Mavi y su hermano
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por aslex.
Estábamos acostados en su cama, viendo televisión "¿tienes novia?" le pregunté; no volteó a verme, "si"
"¿ya la besaste?", ahora sí volteó a verme, "No" dijo un poco extrañado por mi pregunta, "¿por qué no?"
"Bueno, si la he besado pero nomas así besos chiquitos en la boca"
Yo también quiero besar, le dije poniéndome un cojín encima del estomago y volteando a mirar la tele, tratando de imaginar cómo se siente besar "búscate un novio" me dijo
"Pero no sé besar" le dije girando hacia él y apoyando mi cabeza en mi mano "practica con alguien" respondió, su atención estaba en la tele de nuevo. "¿tú has practicado?"
"No"
"¿Entonces cómo sabes si besas bien?"
"Voy a practicar con ella"
"¿Pero no sería mejor que practicaras antes y así ya besarías mejor?"
"Si, ¿pero con quien, tonta?"
"Conmigo, así practicamos los dos" su vista estaba fija hacia la tele pero era obvio que no le ponía atención, estaba pensando "¿tu quieres?" dijo al fin
"Si"
"Bueno" y se giró hacia mí, trató de acercarse pero se detuvo, luego intentó pasar su brazo por debajo de mi cuello pero su evidente nerviosismo lo volvía torpe. Me acerqué yo y junté mis labios con los suyos, sólo por unos instantes.
Fue nuestro primer beso, yo tenía 12 años y el 15. No había planeado esa situación, se me ocurrió de pronto y pensé que sería excitante hacerlo. Claro que yo conocía muchas cosas acerca del sexo ya que satisfacía mi curiosidad en internet.
Juntamos nuestros labios de nuevo y me reí un poco, él también se sonrió pero sin dejar de mirarme a los ojos. Volvimos a juntar nuestros labios y comenzamos a experimentar, por mi parte usaba lo que veía en las películas: chupaba sus labios, le metía mi lengua dentro de su boca y él hacía lo suyo. Claro que yo sentía muy bonito, mi cuerpo se dejaba llevar por deliciosas oleadas de placer.
Así lo hicimos varias semanas de manera esporádica, él venía a mi recamara o yo a la suya y sin acuerdo previo comenzábamos a besarnos.
Y él también se excitaba, me di cuenta con cierta sorpresa que su pene se ponía duro. Mi mente comenzó a imaginar otras posibilidades. Verlo desnudo por ejemplo o tocárselo. Él pegaba su cuerpo al mío para restregar su erección y cada vez nos abrazábamos más fuerte. Los dos éramos demasiado tímidos, esto puede sonar contradictorio debido a lo que hacíamos, pero ninguno se atrevía a ir más lejos, hasta que una vez me decidí: "lo tienes duro" le dije luego de despegar mis labios un poco de los suyos. "Es que me pones muy cachondo"
"¿Yo?" me sorprendí un poco, por mi mente, ingenua, tonta o insegura quizá, no pasaba la idea de que fuera yo quien lo cachondeaba "¿o los besos?"
"Tú y los besos"
"¿Y por qué yo?" le dije después de un rato de besarnos otra vez, "es que te imagino desnuda y que hacemos más cosas"
Pues yo igual, o sea, me imagino que hacemos más cosas. Mi voz me sonó extraña, como ansiosa y a la vez temerosa.
"¿Nos desvestimos?" preguntó él, estábamos abrazados y yo le dije que si con la cabeza mirándolo a los ojos. Él se levantó y comenzó a quitarse la ropa y yo acostada hice lo mismo. A continuación se costó arriba de mí y comenzó a frotar su cuerpo y su pene en mi vientre y en mis piernas. Me gustaba y gusta mucho sentir su piel y su erección, "hermano" le dije "¿y crees que algún día le hagas esto a tu novia?"
Pues yo creo que si, dijo respirando agitado, "¿pero ya pronto se lo vas a hacer?"
"No creo, apenas comenzamos a besarnos"
"¿Y le gustó cómo besas?"
"Si" mostró una expresión de júbilo, luego me besó. Estaba yo calientísima, sus besos, su cuerpo sobre el mío. "¿Y si…?" giré un poco la cara para decirle, pero él seguía besando mi rostro con mucha pasión.
"¿Qué?" Estaba como salvaje, lamiendo y besando mi rostro, mi cuello "¿y si me la metes? así cuando lo hagas con tu…"
No me dejó terminar, separó mis piernas y luego se ayudó con su mano para dirigir su verga.
UUfff, me dolió al principio, su pene me traspasó de un golpe "¡ay! ¡estás bien rica, muy rica!, ¡se siente muy rico!"
Yo me abracé fuerte a él y pegué más mi cuerpo sujetándolo fuerte también con mis piernas alrededor de sus muslos. Me repuse casi de inmediato y comencé a sentir enorme placer "soy la primera" le dije, fue lo que se me ocurrió en ese momento "soy tu primera mujer"
"¡Sí!" dijo un segundo antes de venirse dentro de mi vagina.
Así comenzaron varios años de intenso sexo entre nosotros. Hemos hecho muchas cosas, tantas que la memoria no me da para tanto. Hemos descubierto nuestro cuerpo palmo a palmo y no exagero cuando me digo a mi misma que él es el único que conoce mis puntos débiles; tanto en el aspecto sexual como en varios otros sentidos.
Por ejemplo, descubrimos que me gusta la humillación de una manera que me parece un tanto insólita; comenzó así, estábamos en la sala. Él estaba sentado en el sillón mediano y habíamos arrimado el sillón individual para poder apoyar mis brazos. Me senté en su pene y comencé a subir y a bajar para que taladrara mi ano.
Sentía delicioso y lo mejor era que yo le daba el ritmo que deseaba, a veces lento o rápido o simplemente permanecía estática para poder contraer mi culo y ooohhh, delicia… y después subía y bajaba de nuevo.
"Hoy no te voy a echar la leche"
"¿Por qué?" le pregunté distraída, la cabeza de su pene estaba saliendo lentamente y me detuve en un punto para disfrutarla "porque mañana voy a coger con aquella"
Se refería a su novia, giré mi dorso para verlo sin sacarme su verga "¿ya?"
Él estaba con los ojos cerrados y solamente asintió. Claro que sentí una punzadita de celos, ya no sentí la misma excitación aunque traté de disimular con gemidos pero después de un rato le dije, "bueno, entonces mejor después para coger mejor"
Me entendió. Pocos días después iba por el pasillo y él sacó su brazo por la puerta del armario, me asustó un poco pero de inmediato reaccioné y me dejé llevar. Estaba mamá y papá abajo, en la cocina cenando; me deslizó mi corto y mis bragas y ahí de pie, yo recargada en la pared, entre ropa y cosas, me penetró. Oohh fue delicioso, me cogía con ansia animal "¿cogiste con ella?" le pregunte entre gemidos apagados, "¡sí!"
"¿Te gustó?"
"Mucho" me clavaba con fuerza, y me costaba no gritar "me la mamó" dijo y pensé: "que tonta, nunca se la he mamado"
Habíamos tenido sexo anal y vaginal, pero nunca sexo oral y: "el lunes se la mamo"
Tuvimos un rico orgasmo y nos salimos con precaución.
Mis padres trabajaban casi todo el día, por eso teníamos tiempo de sobra para hacer lo que se nos ocurriera. En cuanto llegó de la prepa lo llevé a mi cuarto y le desabroché el pantalón, tomé su miembro y comencé a chuparlo. Estaba un poco flácido "ni te imaginas dónde estuvo hace rato"
Me dio mucho coraje y comencé a pegarle "no te enojes" me decía, "ya sabes que de aquí en adelante, pues…"
me acosté boca abajo para que no me viera el rostro "pero si quieres, tu puedes hacerlo con otro"
¡estás loco! le dije enojada, "yo no quiero con nadie"
Se puso a mi lado, y comenzó a acariciarme la espalda, yo estaba desnuda: "sería muy cachondo saber que estuviste con otro"
"No mientas, lo que quieres es ya no coger conmigo"
"No es eso, es que ya no podemos tanto como antes pero tu si puedes y a mí me pondría muy cachondo" me estaba acariciando las nalgas y las piernas y me hablaba al oído "me gustaría saber que lo haces, que me digas que tal día a tal hora vas a coger y que me cuentes luego"
¿De verdad te gustaría?
"Si, mucho" yo tenía 13 años y no me imaginaba cómo convencer a alguien de coger conmigo "pero ¿cómo le haría o con quien?"
"No sé, les digo a mis amigos si quieres que te gusta la verga y eso" Me reí por su tontez "¿y cómo es que sabes eso, acaso me coges?" También se rió, "bueno… ah ya se, le diré a alguien que te vi chupándosela a un primo y que se veía que te gustaba mucho y así te van a buscar, pero tú tienes que hacerles caso"
Me gustó la idea, se me hizo muy morboso tener sexo con otros.
Cómo a las dos semanas un compañero de él se me acercó en la calle, como que me estaba esperando y ya lo había visto otros días pero no se animaba a hablarme. Luego de los saludos y el bla bla bla me dijo que a donde iba "a mi casa"
Me acompañó y le dije que pasará si quería, se puso algo nervioso y yo muy caliente. No era un chico muy guapo pero la calentura que me cargaba era suficiente para aceptarlo. Entró y miró a todos lados, yo me paré en la puerta que va al pasillo con las manos detrás y lo miré con coquetería, según yo. Se acercó y noté que sus manos temblaban, las elevó a mi rostro y comenzó a besarme. Lo hicimos. Fue muy cachondo todo porque era la primera vez que lo hacía con otro. Vino a mi casa varias veces, algunas, incluso, estaba mi hermano pero se metía a su cuarto. Después yo le platicaba cuando cogíamos y eso nos excitaba a los dos mucho.
Conforme pasaron las semanas más chicos, compañeros de mi hermano, me buscaron también e igual fui complaciente con todos, flacos, gordos, olorosos, granujientos. No me importaba, para mí era necesario hacerlo a como diera lugar.
Y después de varios meses ya no me buscó nadie. "Es que te ven como una puta" me dijo mi hermano cuando le comenté.
Esa palabra me electrizó, me puso muy caliente además; lo tomé del rostro y lo besé con pasión "¿soy puta?"
A él esa reacción lo tomó un poco por sorpresa, pero se repuso casi de inmediato: "si, eres puta"
Le desabroché el pantalón "dime que soy tu puta" lo tumbé sobre la cama y le besé, chupé y lamí su rostro como si fuera una salvaje "eres mi puta y te voy a vender, soy tu padrote"
"¿Soy una puta sucia?" Los juegos de frases eróticas continuaron durante esa sesión de sexo y en las posteriores.
Después de esa época he tenido sexo con otros hombres pero con ninguno me siento tan libre para expresar o pedir lo que deseo me hagan, sólo con él ya que me abro física y mentalmente y puedo ser una puta, una escolar, lo que se nos ocurra y podemos jugar con cosas, comida y objetos por ejemplo, que me sería imposible proponerle a otro por el que dirán. Ya saben, nuestra sociedad es hipócrita. Pocas veces nos vemos durante el año ya que vive en otra ciudad, e incluso en esas debemos ser cautelosos y citarnos en algún hotel o esperar que la casa donde vivíamos este sola durante un buen rato.
Este año lo veré, ya tengo muchas ganas de él y de nuestras locuras… a veces pienso que estoy enamorada de él, de mi hermano.
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