Mi abuela es mi Maestra.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Javier tengo 22 años, soy blanco, mido 1, 80 cm, delgado pero atlético porque practico natación, soy algo tímido aunque despierto en mis relaciones sexuales, heterosexual, soltero, he tenido tres novias, con dos de ellas he tenido sexo sin consecuencias y satisfactorias.
Vivo con mi familia, están papá y mama, Francisco y Libia, de 43 y 40 años, una hermana menor que yo, Fanny de 20 años y mi abuela paterna Rosa de 60 años.
Desde que tengo memoria y uso de razón me han sobado mi verga, en mi niñez mi abuela cuando me cambiaba o bañaba ella me agarraba la verguita y decía, este niño la va a tener grande y me la agarraba y me la chupaba cuando se me paraba.
Si no lo hacía ella lo hacía mamá, de manera que fui creciendo acostumbrado a eso y solamente me decían que era algo familiar y que nadie tenía porque saberlo.
De ese modo recuerdo que al tener 10 años, ya no me bañaban pero siempre hacían bromas porque a esa edad mi pito tenía unos 12 cm.
Al salir del baño que iba con una toalla alrededor de mi cintura mi abuela me llamó desde su cuarto y me pidió le alcanzara una medicina que estaba en la cocina, al volver me dio las gracias, me besó en la mejilla y me agarró mi veguita que reaccionó ante el contacto y ella me dijo vaya mi bebe que bien, vamos ven que nadie verá y así me quitó la toalla y sentándose en la orilla de la cama me sobaba todo mi tronquito hasta los testículos y sonriendo lo metió en su boca.
En casa no estábamos sino los dos yo muy nervioso pero recordaba que ella me lo hacía pero la sensación era distinta y así sentía que algo depositaba en su boca luego de un pequeño estremecimiento.
Ya pronto será un hombre mi bebé, no digas nada de esto será algo que solo tu y yo sabremos.
Así transcurrió el tiempo entre bromas y agarrones temporales y miradas a mi paquete.
Ya a los 14 años cuando estudiaba bachillerato, y las conversaciones sexuales eran más comunes, comenzó a despertar ese morbo que todos poseemos y que se incrementa por las conversaciones, fotos y películas y el contacto con chicas de nuestra edad o mayores de las que sobresalían sus atributos y nos hacían fantasear y calmar esos ímpetus a fuerza de masturbarnos.
De ese modo un día en que estaba en casa solo con mi abuela, ella me pilló masturbándome, no se si estaba observándome sin que yo lo notara o fue sorpresivo, lo cierto es que ella se encontraba en la cocina sentada abierta en sus labores domésticas y yo le veía sus piernas y su ropa íntima, eso me hizo imaginar cosas y comencé a darme y de ese modo me vio, Yo todo apenado me cubría y ella se acercó diciéndome: “te he dicho que ya no eres un niño, ven acá”.
Se sentó en mi cama agarrándome el pito y se lo llevó a la boca, se lo tragó por completo, Ummm que rico lo tienes, siempre me gustó tu verga bebe, y lamia y chupaba.
Se acostó quitándose el calzón y subiendo su falda.
Ven ya es hora de que pruebes algo.
Se abrió de piernas y me acostó sobre ella agarrándome la verga que le tenía tiesa y gruesa.
La colocó en su entrada y me dijo: “mételo bebe” y le entró en su panocha grande, peluda y húmeda.
Sentía su calor y comenzó a moverse con un ritmo que yo acompañe, escuchándola, así, dale rico, cógete a esta vieja que te desea, follaje a tu abuela, muévete rico bebe, rómpele la cuca a esta anciana ansiosa de un buen tolete.
Ummm, si uff, ahhhhhh sii dame rico bebé, le dije voy acabando abuela, si bebe dale a tu vieja toda esa leche uff ricoooo, y solté todo cuanto tenía llenándole esa cuca de leche.
Como si se tratara de una cortesana me limpió la verga con su lengua y después me besó en la boca yo le correspondía aprendiendo de ese modo también a besar con lengua cosa que me agradaba y deseaba, pronto estuve nuevamente con el tronco tieso y ella sin pérdida de tiempo aprovechando sus propios líquidos y restos de semen que aún la impregnaban se llevó mi tronco a su culo adoptando la posición de perrito diciéndome.
Empuja dame duro por el culo que vas a sentir lo que es bueno y yo también.
Y se lo fui enterrando el su hueco, al tiempo que ella balbuceaba, coño que divino, si bebe cógeme así dale uggg si cógete bien a tu abuelita que tanto te ha chupado tu verga dale, si rómpeme el culo coño.
Mis bolas chocaban con sus nalgas, la tenia asida de la cintura y veía como la “vieja” que aún tenia buen cuerpo se meneaba sintiendo cada embate, gozando cada metida y sacada, hasta que los dos estallamos y deposite en su culo otra descarga.
Comenzaba así mi vida sexual nada menos que con mi abuela, desde entonces, nos la ingeniamos para estar juntos, pasar las noches tirando de lo lindo y ella enseñándome trucos y experiencias que me hacían conocer cada vez más lo delicioso del sexo.
Nuestros encuentros eran cada vez más frecuentes y eso nos llevaba a explorar más y a sentirnos bien, hasta que un día mí hermana menor Fanny, atraída por nuestros ruidos entró en la habitación y nos sorprendió.
Ella con los ojos desorbitados y a punto de llorar gritó, que hacen, y mi abuela la llamó, ven acá vida abrazándola y besando su mejilla y acariciando su cabello.
“No es nada mi cielo solo es un juego”.
A lo que mi hermana respondió: “pero abuela tu solo juegas conmigo”.
Lejos estaba yo de imaginarme que las caricias genitales que mi abuela hacia conmigo también las practicaba con mi hermana.
Con mi ella abrazada mi abuela me hizo una seña para que callara y comenzó a sobar la piernas de mi hermana mientras que buscando acomodo mi hermanita sacó una teta de mi abuela y comenzó a chupársela, mi abuela metió su mano entre las piernas de mi hermana y me llamó, ven bebe tu chúpame la otra teta y muérdela, me acomodé como estaba sin pantalones sobre la cama y agarrando su teta la mamé estando mi cara muy cerca de la de mi hermana.
Mi abuela gimiendo metía su mano en la entrepierna de Fanny y bajando sus pantaletas acariciaba su pubis y metía sus dedos, caricia que era muy bien recibida por que le abrió las piernas y las dos gemían.
“así mis niños chupen”, yo por mi parte le mamaba la teta y metía mis manos en las piernas de mi abuela, que tenía una bata pero nada debajo y así tocaba y metía mis dedos en su cuca mojada.
Mi abuela se acomodó, se acostó de espaldas con las piernas abiertas mientras yo me montaba y la penetraba mientras mi hermanita se sentaba sobre su boca y le daban una mamada de película.
Le metía todo y ella se meneaba que daba gusto mientras mi tierna hermana le gritaba, “dame así abuelita” “ay sabes que así me gusta que rico” “me meo abuela”, “mete la lengua que fino”, al cabo de unos minutos, mi abuela se estremeció con un Ummm si que divino, me cimbré y solté dos o más chorros de leche y mi hermanita caía sin fuerzas en la cama sudorosa….
Apenas nos habíamos separado y mi abuela le dijo a Fanny, dámela niña todita anda y se arrodilló en el piso tocando sus tetas y su cuca peluda.
Mi hermana se incorporó y se colocó delante de ella y comenzó a orinarla el la cara, lo que mi abuela disfrutó y tragó.
Se retiró a asearse y nos dijo acaríciense ustedes ya están en la edad de hacerlo, nos vimos las caras y sonreímos porque sabíamos lo que nos esperaba.
Nos fuimos al cuarto de mi hermana y nos desnudamos, estábamos únicamente con nuestra abuela que era participe de nuestro desenfreno, comenzamos a besarnos y pronto estábamos disfrutando de un 69 estando yo encima de mi hermana le chupaba su clítoris y acariciaba sus nalgas y piernas, lamiéndola y metiendo mi lengua en su vagina y su culo, ella me hacía lo propio y se tragaba con al gua dificultad mi estaca mientras sobaba mis nalgas y mi culo, así devinimos y al enterrarle mi dedo en su culo ella me hizo lo mismo lo que me gustó al máximo dejando que su dedo se introdujera hasta el fondo, nos movíamos y disfrutábamos y así me dispuse de una vez a cogerla debidamente.
Se colocó boca arriba con sus piernas abiertas y coloqué mi verga en su entrada, ella me recibió con un “ay despacio que me duele” y yo de a poco y aprovechando que estaba lubricada por lo caliente que estaba por las mamadas, se lo clavé despacio hasta el fondo, así nos abrazamos meneándonos y mi “inexperta hermanita” de apenas diez años, se movía y zarandeaba como toda una puta pidiéndome leche y empuje.
Dame así, duro, más clávala todita, que rico, no sabes cuanto he deseado que me cojas, mierda dale y métela rico anda que acabo, dame con fuerza, deseo tu leche toda damelaaaa y en medio de algunos temblores y sudando a raudales se estremeció haciendo que de mi tronco saliera una descarga de leche al interior de su vagina.
Mi abuela nos observaba desde la puerta y con una sonrisa pícara nos dijo.
Vamos bien y dirigidos a placeres inimaginables.
Pronto continuaré contando, si es de vuestro agrado.
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