mas recompensas. (mis recompensas despues de infierno 2)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Semperexitad.
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Antes de lo ocurrido en aquel laboratorio ruso donde me usaron de cobaya, seguramente hubiera optado por tener una vida normal e ingresar en alguna aburrida licenciatura que me hubiera permitido vivir cómodamente, pero después de el experimento descubri que alguien con poderes mentales y con la capacidad de invocar fuego podría optar por algo mas en esta vida.
Había usado mis poderes para follarme a mi madre unas cincuenta veces en unos cinco días, pero sinceramente ya me estaba aburriendo, aunque antes hubiera pagado unos cuantos miles de dólares por follarme a una madura maciza ahora quería otras cosas.
Para empezar mis hermanas.
Después de unas cuantas semanas encontré un colegio no muy lejos de mi casa, era un colegio muy guay, de hecho demasiado guay.
¿Cómo conseguí entrar ahí? Bueno pues aunque el colegio es carísimo digamos que logre persuadir al director de darme una beca completa (claro esto después de darle unos cuantos toques a su mente).
Bueno el punto es que estaba regresando a casa después de un día repleto de algebra y estaba de un humor algo irritable, asi que probablemente descargaría la tensión en la vagina de mama y después me iría a dormir, o ese era mi plan el cual se fue al trasto dos segundos después de abrir la puerta de la casa.
Ver a Lynn llorar no era raro, era rarísimo.
Era más fácil ver una kardashians con cerebro que ver a mi hermana mayor llorando.
Desde pequeña había sido asi.
Por lo cual al verla llorando supe que algo había ocurrido.
— ¡Hey! Lynn ¿Qué tienes? —dije con voz delicada.
— Es… que… —dijo sollozando con voz muy ronca y casi inentendible.
— Habla de una vez ¿Qué pasa?
— Es que el novio de mama vino después de que llegue del colegio , al parecer se pelearon y mama lo mando al demonio, las dos pensamos que se había ido, pero entonces me fui a mi habitación, me estaba quitando la blusa del colegio como normalmente lo hago y entonces una mano me tapo la boca y otra me empezo a manosear, fue entonces cuando el maldito de Bill (asi se llama el novio de mama) me dice: ya que tu madre no quiere mi verga una de sus putitas va a pagar las consecuencias.
Y entonces…
— Lynn ¿ese hijo de perra te violo? —dije colérico.
— No, afortunadamente le mordí la mano y pedí auxilio, mama vino a ver qué pasaba y lo corrió, pero él no se quería ir asi que mama saco el gas pimienta que siempre lleva y le disparo pero solo le dio en la mano, ese maldito se encabrito y le dio un puñetazo en la cara, pero después se marcho.
— Ese maldito hijo de perra.
— maldije— pero… ¿Dónde están jessy y mama?
— Mama fue por jessy al colegio y dijo que iría levantar una demanda a la comisaria.
También dijo que te esperara y no soltara esto —dijo sosteniendo un cuchillo para picar cebolla— solo por si volvía.
Joder esto de cierta forma era mi culpa.
Ese maldito de Bill fue el causante de que papa dejara a mama cuando los encontró cogiendo en la sala, mama era su puta y ahora que yo la había modificado, mama lo rechazaría automáticamente.
Ese tipo era peligroso y violento pero se había metido con mi familia.
— Ya paso, Lynn cálmate ya estoy aquí.
— dije mientras la abrazaba y ella seguía sollozando, su pelo olía a canela.
— Es que… todavía siento sus malditas manos —dijo a lagrima viva— me siento sucia.
No lo pensé, le ofrecí algo que yo también deseaba: venganza.
Le platique que iría a buscarlo y le daría su merecido.
— ¿estás demente? El no va a estar solo, tiene a sus amigotes y todos ellos tienen armas —dijo ya un poco más calmada— es mejor dejárselo a la policía.
— No puedo, tú sabes que no harán nada.
— De todas formas eres muy chico.
—dijo poniéndose frente a la puerta— no vas a salir de aquí.
— Hermana nunca te he pedido nada, siempre hemos sido alejados con nuestra relación de hermanos y sé que a veces ni siquiera hablamos por más de una semana, pero eres mi hermana y no voy a dejar que ningún imbécil que te haga llorar siga vivo.
Asi que ahora te pido una sola cosa: aléjate de la puerta y déjame ir.
Lo pensó por unos segundos.
—Voy a ir de todas formas asi que apártate —dije con un tono digno de un juez.
— Está bien pero solo con una condición —dijo.
— La que sea —dije sin pensar.
— Déjame acompañarte.
— No, eso no.
— Esta venganza también es mía.
— No, es muy peligroso.
— Niño, tengo tres años más que tu.
—ahí supe que había ganado.
Tomamos el autobús y después de unos veinte minutos llegamos a “el oso y la escopeta” un bar barato que frecuentaba Bill con toda su pandilla.
Yo no quería ir con capucha y lentes oscuros pero Lynn insistió tanto que di un sí.
Después de un rato me di cuenta que fue buena idea.
Al entrar al bar me di cuenta de que era el lugar correcto, ese local apestaba a Bill (licor barato y sudor).
Rápidamente lo encontramos, en la mesa frente a la barra, junto a él toda su pandilla: siete malvivientes con aspectos variados.
Nos sentamos en la mesa de junto y escuchamos.
— Y entonces le agarre las tetas a la muy puta, pero entonces la maldita me mordió la mano y llamo a su madre… —decía Bill con una expresión avinagrada—.
No sé qué le pasa a la hija de perra, desde hace unas semanas no quiere follar.
— Tal vez tenga otra verga en la cual sentarse —dijo uno de sus compinches.
— Eso no me lo creo, lleva años mamando mi verga.
— Por eso mismo, tal vez ya la aburriste —dijo un tipo negro.
— Da igual —dijo Bill molesto— de todas maneras ahora mi objetivo es la perra de su hija, no me importa tener que violarla mientas sale del colegio.
— Tendrás que compartirla —dijo otro y todos rieron.
Pasaron unas tres horas y solo quedaron Bill, sus amigos y nosotros.
Ya era hora.
Había adquirido unos cuantos poderes mas, pero eran más peligrosos que los normales y apenas estaba probándolos.
Uno de ellos era el modo zombi (no se bautizar poderes ¿ok?) Mi nueva habilidad solo controlaba el cuerpo de las personas, su mente seguía intacta funcionando y su cabeza seguía en movimiento.
Pero tenía un fallo, si tu fuerza de voluntad era fuerte probablemente podrías liberarte.
Esta era la primera vez que lo hacía con siete personas.
— Qué diablos —dijo Lynn y me miro fijamente.
— ¿Qué pasa?
— No… nada.
Empeze a controlar sus cuerpos, era como la sensación de sujetar todo su cuerpo con cuerdas.
Les ordene que se pararan y todos lo hicieron, nadie se resistió.
Bill los miraba sorprendido.
— ¿Qué cojones? Es muy temprano, hay que quedarnos otro rato.
“sujétenlo” ordene.
Uno pateo la mesa y las botanas salieron volando por los aires, un tarro de cerveza cayó encima de Bill y se rompió en su pecho.
El ex novio de mi madre no tuvo tiempo de enfadarse porque inmediatamente todos lo sujetaron de pies y manos.
— ¡Mierda suéltenme! —gritaba Bill.
Mi hermana y yo nos quitamos la capucha.
Mi hermana estaba muy sorprendida, casi asustada diría yo.
— ¿Qué pasa? —dijo Lynn.
— Luego te explico vale.
Por ahora confía en mí.
Lo pensó un poco y luego solo dijo
—ok.
— ¿Qué hacen aquí malditos mocosos? —dijo Bill.
— Ten cuidado pedazo de mierda, no deberías maldecir a quien tiene tu vida en sus manos.
— ¿De qué joder hablas? —se burlo Bill— vamos chicos bájenme, le daremos una paliza a este imbécil mientras nos cojemos a la puta de su hermana.
— Ellos ya no son tus secuaces, ahora son mis perros.
Y como buenos perros te darán un buen castigo.
— ¿Cuánto les pago? —decía Bill con un poco de desesperación— vamos, yo les doy el doble.
— Cállate —le di un puñetazo en la cara— solo quiero que me expliques porque crees que puedes ir a mi casa, golpear a mi madre y manosear a mi hermana.
— Porque son unas putas ofrecidas —dijo Bill gritando.
Hiba a darle otro puñetazo pero sorpresivamente mi hermana se me adelanto.
— Eso no es cierto —grito mi hermana y le escupió— eres un maldito cerdo.
Mi hermana le dio varios golpes en el estomago hasta que empezo a escupir sangre.
Bill ya no estaba tan altanero.
— Ya es suficiente vámonos nico.
—dijo mi hermana.
— No, le falta algo para que aprenda a respetar a las mujeres —dije y agarre un cuchillo— mejor dicho le sobra.
— ¿De que hablas?
No conteste, le di el cuchillo al tipo negro de su pandilla.
— córtale la verga —dije.
El tipo le bajo el pantalón y Bill pedía clemencia llorando.
— Ya es suficiente.
—dijo mi hermana.
— Cállate Lynn, tu ya obtuviste tu venganza.
— Pero…
— Esto es de parte de mi padre —le dije a Bill.
— Ya basta nico…
— Si no quieres ver, salte —dije y le lance una mirada feroz a Lynn, lo suficiente para que saliera del bar.
Ahora unos consejos: si quieres cortarle la verga a alguien pero no quieres matarlo por favor sutúrale la herida o llama a una ambulancia anónimamente, de lo contrario se desangra y se muere.
Después de la muerte de Bill mi hermana no me hablo por unos tres días.
Lynn.
Mi hermano había sido mi pequeña obsesión.
A pesar de ser tres años menor el siempre me había cuidado, hace unos días había matado a un tipo por mí.
Mi mente desbordaba de sentimientos encontrados, era una pequeña guerra civil en mi cabeza.
No sabía si estaba feliz porque yo le interesaba tanto a mi hermano o si estaba horrorizada por todo lo que había pasado.
Por otra parte tenía que averiguar qué había sucedido el tiempo que él había desaparecido, esos extraños poderes me inquietaban de sobremanera, mi preocupación incremento cuando vi sus ojos en el bar, unos ojos felinos y malignos, unos ojos que no tenían nada que ver con mi hermano.
Mi hermano siempre me había gustado de forma sexual, desde que era pequeña había pasado mucho tiempo auto reprendiéndome puesto que sabía que no era normal que una hermana sintiera excitación por su hermano, siempre intente mantener distancias esperando que mis sentimientos desaparecieran o que mi hermano me odiara y no se acercara, pero ninguna de las dos cosas daba buenos resultados estando los dos viviendo bajo el mismo techo y ahora verlo actuar de una forma tan…poderosa hacia que mis bragas se mojaran por él.
Estos últimos días no he hablado con el por el simple temor de arrojarme a sus brazos y susurrarle que me levante la falda para desvirgarme con esa verga que siempre he deseado ver.
Lo deseo, en verdad lo deseo, pero mi maldita moral me impide ir a pedirle que me coja como la perra que deseo ser.
Siempre he fantaseado que él sería el primero para mí pero nunca he tenido el valor de pedírselo.
El mundo siempre ha visto el incesto como un tabú pero ahora el tiene el poder de cambiar el mundo y yo quiero ser su mujer.
Nico:
Mi hermana estaba en el balcón mirando hacia la luna, sus mini shorts marcaban su deliciosa figura y hacían su culo aun más deseable, sus senos apenas eran tapados por un top blanco a juego con sus shorts.
Mi hermana era impresionante.
— Lynn …
— ¿qué pasa nico? Viniste a preguntar si estoy bien después de haber colaborado con un asesinato.
—dijo sin voltear a mirarme.
— Algo hay de eso —dije— entonces ¿me crees un loco?
Tal vez —dijo con un suspiro.
— pero quería preguntarte muchas cosas, solo que no se cómo.
— Creo que después de lo que viste tienes derecho a preguntar.
— respondí con sinceridad.
Ya no podía tener secretos.
— Cuéntame que paso el tiempo que estuviste fuera.
No estaba seguro pero Tome aire y le conté todo, desde el laboratorio hasta los poderes para la mente, también por alguna estúpida razón le conté lo de mama pero no le dije que podía manipular la mente, solo le dije que podía leer la de ciertas personas.
— Wow ¿sabes todas las cosas que podrías hacer? —dijo sin voltear pero con diversion— y tu lo desperdicias cojientdote a mama.
— Espera… ¿no estás molesta?
— No… ahora es distinto — dijo— ¿alguna vez te has preguntado porque te evito?
— Pensé que me odiabas.
Se voltio y sus pezones quedaron marcados por el frio de la noche, sus ojos tenían algunas lagrimas y su rostro detonaba una tristeza profunda.
— Yo nunca te odiaría… tu me gustas —dijo limpiándose las lagrimas— pero yo pensaba que era una depravada y que tal vez si me alejaba de ti… esto desaparecería.
Mi cara de shock debía de haber sido muy graciosa porque la dulce risa de mi hermana rompió la tensión.
— No importa si tu no sientes lo mismo… pero ahora me siento en paz.
— No, espera yo en realidad… también te quiero.
Mi hermana me tomo de la mano y me llevo a su recamara, me tumbo en la cama y me comenzó a besar apasionadamente mientras yo empezaba a manosearle las tetas, a sentir sus duros pezones y sentir su firme culo.
— Antes quiero que me prometas una cosa —dijo apartándose un poco — yo soy la principal.
Yo solo asentí.
Mi hermana se comenzó a quitar el short con movimientos tan sexis que tuve miedo de correrme antes de empezar.
Se quito la tanga, me la arrojo y olí sus jugos.
Mi excitación estaba a tope, era una experiencia muy distinta a la obtenida con mi madre.
Sus labios carnosos comenzaron a besar mi pecho y siguieron bajando hasta mi pene el cual ya había montado una carpa en mis pantalones deportivos.
Me bajo los pantalones y el slip.
Dos segundos después ya estaba mamando mi verga como si la vida se le fuera en ello, su boca se sentía tan suave y caliente, era la boca de mi hermana querida y se sentía tan divina.
Era la hora de tomar el control asi que la empuje para que quedara boca abajo y guie mi pene a sus hermosos labios, era hora necesitaba sentir su interior.
—Espera —dijo Lynn.
— ¿Qué pasa?
— Soy virgen
Esto no lo esperaba, enserio no lo esperaba.
Que mi hermana fuera virgen era el mejor bono que el destino podría haberme otorgado.
— Okay seré considerado.
Entonces entre a su virginal cueva y descubri que romper un himen es la mejor sensación del universo, es la culminación de la palabra hombría, es como el contrato sagrado entre un hombre y su mujer.
Su grito de dolor fue algo tan maravilloso.
Dos segundos después me di cuenta de que era un hijo de puta y temí que se enojara por no haber sido “delicado”.
— ¿Estás bien? — pregunte.
— Si… sigue por favor… me gusta tenerte dentro de mí.
Me seguí moviendo, esta vez un poco más lento, mientras nos besábamos apasionadamente, mientras ella me regalaba su primera vez, mientras me regalaba la estrechez de su entrada.
Cuando comenzó a gemir de placer supe que podía incrementar mi ritmo, asi que a partir de ahí no tuve piedad.
— Ahhhahhhhahhhhhaa —gemía de placer— vamos … dame mas.
— Pero que bien grita la virgen.
— Ex virgen —dijo con una sonrisa que solo producía un orgasmo— ahhhahhahahhah, cállate y dame más duro hermanito
— Vamos quiero escuchar más ricos gemidos—dije y acelere el ritmo.
—
— Dale hermanito —decía rodeándome las nalgas con sus piernas —párteme.
— ¿Esta segura?
— Sí, quiero que me llenes, que me hagas tu mujer, que me des un hijo.
Tal vez no planeaba un hijo pero sus palabras me excitaron tanto que le bombeé hasta correrme dentro de mi hermanita.
Ella estaba eufórica como si hubiera subido a la montaña rusa cien veces.
— Ahora ya estamos unidos para siempre —dijo besándome.
— mama te obedecerá en todo, ya veremos qué hacer con jessy, ya veremos qué hacer con tus poderes y ya veremos qué hacer con el mundo.
¿Continuara? Esa es su decisión mis queridos lectores.
Saludos ya leí tus dos relatos y me gustaron mucho, es cierto que falta más redacción y acuérdate que la práctica hace al maestro, no te desanimes y dale con todo quieres un libro adelante ,quieres novelas cortas adelante, solo no te límites y saca al gran pervertido que tienes adentro ,lo tienes y lo tienes bien , DALE!!!