Mentes incestuosas.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola mi nombre es Ernesto tengo 24 años, mido 178, blanco, delgado, estudio medicina, vivo en Venezuela con mis padres y mi hermana Perla, dos años menor que yo, papa se llama Roberto es alto blanco y fornido tiene 44 años, mi madre Mónica tiene 40 es de mediana estatura, muy bella y muy bien formada y conservada.
Llevamos siempre una vida normal, mi hermana y yo siempre acompañamos a nuestros padres en sus viajes y en las vacaciones.
Confieso que nunca tuve experiencias sexuales, excepto la masturbación que practicaba con mucha frecuencia sobre todo cuando observaba a mama ligera de ropas, somos algo liberales y nos vestimos en la intimidad del hogar muy casual casi hasta la desnudez.
Sin que lo supieran los observaba e inevitablemente me masturbaba con la fantasía que representaba el ver a mama así casi desnuda y soñar con chuparla toda.
Un día, tenia yo 16 años, sin proponérmelo entré al cuarto de baño y allí estaba mama completamente desnuda le vi por un instante su pubis, sus tetas todavía erectas, sus pezones rosados y sus enormes muslos; perdón mama, ella sin inmutarse me dijo tranquilo hijo no te preocupes, a pesar de la vergüenza no podía esconder mi erección que fue inmediata, me retiré apenado y todo continuó igual.
Posteriormente una mañana no quise ir a clases me sentía mal como si tuviese una virosis.
Mama entró a mi cuarto y me preguntó porque no me había levantado y le comenté lo que sentía, ella me dio un calmante con un te caliente y se sentó al borde de la cama.
Y comenzó a sobarme las piernas, mi niño me decía.
Como duermo solamente con un bóxer con su roce comencé a erectarme y ella al notarlo me dijo, mira nomas estas de cachondo.
Le dije mama que me da mucha pena a la que respondió no seas tonto, a ver y me agarró la verga por encima del bóxer, mama le dije, déjame mirarlo y me bajó el bóxer brotando mi tolete en toda su extensión, 16 cm y muy grueso.
Ella dijo ummm como lo tienes de rico y me lo agarró dándome una pajita que me hizo contorsionar, ufff que rico mí bebe y lo llevó a su boca.
No puedo describir la delicia que aquello me provocó, era mi primera vez.
Lo llevo hasta el fondo de su garganta y comenzó a chuparlo, lo lamia hasta los testículos y volvía a meterlo en su boca, le entraba todo lo que denotaba lo experta mamadora que era, al sentir que me contorsionaba ya para eyacular lo agarro con su mano pajeandome con la cabeza en su boca y allí deposite todo cuanto tenia tragándoselo ella todo sin que se perdiera una gota y yo con los temblores propios del orgasmo lo que hacia era gemir.
Me besó en la boca y así pude saborear mi propio semen y continuó tocando mis testículos y culo lo que me provocó una nueva erección.
Se despojó de su bata notando que no llevaba sosten ni pantaletas montándose en arcada sobre mi.
Agarró mi verga y la colocó en su entrada que ya se encontraba lubricada y comenzó a meterla lentamente, centímetro a centímetro en su vagina, hasta que quedó totalmente sentada, se inclinó hacia mi cara y besándome comenzamos con un vaivén exquisito, acariciaba yo sus nalgas y su espalda besándonos gemíamos y suspirábamos, así, así me decía, todo, todo adentro chupando mis labios y meneándose como experta que era, al cabo de unos minutos se arqueó y gritó, me vengo coño y sentí como con su vagina exprimía literalmente mi inexperta verga que ya había soltado dos chorros de leche en medio del frenesí que vivíamos en ese momento, cayó sobre mi acariciándome y yo a ella, a los minutos se levantó, besó mis labios y guiñándome un ojo se retiró de mi habitación.
Con posterioridad a esta experiencia, nos tratábamos y saludábamos de manera normal, aunque con miradas maliciosas y discretas.
Una noche, ya tarde, ella mi madre se acercó a mi cuarto y entró a hurtadillas, se inclinó y me dijo al oído, “duermes nene”, no mama le respondí.
Tu padre llegó con tragos encima, apenas comió se acostó y se durmió, y yo estoy con ganas de esto, me dijo agarrando suavemente mi verga.
Me erecté casi que de inmediato y comenzamos a besarnos y acariciarnos.
Se desnudó y yo igual y comenzamos a lamernos y chuparnos adoptando una posición de 69 ella sobre mi y yo con su vulva en mi cara observando el palpitar de su vagina y su culo, comencé a lamerla y ella a mi, lamia mis testículos y acariciaba mi culo y yo el de ella, lamia mi culo y yo el de ella, metió un dedo en mi culo y yo uno en el de ella, chupaba mi tronco y yo su vagina estábamos extasiados y entregados.
Colocó una almohada bajo su vientre acostándose boca abajo y me dijo “móntate”, agarrando mi verga la dirigió a su culo, “empuja”, me ordenó y al afincarme entró mi cabeza y se deslizó todo en sus entrañas.
Comenzó a moverse con ese ritmo único que solo tienen las hembras resabiadas, gimiendo de gusto cuando se sentía penetrada al máximo, la sentí estremecerse y temblando su voz me dijo “que arrecho eres carajo”, acaba en mi culo quiero sentir tu leche caliente y acto seguido me derramé en su interior quedando los dos empapados en sudor y exánimes, me exprimió y yo a ella y aún a los minutos sentía el palpitar de ese culo rosado y cálido en mi verga.
Al día siguiente mis padres tenían un compromiso, un almuerzo, nos dejaron preparada la comida para mi hermana y para mí y después del desayuno se alistaron y salieron.
Me fui a mi habitación a ver la tele y acostado pensaba en las revolcadas con mi madre, no lo podía creer, a mi edad ya me la había mamado y me la había cogido por el coño y por el culo, recordarlo me ponía la verga tiesa y comencé a sobármela.
Estando en ese trance escuche la voz de mi hermana Perla quien me preguntó: “¿Que haces Ernesto?”, nada respondí, tenía el interior puesto pero mi erección era evidente aunque intenté disimularla con mis manos.
Nada dijo ella y eso, señalando mi bulto.
Todo sonrojado apenas si sonreí y ella sentándose a mi lado me dijo, yo te he visto con mama.
Si que viste le pregunte, lo que hacen y como resuellan igual que papa y mama cuando lo hacen desde hace tiempo los he mirado y ellos ni se imaginan.
No supe que decirle y ella solo me dijo, “déjame vértelo y yo te dejo que me veas”, ok le dije y me baje el interior estando de pie y ella contempló mi verga, se desnudó y por primera vez vi sus nacientes téticas y pezones y su pubis liso, su figura bien marcada y unas nalgas deliciosas.
Nos acostamos y comenzamos a besarnos y acariciarnos, le chupé los pezones y acaricie y bese sus piernas, su entrepierna, su clítoris, su coño aun virgen, su culito, mi lengua recorrió todas sus partes y estando al punto me dijo “hazme tuya cógeme”.
Me monté mientras ella abría sus piernas y coloqué la cabeza de mi tronco en su entrada muy lubricada.
Presioné y la punta comenzó a entrar lentamente y cuando entró completa….
Ayyy Ernesto, dime lo saco… no dale lento, y así de golpe entró toda.
Comencé el mete y saca suavemente y en la medida que aceleraba me abrazaba fuerte y me decía así lo imaginaba, uff rico dale cógeme, si métela dale métela que soy igual de puta que mama o mas puta que ella pártela asiiiiiiiii y sentí su orgasmo descargando en su interior la leche que me salía.
Al sacarlo una mezcla de sangre y semen salió de su vagina, me dijo que le ardía un poco, nos besamos y se fue a asearse mientras yo arreglaba el cuarto eliminando cualquier indicio sobre lo que había ocurrido.
Han pasado ocho años y muchas cosas han ocurrido, aún me cojo a mamá y a mi hermana, son deliciosas ambas, cada una con su estilo y su manera de gozar y hacerme sentir, mientras pueda y exista placer lo seguiré haciendo porque se que nuestras conciencias están tranquilas lo que se altera es nuestro morbo.
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