Madre e hijo I
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por zaicozico.
Eran ya las 4 de la madrugada, cuando Abel dormido en su cuarto despertó rápidamente debido al ruido en la sala, escuchaba platos cayendo, sillas moviéndose y la tele a un alto volumen.
Al bajar, pudo ver a su madre acostada en la sala, dormida y obviamente ebria vistiendo un vestido negro con un gran escote que dejaba a la vista sus piernas a la perfección, apenas cubría algo.
Había entrado casi arrastrándose sin si quiera cerrar la puerta, aventó sus cosas a la mesa y de alguna manera consiguió llegar a la sala, desde que su padre decidió abandonarlos hace unas semanas esto se había vuelto costumbre aunque esta era la primera vez que Abel veía a su madre llegar.
Abel era un niño de 11 años, delgado y un poco alto para su edad, aun no tenía prisa por crecer y se dedicaba solo a disfrutar sus clases, salir con sus amigos y flojear en la casa, su madre, Cristal era mujer pelirroja de 34 años que siempre se había preocupado por su figura pero desde que en una visita al trabajo de su esposo lo sorprendió engañándola con su secretaria nueva, una mujer rubia de a lo mucho 21, demasiado delgada y alta, sus esfuerzos por verse bien aumentaron, al salir usaba ropa más ajustada, más corta y más transparente, además sus días en el gimnasio aumentaron, tenía una cintura delgada, pechos de un muy buen tamaño, pero su orgullo eran sus nalgas firmes, grandes y bien trabajadas que terminaban en una piernas bien torneadas.
Abel estaba a punto de regresar a su cuarto cuando y casi sin prestar atención notó que la falda de Cristal estaba lo suficientemente levantada como para dejar ver un pequeño triangulito morado entre sus piernas, no es que Abel supiera exactamente lo que estaba haciendo pero sabía por la escuela que no se supone que los niños vean ahí, además había visto muchas veces a Cristal en toda su vida, vestida de mil formas diferentes pero ahí, nunca, al acercarse pudo notar sus pechos, tampoco los había visto, sintió una gran curiosidad, su corazón se aceleró, su garganta parecía tener algo atorado y sentía dificultad al respirar.
-(¿Por qué me siento así?).
Emocionado, asustado, y agitado Abel se acercó a su madre
Era ya de mañana cuando Cristal aturdida por las noticias matutinas despertó, era sábado y sentía que la cabeza le iba a explotar, había pasado otra noche con sus amigas intentando olvidar las últimas semanas, a estas alturas se sentía harta de los hombres, tanto de su esposo como de los que conoció durante las salidas con sus amigas, siempre intentando sorprenderla pero terminando en una plática egocéntrica de media hora, algunos intentando seducirla aún con la marca del anillo en el dedo (¿No podía si quiera esperar a que se borrara?, no es alguien muy listo) pensaba para sí, pero algunos ni si quiera se molestaban en ocultarlo, comenzaba a sentir un gran rencor por los hombres en general.
Eran ya las nueve y al intentar ponerse en pie notó que su falda estaba a la altura de abdomen, dejando ver por completo sus bragas, además, su escote estaba mucho mas abierto de lo que debería dejando ver su brasier morado con toda facilidad mientras uno de sus pechos estaba al descubierto.
-¿Pero que hice ayer?.
Pensaba Cristal asustada de que su hijo bajara y la encontrara vestida así
Subió a bañarse, arreglarse y como era sábado, ponerse más cómoda, se puso una blusa corta pero un poco floja sin brasier ya que era sábado quería relajarse un poco y unos boxers negros ajustados que rara vez usaba ya que constantemente dejaban a la vista la mitad de sus nalgas con cada movimiento que hacía y tenía que bajarlos con sus manos todo el tiempo, pero con los cambios de las últimas semanas -¿Por qué no?.
Pensó Cristal.
Cuando bajó, Abel ya estaba en la sala viendo caricaturas y se apresuró a hacer el desayuno para ambos.
-¿Cómo estás bebe? ¿Dormiste bien?.
Preguntó Cristal mientras le daba un beso en la cabeza lo que sin darse cuenta le dio a Abel todo un espectáculo al agacharse con esa blusa tan holgada
– Si mami.
Contestó Abel fingiendo poner más atención a sus caricaturas
Una vez el desayuno estuvo hecho Abel se sentó a la mesa a comer una manzana y un jugo mientras Cristal terminaba lo demás paseándose por toda la cocina.
Cristal notó una mirada sobre ella, era Abel que no dejaba de ver sus nalgas al principio pensó que era su imaginación, así que se le quedo viendo por el reflejo del espejo en la cocina movía sus nalgas hacia un lado y hacia otro y Abel no quitaba su mirada se agachó un poco y pudo notar como sus ojos se abrían más y más quedó sorprendida al ver la actitud de su hijo así que bajó sus boxers lo más que pudo para que no tuviera nada que ver y decidió dejarlo pasar para continuar con el desayuno.
Al terminar el desayuno Cristal comenzó con el aseo, barrió, trapeo, lavo trastes, cuando estaba por lavar ropa se dispuso a ir por la ropa sucia de toda la casa, sacó la ropa de Abel y cuando estaba por ir por la suya antes de abrir la puerta pudo ver a Abel metiendo sus bragas moradas, las que llevaba el día anterior a sus pantalones mientras embarraba su cara en su brasier, Cristal se sintió sorprendida y por un momento se sintió violada al ver como Abel se tocaba, seguramente pensando en ella, sin embargo comenzó a sentir cierta excitación y antes de darse cuenta estaba masturbándose mojando sus boxers en sus jugos, cuando Abel termino de “jugar” Cristal corrió a esconderse, una vez sola en su cuarto sola, se cambió los boxers empapados en sus jugos y se volvió a masturbarse con sus bragas moradas llenas de saliva de Abel aunque decepcionada ya que no había semen en ellas.
Al terminar el aseo por la tarde pasaron a ver la tele juntos Cristal terminó dormida en menos de media hora, había tomado mucho y no había dormido lo suficiente
– ¿Mami le quieres cambiar?.
¿Mamá?.
Abel al voltear se dio cuenta de lo que había pasado -¿Mamá estas despierta?.
Preguntaba Abel mientras con una mano acariciaba su pierna subiendo su mano cada vez más con cada pregunta
Su mano ya estaba en su coño e intentó picarlo un poco con un dedo, después apretarlo un poco ya que no tenía nada de experiencia en ese tipo de cosas uno no las aprende como materia en la primaria, comenzó a acariciarlo despacio aun probando ya que la noche anterior no había podido tocar mucho y solo pudo ver sus pechos, con su otra mano tocaba las nalgas de su madre para después meterlas en su blusa primero acariciando su abdomen y después subiendo a sus pechos, jamás había hecho algo así, todo su cuerpo estaba temblando y su pene se había puesto demasiado duro pero aun así no podía parar, decidió meter la mano en los boxers de su madre, pero estaban muy apretados y no podía moverse con libertad, a pesar de eso Abel no podía creer lo que sentía, por primera vez tocaba directamente el coño de su mamá.
En ese momento Cristal a pesar de estar tan cansada se despertó, era imposible ignorar esos dedos inexpertos en su coño, entreabrió sus ojos y pudo ver a su tierno hijo de 11 años tocando cada parte de su cuerpo con sus manos enterradas en blusa y sus boxers, al principio estaba aterrada, no sabía que hacer, como afrontarlo -¿Qué se hace en estos casos?, ¿A qué mamá le pasa algo así?.
Pensaba y justo cuando estaba por detener a su hijo, el, sin darse cuenta de que su madre había despertado se acercó a ella y beso sus labios de manera torpe intentando meter su lengua en su boca, apenas podía llamarse beso a lo que sucedía pero Cristal pudo notar todo el cariño de su hijo en ello
-Mami te amo.
Decía Abel abrazando fuerte a su mamá
-También yo te amo mi bebe.
, Contestó Cristal sorprendiendo por completo a Abel que estaba ahora muy asustado –¿Te gusta mami amor?
-Perdón mami no lo vuelvo a hacer!.
Abel estaba temeroso y parecía que iba a llorar
-No te preocupes mi amor no me molesta que me toques, solo no lo hagas sin mi permiso, ¿Ya me habías tocado antes?
-No mami solo ayer, toque tus calzones y saque tu pecho de tu vestido pero te estabas despertando y me fui a mi cuarto.
Abel tenía la cabeza baja aun preocupado.
-Bueno bebe, un niño no debería tocar a su mamá así ¿sabes?.
Cristal salió de la sala a su cuarto, después de un rato regresó con las boxers en los que se masturbó y su brasier morado que llevaba la noche anterior –¿Quieres jugar con las cosas de mami bebe? ¿Te gusta el olor de tu mama cariño?.
Cristal acercó sus boxers a la boca de Abel
-Si mami.
Abel lamió las boxers de su madre mientras olía su brasier, se sentó en las piernas de Cristal
-Me alegra bebe pero deberías lamerlas de aquí.
Cristal tomó los boxers los volteó y señalando el punto justo en el que su coño hizo contacto con sus boxers mientras se masturbaba esa mañana.
Dejandose llevar por la excitación de ver a su hijo lamiendo sus broxers Cristal acercó su mano al pequeño pene de su hijo por sobre el short – Estas muy duro amor
-¿Mamá?.
Abel creyó sentir como si una descarga eléctrica recorriera su espalda y recibió un beso cariñoso de su madre, sus lenguas se juntaron y se deslizaban una sobre la otra.
Cristal bajó los pantalones de su hijo y sentó a Abel en sus piernas frente a frente, saco uno de sus pechos y mientras lo masturbaba decía –Bebe esto te encantaba cuando eras pequeño.
Acercando la boca de su hijo a su pezón –Ah!.
Cristal soltó un gemido de placer y dolor – No uses los dientes bebe!
La escena llenó de lujuria y placer a Cristal con su hijo abrazándola fuertemente mientras chupaba su pezón y ella masturbándolo, a veces jugando con la punta de su pene recorriendo el prepucio poco a poco dejando la cabeza expuesta después de un tiempo.
Abel estaba en la punta de la excitación, la emoción parecía viajar rápidamente de su pene a su espalda y de regreso con gran velocidad su cadera tenía temblores incontrolables y sus labios temblaban junto ella sobre el pecho de su madre, sin poder controlarse Abel se corrió en la mano y blusa de su madre.
–Ahora es turno de mami cariño.
Parando a Abel Cristal se agacho en cuatro en el suelo ya que por la altura de Abel solo así su cara estaba a la altura.
–Mira cómo ensuciaste aquí amor No sabía que ya te podías correr.
Decía Cristal orgullosa mientras se llevaba la mano llena de semen a la boca.
Pasó su lengua despacio desde los huevos hasta la punta del pene de Abel quien sin controlarse arqueó su espalda por la excitación y comenzó a meterlo en su boca sin problema ya que Abel aun era pequeño y no se había desarrollado, tomó la mano de Abel y la llevó a sus pechos gimiendo de placer.
Abel hacia lo posible por mantenerse en pie pero se sentía demasiado bien y las piernas le fallaban tocaba el pecho de su madre y con la otra mano se sostenía recargándose en la cabeza de su Cristal.
-Mami! Va a pasar de nuev…!.
Antes de poder terminar el pene de Abel explotó en la boca de su madre.
Cristal dejó todas sus preocupaciones, todos sus problemas y se dejó llevar por la excitación entregándose a la locura tragó todo el regalo de su hijo continuó lamiendo, limpiando cada parte de su pene que poco a poco se encogió.
-Te voy a dar un regalo mi amor ¿Quieres?.
Decía Cristal demasiado excitada como para detenerse –Te dejaré meterlo en tu mami
-Si mamá todo lo que me haces se siente increíble.
Decía Abel emocionado
Crista tomó de la mano a su hijo y lo llevó a su habitación, acercó la cara de Abel a su coño mientras bajaba sus bragas, Abel veía con emocón y excitación por primera vez veía la vagina de una mujer, podía ver algunos pelitos rojos al rededor y se quitó toda la ropa, Cristal emocionada se acostó ya desnuda sobre la cama abriendo las piernas y con sus dedos abrió su coño lo mas que pudo –Aquí bebe!, méteselo a mami por aquí!.
Abel ya estaba duro de nuevo, tenía su edad como ventaja con cuidado froto su pene con la entrada del coño de su madre –Aaaah!.
Aun no hacía nada pero la idea de lo que sucedía excitaba a Cristal como nunca antes había sentido, estaba más sensible que nunca.
-¿Estas bien mamá? ¿Te estoy lastimando?.
-No bebe, no te preocupes métela amor! métela!
Abel metió su pene poco a poco en la vagina de Cristal, despacio, con cuidado y con cada centímetro que entraba Cristal no podía evitar gritar más y más fuerte
– Mmmmm!! Aaah!!! Ooooohhh Ah! Ah! Ah! Aaaaaahhh!! Soy tuya bebe tómame!!! Mueve tus caderas en mi amor fuerte!!!
Abel no sabía muy bien lo que hacía pero Cristal estaba demasiado excitada y sensible, sus torpes movimientos le daban a Cristal el mejor y mas grande orgasmo de su vida.
Abel dejadose llevar también por la emoción y por instinto embistió mas y mas fuerte a su madre.
En ese momento Abel que ya no aguantaba mas soltó toda su carga dentro de su madre
-Ah! Ah! Ah! Ah! Ah! Aaaaaaaaaah!.
El coño de Cristal no dejaba de gotear sus jugos y en el momento en que sintió el semen de su hijo caliente dentro de ella su locura llegó al límite –Me corro bebe!! Me corroooooo!! AaaaaauuuuUuh!!!
Cristal soltó todos sus jugos abriéndose paso en el pene de su hijo jamás se había corrido de esa manera, la cama parecía haber sido orinada por Cristal pero los jugos que brincaron de su coño con tanta fuerza tenían un sabor mucho mejor.
-Ahora eres de mami y nada mas cariño, y yo soy tuya amor mis labios, mis abrazos, mis pechos y mi coño son solo para ti bebe.
Abel y cristal se quedaron abrazados, desnudos y besándose el resto del día.
Me chorreé con la lamida de pinga y bolas al nene, qué rico eso!! Si no me cojo uno, con chuparlo asi ya estaria feliz