó a Sofía y la sentó en esa piedra plana, Sofía abrió las piernas para que el tío le chupara la rajita, Mateo me hizo lo mismo, entonces me orine porque sentí desaliento en el estómago cuando tocó el botoncito con la lengua.
Sofía gritó: HAAAA, ASÍII TÍOO… como gimiendo, era que el tío le estaba metiendo un dedo en la rajita.
Obviamente no era la primera vez, pensé para mis adentros.
— Mateo miraba al papá para hacer lo mismo conmigo y también me metió un dedo, me dolió y no me deje hacer más, sentí caliente y eran gotas de sangre.
— A Sofía ¿le salió sangre?
No, y eso que el tío se lo metía y sacaba duro, ella tenía la boca abierta respirando seguido y los ojos cerrados, hubo un momento que levantó la espalda y le tembló todo el cuerpo.
La historia que me estaba contando Nina me transportó a las doce o una de la mañana de la noche anterior con Sofía; la seguí acariciando suave para motivarla a seguir hablando, como les dije Nina tenía gordura infantil y sus teticas hinchadas escasamente cabían en mi boca y se las mame con deleite un buen rato.
Luego el tío Julio llamó a Mateo y le hizo quitar la pantaloneta, le vi el chichi tieso y blanco con la cabeza roja y un hueco en la punta de mi hermana y empujó las nalgas, Sofía se quejó pero después le gustó, entonces el tío también se sacó esa cosa más grande y puso a Sofía a que se la chupara, Mateo metía y sacaba duro, Sofía gritó que SIIIIII, los dos le echaron leche espesa, el tío en la boca y Mateo en la rajita, mi hermana saboreaba y tragaba mirándome.
Ese día aprendí mucho, conocí los palos tiesos y como se lo meten a una, la leche las cosquillas que……
— ¿A ti no te dieron leche?
— si, Mateo cuando terminó con mi hermana me puso a chupar y me dio leche, el tío también le metió el palo a Sofía y ella se quejaba más duro, pero le gustaba mucho porque gritaba que más, que asíiii, que ricooo, cuando el tío le sacó el palo me puso a chupar lo que le salía a mi hermana del hueco que le quedó.
Luego nos bañamos otra vez, Mateo le dijo a mi herma que gracias y le dió un beso en la boca, a mi me dijeron que no le contara a nadie, que era nuestro secreto.
A estas alturas yo estaba que no podía más de la excitación, tenía a la niña desnuda sentada en mis pierna, frente a mí con la rajita abierta, le metí un dedo, entraba apretadito, al cruzar el himen encajó como en un guante; con un mete y saca suave y rítmico.
— Hay tiiito, !Hay tíoooo! hágame duro que con usted me gusta máaaaas.
En mis estudios aprendí que la vagina es muy elástica, pero no sabía que tanto en una niña de 6 años; sin embargo por la perversión y el deseo mórbido y peligroso que sentía estaba dispuesto a intentarlo. Recorrí su gruta con el glande de arriba a abajo, la niña siente por primera vez en su vida el contacto mágico del órgano masculino en los labios de su tierna vagina, el frotamiento acariciador de mi miembro en su diminuto clítoris la hicieron gemir.
— ¿Te gusta mi amor?
— Si tiito, empuje más ahí, más duro… Siiii así, hágame máaas. La froté otro rato, cuando la vi bien excitada encaje el glande en su entrada la cogí con las manos de sus nalgas y la atraje hacia mi con fuerza, los rosados pliegues del estrecho orificio se negaban a la penetración, Nina inflamada por la excitación trataba de ayudar abriendo más las piernitas, logré entrar la cabeza de mi verga, la membrana era fuerte y resistía, al fin en un esfuerzo logré violar el himen y adelantar la cabeza y parte de mi endurecido tronco, Nina dejó escapar un grito al sentí forzada la puerta de su chochita.
— Tiito no más por favor, suplicó con los ojitos llenos de lagrimas.
— Ya mi amor, ya paso lo peor, descansemos y verá que se le quita el dolor, le dije besando sus encarnados labios, te va a gustar.
Otra vez la caña empezó a vibrar, me puse de pie con la niña ensartada colgando de mi cuello y saqué otro pescado, lo dejé en las piedras chapaliando sin quitarle el anzuelo.
Recosté a la niña bajo mi cuerpo y empecé a hacerle un mete y saca suave y lento, cada vez más profundo cada vez más lujurioso, Nina gimió de placer, mi falo con sus palpitaciones se abría espacio en la rajita angosta de su gruta.
— Tiito mío, hay tiito me gusta lo que me estas haciendo.
La lujuria me poseyó, sentí la uretra hincharse, acelere los golpes de ariete y descargué semen chorro a chorro en su infantil matriz.
— Tiito mío, me quema tu leche decía con los ojos muy abiertos, aún llorosos, su cara sonrojada y sus uñas clavadas en mi antebrazo.
El grito sostenido que lancé se diluyó en los murmullos del agua del arroyo y los quejidos de la desfloración de la niña con el canto de los pájaros.
Si, así comprobé que con paciencia la vagina se dilata, en el caso de Nina ya había sido allanada por el dedo del tío la noche que regresaron del río y otras veces en su propia alcoba al lado de Sofía, de eso me enteré después.
A mi .me favoreció, porque solo hubo unas pocas gotas de sangre. El incesto pedófilo, éste más tierno que con Sofía se había consumado.
Agotado seguí pescando, las energías me las había absorbido esta niña que sentada a mi lado se revisaba la vaginita inocentemente. ¿qué pensaría? viendo manar de su rajita rota el semen espeso tintado con sangre
— Tío, ¿yo sigo siendo suya para toda la vida?
— No lo sé mi amor, de lo que si estoy seguro es que serás el mejor recuerdo para el resto de la mía y me le comí la boca a golpe de besos.
Esa pregunta fue como una premonición, hasta el día de hoy ella con 15 años y yo con 31 seguimos follando, al escondido, claro está.
CONTINUARÁ….
Espero la continuación…
Ya debe de estar llegando.
Las cosas cada vez se ponen mejor, esperare con ansias la siguiente entrega. 👍🏼
Gracias, precisamente hoy envié la continuación.