Mamá es muy especial. – Cuarta parte y final.
—Entonces te invito a mi cama … Así me cuentas y me muestras lo que le hiciste a Roxana ….
Me desperté en medio a mamá y Roxana. Roxana dormía con su cabeza apoyada en mi pecho, mientras mi madre estaba acurrucada a mi sobre mi brazo derecho. Estábamos cubiertos con el edredón y no tengo la menor idea de quien se encargó de cubrirnos. Si no fuera por el hermoso rostro de Roxana y las enormes tetas de mamá que lograba vislumbrar bajo la cubierta, hubiese pensado que todo esto había sido un maravilloso sueño. Pensé en lo afortunado que era, quizás cuantos hombres me envidiarían si supieran de mi experiencia. Sentí que Roxana se agitó y abrió sus somnolientos ojos, su voz estaba un poco ronca cuando me saludó.
—Buenos días, querido Héctor …
—Buenos días, hermosa …
Le respondí. Ella gimió arqueando su espalda y se estiró con sus brazos al aire, dando un teatral bostezo, sus pechos hermosos cimbrearon de lado a lado acompañando el movimiento de su sinuoso cuerpo. Luego se volteó hacia mí y dijo en forma elocuente.
—Sabía que más temprano que tarde iba a follar contigo …
—Ha sido muy agradable y excitante hacerlo contigo y con mamá …
—No pensé que podrías con dos mujeres a la vez … A decir verdad … Tu padre también era muy capaz de hacerlo …
—Bueno … No todo el merito es mío … Tú y mamá son fantásticas hembras …
—Sí … Tienes toda la razón …
Justo en ese momento, mamá abrió sus ojos resplandecientes.
—Buenos días, mami …
—Buenos días, bebé … ¿Sabes que hora es? …
Roxana tomó el celular de mamá de su mesita de noche y exclamó.
—¡Maldición! … Tengo dos horas para volver a casa … Viene a visitarme mi suegra …
Saltó de la cama toda desnuda y comenzó a recoger su ropa. Cuando terminó de recoger todas sus prendas se volvió hacia mí.
—Tengo que prepararme … Héctor, ¿podrías ser tan gentil y ayudarme? …
Me volteé hacia mi madre.
—¿Ugh? …
Ella me hizo señas con la mano.
—Ve … Ve y ayúdala con la ducha …
Me levanté y salí de la cama, Roxana me tomó de la mano y nos fuimos hacia el baño. Dejó sus ropas a un costado y luego abrió el grifo de la ducha, desnudos nos metimos bajo el agua tibia.
—Así que tienes que hacer, ¿eh? … —Pregunté frotándole la espalda.
—Sí … Me hubiese gustado quedarme un poco más … Pero no quiero quitarte el tiempo que tú y ella tienen para disfrutar juntos …
Me respondió Roxana. Me agaché a jugar con sus nalgas estrechas y firmes, diciéndole.
—Espero que también tu lo hayas disfrutado …
—De hecho, todo ha sido maravilloso … No pensé que iba a poder con tu enorme polla, pero casi me volviste loca … Ahora estoy celosa de Virginia … Ella hizo contigo algo que yo quisiera que tu me lo hicieras a mí …
Agarré el champú con aroma de manzanas y metí un poco en mis manos. Suavemente comencé a lavar sus cabellos. Roxana tenía la barra de jabón en sus manos y comenzó a lavar mi polla. Dirigí el chorro del grifo y enjuagué sus cabellos, poco a poco ella fue abriendo sus ojos y se agachó a lavar mi pene, entonces mientras me pija se agrandaba, le pregunté.
—¿A que te refieres cuando dices lo que yo le hice a mi madre? …
Entonces se volteó y empujó su trasero contra mi polla.
—Quiero que me lo metas por el culo … Nunca lo he hecho y quiero saber como se siente …
La miré un poco confundido.
—Pero mamá sabe como hacerlo … Yo no soy un experto y podría dolerte mucho … Vas a necesitar una lubricación adecuada …
—Métete un buen poco de champú sobre tu polla y méteme también un poco en mi agujero … Creo que eso bastará …
—¿Y el dolor? …
—No temas … Tengo buen aguante …
No estaba seguro de si ella estaba preparada para recibir mi enorme polla en su agujero demasiado estrecho. Agarré la barra de jabón y comencé a pasearla por el surco estrecho formado por sus nalgas y la empujé suavemente contra el apretado hoyito rosado, Roxana me sonrió por sobre su hombro, luego puso ambas manos contra la pared, separó ligeramente sus piernas y empujó contra la barra de jabón. Observé su ano que comenzaba a abrirse, metí tres de mis dedos y más jabón. Mis dedos comenzaron a entrar y salir ágilmente de su hendedura ajustada. Su capullo rosa se veía bien y apetitoso. No sé que cosa me prendió, pero lo siguiente que supe es que mi cara estaba entre medio de sus glúteos y mi lengua se adentró más allá de su esfínter. Roxana chilló y gimió.
—¡Hmmmmmm! … Pensé que yo era la única a la cual le gustaba hacer eso … ¡Aaaahhhh! …
Empujé mi lengua lo más adentro que pude, lógico que sabía de jabón de manzanas, pero eso no me detuvo, la seguí follando y lamiendo con mi lengua mientras enjuagaba su estrecha cavidad. Mientras me ponía de pie empujé mis cuatro dedos dentro de su esfínter y la follé así por un rato, después me acomodé detrás de ella y paseé mi erección en medio a sus posaderas, a continuación, apunté mi dura pija contra su dulzura apretadita. Por encima del hombro le pregunté.
—¿Estás lista? …
—¡Uhm, sí! … Creo que sí …
Aferré mi pene y lo empujé contra su entrada trasera y di una embestida con mis caderas.
—¡Aarrgghh! …
Chilló Roxana e inmediatamente me hizo detener. Acaricié sus cabellos mojados y le susurré al oído.
—¡Sssshhhh! … Solo relájate … Cálmate y respira hondo …
Ella siguió mis instrucciones, respiró hondo y exhaló.
—Estoy lista …
Rocié un poco de champú sobre mi glande y volví a colocarlo contra su hendedura chiquita y apretadita. Suavemente empuje y sentí mi glande adentrase más allá de su anillo anal.
—¡Oooohhhh! … ¡Hmmmmmm! …
Su gemido sereno me indicó que ella se había tranquilizada y seguí empujando mientras la tomaba por sus caderas. Muy pronto mi pelvis chocó con sus nalgas, ella seguía gimiendo. Me detuve y le dije besándole el cuello.
—¡Brava! … Lo has hecho … Toda mi polla está dentro de ti …
—¡Hmmmmmm! … Me parece estar sentada en una raqueta de béisbol …
—Un bate de béisbol querrás decir …
—¿Y no es lo mismo? …
—Por supuesto que no …
—Bueno muchachito sabiondo … Deja de perder tiempo y comienza a hacérmelo como te he visto hacerlo a Virginia …
—A su orden, señora …
Me hice un poco para atrás, mi polla se veía estupenda encastrada en esa apretada cuevita, rocié otro poco de champú sobre mi pija y empujé hacia adentro. Ella y yo gemimos al unísono. Lenta y delicadamente comencé un suave mete y saca, su culo hacía burbujitas de placer y al parecer ella se había acostumbrada a mi envergadura.
Me concentré en follarla a una velocidad sostenida y ligeramente enérgica, esto provocó que Roxana gimiera y mantuviera sus posaderas firmes contra mis embestidas. Delicadamente traté de no enterrárselo todo en su estrecho recto, me bastaba sentir su apriete en mi glande, su esfínter se contraía muy apretado, cosa que me fascinaba al follar su estupendo culo. El orificio de su trasero se apretaba y me soltaba, una y otra vez, entonces empecé a afondar mi polla un poco más profundo, hasta tocar mi pelvis con sus glúteos. Aferré un poco mas fuerte sus caderas y gemí follándola enérgicamente mientras ella se agitaba y intentaba tirarme más adentro de ella. ¡Carajo! ¡Sí que se sentía bien mi polla en su culo! No pudiendo resistir más tiempo, disparé algunas ráfagas de semen en su trasero.
—¡Umpf! … ¡Umpf! … ¡Umpf! … ¡Aahhhhhh! … ¡Hmmmmmm! …
Muy despacito comencé a retirar mi polla enorme de su estrecho esfínter, instantáneamente este se cerró manteniendo mi semen al interior. Roxana se giró y me besó.
—¡Chico! … Has estado en todos mis agujeros, ¿sabes? … Ningún otro hombre puede decir eso …
Se apretó contra mi pecho, le sonreí y le devolví su beso apasionadamente, luego salimos de la ducha. Cogí una toalla y procedí a secar su voluptuoso cuerpo, enseguida la envolví en ella y agarré otra toalla para mí. Me fui a mi habitación a vestirme, mientras Roxana comenzó a vestirse rápidamente.
Cuando entré a la cocina mamá ya estaba allí vestida con pantalones cortos y una remera ceñida. Había encendido la cafetera y preparaba algunas hogazas de pan , mantequilla y mermelada. La atrapé por detrás, aferré sus tetas y le di un beso. Ella se volteó sonriendo y diciéndome.
—¿Y por qué fue eso? …
—Por ser la increíble mujer que eres … Una mamá muy especial …
—¡Oh!, amaneciste en modo romántico … ¿Y que les tomó tanto tiempo en el baño? …
—¡Ehm! … Roxana quería probar … ¡Uhm! … Anal … El sexo anal …
—¡Oh! … Qué bien … Bueno que se haya atrevido …
A los pocos minutos, Roxana se nos unió en la cocina y disfrutamos riéndonos y comiendo el desayuno que había preparado mamá.
Roxana ya vestida, se despidió de mamá.
—Creo que voy a comenzar a extrañarlos desde el momento en que salga de esa puerta …
—Bueno … Esa puerta estará siempre abierta y estaré muy contenta de volver a tenerte aquí …
Dijo mamá abrazando a su mejor amiga. Luego se volteó hacia mí diciendo.
—Y tú … Cuídate mucho … Cuida ese tesoro y prometo que volveré a por más … Estoy contenta de que hayas tomado la virginidad de mi trasero …
—Siempre serás bienvenida y atendida en esta casa …
En eso su celular sonó, era el Uber que la esperaba para llevarla de regreso a su casa. Salió rauda hacia el carro después de abrazarnos y darnos sendos besos en la mejilla a mamá y a mí. Luego quedamos solos mamá y yo.
—Otra vez solos tu y yo …
—Sí y todavía es muy temprano para salir de casa …
—¿Salir de casa? … ¿Tienes algo que hacer con tus amigos? …
—No, hoy no …
—Entonces te invito a mi cama … Así me cuentas y me muestras lo que le hiciste a Roxana …
—¿Deveras quieres que te muestre eso? …
—Por supuesto … Soy tu madre y soy muy curiosa … Muero de ganas por saberlo y sentirlo …
—Oh, mami … De verdad eres una mamá muy especial …
Con eso mamá se bajó sus pantalones cortos y me mostró sus nalgas mientras caminaba contoneándose hacia su dormitorio. Ese era un incentivo imposible de soslayar, sentí las pulsaciones de mi polla y rápidamente la seguí hipnotizado por su hermoso trasero.
Fin
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Excelente. Muy cachondo