Mama quería polla y polla tuvo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sherezada.
Patricia acababa de llegar a su casa, serían las 7 de la tarde.
Venia vestida con unas calzas grises que le marcaban sus grandes nalgas. También tenía un escote normal, ni muy obsceno ni muy puritano. Para ella su orgullo eran sus nalgas capaces de aplacar a cualquier palo que se les pusiera enfrente… o debajo
Al llegar a su casa escucho ruidos, gritos de dolor y tuvo un poco de miedo.
-Por favor! Hazlo ya!
A medida que se acercaba a las habitaciones, supo que estas provenían del corredor de su hijo y rápidamente su miedo se convirtió en enojo.
La luz no estaba prendida y solo entraba una luz tenue del salón principal.
-Ignacio, que están haciendo! Mi casa no es un hotel!
-Usted señorita tome su ropa e inmediatamente salga de mi casa!
La muchacha se despidió de un pico de Ignacio y casi se gana una cachetada mientras se alejaba con una risa burlona.
-Estas castigado, ningún gasto extra durante dos semanas!
-Mamá, disculpa por traer a mi novia a tu casa, pero porque me castigas, el sexo es lo mas natural del mundo ma.
-Pero hijo, el sexo es natural cuando es entre ustedes dos, no creas que no vi el juguete que tenías.
-De que juguete me hablas?
El joven rápidamente pensó que no había visto que ese "juguete" era su polla.
-No sé como se llaman hijo, pero le estabas dando placer a tu amiguita.
-No era un juguete, era yo.
-Tú? No te entiendo, ya sé que eras tú, me refiero a esa cosa enorme que le estabas metiendo a tu amiga. Una cosa es el sexo entre ustedes pero cuando involucras juguetes hijo, ya no es algo sano y no pienso tolerarlo.
Ignacio aún estaba caliente y la sangre de su cabeza superior le había abandonado y se había ido a la inferior. Así que sin pensarlo mucho se atrevió a decir que era ese juguete.
-No era un juguete, era mi p… pene
-Tu que?
Inconcientemente un rubor se marcó en las blancas y bien definidas mejillas de la madura. Cosa que el joven se percató.
-Oye hijo, pero esa cosa era muy larga y gorda, a mi no me mientas jovencito.
-Si de verdad viste una cosa laga y gorda como tu dices, era mi pene. Me sorprende que no vieras las venas, un juguete no tiene.
La mujer se recreaba, las palabras de su hijo eran transformadas en imágenes y nuevamente su cuerpo la traicionó. Ahora su boca empezaba a producir saliva y su coñito a lubricarse. Así que optó por despedirse y posponer el asunto. Sentía un calor bajo sus piernas que debía ser apagado.
Tan pronto llego a su cuarto y echó el seguro, estaba dispuesta a echarse unos dedos pero negaba la raíz de su calentura: Ignacio.
Tan pronto posó sus dedos sobre su raja, el deseo fue tal que se atrapó a si misma su mano aprisionandola con sus muslos.
De verdad su hijo la tendría así de larga y gorda? No lo sabía, lo que sí sabía era que el calorcito en sus piernas etaba empezando a doler. Necesitaba algo con que llenarla.
Se dirigió a la habitación de su hijo.
-Toc-toc-toc.
-Que pasa?
-Me dejaste pensando hijo, si de verdad la tienes así, no puede ser normal.
-Te puedo hacer una pregunta mamá?
-Adelante hijo
-Tu crees que estar nalgona como tú es malo? Yo no veo a muchas mujeres con tan buen culo. Es solo genética. Tu sacaste gran trasero, yo gran pene.
La mujer se quedo muda y solo pudo esbozar una sonrisa.
-Mira mamá, te la enseñaría pero acabo de despertar y de tejer sexo, estoy medio erecto así que no es buena idea.
Por supuesto que ella no iba a perder oportunidad para verla ni el para mostrarla.
-Es mejor así, no seas tímido, no es nada sexual, es que de verdad me preocupas.
La mujer ya tenía el coño jugoso, listo para cualquier embestida.
Ignacio se bajó el bóxer y dejó en libertad un inmenso mástil de carne. La mujer tragó aire y se llevó las manos a la boca, tenía frente a ella aquella lanza con la punta que parecía dispuesta a llegar a lo más profundo de cualquier fémina que se pusiera en su camino.
-Sin pensarlo dos veces, le quitó el bóxer y sujetó la polla, empezó a examinarle como si de una joya se tratase, intentando calcular su valor. Ignacio se quería dar media vuelta para sentarse en su cama pero su madre no le soltaba el pedazo. Eso le dió un poco de risa e intento ir hacia atrás hasta dar con su cama . Su madre aproximo su boca a la polla y ahora era Ignacio quien sentía el calor, como si de un acero caliente que se mete al agua fuera.
Le sobaba el tronco y con la lengua acariciaba la coronilla. Estaba deseosa de sentirla entera en su boca pero no pudo, intentó darle un bocado y apenas la mitad entró. Rápidamente pensó que si su boca no podía con semejante adversario, quizá su coño sí.
Se puso de pie, se quito las calzas y la panty, Ignacio quería llenarla hasta el fondo así que junto sus talones y sus piernas quedaron en forma de arco.
-Ven mamá, necesito llenar tu coño.
Ella no reaccionaba a las palabras, no hasta ser empalada y vivir para contarlo. Se puso a horcajadas y dejó caer su peso sobre el pedazo de su hijo. Su cara ahora parecía de alivio, al fin había recibido su inyección y se sentía mejor.
-Follame bebé.
Sin esfuerzo Ignacio la tomó por las nalgas y la hizo rebotar mientras se ponía de pie. Ambos estaban al limite así que solo aguantaron una cabalgata más y ambos tuvieron su orgasmo, pero no fue lo único que compartían, también compartían una pregunta: que pasará mañana cuando la calentura de ambos baje?
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!