Me converti en la putita de mi tío
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Quiero inicialmente decirles que escribir este relato y me ha servido de desahogo, ya que este suceso marcó completamente mi vida y lo sigue haciendo.
Mi nombre para el relato es Susy, inicia cuando estaba por cumplir los quince años. Un primo hermano de mi madre que llamaremos Tony siempre nos visitaba en la casa, sin embargo, cuando el no estaba presente, mi padre hablaba mal de él, que era un tipo que no sentaba cabeza, es decir, que nunca formalizaba nada, era irresponsable y muy mujeriego.
El tío Tony, era un músico aficionado, tocaba muy bien varios instrumentos, pasaba algunos días en la casa y luego regresaba a su apartamento en la misma ciudad, que su padre le pagaba, ya que la familia de ellos tenía mucha solvencia económica y tenía varios negocios.
Yo me encontraba en plena pubertad, mis senos estaban creciendo y mi cuerpo tomaba la forma de mujer. Soy de cara bonita, mi cabello es dorado, tengo ojos verdes y mi cuerpo en ese entonces era delgado sin abusar, mis pantorrillas y muslos eran bien hechos para mi figura delgada; mi coñito ya se mojaba por las noches debido a sueños húmedos que yo tenía. En ese momento yo no sabía que iba a resultar una mujer muy ardiente y fogosa en la cama, siempre exigente de gozar buen sexo, en todos sus límites. A veces pienso que puedo tener algún grado de ninfomanía.
Todo comenzó una noche en que veíamos la televisión en la sala familiar, estaban mis padres, mi hermana menor, mi tío Tony y yo. Poco a poco yo me quedé completamente dormida, yo ya tenía puesta mi ropita de dormir, que era un bluson flojo un pequeño top y mis braguitas de niña.
No se cuanto tiempo transcurrió, al principio perdí la noción del tiempo y espacio, creí que tenía un sueño húmedo, sentí un estremecimiento en el cuerpo y mi cuquita se me estaba mojando. Poco a poco fui abriendo los ojos ¡y que horror lo que ví!, mi tío Tony me tenía metida su mano en mis braguitas y me masajeaba lentamente mi cuquita con sus dedos, su boca me lamía mis pequeños pezones, a pesar que la sensación que estaba recibiendo era exquisita, relajante y que estaba excitada, porque nadie me había tocado aún mi sexo y mis senos, reaccioné retirándolo de mi cuerpo con fuerza, ví que solo los dos habíamos quedado en la sala, luego le reproché airadamente lo que me estaba haciendo y empecé a llorar, me levanté y me fui a mi habitación.
Al otro día, mi tío Tony se había marchado antes del desayuno. Para mi fue un gran alivio no verlo. Sin embargo, la sensación de sus dedos en mi bollito, los líquidos que eyaculé por primera vez dentro de mi vaginita y sus labios apretando mis pezones, no los podía olvidar fácilmente. Creo que esa noche se despertó lo ardiente y libidinosa que sería el resto de mi vida. Por esos días había noches en que soñaba como mi tío terminaba por hacerme el amor allí en el sillón de la sala. Sin embargo, cuando nos visitó las siguientes veces, yo no le dirigía la palabra y me portaba indiferente con él. Por un lado quería que volviera a tocarme y por el otro no quería saber nada de él.
Cuando fue la fiesta de mis quince años, mi tío Tony estaba invitado. Yo he pensado mucho al respecto y creo que algunos traguitos que mis amigas me dieron afloraron mis sentimientos sexuales reprimidos con respecto al tío. El también no dejaba de verme con mi vestido largo y un buen escote que dejaba ver una parte de mis senos juveniles. Llegó a mi mesa y me invitó a bailar, de no ser por el licor ingerido, me hubiera negado, pero le dije que si y salimos a bailar a la pista.
Me empezó a decir que estaba muy linda y que ya era todo una mujer. Yo me sonreía con él. Noté que durante el baile me apretaba fuerte para pegarse a mi cuerpo, yo trataba sin pelear de retirarme de su cuerpo. Al poco rato, me dijo que lo acompañara a afuera que en su vehículo tenía mi regalo, que no me lo había podido entregar. Ya en el parqueo de los vehículos que tenía el salón del hotel, que se utilizó para la fiesta, me abrazó contra él y sus labios buscaron mi boca, su lengua se introdujo entre mis labios, yo traté desesperadamente de empujarlo y retirarlo, pero su mayor fuerza hizo que eso no fuera posible. Aunque una parte de mi quería que continuara.
Mientras me besaba a la fuerza, su mano se metió debajo de mi vestido de quinceañera, llegando hasta mis braguitas, metió su mano como aquella vez en la sala de mi casa y comenzó a masajear nuevamente mi cuquita, poco a poco me fue venciendo el placer a la razón, ya no lo intentaba retirarlo de mi, mi lengua comenzó a restregarse contra la suya. Luego un dedo de su mano comenzó a hurgar mi rajita que ya estaba totalmente mojada de líquidos vaginales, en unos segundos introdujo la mitad de su dedo entre mi vagina virgen y lo sacaba mojado para frotar mi clítoris. En esos momentos me encontré gimiendo de pasión, dejando que hiciera lo que él quisiera conmigo; él bajó su cabeza y comenzó a chuparme los senos, buscando mis pezones que rápidamente encuentra apetitosos y los succiona con ardor. Cuando yo estaba gozando irremediablemente, sentí una corriente eléctrica pasar por mi cuerpo y llegar a mi rajita, la sensación era como quererme orinar en sus dedos, más tarde supe que había sentido mi primer orgasmo de mujer en mi vida.
De repente, oímos voces acercarse a nosotros, el tío sacó la mano de mis bragas y me compuso mi vestido y el escote mi vestido. Me tomó de la mano y salimos de allí con rumbo a la fiesta de nuevo. Me dejó en la mesa de donde me había invitado para bailar, pero antes de retirarse frente a mi, se llevó el dedo, que había tenido metido en mi rajita, a sus labios y los lamió con erotismo, degustando el olor y sabor a mi cuquita. Yo al ver eso me mojé nuevamente, era lo más caliente y erótico que me habían hecho en mi vida.
Esa noche no pude dormir por lo ocurrido con el tío Tony. Me tuve que tocar mi cuquita, cerrar los ojos y darme una masturbación pensando en el tío.
Al otro día, mis padres amanecieron con una resaca por la fiesta. En eso suena el teléfono y corro a contestar como sabiendo de quien se trataba, era el tío Tony. Me dice que me espera en su apartamento para darme mi regalo, ya que no pudo dármelo durante la fiesta. Yo le digo emocionada que allí estaré en unos minutos, se los digo a mis padres que no tiene objeción en que vaya a su apartamento. Antes de salir, entro a mi habitación y me pongo una mini y una blusita con la espalda destapada y agarrada solo por una lasitas en mi cuello, asi también me pongo unos zapatos de tacones altos y descubiertos, me veo al espejo y casi tengo la pinta de una putita de casa de citas. Salgo por la puerta de atrás para que mis padres no me vean así, no vaya a ser que no quieran que vaya asi vestida.
Cuando llegó a la puerta de su apartamento, casi me falta la respiración, estoy muy caliente y emocionada. El abre la puerta, cuando me ve así vestida, me quiere comer con la vista. Me toma de la mano y me lleva directamente a su dormitorio, parados frente a su cama me empieza a besar apasionadamente, sus manos rápidamente levantan mi mini por atrás recorriendo mis nalguitas llenitas de carne; sigue la raya entre mis nalgas y acaricia por un ratito el botoncito de mi culito, sigue bajando y mete sus dedos entre mi rajita que ya esta empapada de mis jugos y empieza a jugar con ella.
Mientras me toca mi vagina, con mucha práctica me deshace el nudo de mi blusita y mis senos quedan frente a él a su merced, los comienza a lamer por toda su circunferencia, luego mete mis pezones entre sus labios y los lame también. Todo eso me hace temblar de placer, mi respiración es incontrolable al igual que los gemidos que lanzo. Sus hábiles manos bajan el cierre de mi faldita y esta cae hasta mis pies dejándome en ropa interior, luego su boca sigue bajando de mis senos a mi vientre y luego su lengua recorre mi vulva sobre mis calzoncitos, sus manos con mucha experiencia ahora sacan mis braguitas y caen hasta mis tobillos; estoy completamente desnuda con solo los zapatos puestos!.
El tío Tony esta hincado frente a mi lamiéndome la vulvita, apenas tengo vello pubico en mi cuquita, su lengua recorre todos los espacios posibles, luego, suavemente con su mano hace que yo abra mis piernas allí parada, el mete su lengua buscando la hendidura que separa mis labios vaginales, cabalmente es allí donde más eyaculación vaginal encuentra, pero lo lamé como si fuera un rico plato. Yo me tengo que agarrar de su cabeza para no caerme, una serie de estremecimientos recorren mi cuerpo, en ocasiones siento que me mareo de tanto placer que estoy recibiendo. Luego el tío me da la vuelta completamente, siempre allí parada, ahora con sus manos abre mis glúteos y comienza a lamer mi botoncito del ano, como si fuera una fruta deliciosa, por primera vez siento que esa zona me da mucho placer, al igual que mi cuquita, sus chupadas me hacen elevarme al cielo, mi cuerpo sigue temblando y sigo eyaculando jugos en mi vaginita virgen.
Cuando el tío Tony termina de saciarse con mis nalgas y mi culito, me acuesta en la cama, me quita los zapatos y luego frente a mi se quita toda la ropa, es la primera vez que veo a un hombre desnudo, su pija esta totalmente erecta y colorada, es larga y grande, alguna vez se la llegue a tocar a un mi novio, pero no hay comparación con esta que tengo a la vista. Pensé que me penetraría en ese momento, pero el tío aún quería comerse mi cuquita virgen, me abrió las piernas al máximo y me la chupó y la lamió tanto que su saliva se derramaba de mi rajita a mi culito. Me hizo llegar a dos orgasmos antes de dejar de devorarla. Me retorcía de éxtasis en la cama. Recuerdo que mientras me la mamaba, uno de sus dedos fue introducido en mi ano, utilizando la saliva como único lubricante, sentir su lengua comiéndose mi clítoris y su dedo meterse en mi colita, fue delicioso!, esto me provocó el orgasmo más placentero.
Luego, me flexionó las rodillas, de modo que mi bollito se abriera al límite, puso la cabezota de su verga entre mis labios vaginales y con el peso de su cuerpo, poco a poco me la fue metiendo, yo le grite que fuera despacio porque era virgen, él siguió introduciendo su glande en vagina, sentí un dolor, como cuando uno se corta profundamente un dedo, era el himen que se había rasgado para siempre, su pene siguió su camino dentro de mi vagina, abriendo y dilatando sus paredes viscosas, nuevamente le pedí que parara que se detuviera un rato, porque me dolía horrores, sin embargo, el ya no tenía oídos para nada más, lo que el quería era metérmela y cogerme a placer. Después de unos segundos su pija estaba completamente dentro de mi vagina.
-¡Que rica estas sobrinita!, -Cuanto tiempo esperé este momento!- me dijo el tío Tony mientras me empezaba a pistonear su miembro en mi coñito.
Al principio, me seguía doliendo mi cuquita cuando él la metía y la sacaba, pero conforme pasaba el tiempo, el umbral del placer fue mayor que el del dolor, por lo que empecé a gozar por fin la cogida que me estaba dando. Ya bien excitada por la follada que estaba recibiendo, le enganché con las piernas su cintura, de modo que cuando se movía dentro de mi, me ensartaba hasta el último centímetro de su verga. No quería que parara de metérmela y sacármela. Pronto llegué a un nuevo orgasmo.
También después me puso en la posición que le llaman de perrito, yo colocada en cuatro, levantando el trasero, mientras que él se colocaba atrás de mi, él frotó su pija por toda mi rajita mojada y la metió con fuerza penetrándome hasta el fondo de mi gruta. Mientras me pistoneaba en esta posición me decía que mi cuquita era deliciosa y que mi culo era muy bonito y rico. Yo aullaba de placer para ese instante. Sus movimientos de cintura llevaban toda la lujuria y experiencia sexual de muchos años, me llevaron al clímax, me estaba corriendo como toda una putita y quería que no dejara de fornicarme. Quería ser su esclava en ese momento!.
Me siguió ensartándome en esa posición, cada vez con más fuerza, agarrándose de mis nalgas o de mi cintura para incrustármela con pasión, con ardor, sacándome fuertes gemidos de placer. Finalmente lo oí jadear y segundos más tarde descargo dentro de mi, un buen chorro de esperma caliente, que inundó toda mi vagina de un liquido blanco lechoso, era la primera vez que veía el semen masculino.
Nos quedamos acostados un buen rato, cansados de follar. Cuando me recuperé me vestí y me fui corriendo a la casa, ni siquiera me percaté de que no me había dado el regalo prometido, cuando en casa me preguntaron que me había dado, solo atiné a decir que me había dado dinero. Vaya que nadie pidió verlo en ese momento, sino hubiera quedado en evidencia mi mentira.
De allí en adelante, estar con mi tío Tony se volvió mi obsesión, mi poca madurez y mi calentura, era la mayor razón en haberme convertido en su juguetito sexual. Pero yo solo quería estar entre sus brazos y con su pene dentro de mi rajita. El también me deseaba, sobre todo que era una adolescente sumisa y podía hacer conmigo en la cama lo que quisiera. Me volví la putita de mi tío en esos días, me cogía donde le diera la gana, una vez me la metió en el pasillo donde está su apartamento, cualquiera pudo habernos encontrado follando, pero que bueno que no sucedió.
Habló con mis padres, para decirles que me daría clases de piano para vacaciones (en su apartamento tenía un piano de cola), ellos aceptaron, sobre todo para apartarme, según ellos, de malas juntas con mis amigas o de salidas con mis amigos. No se imaginaban que al llegar a la casa del tío Tony, yo servía para satisfacerlo de sus instintos sexuales más bajos.
Yo iba a las “clases de música” con el tío tres días de la semana. Eran tres encuentros sexuales seguros. Yo anhelaba ir a su apartamento, que me desvistiera y que me hiciera el amor con todas sus fuerzas. El estuvo hasta experimentando posiciones sexuales conmigo, el tío me desfloró mi culito y lo peor de todo, es que me vine como una perra cuando me hacía el sexo anal. Los orgasmos que me hizo sentir no lo lograron otros hombres en mi vida.
En cierta ocasión que llegué con él, estaba casi borracho y con él estaba otro hombre amigo suyo que yo no conocía, bien hubiera podido marcharme de allí, pero, cuando me empezaron a tocar me mojé toda y entre los dos me cogieron por todos lados (vagina, ano y boca), esa vez, fue la primera en la que me penetraron dos vergas al mismo tiempo en diferentes agujeritos. En poco tiempo me había vuelto una perra y no había cumplido aún los 17. Confieso que el tío tenía otras amantes, mientras tuvo la relación conmigo, yo encontraba prendas intimas en su habitación, condones en el baño, toallas femeninas y otras cosas personales. Pero no me importaba, solo quería que satisfacerla mis necesidades.
No tuve novios mientras fui el juguete sexual del tío Tony. Debido a que mis padres me enviaron a estudiar a la universidad fue que dejé de verlo. Me casé cuatro años más tarde, es decir a los 22 años, con un buen hombre, pero su debilidad era que no me hacía sentir en la cama como me hizo sentir el tío. Mi esposo era muy conservador en la cama, no tenía los excesos y lo ardiente que era Tony.
Después de 10 meses de matrimonio, cierta vez me encontré en la casa mis padres al tío Tony, a pesar de los años seguía conservándose muy bien. Cenamos y cuando dispuse regresar a mi casa, él se ofreció a llevarme. Durante el viaje, no pude contenerme y le dije mientras charlábamos, que deseaba que me hiciera de nuevo el amor, que me llevara a donde él quisiera, ni lerdo el tío me metió en un motel y me dio la gran cogida que había estado esperando, me penetró por la vagina y por mi ano con furia, me folló con gran pasión, llegué varias veces al orgasmo, en forma brutal me fornicó en varias posiciones y me hizo tragar su esperma en dos ocasiones. Me corrí como una perra.
Desde ese día volví a ser amante del tío Tony siendo ya casada. A pesar de que amaba a mi marido, él no pudo darme en la cama lo que el tío me daba. Y confieso que hubo ocasiones que me hizo coger conjuntamente con sus amigos, me penetraron entre dos y tres hombres, por supuesto que no me presentaba como su sobrina, sino como una puta contratada o como su amante.
Abandoné ya a mi marido, no pude seguir engañándolo. Quiero dejar a Tony, pero necesito encontrar a alguien que me satisfaga en la cama y fuera de ella.
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