maia,la pequeña de la casa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Javier1989.
Maia es la “pequeña” de la familia, a pesar de que cuenta con quince años de edad su cuerpo aún no está del todo desarrollado y se muestra muy infantil y mimosa. Rubia de ojos verdes, bastante llamativa, menudita. De complexión delgada y no demasiado fuerte. Mimosa, cariñosa, y bastante servicial.
Ricardo es el padre de familia, un hombre maduro aunque nada descuidado, sin esposa, liberal, bastante abierto de mente. De cabello castaño claro, brazos fuertes y manos rudas, bastante protector. Es un hombre grande, que impone, deseable a los ojos de cualquier mujer.
Sergio es el mayor, con diecinueve años de edad, es un joven reservado aunque nada tímido, observador, rudo. Fuerte como su padre, estricto, exigente. Ojos color miel y cabello a juego, algo de barba, pero no demasiada. No es especialmente cariñoso ni tierno, cuida a sus hermanos a su manera, lo que no significa que no le quieran.
Y por último, Daniel, el hermano adorado de Maia, con diecisiete años y pelo negro como su madre, ojos verdes, pero no claros. No demasiado atlético, pero si posee un buen cuerpo, y es bastante fuerte. Es algo más delicado que el resto de varones de la casa, sobre todo con Maia, con quien tiene una relación especial.
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Maia aporreaba la puerta del baño de manera insistente, aún con su fino pijama de verano y el pelo algo alborotado, de nuevo, se le había hecho tarde para ir al instituto y su hermano mayor, Sergio, había acaparado el baño. No había nadie más en casa a quien quejarse, por lo que se limitaba a llamar una y otra vez a la puerta, como si le fuese la vida en ello.
– Porfi, tato porfi, tú hoy no tienes que ir a ningún sitio, yo llego tarde, porfi porfi ábreme.
– Joder, Maia, siempre igual.
La pequeña esbozó una sonrisa puesto que sabía que su hermano abriría de un momento a otro, lo que no se esperaba es que abriese la puerta completamente desnudo, a la voz de “Vamos, entra ¿A qué estás esperando?” Ruborizada y por la falta de tiempo, pasó al baño y esperó unos minutos a que su hermano decidiese salir, pero, al ver que no parecía tener intención de hacerlo, dejó su ropa sobre el inodoro y comenzó a desvestirse.
– No, pequeña ¿Te he dado permiso para hacer eso?
Inquirió su hermano, haciéndola estremecer, por supuesto los encuentros furtivos entre los dos hermanos eran relativamente frecuentes, y cierto era que a pesar de lo dominante que era él, a Maia le gustaba sentir que hacía feliz a su hermano mayor, sin embargo, esta vez, y sabiendo bien lo que venía, se encogió de hombros, ruborizada.
– Pe-Pero es que… voy a llegar tarde y…
– Y tus amiguitas te esperan para ir de la manita al cole ¿No? Vaya, pensaba que tu hermano era más importante para ti que esa panda de mocosas.
Comentó el joven aparentemente decepcionado, a sabiendas, de que tendría a su pequeña hermana en la palma de su mano, y, efectivamente, segundos después pudo sentir los brazos de esta rodear su cuerpo mientras terminaba de afeitarse, o más bien, de arreglarse.Con una pequeña sonrisa triunfal, Sergio se giró y comenzó a empujar suavemente a su hermana hacia abajo hasta hacerla arrodillar frente a su miembro semi-erecto, dándole así a entender que era lo que deseaba, y como si de un resorte se tratase, la joven comenzó a lamer de manera delicada el miembro del chico, a la espera de que endureciese totalmente, ayudándose de una de sus manos para masturbarle. Cuando al fin pudo sentir aquel trozo de carne que tan bien conocía, y que se había deshecho de su virginidad un año atrás, totalmente duro en su mano, comenzó a juguetear con la lengua en su glande, arrancándole a su hermano los primeros suspiros de placer, sin embargo, deseoso, posó una mano en la cabeza de la joven para empujarla algo más hacia sí, forzándola a abrir los labios y a introducirse poco a poco, su miembro en la boca.
Maia se esforzaba siempre por complacer a su hermano mayor y tenerle contento, por ello dejó su boquita bien abierta mientas se afanaba en recorrer su miembro con los labios, no llegando a abarcar todo su miembro, pues era demasiado para ella y él lo sabía bien. Tomando algo más de confianza, cerró los ojos así como los labios en torno a su piel, forzando un poco los mismos para comenzar a masturbarle con la boca, así como sabía que le gustaba a él, siempre tratando de avanzar un poco más, llegando a sentir el glande del chico en el inicio de su garganta, aquello parecía gustarle pues Sergio parecía haberse abandonado totalmente al placer que su pequeña hermana le proporcionaba, comenzando a gemir de manera casi inaudible, regalándole a ella algunos susurros entre los cuales podía distinguirse su nombre, a pesar de que iba seguido del calificativo de “mi pequeña zorrita” Sintiendo el placer recorrer su cuerpo, pronto agarró la cabeza de su hermana y comenzó a mover sus caderas, imponiendo el ritmo que deseaba, sin darle la oportunidad a Maia de protestar o quejarse, simplemente, dándose placer a si mismo sin tener a penas en cuenta los humedecidos ojos de su hermana.
Entraba y salía de su boca con fuerza, deleitándose del calor y la humedad de la misma, comenzando a segregar bastante líquido pre seminal que indicaba, que pronto terminaría, el cual Maia se afanaba por tragar, tratando de no respirar muy fuerte para no atragantarse, más de lo que ya lo hacía, pues comenzaba a toser de un modo bastante seguido, a pesar de ello, hacía amago de tragar con fuerza para que su hermano sintiese su estrecha garganta presionar su miembro, gesto que hacía que se sintiese orgulloso se ella aunque fuese solo por unos momentos. Tras varios minutos que a la joven se le antojaron infinitos, Sergio comenzó a descargar dentro de su joven boca, alzándole el mentón lo justo para poder verla tragar, tarea que para nada desagradaba a la joven pues realmente disfrutaba del sabor de su hermano.
– Me gusta tu lechita, tato. Murmuraba ella mientras su boca iba acabando con aquel delicioso premio que su hermano había decidido concederle.
espero que sus comentarios sean positivo recuerden es solo ficcion
Dudo que Javier1989 lea esto, pero a los demás un consejo. No pongan eso de «…recuerden es solo ficcion».
No nos gusta que jodan así el relato, sea cual sea. No lo jagan.
Sólo mándenlo y ya, y que se maten los hipócritas que vengan con sus moralinas de cloaca.
Eso. Gracias.
Cierto. Le di 1 estrella por eso.