Me metió la lengua
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Alejandra, tuve varias experiencias sexuales con mis primos sin llegar a la penetración, siempre he sido muy lujuriosa y me encanta meterme los dedos cuando no hay nadie en casa.
Una navidad, ya con 18 años, estaba acostada en la azotea de la casa de mi abuela, admirando las nubes cuando mi celular comenzó a sonar, era Marco, mi primo de 25 años y de buenas nalgas más labios de fuego.
-Hola Ale, ¿por que no me dijiste que hoy llegabas?
-Por que tendría que decirte…
-Ah ya vas a empezar de digna, oye… te queda muy bien ese short eh…
Me extrañé de que me dijera eso, Marco no estaba en la casa de la abuela y me sorprendió, volteé varias veces a buscarlo pero no lo encontré
-¿donde estás?
-Ah, por ahí viendo tus hermosas piernas
-Ya Marco, dónde estás
-¿quieres verme?
No sabía que contestarle así que sólo me reí, luego él me empezó a excitar con sus palabras
-Si quieres puedo ir por ti en la camioneta
-¿Ah sí? Y luego a dónde vamos
-Pues a dónde quieras, ya sabes, con eso de que podemos ir a las afueras del pueblo
-y qué con eso
-Podemos pasarla bien, hace mucho que no te beso esos labios
Suspiré, recordé qué el fue quien me robó mi primer beso a los 12 años, pero sólo fue hasta ahí, ahora tenía 18 y tenía ganas de volverlo a besar.
-Paso por ti en 5, te parece
Y colgó, yo me bajé rápido a arreglarme, me entusiasmaba la idea de salir con el, así que fui al baño a ponerme más sexy, me quité la braga y me puse sólo el short, me quité la camiseta negra que llevaba y me puse un sostén negro con adornos de encaje y una blusa a cuadros, me puse unas botas y me peiné con una trenza.
Salí sin que nadie me viera y ahí lo vi, mi primo Marco manejando una camioneta naranja, se puso a un lado de mi y me abrió la puerta, desde el momento en que me vio observé sus ojos recorrerme las piernas, se mordió los labios y me dijo:
-Vaya, si que has cambiado mucho
-Para bien, no?
-o para mal… vente, vamos
Subí a la camioneta y arrancó, nos fuimos a un terreno baldío donde estaba la presa del pueblo y casi nunca hay nadie allí, cuando llegamos nos bajamos y yo me acerqué a la presa, sólo para observar, él se quedó recargado en el cafre y me observaba, yo me volteé y caminé hacia él, mientras desabrochaba el primer botón de mi blusa, cuando estuve cerca él me abrazó poniendo sus manos grandes y morenas en mi cintura.
-Has adelgazado mucho, Ale
-Me estás diciendo que estaba gorda?
-No para nada
En ese instante se acercó a oler mi perfume mientras su nariz rozaba con mi cuello y yo acariciaba su brazos, se dio cuenta de que me estaba poniendo caliente y me besó el cuello, lo lamió y lo chupó, yo gemía:
-Ah…Marco, mm
-Ya estás bien caliente verdad Ale
Me pasó las manos por el culo y me dio nalgadas mientras yo gemía, me daba más nalgadas y me decía que tenía ganas de probarlo, cuando dejó de lamerme el cuello me besó, entró su lengua y mientras me la succionaba yo desabrochaba su camisa, sus manos jalaron mi blusa y los botones se desprendieron, me observó
-A la… tienes unas tetas enormes
-Miden 95… según la doctora
-Es un poco grande para tu edad y tu figura
Me subió el sostén y las tocó, yo me apoye las manos en su piernas mientras me movía sacudiéndolas, el me volvió a besar y luego bajó a morderme los pezones, jalándolos y chupando, dejándolos rojos
-Marco… eres un cabrón, me duele
-es que las tienes bien buenas, ya me imagino si estuvieras mamando
Yo estaba tan excitada que puse mis manos en sus muslos y las frotaba hasta que subí y sentí su pene ponerse duro, Marco comenzó a desabrocharme mi short y al meter su mano se dio cuenta de que no traía ropa interior
-Ah mira que coincidencia que no traes calzones…
-Cállate que tú también tienes ganas
-Ah sí… ganas de que
-De meter tu palo allí dentro
El se empezó a reír y me recostó en el cafre, abrió mi blusa y me besó el vientre y bajó mi short hasta qué este quedó colgando de uno de mis tobillos
-Y mira, hasta depilada…
-De por si no me gustan los pelos allí
-A mí sí, pero tú… te ves mejor así
Me besó los labio y comenzó a regar saliva por mi cuello, por mis tetas y mi obligo, cuando llegó a mi vagina, escupió, yo me estremecí y sentí como la punta de su lengua daba pequeños golpes y sus dedos abrían y cerraban mis labios, yo me tocaba los senos y gemía
-Mm… así… ah… ah… Marco, que rico… ay que rico
Luego comenzó a lamerme la conchita, arriba y abajo y cuando lamió mi clítoris comencé a dilatarme, me besaba y lamía mis hoyos, metía los dedos y los sacaba, luego el bien cabrón me abrió más las piernas y comenzó un tragadero de jugos, su lengua me volvía loca y yo estaba a punto de correrme
-Ah…Marco, yaaa…. Marco, ah, ah,ah… ah, parale, ah ah ah…. ay dios, ah Marco, oh dios, Marco
Y cerré las piernas apretando su cabeza, muchas veces me había masturbado pero nunca me había corrido como lo hice con él, sentí venirme y el se dedicó a limpiarme, cuando terminó se incorporó y yo le veía, me levanté y terminé por quitarme el short, me quité el sostén y me amarré la blusa de manera que hice un moño mientras mis tetas estaban al aire libre, lo besé y mientras lo besaba, desabroché sus pantalones, metí la mano buscando su pene y cuando lo sentí lo saqué, él se bajó los pantalones y los calzones y ahí estaba, un pene grande, ni tan grueso ni flaco y rojo.
-Vaya, no sabía que la tuvieras así
-Tienes ganas de chuparla así que hazlo
Le besé la punta, como ya sabía hacer un oral no fue difícil, lamí la punta y los lados, lo mordisquee sintiendo su carne y luego lo metí a mi boca, lo sacaba y lo metía, hasta que Marco se excito y comenzó a follarme la boca, cuando me estaba ya casi cansando el la sacó y me recosté de nuevo en el cafre y sin preparación me la metió toda.
-ah Marco…. me dolió
Pero ni me hizo caso, comenzó a follarme, adelante y atrás mientras se dedicaba a chuparme los pezones, los mordió y los lamió, yo lamía su pecho descubierto y mordía su cuello, luego me puso con los pecho recargados en el frío cafre y me volvió a penetrar
-Ah…ah…ahh Marco, así, más adentro, ah, ahh
-Pinche Ale, estás bien buena… ah que rico coñito
-Mmm Marcoo… ahh, me encantas, ah sí, más, más
Luego se acostó en el pasto y yo me puse a cabalgar, gemíamos como locos y me desaté la trenza y mi cabello se esparció, el mordía mi cuello y a veces me jalaba del pelo.
Pronto me vine y él me gritó que ya se iba a venir, yo le dije que quería que me diera su leche dentro y así lo hizo, ya después nos besamos y nos metimos al coche, pero ahí en lugar de vestirnos nos pusimos a follar en el asiento trasero, me recostó y me abrió de nuevo las piernas deleitándose con mis jugos y como estaban sus útiles de cocina (él estudia gastronomía) comenzó a jugar con el mango de las cucharas y me los metía y sacaba, me dolía al principio, ya después me metió uno en el culo para prepararme y allí comenzó a follarme, yo miraba el techo del coche y sólo veía como se meneaba de un lado a otro.
-Ale, me encantas… estas bien buena, me encanta cogerte
-Mmm Marcoo, ahh ahh
Nos besábamos con tanta pasión que tuve otro orgasmo y por la presión la cuchara salió volando y su asiento terminó mojado, luego él se sentó y volví a cabalgar con él.
Cuando nos venimos por segunda vez ahora si nos vestimos y ya íbamos de regreso a la casa de mi abuela cuando se nos vinieron otra vez las ganas, así que nos fuimos al monte y ahí volvimos.
A veces me llama y le mando fotos desnuda y él me complace con las fotos de su verga que tanto me gusta, cuando venga de visita tenemos pensado hacerlo en la tina del baño.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!