Madre Consentidora
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En esa ocasión descubrió a su hijo bañándose, y se sorprendió de los cambios ocurridos, el cuerpo de su nenito estaba creciendo y llenándose de músculos, pero lo más sorprendente fue ver la entrepierna del chico, que ya lucía una incipiente mata de vellos y el miembro colgante ya no correspondía al de un niño, sino al de un joven en pleno despertar de su sexualidad.
De noche en su cuarto Teresa se puso a meditar sobre su vida y sobre su hijo. Su repentina viudez la había dejado con un hijo de escasos cuatro años de edad, desde entonces se hizo cargo del chiquillo ella sola y trato de compensar con cariño y sobreprotección la falta del padre, cosa que a Beto no le importó, pues siempre encontró en su madre a su más fiel e incondicional aliado, además de madre, Teresa era su amiga…
Armándose de valor una tarde llamó a su hijo y en la sala, entre nerviosa y titubeante decidió comenzar con aclararle algunas cosas.
-Escúchame Beto, quiero hablar contigo, sabes que siempre hemos sido además de madre e hijo, muy buenos amigos y nos tenemos confianza. Mira, no se como empezar, esto debería haberlo dicho tu padre, pero a falta de él pues, tengo que cargar yo con este tema. Beto ya estás creciendo y por tanto vas a experimentar cambios que al principio pueden confundirte, y ante ello quiero prevenirte de que no vayas a buscar información falsa o consejos indebidos por otro lado, ya tienes doce años…, en dos meses casi trece y tu cuerpo está cambiando, y mucho… ¿ya te diste cuenta?, bueno, tal vez sientas ya ciertas cositas, o pienses situaciones que antes no te eran importantes, ¿Cómo lo de las chicas, me entiendes?, bueno, además está la cuestión del sexo, tal vez eso te inquiete…, ¿Me quieres preguntar algo ?
-Ehhh…, no sé mami, ¿Qué me pasará ?
-Hay cariño, bueno te estás convirtiendo en un hombrecito, un jovencito muy guapo de trece años, te van a empezar a gustar las chicas, y eso es normal, ¿entiendes…?, ver a las mujeres o a jovencitas de tu edad van a despertar en ti sensaciones que antes no tenías, dime te ha pasado algo al respecto ?
-Pues, no sé, desde hace un tiempo me gustar verles las piernas a las muj… ehhh…chicas por la calle y siento cosas…, raras, algo como que me pone nervioso, y…, bueno…, como que…, como que siento calor…, además a veces…, no puedo me da vergüenza mamá !!
-No papito, no sientas vergüenza, por eso quiero hablar contigo, para que me cuentes todo lo que te pase, yo tal vez pueda ayudarte a entender todo eso, mira eso que sientes es excitación, eso es normal…, a todos nos pasa, a hombres y mujeres, también las chicas sienten curiosidad por los chicos y se ponen nerviosas, dime, se te pone durito el… , ¿ el palito ?
-¿Palito…? -, me espetó sonriente.
-Bueno, está bien, ya estas grandecito para ese termino…, el pene, tu miembro.
-Si, má, pues…, a veces si… Perdona… -, se sonrojó.
-No chiquito mío !! Eso es normal entiéndelo, a ver dime, ¿ cuando se te pone dura la cosita, disculpa , …el pene, te lo acaricias ?
-Nnnno, creo que no, se me pone dura en cualquier lado y…
Bueno si, a veces siento que me gusta cuando me lo toco… -, respondió Beto incómodo y a su vez ocultando por pudor a su madre todo lo que ya se tocaba.
-No debes tener temor de tu propio cuerpo, no es malo que a veces te acaricies, pero procura no hacerlo muy seguido, procura pensar en otras cosas, o bien invertir tu tiempo en otras actividades, haz ejercicio, estudia, y por supuesto conoce chicas, tal vez dentro de pronto tengas novia…, dime te gusta alguien en particular ?
-Si, alguna por ahí…,Laura…, casi no tengo amigos y menos muchas amigas…
-Bueno no te preocupes, dentro de poco tendrás admiradoras por montones, pero todo a su tiempo jovencito, mira cuando tengas dudas o quieras saber algo, no temas en preguntarme, entiendes ?
Bueno ya vete a dormir…
Cuando su hijo se fue a su cuarto Tere respiró aliviada, "uff…, al menos creo que no lo hice tan mal" , pensó estando en su cuarto y tratando de alejar esas preocupaciones se apresuró a meterse bajo las sábanas, pero el sueño tardó en llegar.
Sin querer vinieron a su mente imágenes lejanas de sus primeros años como mujer casada, "éramos insaciables", pensó de aquellos tiempos en que disfrutó de la dicha conyugal en compañía de su esposo, cerró sus ojos y casi sin darse cuenta una de sus manos recorrió su pecho, sopesó cada uno de sus senos, llenos, redondos, con esas aureolas grandes coronadas por sensibles pezones que al contacto de sus dedos se erigieron, duros, su mano bajo a su vientre plano, sólo ligeramente combado, ahí chocó con la pelambrera de su pubis…
Su mano jugó momentáneamente con la maraña de pelos hasta llegar a su carnosa concha, la conocía bien, los labios externos gruesos, gordos, pegados entre sí, la raja apenas se adivinaba, pero presionando sobre ella, sabía Teresa que la rajita se abría, eso hizo con un dedo, recorrió la vulva y la sintió larga, profunda, cálida.
Un apagado murmullo escapó de sus labios cuando sus dedos abrían esos otros labios, los internos, delgados, suaves, que al extenderlos se le salían de la vagina, sus piernas se fueron abriendo y de pronto se descubrió acariciándose, recorriendo con dedos ansiosos su intimidad, por arriba donde ya el clítoris reclamaba la caricia, por abajo donde la pequeña abertura de la vagina rezumaba ya jugos viscosos, ahí dejó uno de sus dedos, quieto, apenas la primera falange se insinuaba en la vulva, en eso un pensamiento la asaltó : "hace cuánto…, hace cuánto que no me cojen, hace cuánto que una verga no me penetra…"
No se pudo contestar, pues las deliciosas sensaciones embotaron su mente, el dedo en la concha dejó su sitió y bajó más, hasta el apretado conjunto de pliegues, el dedito fue y vino, del culo a la raja, de la raja al culo, despacio, lentamente, la excitación se posesionaba de ella, se ayudó de la otra mano, la pasó por atrás de su cuerpo, por las nalgas, entre ellas, hasta encontrar el agujero de su culo, ahora contagiado de los jugos que el otro dedo había dejado ahí, puso ahí un dedo y le hizo círculos a su hoyito, en tanto que la otra mano ya era tragada por la raja abierta, muy abierta.
Primero fue un dedo que lentamente penetró su vagina, se sentía caliente, ardiendo y chorreando líquidos, luego fue insuficiente y dos dedos jugaban dentro de su pepa, ya para entonces el dedo del culo había hecho su entrada triunfal, los pliegues se apretaban alrededor del dedo sumergido hasta la segunda falange, lo dejó ahí dentro de ella, moviéndolo apenas, en tanto que los otros dedos ya danzaban dentro de su vagina arrancándole gemidos involuntarios de placer, fueron creciendo, hasta que de pronto todo su cuerpo era presa de un orgasmo, la vulva le palpitaba y en la cresta del placer un inesperado chorro de jugos escapó de su concha, se estaba viniendo, los dedos aceleraron sus juegos, entraban y salían con furia de la gruta abierta, exageradamente abierta, hinchada, crecida.
Las oleadas de placer fueron disminuyendo, Teresa se sentía ahora invadida de una placentera sensación de saciedad, se sentía contenta, plena, satisfecha, sacó los embarrados dedos de su vagina, los llevó a su boca y la lengua golosa lamió los restos de su venida, todo su cuarto apestaba a sexo… Le daba flojera, pero debía bañarse, se levantó del lecho y con pasitos cortos se acercó al baño.
Ya bajo la regadera pensó en lo que acababa de hacer : "soy una loca, ya no estoy para estas cosas, me debo a mi nene, a mi hijo", en ese momento vino a su mente la escena descubierta aquella tarde, recreó a su hijo bajo la regadera, con su cuerpo desnudo, chorreando agua, hermoso, mojado, con su entrepierna cubierta de pelusa y el miembro, ya no de niño, sino ya casi como el de un hombre. “Este chico no es normal…, tiene un miembro grande y grueso para su edad…Por todos los Santos lo tiene más grande que algunos adultos que conocí…!!” , el pensamiento culminó en un suspiro.
Días después, mientras la mujer se atareaba haciendo la comida, descubrió a su hijo pensativo.
-Qué tienes amorcito, qué te pasa que andas tan calladito…?
-Nada má… , dijiste que me podías explicar algunas cosas que no entendiera…
-Si claro, dime qué te pasa?
-Me da vergüenza, pero hoy en la escuela la maestra nos habló de la masturbación, pero entendí a medias… ¿Me explicas bien ?
-¿De masturbación habló la maestra…?
Es que la portera, Doña Amanda, lo pescó a Rosales en el baño haciéndolo…y la maestra prefirió hablarnos…
-¿Espero que no lo hayas echo en la escuela?
-No !! En ningún lado…Bueno…, de la escuela.
Teresa sintió que la respiración se le iba, contuvo el aliento, pero no tuvo más remedio que buscar de inmediato una respuesta, se sentó junto a su hijo y trató de explicarle:
-Escucha, masturbarse consiste, más o menos, en acariciarse el sexo hijo, los chicos cuando se siente excitados se acarician el miembro con la mano, hasta que…, hasta que…, bueno, terminan, eyaculan…
-Eyaculan, ¿ qué es eso ?
-Bueno, es que, verás, el acto sexual culmina con la eyaculación, es algo placentero, que hace que los hombres expulsen un líquido por el pene, les sale el semen, que no es orina… , eso ya te lo dijeron no ? -, dijo Teresa sintiéndose cada vez más sofocada.
-Más o menos, pero mami… ¿Cómo es eso? Si los hombres no lo hacen con una mujer… ¿Cómo es eso de que les sale el semen, para eso es la masturbación?
-Pues si chiquito, algo así, es una forma de sentir placer si no se tiene con quien hacer el sexo, si un hombre no tiene pareja con quien hacer el amor, lo normal es la masturbación, dime, tú lo haces ?
-¿Paja y masturbación es lo mismo?
-Mmmmmmmmm… Sí… -, Tere tragó saliva.
-Ahora entiendo…
¿No haz…, eyaculado aún ?
-Si…, a veces se me pone duro el… el…
-Pene… -, aseguró Teresa.
-Bueno… , me lo tocó, se siente lindo, me dan sensaciones raras… y paro. Pero se queda duro, parado hasta que me duermo, después ya sabes…
-¿Qué?
-Lo de las manchas duras en el slip o en las sábanas… ¿Eso es eyacular?
-Claro !! Hace rato que las veo cuando lavo tu ropa, pero, no te preocupes, todo esta bien…no sabía si te salía mientras dormías o tu te haces la… -, la tensa situación merecía un corte. Teresa no sabía como pero ya estaba hablando de “pajas” con su hijo.
-A veces…, ¿pero cuando me sale sola? ¿Algo anda mal?
-No zoncito, lo que te pasa mientras duermes, es una descarga…, puedes tocarte si quieres y lograrás que salga… Eso no es malo, pero debes hacerlo una sola vez por noche…
-¿Por qué?
-Por que es algo “adictivo”, y puede frenar tu desarrollo…
-Rosales lo hace muy seguido y cada día está más alto !!
-Bueno basta…, todo a su tiempo… ahora comienza con una sola vez por noche, después veremos… -, Beto se quedó cabizbajo, -¿Qué?, dime que te pasa papito…, vamos habla…
-Es que a veces me duele ahí un poco…
-¿Dónde papito?, ¿dónde te duele, no tengas vergüenza…, debes decirme todo…
-Pues me duelen los…, los…, cómo se llaman, los tes…
-Los testículos, los huevitos…, ¿te duelen…?, ¿cómo?
-Si, sólo a veces, durante el día, siento cosas, se pone duro el pen…ne y me duelen. ¿Por qué ?
-Bueno no sé Beto, deberíamos ver a un médico, pero no te preocupes, son cosas de la adolescencia, recuerda que estás creciendo…, aunque lo mejor será…, no se si deba, pero lo mejor será que te revise la… eh… el pene, por la noche te doy una miradita, si es algo anormal lo que te pasa, iremos al doctor, aceptas ?
-Bueno si tú lo dices…
Má…¿Las mujeres también eyaculan, les sale semen ?
-No… Bueno si… Las mujeres no funcionan así, ambos, hombres y mujeres cuando terminan el acto sexual, sienten un orgasmo, que es un conjunto de sensaciones de placer, en los hombres culmina con la eyaculación, en las mujeres sienten muy hermoso, tiemblan, se mojan, su sexo se moja mucho, aunque en algunas parece “leche” , pero no es semen lo que expulsan, le llaman flujo.
-Ahhh, y…, si las chicas o mujeres no tienen pareja, no están casadas, también se masturban…
-Ehhh…, yo creo que si, las chicas a veces también se acarician el sexo…, es algo normal, ya te dije… -, Tere presintió la siguiente pregunta.
-Y… Mamá, tu…, tú lo haces, te masturbas…
-Ay hijo…, no me hagas esas preguntas, ya soy una mujer madura, grande, sabes que desde que murió tu padre vivo sólo para ti, yo no pienso en esas cosas..
-¿Y no te hace mal?
-Bueno, bueno basta por hoy, no preguntes, anda ve a lavarte, que vamos a comer.
Cuando el hijo salió de la cocina la mujer se sintió liberada, suspiró profundo meneando la cabeza…
Por la noche la mujer le daba vueltas al asunto, le había dicho a su hijo que revisaría su sexo. Ya Beto estaba en su cuarto, ella no se decidía a cumplir con su palabra y cuando finalmente se dirigió a la recámara de su hijo sintió que las piernas le temblaban.
Lo encontró ya en su cama leyendo una revista de deportes, fue hasta su lecho y se sentó a su lado:
-Bueno chiquito…, a ver déjame ver… -, se notaba en Teresa cierto nerviosismo. Quitó las sábanas con su mano y luego ayudó a su hijo a despojarse del pijama, su mirada ansiosa descubrió el sexo de su hijo, flácido, retraído, con esa pelusita incipiente, precursora de los vellos que no tardarían en llegar.
-Y bueno, a ver Beto, dime dónde te duele ?
-Abajo, ahí en las bolitas…
La mujer bajó un poco su cara, para ver mejor, se ayudó con su mano y sus dedos sintieron aquella piel suave, delicada, la verguita de su hijo, de su querido hijo, el prepucio cubriendo el glande.
Con delicadeza, apenas tocando con los dedos lo hizo a un lado, buscó la bolsa de los huevos, un ligero estremecimiento la pilló cuando sus dedos tocaron la piel suave de la bolsa que guardaba los testículos, tocó uno, luego el otro, no encontró nada anormal, pero si que se encontraban duros e hinchados…
Basada en sus recuerdos, dedujo que lo que tenía Beto era una explosión hormonal y que sus huevitos se encontraban fabricando esperma a destajo. En las extendidas reflexiones, no se dio cuenta del manoseo que le propinaba al tronco de su hijo y en eso su tacto percibió un ligero cambio en la verga del chico, le estaba creciendo !! El miembro empezó a endurecerse, no pudo evitar tocar esa cosa, sus dedos lo recorrieron haciendo que la verga adquiriera mayor tamaño, lo sintió en camino de ponerse duro, erecto. ¿Cuánto hace que no tenía una en su mano?
Incapaz de contenerse la mujer recorrió el falo duro con sus dedos, de arriba a abajo, sus dedos formaron un anillo alrededor de la verga y presionando descubrió el glande, ahora mojado, despidiendo ese rico aroma del sexo, sus labios apenas se abrieron para murmurar:
-Te estás excitando bombón, es indebido lo que hago, malo, malo… ,¿sabes?
-Está lindo, sigue, no pares, me gusta, me gusta se me va el dolor…
-Esto te va a aliviar…
-¿Masturbarse alivia el dolor de los testículos ?
-Si mi vida, te voy a enseñar un poquito, un poquito nada más…, luego lo harás tu solo. Esto es hacer la “paja”, observa, aprende…
Ahora la mujer aferraba la verga erecta con toda su mano, maravillada miraba el enorme tronco en que se había convertido la ramita de su “chiquillo”, de su puño aún sobresalía un cuarto de verga y la cabeza…, y que decir del grosor, solo un escaso centímetro restaba para que el dedo índice de Teresa tocara su pulgar !! Eso a la edad de Beto era bastante grueso… Su hombría lucía bastante prometedora…, obviamente pensó en el futuro de su hijo con las mujeres y con suavidad recorría el cilindro desde la cabeza hasta la base, subiendo y bajando con lentitud, con suavidad, contagiándose involuntariamente de la excitación que ahora embargaba a su jovencito, siguió frotando, acariciando.
Vio la plácida expresión del rostro de Beto que ahora mantenía cerrados los ojos y con ambas manos se agarraba de las sábanas, moviendo involuntariamente su vientre, como yendo al encuentro de las caricias de su madre. Teresa murmuraba con voz queda.
-Vamos chiquito, vamos mi nene grande…, goza, anda Betito, termina, saca la lechita, vamos, vamos, vamos hijito suelta ya… -, decía la mujer, mientras su mano se volvía más activa, subiendo y bajando, dejando la roja cabeza de la verga al descubierto, agitó la mano, fuerte, como tratando de acelerar la eyaculación, que no tardó mucho.
De repente el cuerpo de su hijo se convulsionó, la verga palpitó en su mano y allí supo Teresa que debía detenerse y estrangular con firmeza la base de la verga, como a ella le habían enseñado en su adolescencia.
Un fuerte chorro salió del glande, el semen chocó contra su pecho, manchando su blusa gris, otro chorro, otro más, más y más leche escapaba de la palpitante verga, mientras que Beto gemía entrecortadamente.
Cuando la ahora semi dura verga dejó de eyacular y la mano de la mujer quedó empapada de semen, Teresa suspiró tranquila, se levantó de la cama y fue al baño a buscar una toalla, ya con ella en la mano limpió el vientre lechoso de su hijo e hizo lo mismo con su mano y su blusa chorreada de semen, que todavía lucía un viscosa gotón en caída libre.
“Bueno lo hecho, hecho está… , pero no ocurriría de nuevo…ya hice mi parte”, pensó. Somnoliento y mimoso Beto extendió los brazos al cuello de Teresa y la besó fuerte en la mejilla.
-Bueno… , ahora a dormir… ¿Te sientes mejor, te duelen los huevitos?
-No, ya no… Má, es muy lindo sacar leche, me gustó la paja…
-Shhhhhhhh… Beto !! Delante de mi no digas así, es vulgar…
-¿Y como lo digo?
-Masturbarse , pero no creo que volvamos a charlar de esta manera… ¿entiendes? No mas de esto… ¿Si?
-Disculpa… Es una sensación muy linda, tremenda !!
-Ahhh , no eres ningún tontito, eh !! Cuando los sientas duritos te vas al baño o aquí en la cama y te haces lo que te enseñé…Desde ya nunca delante mío, son asuntos bien privados… y no te preocupes por las sábanas, yo las cambio…Duérmete, hasta mañana…
Aunque la instrucción de Beto se llevaría acabo, no sería ella quien siguiera con la misma. Resuelta y con un sin fin de recaudos, decidió comprar revistas pornográficas, para ese cometido altruista. Por supuesto cambió de barrio y ataviada con lentes obscuros y pelo recogido encaró la singular empresa. Ridícula…
La alegría y la sorpresa de Beto al encontrarse con el paquete sobre su escritorio de estudios fue manifiesta y para Teresa el alivio fue mayúsculo.
-Mira… , están buenísimas…
-Beto no, no quiero ver esas revistas… , las compré para vos, para que aprendas…
-Hay cosas muy buenas, pero que no entiendo…
-A no, no, no… , yo ya hice demasiado, instrúyete solito… y estíratela tú solito también, así aprenderás más…
-Pero, no puedes hacerme una…
-No !! ¿Qué te he dicho?
Lo que Teresa desconocía era que esta inclinación a tener relaciones sexuales, se potencian cuando los niños y jovencitos miran mucho material con alto contenido sexual, de hecho, tienen un despertar sexual prematuro, similar al que presentan los jóvenes de tres años mayores.
Y que decir del contenido de las revistas, en ese aspecto Teresa, quizás de manera inconciente, había volcado sin duda parte de su lujuria personal, porque el material seleccionado distaba mucho de ser “de iniciación”, ¡era atómico! , menage a trois, swingers, negros con adolescentes blancas, orgías. Esta errada selección iba a traer consecuencias.
Aunque el acto de regalarle revistas porno para que Beto desarrollara su sexualidad onanista, a Teresa le parecía salvador, no hizo más que avivar en su hijo la llama de la lujuria. Esa llama, que momento a momento se volvía más incandescente, no sería venteada en vano… Beto, había elegido un caldero para hacer hervir… y ese caldero era el cuerpo de su madre.
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