Me cogí a mi madrastra a espaldas de mi padre.
Follo con mi madrastra desde hace tres años…
-Ficción.
Soy Raúl, tengo 19 años. Vivo con mi padre, mi madrastra, mi hermano y mis dos hermanastros. Soy de piel blanca, delgado pero bastante alto, de un metro ochenta más o menos. Cabello castaño y una polla enorme de 20 cm.
¿Mi secreto? He cogido con mi madrastra desde hace tres años cada que estamos a solas. Mi papá no sabe de esto, me mataría.
Mi padre y mi madrastra se conocieron cuando yo tenía trece y mi hermano quince, mamá nos abandonó ya que él se acostaba con esa mujer. Después cuando yo tenía ya la edad de mi hermano, quince, se casaron y nos mudamos todos a una casa juntos.
Mi madrastra se llama Julia, ella es baja, de un metro sesenta, aproximadamente, más morena, la verdad, entiendo por que paoá engañó a mamá, Julia tiene un culo enorme, redondo y moreno, también unos pechos grandes y hermosos, una cintura que envidiaría cualquier mujer y es toda una diva. La verdad, desde que nos mudamos todos juntos y la vi, empezaba a sentir deseo por ella a los quince, era tan ardiente, pero sabía que era la mujer de mi padre y yo un niño, ya que Julia ya tenía 36 en ese entonces y dos hijos, uno de 18 y otro de 16.
Todo hasta este punto de la historia era normal, sólo se veía sexy y culona, me encantaba, pero nunca lo decía obviamente. Mis hermanastros crecieron, el menor salía mucho a fiestas además de ir a la preparatoria y el mayor ya era un hombre en su propio apartamento, aunque iba casi todos los días a visitar a su madre.
Un día, después de un tiempo, cuando recién tenía dieciocho, mientras volvía de saltarme las clases, pensando que no había nadie en casa, entré y subí las escaleras para tirarme a hacer nada pero había ruido en el cuarto de mi padre, era música a bastante alto volúmen, la puerta tenía un espacio grande entre la puerta y las visagras, así que me asomé y la vi a ella cogiendo con un vecino. Me quedé impactado, pero no me sorpendí del todo, ajulia siempre había sido una puta, se notaba desde lejos, no pude evitar sentirme mal por papá, pero decidí quedarme a ver la escena sin decir nada, era tan calliente ver las enormes nalgas de Julia rebotar entre una polla y esos pechos saltar y ser apretados como limones, fue tan excitante. Aunque decidí ir a mi cuarto para que no se diera cuenta, así que cerré la puerta con cuidado, me puse mis audífonos y empecé a ver porno para aliviar eso que había visto antes. Pensando en esa mujer caliente y lo que vi, no tardé en venirme con un gran chorro, manchando mi estómago, me limpié y empecé a hacer nada, auqnnue estaba preocupado.
Claro, Julia había engañado a mi papáy yo lo sabía, no sabía qué hacer. Luego Julia despidió al vecino después de cojer, y decidí entrfrentarla, le dije que sabía lo que había hecho con el vecino y que se lo diría a mi padre. Ella se escudó diviendo que due un desliz que no era para tanto. Ella seguía con ropa muy reveladora, sólo tenía una tanga y un sostén de encaje negro. Me pedía que no le dijera a papá lo que pasó y que me lo compensaría de alguna manera, yo le dije que no, al final terminé cediéndole un tiempo para que se lo dijera a mi papá, y ella aceptó.
Después de esto ella y yo dejamos de hablar, se notaba la tensión, pero nadie le dio importancia. Unos días después le acerqué a mi hermano y le conté lo que pasaba, me llevé una gran sorpresa.
Me dijo que ya lo sabía, me dijo «hermano, ni siquiera sabes la mitad». Resulta que había vivido engañado todo este tiempo, Julia antes trabajó en un prostíbulo después de tener a su primer hijo y quedarse sin trabajo, así que ahora entendía por qué engañaba a papá. También me dijo «papá no lo sabe, pero nosotros sí, incluso sus hijos lo saben» yo estaba impactado, pero mi hermano dijo algo impactante «¿quieres saber cómo puedes aprovechar esto?»
Me quedé impactado, así que le pregunté a qué se refería «debes aprovechar la ocación y pedir algo a cambio de no decirle a papá» ese día descubrí que él mismo se la había cogido un par de veces cuando lo descubrió. Yo le dije que estaba loco y que era un cerdo, pero el me dijo que lo pensara.
Realmente sí lo pensé seriamente, ella era realmente sexy, nos gustaba a mí y a mi hermano desde que la vimos, así que pensé que no sería tan mala idea.
Yo ya no era virgen, había cogido desde los quince con mi primera novia y así con las siuientes, así que ya sabía lo que era el sexo, y me gustaba la idea de esas tetas rebotando en mí.
Un día mientras estaba ella sola en casa, yo me dalté de nuevo lass clases y llegué a casa. Llegué y ellas sólo me dijo que qué pasaba, le dije: «el tiempo que te di ya se acabó, le diré a mi padre» ella empezó a rogar que no lo hiciera así que le dije que llegáramos a un acuerdo. Ella aceptó y me dijo que cuál sería ese acuerdo. Le dije: «coge conmigo y no le diré nada a mi padre»
Ella me miró y dijo: «te lo dijo tu hermano, ¿verdad?»
Le dije: «sí, él me lo dijo, y quiero que hagamos lo mismo. Si lo hacemos no le diré a mi padre nada. Puede que incluso te guste»
Ella ni siquiera lo pensó, tener sexo era lo normal para ella, así que sólo me dijo que me recostara en el sofá de la sala, lo hice y empezó así mi primera vez con Julia.
Ella empezó bajando mi cierre del pantalón, y acarició mi polla que se empezaba a poner dura. Cuando la vio relamente se le antojó, mis 20 centímetros eran perfectos para ella al parecer. Empezó a masturbarme, ella relamente sabía lo que hacía, era una puta, y eso se sentía tan bien. Poco a pocoempezó a vanzar como una profecional y empezó a mamar mi polla. Pasaron unos 15 minutos mamando y jugando con mi polla, yo sólo gemía y agarraba su cabello, la volvía a empujar y hacía que entrara hasta su garganta, esto me estaba encantando, incluso me vine en su cara.
Luego le dije que era mi turno, y que se recostara, lo dudó un momento, pero lo hizo, se recostó bocarriba, y empecé a masturbar su vagina. Acaricié su vagina, y poco a poco empecé metiendo mis dedos, hasta que ya tenía tres dedos dentro, hasta aquí todo era lento, pero empecé a aumentarlo poco a poco. Me excitaba, se sentía tan húmeda, empecé a mover, sacar y meter mis dedos muy rápido y con mucha fuerza, ella estaba gimiendo. Después paré y me acerqué a su vagina, empecé a lamer la parte de afuera, luego su clítoris, y después metí toda mi lemgua en ella, use mi lengua y labios para saborearla, misntras medía mi lengua y la pasaba por todo su coño, la mis labios besaban esa vagina. Ella no aguantó y se vino.
Le dijé que le gustaría, todas mis novias decían que les encantaba como comía el coño, y también como cogía.
Ella se paró, y por poco se iba, pero la detuve, le dije: «no ha acabado. Tiene que ser como yo diga o se lo diré» ella me vio enojada, pero no tuvo más que aceptar.
Yo siempre tenía condones en la mochila, nunca se sabe cuando puedas coger, así que me lo puse. Le dije que se recostara de nuevo y lo hizo. Empecé a frotar mi pene en su clítoris, después a introducirlo poco a poco y cuando menos lo pensé, ya estaba entrando y saliendo rápidamente con mucha fuerza, ella realmente lo disfrutaba, sí era una puta, empezaba a gemir demasiado y a gritar, yo seguí y seguía, metiendo y sacando mi polla en ella, a ella al parecer le encantaba, sólo decía «mmm, aaah, mmm, ooh sí, mmmm» y cosas así, desde este ángulo, podía ver sus maravillosos pechos, empecé a tocatlos y apretarlos, uncluso a besarlos, eran tan grande como mi cara. También quería ver su culo, así que me senté en una silla frente a un espejo, y le dije, «siéntate aquí» ella hizo caso y se sentó en mi polla, empezó a subir y a bajar haciendo una especie de curva con la cintura, realmente era fascinante, eso se sentía bien.
Pasó una hora y media, me vine tres veces, una es su cara y dos en su coño, con condón obvio. Aquí había terminado por ese día. Aunque qhora yo podía cogérmela cuantas veces quisiera, y eso hize, me la cogía cada que estabamos solos y a 3lla le encantaba, incluso ya para cuando yo tenía diecinueve ella misma era la que me buscaba, incluso a mi hermano también. En una ocación nos quedamos mi hermano, yo y ella. Ella nos llamó e hicimos un trío esa vez, incluso mi hermano y yo introducimos nuestras dos pollas en su vagina, y claro, ella gritaba como puta y gemía.
Eso ha pasado así desde entonces, cogemos mi hermano y yo con nuestra madrastra, incluso su hijo menos lo sabe, y al maldito le gusta saberlo, él sí que es un puerco.
Esto ha sido así desde que tengo dieciocho, incluso ya ni siquiera es para no decirle a papá, si no, sólo para coger, y nos encanta.
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