Madre querida, Madre Adorada 01
Mi primera vez con Mamá.
Madre querida, Madre Adorada 01
Hola a todos, soy Ruffin, voy a contarles mi historia.
Somos cinco hijos, dos hombres y tres mujeres, mi madre y mi padre. Mi mamá es una devota madrecita mexicana, dedicada exclusivamente al cuidado del hogar y mi padre es un empleado que se la pasa todo el día trabajando.
El cuidado de tantos hijos hace imposible ponerles atención a todos, pero yo el quinto hijo, el hijo sándwich, recibí más atención por parte de mi madre que los demás, recuerdo que éramos muy pequeños y ponía a todos (los más pequeños) en una tina y los bañaba rápido terminaba con ellos los secaba y los vestía. Y después iba yo, solo en la tina, mi madre me lavaba cariñosa y cuidadosamente, me besaba y me decía cosas bonitas, como niña jugando con su muñeca, me bajaba el prepucio y yo sentía cosquillas creo que por eso lo recuerdo, a pesar de tener cuatro o cinco años, y mi mami lo bajaba y subía y yo más reía.
Después empecé a bañarme solo pero mamá siempre iba a inspeccionar que lo hubiera hecho bien, a mí me daba pena pero ella decía “porqué te va a dar pena si soy tu madre” y me bajaba el prepucio y me lo volvía a subir, ya a los diez años mi verga era más grande y las erecciones eran dolorosas pero me gustaba. Todo eso terminó poco tiempo después tal vez porque pensó que ya podía limpiarme solo o tal vez por el sentimiento de culpa de mamá.
Ya en plena secundaria veía muy atractivas a las compañeritas y empecé a tener noviecitas de manita sudada (quiere decir que solo las acompañaba a su casa y algún besito ocasional). Salía de mi casa para visitar a la amiguita y me ponía la loción de mi hermano el mayor. Mi mamá siempre me preguntaba dónde y con quién iba, cuando le decía que con una amiguita torcía la boca y a veces se ponía un poco triste y otras enojada, pero siempre me despedía con un beso de trompita en la boca.
Para mis dieciocho años, le pedí permiso para hacer una fiesta e invitar a mis amigos y amigas, aceptó y se hizo la gran pachanga, mis hermanas invitaron a sus amiguitas y mi mamá a sus amistades, hubo cubas libres y cervezas para los mayores, pero mis amigos y yo nos las ingeniamos para acabar medio borrachos, era de madrugada y ya no quedaba mucha gente pero seguía la música y yo estaba bailando con una chava como de veinte años o un poco más que toda la fiesta estuvo acosándome y yo dejándome querer pero pues yo estaba chavo y no tenía experiencia en cuestiones sexuales y no la tomaba en serio pero ella ya estaba un poco borracha y entre bailar pegadito me daba unos arrimones que terminó por excitarme y salimos a la calle ya desierta y en un rinconcito oscuro empezamos a besarnos y a tocarnos, era muy guapa y me decía chamaquito y me preguntaba a que Kínder iba, cuando ella había sacado mi verga y me hacía una sabrosa chaqueta y yo estaba sorbiendo sus pezones y agarrándole las nalgas, salió mi mamá y empieza con chamaco cabrón métase a su casa ándele rapidito, me quedé con cara de wath y la chava llena de vergüenza se fue. La fiesta ya había terminado solo la familia estaba dando fin a la dotación de alcohol, ya para ese momento tomaba libremente y solo veía como mi madre me lanzaba miradas llenas de enojo, en verdad estaba enojada.
Por fin ya muy temprano la fiesta llegó a su fin y yo como buen caballero, cedí mi cuarto a unas amistades que se quedaron.
Todos se fueron a dormir y yo me acomodé en el sillón lo mejor que pude, casi lograba dormir cuando llego mi madre y se sentó a mi lado, y empezó a recriminarme:
“Debes de respetar la casa yo no les he puesto ese ejemplo para que ustedes hagan ese tipo de cochinadas, además esa muchachita tiene muy mala fama”
“Pero si no me voy a casar con ella”, le respondí.
“Si, pero como es una fácil al rato la dejas embarazada y ya te arruinó la vida”.
Estuvimos discutiendo en voz baja un rato hasta que mi madre se soltó a llorar.
Arrepentido por haber discutido con ella la abracé y le pedí perdón:
“Ya mami, ya, cálmese no la voy a volver a ver, discúlpeme”, y la besé en la frente al tiempo que ella levantó la cara y nuestros labios se juntaron, no sé si fue el alcohol pero mantuve mis labios sobre los de ella y sorprendentemente mi madre no se movió, al contrario, abrió levemente la boca y pude sentir su aliento a tabaco mezclado con licor, me atreví a empujar mi lengua dentro y ella la recibió hambrienta, de repente se entabló una lucha de lenguas dentro de su boca, eso fue realmente erótico y cachondo, a mis quince años estaba besándome con mi madre. Sacó su lengua y comenzó a morderme los labios y a besarme por toda la cara, “Mi muchachito chulo, mijito chulo, porque pones celosa a tu mamá” y me besaba el cuello y volvió a mi boca y nos fundimos en un beso lleno de pasión prohibida, para entonces mis manos ya estaban explorando el cuerpo llenito de mi madre, deteniéndome en sus grandes tetas, extrañamente las manos de ella solo me abrazaban, tomé la iniciativa y agarrando su mano la llevé mi entrepierna, para que sintiera la erección que en ese momento era tremenda. Empezó a sobarla por encima de mi pantalón, como queriendo borrarla. Sin despegar mi boca de la suya desabroché mi pantalón y lo bajé como pude, sus manos tomaron mi verga moviéndola de arriba a abajo, por mi mente cruzaron aquellas imágenes de mi madre lavándome mi pitito.
No sé porque pero eso detonó algo dentro de mí, algo como el turbo de auto de carreras, el pensar que mi madre se excitara agarrando la pequeña verga de su hijito, me hizo perder todo sentido de la realidad, tumbé a mi madre sobre sus espaldas, le levanté la falda, le bajé los calzones y hundí mi cara en su entrepierna, sorbiendo los jugos que chorreaban abundantes de su deliciosa y peluda panocha, ella solo gemía, aplastando con sus manos mi cabeza en su lugar secreto. “Chupa, chupale la panocha a tu madre, chúpale la panocha a mami”. Mi madre siempre fue muy recatada, muy religiosa, pero esa vez la vi como poseída, se veía en su semblante el placer y la lujuria. Sentí como su cuerpo se contraía por las oleadas de placer que estaba recibiendo. Abandoné la super mojada vagina de mi madre y fui directo a besarla, hacer que sintiera sus propios jugos chorreando de mi boca, “déjame saborear esa rica verga tuya”, y fue directamente hacia mi erecta y dura verga, la tomó en sus manos y la besó con la devoción con la que basaba a sus santitos, puso sus labios en la cabeza, la besó con amor y la lamió con la lengua hasta que hubo limpiado todo el líquido seminal que tenía y la introdujo en su boca, mi verga es grande y gruesa así que le cúpo con algunos problemas dentro, la succionó con tal fuerza que me extrajo los jugos restantes que quedaban al mismo tiempo que sentía que podía arrancármela de raíz.
Una vez que la hubo saboreado a su antojo, empezó a masturbarme con la boca, primero lentamente después más rápido y yo casi gritaba, mi escasa experiencia sexual me hizo venirme dentro de la boca de mi mamá y cuando ella retiró la cara de mi verga el semen chorreaba por las comisuras de sus labios, y me agarró por la nuca y me beso, compartiendo mi propio semen en un beso tan perversamente excitante, que aún hoy al recordarlo me sobreviene una erección.
Me besó el cuello y lamió mi oreja y me dijo en un susurro, “Cógete a tu madre, métele la verga a mami, por favor”. Ni tardo ni perezoso enfilé mi verga directamente hacia la entrada de su panocha y arremetí con todo el deseo sexual que en ese momento me poseía. “Mami”, le pregunté, “¿Te gusta cómo te estoy cogiendo?” ¿Quieres que te la meta más duro?” Y ella contestó, “cógeme tan duro como puedas, dime groserías al oído dime que tu mamá es una puta que coge con su propio hijo, dímelo”.
Por fin eyaculamos al mismo tiempo, me vine dentro de mi madre, que sudando y jadeando me decía, “Hijo, te amo, siempre te he amado desde hoy soy tuya, cuando quieras y donde quieras, ahora sabes que no puedo vivir sin ti”.
“Mami, yo también te amo, te juro que no tendre ojos para ninguna mujer, solo para ti.
Después de un largo y profundo beso, se despedí y se fue a dormir, yo en cambio no pude conciliar el sueño, todo lo que sucedió era algo muy complejo de asimilar.
Continuará
Eso es lo más rico que pueda ver.! Yo en una ocacion me cojo a mi hijo? Pero con quien si e cojido es con mi yerno me cojer muy rico
Así es, no hay nada mas hermoso y cachondo, saludos Consuelo
Es normal que ellas nos vean en ocasiones como hombres, es ahí cuando debemos saber actuar