Marc, un padre responsable.
Marc se queda solo con sus dos hijos pequeños, hará algo especial para ellos como el padre amoroso que es..
Marc
Marc tiene 28 años, es un hombre blanco de estatura alta, alrededor de 1.85 metros, con un físico que refleja su dedicación al deporte. Su cabello es castaño claro y lo lleva corto, con una ligera textura ondulada. Sus ojos son de un azul intenso, que contrasta con su piel clara y bien cuidada. Una barba recortada y cuidada que lo hacen lucir un poco más grande. Su pecho, el cual cuida con especial esmero, es ancho y musculoso, mostrando los resultados de años de entrenamiento, con dos grandes pezones en el centro de cada pectoral.
Ana
Ana, de 26 años, es una mujer blanca con una belleza clásica y natural. Tiene el cabello largo y lacio, de un tono castaño oscuro que a veces recoge en una coleta o trenza. Sus ojos son de un verde profundo, enmarcados por largas pestañas y cejas perfectamente arqueadas. Su piel es clara y su figura es esbelta, con una delicada elegancia que lleva en su manera de vestir y moverse.
Luca
Luca, el bebé de 4 meses, es adorable con su piel blanquísima que resplandece bajo cualquier luz. Tiene una cabeza llena de finos cabellos rubios que apenas comienzan a crecer, y sus ojos son de un azul claro que brillan con curiosidad e inocencia. Sus mejillas son regordetas y suaves, y sus labios rosados, siempre en una ligera curva, sugieren una sonrisa constante.
Emily
Emily es una niña de dos años con una piel clara y una melena de cabello castaño oscuro. Sus ojos son de un color avellana, grandes y expresivos. Es una niña pequeña pero llena de energía, con una figura regordeta pero que aun así es muy activa.
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Marc había terminado su rutina de entrenamiento matutina y, aún con el sudor fresco de su carrera, llegó a casa sin camiseta, mostrando su pecho tonificado bajo el sol. Al abrir la puerta principal, la calidez de su hogar lo recibió con un abrazo silencioso.
Emily, que estaba en el salón jugando con sus bloques de construcción, levantó la vista al escuchar el ruido de la puerta.
«¡Dada!» balbuceó Emily, extendiendo los bracitos hacia él con un brillo de alegría en sus ojos.
Marc se agachó, recogiendo a Emily en sus brazos con una sonrisa amplia. La abrazó con ternura, sintiendo su pequeño cuerpo caliente contra el suyo. «¡Hola, mi pequeña! ¿Cómo ha sido tu mañana?»
Emily balbuceó y se aferró a él, sonriendo ampliamente mientras le daba un pequeño abrazo.
Ana estaba en la sala, sentada en el sofá con Luca en brazos y una taza de café enfrente. Al ver a Marc, sus ojos se iluminaron y sonrió.
—¡Hola, amor! —dijo Ana con ternura.
Marc se acercó, abrazó a Ana con cariño y se inclinó para ver a su hijo. Luca, envuelto en su cobertor blanco, se movió ligeramente en el regazo de su madre.
—Hola, pequeño —murmuró Marc, acariciando la cabecita del bebé.
—¿Cómo te fue en tu entrenamiento mañanero? —preguntó Ana, mientras Marc soltaba a Emily en el suelo con cuidado.
—Genial. —respondió Marc, sonriendo. —Estoy feliz de estar en casa.
Marc se dirigió a la cocina, para preparar un batido de proteínas. El sonido de la licuadora mezclando los ingredientes se combinaba con el aroma del café recién hecho. Ana entró en la cocina, y dio un último trago a su café ya lista para salir.
—Marc, tengo que salir un par de horas para visitar a mi madre, no ha estado muy bien. —dijo Ana, mirando a su esposo con una expresión de disculpa—. Lo siento, sé que es la tercera vez esta semana que te dejo solo con los niños.
Marc le sonrió mientras vertía el batido en un vaso.
—No te preocupes, amor— respondió, su tono lleno de comprensión—. Me encanta pasar tiempo a solas con los niños. Además, como soy el CEO de la empresa, solo avisaré que llegaré tarde nuevamente. No hay problema en absoluto.
Ana respiró aliviada y se acercó para darle un beso en la mejilla.
—Gracias por entenderlo. Prometo que te lo compensaré.
Marc la abrazó con ternura y luego se dirigió hacia el moisés en donde estaba su hijo dormido, listo para disfrutar del tiempo con sus pequeños.
Después de que Ana se despidió y salió de la casa, Marc la observó desde la puerta de la cocina hasta que la puerta principal se cerró detrás de ella. Dio un último trago a su batido medio lleno y con una sonrisa en el rostro, tomó a Luca en un brazo y levantó a Emily en el otro.
—Vamos a divertirnos un poco, pequeños —murmuró Marc con una sonrisa.
Con Emily firmemente apoyada en su brazo izquierdo y Luca en el derecho, Marc subió las escaleras rápidamente. Cuando llegaron a la parte superior de las escaleras, Marc colocó cuidadosamente a su hijo entre las almohadas de su cama asegurándose de que siguiera dormido. Luego dirigió su atención a Emily, que todavía estaba en sus brazos.
Con una suave sonrisa, Marc levantó suavemente a Emily y la colocó en el borde de su cama. Luego se arrodilló y, con sus ojos cálidos y amorosos, miró su trasero cubierto por el pañal y dijo —Parece que alguien necesita un cambio de pañal— sin embargo era mentira, Emily estaba completamente limpia.
Sin dudarlo, Marc le quitó el pañal y expuso la pequeña vagina de Emily. Acerco su nariz y respiró profundamente, saboreando el familiar aroma de su inocencia. Con el máximo cuidado y ternura, Marc comenzó a lamer el coño de su hija, saboreando cada delicioso momento, con la misma boca con la que le da placer a su mamá.
Ana no lo sabe, pero esto es lo que Marc hace cada que se queda a solas con sus pequeños hijos.
Mientras continuaba su exploración oral, Marc no pudo evitar notar los pequeños balbuceos de Emily. Sus pequeños gemidos de entre placer y cosquilleo por la barba de su padre, llenaban la habitación de inocencia y perversión al mismo tiempo, enviando oleadas de placer a través de su cuerpo.
Conforme continuaba complaciendo a su hija, la excitación de Marc comenzó a aumentar. Podía sentir la presión acumulándose dentro de él, exigiendo liberación. Con un movimiento rápido, Marc se quitó los shorts, revelando su hombría erecta. Un pene de 20 centímetros de largo y una cabeza bastante grande cubierta a la mitad por su prepucio.
Con ambas manos ahora libres, Marc comenzó a masturbarse con una mano y a jugar con su pezón ( una de las partes mas erógenas de su cuerpo) con la otra, igualando el ritmo y la intensidad de los movimientos de su lengua en la vagina de Emily. La combinación de los sonidos de su hija y su propio placer era abrumadora.
No contento con solo complacer el coño de Emily, Marc dirigió su atención a su ano. Su lengua trazó delicados círculos alrededor de su agujero fruncido, encendiendo una sensación que Emily ya había experimentado antes, gracias a papá.
Después de estar un buen rato lamiendo el ano de Emily, no pudo resistir la tentación de su boquita. Se levantó, tomó su gran miembro y deslizó su prepucio hacia atrás, descubriendo su gran cabeza rosada con algunas gotas de precum escurriendo, y lo guio hacia la boca de su pequeña hija que seguía aún acostada. Emily dudó un momento, sin saber qué hacer, pero al ver el rostro de su padre, abrió la boca y dejó que su pene entrara.
Los intentos inexpertos de Emily de chupar le trajeron aún más placer a Marc. La combinación de la cálida boca de su hija sobre su pene y la vista de su cuerpo desnudo retorciéndose debajo de él era demasiado excitante para él. Sin embargo no quería lastimarla, por lo que solamente metía y sacaba su glande, respetando la capacidad de esa pequeña garganta.
Mientras Emily mamaba, Marc continuó acariciando el coño joven e intacto de su hija con sus dedos. Con cada momento que pasaba, su excitación crecía y se sentía aún más excitado. Así que retiró su enorme pene de la boca de su hija y la llevó hacia su vagina. Marc sonrió y colocó suavemente su polla cerca de sus pequeños labios vaginales.
—Que ganas de estar ahí dentro, pero aún no estás lista bebé— Marc sabía que una penetración a esa edad y con un pene tan grande podría ser muy peligroso, y no quería lastimar a su pequeña hija.
Con el máximo cuidado, Marc comenzó a frotar la cabeza de su polla contra el coño aún ensalivado de Emily, provocándola aún más. Emily soltó varias risitas inocentes mientras se retorcía bajo su toque.
Cuando Marc se acercó al punto de no retorno, no pudo resistir la tentación por más tiempo. Se comenzó a masturbar muy fuerte y con un gemido de placer, llegó al clímax, liberando varios chorros de su semen cálido sobre el cuerpo desnudo de su pequeña hija, sobre todo en su estomago y vagina.
Cuando las oleadas de placer se calmaron, Marc sacudió su pene y se maravilló al ver su semen goteando por los suaves muslos de su hija. Con un toque suave, recogió un poco de su esperma con sus dedos y se los llevó a los labios de Emily.
Emily, todavía atrapada en la euforia del momento, abrió la boca obedientemente, permitiendo que su padre le diera un poco de su semen. Y degustó el sabor agridulce en su lengua.
Marc no pudo evitar sonreír al ver a su hermosa hija, con sus labios relucientes de semen. Tomó su teléfono y capturó el momento, tomando una imagen de él y su hija, con sus cuerpos entrelazados.
En la foto el físico cincelado de Marc era evidente. Sus poderosos pectorales y abdominales definidos estaban en plena exhibición, y su gran pene que aun seguía semi-erecto y chorreando unas gotas de semen. Emily yacía en la cama, cubierta con el semen de su padre, su rostro inocente era un testimonio de la aventura que habían compartido, y sus labios vaginales tan rojos por tanto roce eran la prueba de ello. Marc procedió a guardar esa imagen en su carpeta privada titulada »Mi princesa».
Después de unos momentos al recuperar la compostura y con el aliento aún un poco agitado, Marc fue por toallas húmedas para limpiar el cuerpo de su hija, limpiando con cuidado el semen que se había filtrado en su coño, vientre y boca. Se aseguró de que no quedara ni un rastro de su momento íntimo, dejando a Emily impecable y limpia, poniendo ahora un pañal nuevo.
Una vez terminado Marc dejó su teléfono en la mesita de noche, y con un gran suspiro de satisfacción se dejó caer en medio de la cama, y sin darse cuenta movió las almohadas despertando al pequeño Luca.
Al escuchar su llanto se levanto rápidamente aún desnudo para consolarlo. — Hola campeón, se me olvidó por completo que estabas aquí— lo cargó en sus brazos para volverlo a arrullar, y Luca al sentir el cuerpo de papá se fue tranquilizando poco a poco — No te pongas celoso, a los dos los amo por igual— dándole un tierno beso en los labios.
Cuando menos lo esperó el pequeño Luca se quedó dormido nuevamente. así que lo volvió a acomodar, y al voltear a ver a Emily, esta también se quedó dormida después de esa mañana ocupada con papá. Entonces Marc aprovechó para meterse a bañar.
Se arregló con un traje azul que resaltaba su físico musculoso y lo hacia ver más guapo, y bajó a la sala con sus dos hijos para esperar a Ana.
Poco tiempo después, Ana regresó a casa. Al entrar, vio a Marc en el suelo con Luca en brazos, y Emily disfrutando de sus juguetes en el piso.
Se acercó con una sonrisa —Al fin llegue ¿Cómo se portaron? —preguntó Ana, inclinándose para mirar a Luca y a Marc con curiosidad—. ¿Hubo alguna novedad?
Marc se levantó y, con Luca todavía en brazos, le dio un rápido beso a Ana.
—Todo ha ido perfecto —respondió Marc—. Solo le cambié el pañal a Emily y al parecer la irritó, esta algo roja, creo que tenemos que cambiar de marca.
Ana sonrió, aliviada y contenta de ver que todo había ido bien. Sin imaginarse todo lo que allí aconteció.
—Qué bueno escuchar eso. Gracias por tu ayuda, amor.
Marc se levantó y entregó a Luca con Ana.
—No hay de qué —dijo Marc—. Ahora me voy al trabajo.
Marc se despidió amorosamente de sus hijos y su esposa, y luego se dirigió a su coche de lujo, estacionado en el camino de entrada. Con una última mirada y una sonrisa, subió al vehículo y se fue hacia su jornada laboral.
¿CONTINUARÁ?
Agradecería mucho su retroalimentación en mi Telegram @joeslev para saber si les gustó, o hay algún ámbito que mejorar. También se aceptan sugerencias.
Increíble relato.
Esperare ansioso alguna secuela. Se vería prometedora esta historia si fuera una serie de capítulos.
Saludos.