Me masturbé espiando a mis padres

Vi por primera vez a mis padres tener sexo. Me masturbé mientras los miraba. Toqué mi pene tan rico que fantaseo ahora con ellos haciendo un trío.
Hola. Mi nombre es José Luis Miguel. Y es la primera vez que escribo sobre mis experiencias sexuales a lo largo de mi vida. Quiero compartir este morbo con ustedes.
Desde mis 10 años me causaba curiosidad ver cómo mis papás se besaban. Los veía a escondidas. Veía como mi papá jalaba a mi mamá para besarla y pegarse a ella, hasta cierto punto en el que empezaban a respirar raro y frotaban sus sexos entre sí sobre la ropa y luego los azotaban de frente como si estuvieran haciendo una penetración de pie.
Otras veces a la hora de la cena, la abrazaba por atrás y se le pegaba como animal como pretexto de una muestra de cariño. Ella le decía «no frente a los niños, espérate».
Ellos no se daban cuenta como me daba curiosidad verlos tocarse.
En un principio creí que era normal ver sus manos moverse bajo las cobijas y que rieran con nervios. Ya que nuestras camas quedan cerca una al lado de la otra. Es como ver un cuarto dividido por una cortina. De mi lado había una litera, yo dormía arriba y mi hermana abajo.
Empecé a espiarlos por un pequeño agujero en mi cortina y veía como mi mamá le sobaba el pene a mi papá y a veces él le metía los dedos a su vagina abajo de las cobijas, para después poner sus fluidos en su lengua y besar a mi mamá de un modo más que morboso. Fui creciendo y junto conmigo, mi morbosidad de ver cómo se tocaban y disfrutaban. A veces imaginaba que me sentaba frente a ellos para ver cómo se cogían como animales en celo mientras miraban como masturbaba mi delicioso pene al mirarlos.
Después de cumplir 15 años, regrese de la escuela antes sin avisar. Ellos se confiaron de que estaba en la secundaria.
Vi como llegaron besándose, metiéndose la lengua hasta la garganta y haciendo un ruido con sus salivas que hizo que mi pene empezara a estirarse bajo mi pantalón.
Saqué mi pene y empezé a acariciarlo, bajando su piel totalmente y después subiéndola.
Mi mamá apretaba el pene de mi papá sobre el pantalón y después metió la mano para tocarselo. Era tan rico verlo.
Se quitaron la ropa sin dejar de chocar sus lenguas. Y mi papá procedió a hacerle un oral a mi mamá. Se la chupaba como si fuera helado. Y después le daba golpes como su fueran cachetadas o palmadas a la cola de mi mamá. Los dos gemían como perros teniendo sexo. Y me di cuenta de algo… Amaban decirse cosas explícitas y mirarse mientras se ensartaban.
Después mi papá metió su pene a la boca de mi madre, como si fuera una penetración. Al terminar, el metió su pito a la concha de ella. Y se la embistió tan duro que los sonidos hacían estruendos en las paredes. Mi mamá tiene senos grandes y puede chuparse los pezones. Tomo su seno y lo llevó a su boca y mi papá se unió. Ambos chupaban el pezón chocando sus lenguas y respirandose boca a boca.
Mi pene ya estaba lubricando. Como quisiera en ese momento poder haber abierto la cortina y que vieran mis testículos moverse por estar jalando tan fuerte mi pene. Quería decirles «papá me gusta ver la vagina mojada de mi mamá siendo penetrada por tu pene, dale más duro, metele más fuerte tu pene papá, aprieta sus chichotas».
Cada vez iban aumentando la intensidad y mi mamá le dijo «orina mi vagina y sígueme penetrando, quiero que me escurras las piernas, dame pene! Dame pene! Quiero tu pene hasta al fondo de mi rica vagina». Ella se comportaba como una depravada actriz porno y el como un viejo puerco. Me excitaba eso. Vi como la llenaba de su liquido por dentro y la fuerza le sacó su miembro afuera. Pero le siguió orinando la cola mientras mi mamá se tocaba frenéticamente el clítoris y se metía los dedos de un modo violento, como si quisiera meter su mano al fondo. Ella abrió su vagina para que él pusiera su delicioso pene adentro. El sacó y metió su pene muy rápido y en repetidas ocasiones. Estaba tan excitado que sí cerraba los ojos y los escuchaba, me calentaba más.
Después la puso de perrito y le lamió el ano, mientras el apretaba su pene contra la cama. Se puso de rodillas y le metió el pito por el ano.
Gemían y él le preguntaba sí le gustaba tener su pene adentro de ella y ella decía «me gusta tener tu pene adentro de mi, todo el día quisiera tenerlo en mi vagina, aunque la gente nos viera, quiero que la gente vea tu pene adentro de mi rica vagina, quiero que vean cómo metes tu pito en mí mientras los miramos».
Yo seguía sacudiendo mi pene más y más, mientras sudaba. Ya no aguantabaas tener mi semen guardado. Desde hace mucho quería ver ésta escena. Quería ver la cola peluda de mi mamá y los huevos de mi papá chocando contra ella.
Qué ricos fluidos se veían escurrir de ambos. Quería probarlos, lamerlos, tragarlos, sentirlos. Imaginaba tantas cosas morbosas que no me importa si no es correcto. Mi mamá quiere que le den pene, le quiero dar pene con mi papá, quiero que se dé sentones encima de mi mientras besa a mi papá acariciando su pene.
Apreté mis huevos y empecé a sacudir mi pene en el aire.
Ellos se acomodaron para un 69 y lamieron sus sexos. Imagina sus lenguas chupándo sus huevos y chupando su vagina hasta venirse. Mi papá metió su pene hasta el fondo de la garganta de ella, mientras chupó su vagina muy duro, saliendo chorros de líquido.
Yo solté mi pene y empecé a empujar mi cadera de atrás hacia adelante como si se la estuviera metiendo a alguien. Y entonces eyaculé el la ropa interior de mi hermana.
Lo disfruté tanto, que no podía dejar de soñarlos teniendo rico sexo. A veces me masturbaba en los baños de la escuela, en mi cama o mirando a mi hermana mientras dormía, e incluso a veces mientras ellos tenían sexo en silencio aún con nosotros ahí durmiendo. Ellos pensaban que teníamos el sueño pesado y que no nos daríamos cuenta.
Mi hermana también empezó a crecer y la veía hacer cosas cuando creía que nadie la veía. Puse una cámara en el baño y vi como restregaba su vagina contra el mueble. Y a mis padres haciendo un frotteurism. Busquen en internet. Es delicioso.

Desde entonces fantaseo con ellos en un trío, intercambiando saliva y frotando nuestros sexos entre sí.