Mariana, mi hijastra me ve cogiendome a su mamá

Mariana de 11 años me ve cogiendome a su mamá .
Como conté en mi anterior relato, tengo una mujer hermosa y sexy que tiene una hija de 11 años muy linda, en este relato les voy a contar algo que sucedió hace un par de noches.
Estaba con mi mujer en la cama, nosotros normalmente tenemos sexo cada noche, a no ser que estemos cansados, entonces lo posponemos para la mañana, disfrutamos mucho el uno del otro. Me fui a lavar las manos para tocarla toda sin preocuparme, dejé a propósito la puerta un poco abierta pero no se notaba por lo oscuro del pasillo. Eran las 11 de la noche, tomé a mi mujer de las caderas y la besé fuerte. Comencé a masajearle las nalgas, le agarraba las tetas, le besaba el cuello, le metí la mano en el pantalón de la pijama y le comencé a acariciar la vagina, que ya tenía mojada, le metí los dedos y los saqué para lamerlos, el sabor de mi mujer es delicioso. La seguí besando mientras le quitaba la ropa, cuando terminé de desvestirla, le coloqué un antifaz de los que se usan para dormir, quería toda su atención en cómo y dónde la iba a tocar. Me quité el pantalón de dormir y quedé desnudo también. Le comencé a acariciar y besar las tetas, le lamía con fuerza los pezones, eso a ella le encanta. Seguí bajando, dando besos y lamiendo por su abdomen mientras le seguía acariciando las tetas un poco, cuando llegué a su vagina, se la lamí toda, desde la entrada hasta el clítoris, luego de unos minutos de hacerle sexo oral, me dijo que me tocara, yo comencé a masturbarme frente a ella, mientras mi cara seguía a pocos centímetros de su vagina. Le coloqué un cojín debajo de las caderas para que quedara más elevado su culo, ella tenía las rodillas recogidas y las piernas muy abiertas, desde ahí podía ver su ano así que comencé a lamerlo mientras yo me masturbaba para que ella viera y ella se tocaba el clítoris con fuerza. Comencé a sentir que su culo se contraía, sabía que estaba pronta a venirse así que sincronicé mis lamidas con el ritmo en que ella se tocaba el clítoris. Algunos segundos después ella se estaba viniendo, algunos fluidos de su vagina chorreaban hacia su culo, así que la lamí bien, mientras aún se veía me levante rápido y de un solo empujón le metí todo el pene. Ella soltó un solo gemido fuerte, debía controlarse pues al otro lado del pasillo dormía su hija, Mariana. Al menos eso creíamos. Mientras penetraba con fuerza a mi mujer para prolongar su orgasmo todo lo posible, me giré hacia la puerta y ahí pude reconocer entre la casi completa oscuridad, sólo la luz del TV iluminaba un poco el cuarto. la silueta de Mariana, estaba de pie afuera de la puerta, observando. Me quedé un momento tratando de reconocer si realmente había alguien ahí o era mi mente, pude estar seguro cuando soltó un tenue suspiro, que seguramente mi mujer en medio de su orgasmo no escuchó, yo hice como que no había nadie ahí, no quería que mariana se asustara. poco después yo estaba listo para venirme, le dije a mi mujer que me pusiera la boca, me paré a un lado de la cama y ella se hincó a cuatro patas y me comenzó a masturbar y chupar con  fuerza, reclamando la leche que le pertenece, solté cuatro o cinco grandes chorros, el primero le manchó toda la cara y el antifaz, ahí mi mujer se metió la punta de mi pene a su boca y recibió el resto mientras me pasaba la lengua haciendo círculos en el glande. Mientras ella aún no había tragado, comencé a cogerme su boca mientras miraba el espacio que había en la puerta, donde supuse seguía mariana. Terminamos y nos fuimos a dormir… a la mañana siguiente mi mujer se despertó temprano como de costumbre, le preparé el desayuno y su lunche para que lleve al trabajo, como dije en mi anterior relato, yo trabajo desde casa. Ella se fue a eso de las 7 am. Un rato después fui a despertar a Mariana, estaba toda cubierta por una sábana, yo quería verla un poco, honestamente, así que con cuidado le quité la sábana de encima y me sorprendí cuando vi que estaba dormida sólo con su calzón azul cielo, la cosa es que tenía su short a un lado, se lo había quitado ya en cama, cuando me fijé a su rajita la tenía un poco húmeda, le pasé un dedo suavemente y ella se estremeció. No lo pensé y le besé los labios, ella siguió dormida, su blusita era de tiras delgadas, así que le bajé las tiras y la blusa un poco para dejar descubiertas esas teticas en desarrollo, se las besé y lamí un poco, despacio, quise bajarle su calzón pero de nuevo no fue posible, así que se lo corrí a un lado poder ver su pequeña vulva, vi que estaba mojada así que le pasé bien un dedo y lo lamí, quería sentir su sabor, que para mi sorpresa era igual al de su mamá. Le besé de nuevo la boca, tiene labios carnosos de color rosa. Aprovechando que estaba bien cerca del borde de la cama, saqué mi pene ya muy erecto y comencé a masturbarme a pocos centímetros de su boquita, cuando comencé a soltar líquido preseminal lo escurrí un poco y cayó Justo en sus labios pero sobre todo dentro de su boca. Me acomodé, la dejé con su blusa abajo e hice como si recién entrara al cuarto, la desperté despacio, mientras estaba entre dormida le dije que ya era hora de despertar, le di un beso en la frente, cosa que no es usual ya que no me acerco mucho a ella en contextos normales. Ella me miró a los ojos y me dijo buenos días, se percató de que estaba semi desnuda y se apenó, yo solo le dije que la esperaba para desayunar y salí del cuarto. Tuvimos una conversación normal en la mesa, donde me dijo que quería libros, no me dijo qué tipo de libros y bueno, la noté todo el rato algo apenada, no me miraba a los ojos. Yo de pensar en todo lo que había sucedido la noche anterior y en la mañana, ya tenía una erección, me puse de pie para que Mariana la viera, en verdad la vio, mientras estaba lavando platos me giré a ella y se traslucía bastante, ya que sólo tenía puesto un short de tela delgada y una camiseta, pude sentir como la mirada de Mariana casi que sólo miraba el bulto en mis pantalones mientras hablábamos. Después de eso ella fue a terminar de alistarse para ir al colegio. En cuanto algo más suceda les estaré contando.