MARÍA: HERMANITA MENOR (SANDRITA Baño con mami…)
Sandrita, la menor de las hermanas Valenzuela, disfruta de un baño erótico con su mami.
Ninguno de los dos se dio cuenta que jugaban en secreto con la nena, y ella disfrutaba mantener todo en secreto, diciendo a uno que su “secreto” mientras al otro le decía exactamente lo mismo; su iniciación sexual la convirtió en una precoz nínfula.
Su mamita comenzó a pedirle que se bañara con ella para compensar la falta de juegos eróticos a la hora de dormir, Felicia no entendía porqué se sentía tan cansada a la hora de dormir y había visitado al médico para ver si estaba embarazada, tenía anemia o un trastorno de sueño, pero más allá de una leve anemia no podía explicárselo. Las chicas mayores se habían marchado a una salida de “chicas” al centro comercial, María dijo que una amiga las invitaba, aunque en realidad había otra explicación para los nuevos aparatos electrónicos, la ropa y las salidas que auspiciaba para sus hermanas menores, una que Felicia desconocía. Aprovechando la soledad del sábado por la mañana y teniendo pendiente el cumpleaños al que habían invitado a Sandrita a las 2pm, le sugirió que se bañasen juntas.
—¿Como cuando era más chica? —preguntó Sandrita, dejando sus crayolas.
—No, mucho mejor —respondió ella, llevándola de la mano.
Puso a llenar la bañera con agua tibia, y mientras, comenzó a desvestir a su hija, que no tenía mucho puesto: Una simple batita de tirantes con motivos de LOL, sus muñecas favoritas. Mientras le sacaba el camisón le dijo que tenía que limpiarse muy bien para estar lista para el cumpleaños de su amiguita, Seidy, y que la iba a mimar mucho esa mañana. Se irguió tras dejar el camisón sobre el cesto de la ropa sucia de la habitación matrimonial, y comenzó a quitarse el Babydoll rojo cereza que ella vestía, al levantar los brazos y remover la pieza de tela de su cabeza, sus tetazas cayeron como orbes y rebotaron para la delicia visual de la nena, que pronto se puso de puntitas para prenderse de ellas y chupar como la becerrita que era, Felicia la dejó hacer mientras con maniobras se deslizó los dos extremos del hilo quedando desnuda como su nena.
—Espera, nena —le dijo mientras la apartaba y se sentaba en el váter, alargó la mano, tómo el peine de cerdas gruesas y la instó a sentarse en sus piernas diciendo—: Ven aquí.
Sandrita se sentó y su mami comenzó a desenredarle el cabello despacio, acariciando su cuero cabelludo y besando sus hombros luego de cada brochazo, una mano comenzó a masajear los hombros infantiles mientras le preguntaba qué quería ponerse ese día, la nena respondía que el vestido de Barbie, uno entallado color rosa pastel que recientemente le había comprado Gerardo, tenía tirantes y mangas de tul muy voluptuosas, ese vestido le hacía ver particularmente sensual, sus pechitos que había crecido en los últimos meses se notaban ya bastantes e iba de camino a una copa A, era cuestión de tiempo para que le salieran pelitos en el chochito.
—¿Y los zapatos? —preguntó su mamita, dejando el peine una vez acabado de desenredar el cabello, dedicándose de lleno a sus hombros mientras la tina continuaba llenándose.
—Los negros de charol, quiero usar las calcetas que usé en la Primera Comunión—dijo ella, cerrando los ojos para disfrutar del masaje que le hacía su mamá, ésta deslizó las manos por su espalda baja hasta la cintura y adelante a su pecho, regresaba de inmediato, pero volvía, esta vez buscando sus pechos y amasándolos; la besó en el cuello mientras le decía que sería la nena más preciosa del cumpleaños, aún más preciosa que la cumpleañera, alimentando así la vanidad de la nena que se sabía deseada.
—¿Quieres que peine de alguna manera? —le preguntó sobre la oreja, acariciando sus pechos aún, pero deslizando otra mano hasta su entrepierna, al nena las abrió de manera instintiva para dejar a su mami tocarla.
—Dos colitas, mami —respondió ella.
—Esta bien, nena, aunque pronto vas a tener que aprender a peinarte solita.
—¡Ay, no! No quiero —retó sin malicia, girándose y rompiendo la magia un momento, pero su mami sonrió, sacó la mano de su vaginita y le apartó el cabello del rostro con esa misma mano, la llevó a los labios de la nena y ésta los chupó.
—Aunque no quieras, te estás convirtiendo ya en una mujercita. Ven vamos a bañarte, ¿quieres echar las sales tú?
—¡Siii! —Sandra brinco de las piernas de su mami con emoción y mientras ésta cerraba la llave, fue al cajón donde guardaban una bolsa con esferas que al contacto con el agua se disolvían instantáneamente en una explosión de olor y espuma; eligió la rosa y la dejó caer para celebrar la explosión. Felicia miró esto con ternura, porque sabía que su nena pronto florecería y las cosas que le interesan ahora cambiarán para tener los mismos intereses de sus hermanas, ella misma había florecido a los 9 años, y todas sus hijas fueron precoces, Sandrita no sería la excepción.
Se sumergieron en las aguas espumosas con olor a rosas, había una ligera capa blanca que bailaba en el aire, el vapor había empapado el espejo; se remojaron la cabeza una a otra con un pequeño trasto, compartiendo ese momento tierno, le lavó el cabello primero, muy bien y con cuidado de no usar las uñas en el cuero cabelludo, explicándole cómo debía hacerlo, luego lo hizo consigo misma y mientras tenía las manos alzadas y los ojos cerrados sintió las manos pequeñas apropiándose de sus senos y masajeándolos.
—Tu me hiciste masaje a mí, mami —le dijo.
—Gracias, amor —respondió ella, aumentando su estado de excitación y tardándose a propósito para que aquel “masaje” no acabara. Se enjugó el cabelló y fue el turno de lavar el cuerpo—. Te dije que tenía que limpiarte muy bien para el cumpleaños, date la vuelta, nena.
—Sí, mamita. —Dócil, la nena se giró dándole la espalda, Felicia aprovechó el momento para tomar su vibrador de debajo de unas toallas extras y lo encendió—. ¿Qué es eso? —preguntó Sandrita con curiosidad, pero ya lo había ocultado bajo el agua.
—Es para hacer masajes, tú no te preocupes. —“Ya te tocará a ti probarlo” pensó.
Se cómodo de piernas abiertas y se insertó el vibrador, gimiendo.
—¿Mami?
—Nada, nada, nena, pásame el tallador y el jabón líquido —ordenó, la nena se inclinó para obtener los objetos del otro extremo de la tina, mientras los labios vaginales de Felicia recibían un “masaje” muy placentero, era un dildo blanco de 15cm que tenía un pequeño anexo con vibrador para el clítoris, se lo ensartó como pudo mientras la nena traía las cosas; Felicia estaba echa una fiera.
—Gracias, pequeña —le dijo con una voz casi ronca, la besó en la frente con ternura y luego en los labios, no pensaba darle más que un corto beso aún, pero no resistió la tentación de abrir su boca y meter la lengua en la de su nena, abrazándola hacia sí para masajear sus pechos de nuevo. Tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para separarla.
Con el tallador en mano comenzó a adorar ese cuerpo delgado, aún, que comenzaba a dar signos de caderas pronunciadas y pechos nacientes, con mucho cuidado y poniendo más empeño en estos últimos, la nena hablaba del cumpleaños, de que habrían juegos y premios y ella esperaba ganar uno, mientras su madre, a su espalda, se metía y sacaba su dildo bajo el agua con ligero “zzz-zzz” haciendo temblar el agua y sus piernas.
—Ponte de rodillas, preciosa —le dijo casi sin aliento.
Comenzó el momento de adorar esos glúteos que eran tan alzados y prominentes como los suyos y los de las mayores de sus hermanas, disfrutó embadurnarse una mano con jabón y meterla entre medio de ellos para “limpiar su rayita”, era una delicia ver sus dedos adultos con una manicura roja desaparecer entre esas nalguitas apretadas como dos burbujas. Le indicó que se pusiera de pie, así tuvo que arrodillarse ella pero el dildo aún quedaba bajo el agua y su boca al alcance de los glúteos nínfulos, los besó y comenzó a lamerlos con vicio mientras le cepillaba las piernas; la nena seguía hablando, ella no prestaba atención pero creía escuchar algo de una de las niñas que le desagradaban, que estaría en la fiesta. La interrumpió.
—Nena, te tengo que limpiar mejor —le dijo, Sandrita giró su cabeza.
—Okay, mami —respondió, con naturalidad.
—Inclínate y apoya las manos en la pared.
Sandrita obedeció, dejando así su anito y su vagina rosada más expuesta, ella acercó su mano derecha para separarlas aún más, su lengua lamió ese agujero más oscurito, continuó metiendo su dildo con la mano opuesta y disfrutó del manjar virginal y tierno de su nena, intentando meterle la lengua en ambas cavidades obteniendo ya quejidos y temblores de la nena.
La hizo abrir las piernas aún más y le dijo que moviera las caderas de un lado al otro como su estuviera bailando, para su sorpresa, Sandrita comenzó a mover sus caderas como esas putitas en tik-toks que bailaban casi desnudas al ritmo de algún perreo, claro, ella sabía que había visto a sus hermanas bailar así en la habitación más de alguna vez, porque así como ella fue precoz sabía reconocer que lo más seguro es que sus chicas fuesen también unas putitas.
Sandrita le restregó ella misma su vaginita en toda su boca mientras ella lamía y chupaba todo lo que podía, nunca había imaginado sentir tanto placer teniendo enterrada la cara entre las nalgas de una mujer, y mucho menos su nena más pequeña. Aumentó la intensidad de la vibración dildo y se sentó sobre el dilo para enterrarlo todo, dejando desatendida a su nena un segundo, tiempo suficiente para que se girara y la curiosidad le ganara.
—¡Mami, ¿qué haces?! ¡Yo quiero! —reclamó celosa, lanzando los brazos al cuello de su mano que se echaba de espaldas en la tina por el placer, jadeaba como una perra en celo—. ¿Mami? ¿Estás bien? —La respuesta de Felicia fue tomar a su nena de la cintura, sentarla de piernas abiertas sobre sus ingles y besarla, la nena correspondió de inmediato, y más aún al sentir también la vibración compartida—. Mami, que rico —gimió, acomodando su rajita caliente sobre el vibrador mientras su manos disfrutaba de tenerlo ensartado.
Su hijita comenzó a frotarse y mover sus caderas contra las suyas, excitándola aún más, estaba pronta a correrse así que separó las lenguas que se entrelazaban en una sola boca, salivando y forjando un lazo erótico, para llevarla a sus tetas para succionara como una becerrita; la nena chupaba y se movía mientras su mami se corrió sin intentar reprimir sus gemidos de gata en celo, la nena continuó sus juegos para placer propio, chupando con su boca y moviéndose contra la pelvis de su mamita, hasta que ella misma se agitó y su cuerpecito se tensó aferrándose al cuerpo que le dio la vida, dormitando sobre ella durante suficiente tiempo para quedarse dormida y no sentir cuando su madre se sacaba el dildo, lo apagaba y escondía de nueva cuenta.
Felicia la despertó poco después, el agua comenzaba a enfriarse, casi era mediodía y aún faltaba hacer almuerzo (algo ligero porque seguramente comería de más en el cumpleaños), vestirla y arreglarla. Ambas salieron felices y gustosas del baño, cuarenta minutos después Sandrita estaba lista justo como había prometido: con su vestidito entallado que dejaba ver a los demás, sin dudar, de que sería una mujercita preciosa, las coletas altas con algo de Glitter en el cabello, un labial brillante con algo de color y un poco de rubor que su madre consintió en ponerle.
Tras un sanguche ligero y un jugo de naranja partieron a la fiesta, sin olvidar el regalo de la cumpleañera, Seidy. Felicia la dejó en las manos del padre de Seidy que la despidió con un beso en la mejilla demasiado amistoso, si hubiese entrado, Felicia se hubiera dado cuenta que únicamente habían nenas en la fiesta y varios padres de las invitadas, de haberlo visto se hubiera angustiado y pensando que su nena estaba en peligro, pero eran ellos los que no sabían a qué se atenían con Sandrita.
***
Holis, Emma aquí.
Disfrutando de traerles otro capítulo de la deliciosa Sandrita, esta vez con una pequeña aventura de la mano de su madre justo antes de una de las Fiestas de Cumpleaños más morosas que puedan imaginarse.
Déjenme saber qué les parece.
Un besito,
Emma.
👏👏👏👏👏👏👏
❤️
Nuevamente una descripción tan excitante que nuevamente me llevan a sacarme semen por leerte e imaginarme el tener alguna vez la oportunidad de admirar a una Nena y su exquisita madre hacer cosas tan tan ricas como las que narras. GRACIAS! Voy a sacarme más! ✋🏽😋😆😆😘😋😘😋😘