Madre hay una sola, para darlo todo…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Edollan.
Me llamo Isabel, me casé embarazada muy joven a los 17 años y antes de cumplir los 18, parí a mi primer y único hijo. Quedé viuda a los 41 años y luego tuve un solo amante que no me dejó nada satisfecha, me entró una especie de frigidés, que me dejó pensando que mi vida sexual se había terminado, por eso me aboqué a envejecer lo menos posible, mi pensión de viudés, más lo que me daba mi único hijo, me permitía darme ciertos lujos, como tener una buena casa, un buén coche y una vida llena de paz y tranquilidad en todo sentido.
A mis 60 años, me había mantenido bastante bién, No faltaban los varones que me buscaban, pero ya mi decisión era definitiva, recuerdo con especial cariño a un chico de unos 20 años que me persiguió un buén tiempo, me llenó de orgullo, pero debí amenazarlo con hablar con su familia, y solo entonces desistió. Debo reconocer que fue la única vez que pensé en el sexo, porque alguna vez sentí la entrepierna muy humeda.
Las continuas visitas de mi hijo, en el último tiempo me hicieron pensar que su propia viudés, lo tenían a mal traer, sobre todo que subitamente, comenzó a tener interés en mi vida personal, cuando me veía con short, me acariciaba las piernas y no me llamaba la atención, puesto que siempre lo había hecho, pero ahora comencé a notar una actitud diferente, me dio mucho temor, porque me djo que había tenido una relación, que lo había perturbado, que se sentía destruido y que ya no confiaba en niguna mujer.
Bueno que había una sola y esa mujer era yo, le dije
– Lástima porque soy tu madre y jamás podría ser tu mujer – Me miró muy seriamente y me hizo una sola pregunta
– ¿Porqué no? – Me dejó sin palabras, solo pude decir
– Porque soy tu madre – Dijo despectivamente
– No seas arcaica, hoy en dia las relaciones endogámicas son comunes y corrientes – Pregunté
– Endo ¿que? – Me sonrió diciendo
– Las relaciones más maravillosas, que se pueden dar entre dos seres humanos que se aman, las relaciones en familia – Le respondí
– Tu estás loco, eso es incesto… eso es sucio… es… – Me dió mucha ira, pero él inmutable me dijo
– Piensa Isa ¿Quién te puede amar más que yo? ¿Quién te puede hacer más feliz en la cama que yo? – Me armé de valor y le dije
– Vete, fuera de mi casa degenerado, aprende a respetar a tu madre – Me miraba con ternura, se fue a la habitación, recogió sus cosas y antes de salir me pidió
– Isa solo te pido que leas en internet un poco más sobre el incesto, busca páginas que te lleven a entender lo que realmente es y no lo que te han enseñado los curas y piensa que si he sido un bruto, no lo seré siempre, te amo Isa, te amo como un hijo, pero recuerda que este hijo tuyo, es también hombre y tu eres una mujer deseable, por favor piénsalo y dame y date la oportunidad de ser felices, como no te imaginas, solo lee, investiga y no me condenes sin juicio – Le grité
– Fuera de mi casa, loco degenerado – Me miró ahora con pena, dijo
– No te preocupes, pero recuerda que un dia volveré para que seamos felices, lee Isabel, lee para que salgas de tu ignorancia – Salió y cerré la puerta de un golpe. Me sentí muy mal, era mi único pariente directo, mis hermanos y familiares, estaban en mi pueblo, donde me había jurado no regresar jamás. Mi nieta ya no me visitaba de algún tiempo, estaba sola.
Estuve muy mal tres dias, hasta que llegó un mensjero con un ramo de rosas rojas. Las iba a poner en agua, cuando observé que traían una tarjeta decía <Isa te amo> Me dio una ira tremenda, tomé las flores y las puse en la basura. Al dia siguente se repitió la situación, pero no recibí las flores, el chaval me explicó que era una orden, que podía perder su trabajo y no podía devolver las flores, igual no las recibí. Pasaron 15 dias en que cada dia se reptía la situación. Mi cuenta en el banco recibió como siempre, el dinero que me depositaba Edo y no había forma de devolverla.
Me entró la curiosidad, todos los dias entraba a Internet, pero me resistía a leer sobre el incesto, ahora lo hice, me quedé de piedra al leer lo común que era, además el antropólogo Lévi-Strauss daba explicaciones socio culturales, que me descolocaron. A partir del dia siguente, comencé a devolver las flores, pero me quedé con las tarjetas, la abrí con manos temblorosas, decía <Isa no luches contra la naturaleza, te amo y te amaré toda la vida> Me dieron ganas de gritarle mentiroso, apenas de des el gusto me dejas sola. Me puse a pensar y si no fuera así, ya habían pasado tres meses, no dejaba de mandarme flores todos los dias ¿Sería realmente amor? Me imaginé a Edo sobre mi follándome, me gustó la posibilidad de sentir una polla, que me hiciera sentir mujer y total Edo era mi hijo y nadie podría jamás enterarse, pasaron dos dias más en que los mensajes me desarmaban <Isa te amo, te deseo> Era el mensaje más común. Un jueves recibí las flores y las puse en un florero, ya sabía que pronto tendría visita y me preparé, volvería a ser mujer, sería la mujer de mi hijo, además era lo único que tenía, mi nieta ya me había olvidado, pendiente de su hijo, de su marido y de la segunda criatura que esperaba, así que Edo era lo único mio. Pensé mio, y no me desagradó la idea, pero sentí miedo. Ya estaba segura que terminaría follando con mi Edo.
Al dia siguente me arreglé muy bién, él ya sabía que estaba recibiendo las flores, me dispuse a recibirlo, pero le pondría mis reglas. Sonó el timbre y abrí la puerta, allí estaba sonriendo y con un enorme ramo de flores, me miraba con gran ternura
– Hola Isa, que las flores no te vean, porque morirán de envidia, estás bellísima – Solo le respondí
– Pasa por favor – Sentí que me temblaba la voz y me sentí como una chavala en su primera salida. Entró y nada más entrar me tomó de los hombros y me besó en los labios, fue un beso suave, no me pude resistir y abrí mi boca para recibir su beso, sentí su lengua buscar la mía, mientras sus brazos me apretaban contra su cuerpo, no me resistí y mis brazos se colgaron de su cuello, el beso duró unos minutos, le pedí separándome de él
– Tenemos que hablar… – Me interrumpió
– Tenemos toda la vida para hablar Isa,ahora te pido, te ruego me permitas demostrarte mi amor, quiero conquitar el tuyo – Le dije
– Para abandonarme mañana cuando me veas vieja – Dijo de inmediato muy seguro de si mismo
– Espero que no seas tu quién se canse de mi, porque estoy dispuesto demostrarte todo mi amor – Me tomó de la mano y me llevó a mi pieza, quise protestar, pero me volvió a besar y simplemente caimos sobre la cama, entendí que había llegado el momento, asi que me dispuse a ser suya, me desnudó lentamente, disfrutaba de cada paso que daba, me sacó la falda y la blusa, ya en sujetador y bragas,me sentí desnuda, Edo se desvistió quedándo en boxer, admiré su cuerpo, es perfecto, de un hombre que no podía disimular el tremendo bulto de su entrepierna, sentí que me humedecía
Nos subimos a la cama y nos besamos con fiereza, sabía que tenía que conquistarlo, hacerlo mio para siempre, me solté el sujetador y Edo se prendó de mis senos, los chupaba con una fuerza enorme me hizo gemir de placer, noté como se sacaba los boxer y luego me sacaba las bragas, se quedó mirando mi pubis, me separó lentamente las piernas y se agachó a lamerme la vulva, sentí un placer enorme, me di cuenta que estaba a punto de orgasmar, traté de evitarlo pero una corriente que no sentía desde hacía años, se apoderó de mi cuerpo y de mi voluntad, me entregué al placer, mientras mi amante me succionaba el clítoris sin piedad, le acaricié su cabeza y le dije
– Ven acá, quiero hacerte feliz –
Comenzó a besarme y a subir por mi cuerpo, nuevamente mis senos fueron victimas de su gula y los succionó con devoción, despertando mis más bajos instintos. Al fin sentí como su polla se preparaba para penetrarme, sentí su cabeza entrar con fuerza en mi coño, me sentí en el cielo, cuando el resto de ese cuerpo amado, me llenaba la vagina con su presencia, comenzó a moverse sobre mi y el placer casi desconocido, volvía a despertar mis pasiones, ahora descontroladas, el estaba muy exitado, porque en pocos minutos su boca se abrió para buscar aire y emitir sonidos de placer, mientras yo me convulcionaba en espasmos, al sentir su leche caliente invadirme la vagina.
Era lo máximo, le moví las caderas para que soltara hasta la última gota de semen, me comenzó a besar y a decime lo mucho que me amaba, no me pude contener y le dije – Te amo Edo, te amo, te deseo y me haces muy feliz, levanté mi pubis y le moví las caderas en movimientos circulatorios, sentí como su polla comenzaba a crecer y tomar cuerpo nuevamente, ese es mi hombre, listo para hacerme feliz y sin sacarlo, el mátil se adueño de mi cavidad, llenándola completamente, ese pene en mi interior me hacía gozar como una fiera, me volvia loca de placer, Edo mi niño,mi hijo, mi amante me follaba coma un reina y me sentí así, cuando aplastándome compltamente con su peso, me hizo orgasmar varias veces, no quería que me la sacara, tenía que sentirlo adentro, sentirlo mio y que me hicera gozar.
Lo máximo fue cuando lo sentí explotar en mi interior por segunda vez, ahora la vagina no soportó la carga y sentí como su semen unido a mis popios líquidos abandonaba su nido y se deslizaba por mi entre piernas, sentí que ese líquido tibio me mojaba el ano y comprendí, que esa era una señal, que dentro de poco mi unica virginidad, terminaria por la acción de esa polla que me hacía tan feliz, no me importó nada, ya estaba enamoraba de ese hombre, de mi hombre, de mi hijo y amante y le daría lo que me pidiera.
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